Ahora que Juan se siente solo, la recuerda. Y es que Estela se le ha quedado grabada como una huella profunda en la memoria de su corazón. Por más que él se esfuerza en olvidarla, no puede. Pero tampoco él puede olvidar lo que no le pudo dar a Estela, lo que ella más deseaba: fidelidad y un hogar.
Esta noche no duerme una mujer al lado de Juan. Es más bien una sensación de vacío y desesperanza la que se encuentra abrazada a su almohada de seda fina. El corazón de Juan sufre un gran estremecimiento emocional al darse cuenta que ya no quiere seguir conquistando a más mujeres, sobre todo, a esas mujeres que se dejan impresionar por el dinero de "Don Juan". Ha llegado el momento, porque nunca es tarde, de encontrar el verdadero sentido de la vida.
Por lo pronto, Juan sabe que si bien el dinero le da satisfacciones y le cubre sus necesidades básicas y con él puede comprar cuánto capricho se le antoje, su mayor deseo es el de poder llegar a enamorarse de nuevo y dejar de soñar con Estela. Sin embargo, anoche se vió bailando con ella sobre un campo solitario a pesar de la lluvia y del viento. Y al lado de cada uno de ellos se encontraban ellos mismos portando paraguas pero ya de viejos... Este sueño tan extraño le hizo ver a Juan que aunque hubiese perdido para siempre a Estela, él tenía que seguir bailando con la vida a pesar de todo... hasta encontrar el verdadero sentido de ésta así le llevara toda una vida en descubrirla.
Curiosidad siento por saber si Estela goza de una vida satisfactoria, si ha encontrado su propia verdad, si ella sabe por qué o para qué existe.
Marisol
La pintura se titula: "The singing Butler" (1992)
y pertenece al pintor escocés Jack Vettriano (1951)