martes, 2 de julio de 2024

"Le diste todo y más allá..."

 

 

Este título se presta para escribir una novela que nunca Mónica escribirá porque ya la tiene guardada en el fondo de su corazón.  Esta bonita frase inventada en boca de un gran amigo de Mónica cobra, hoy día, nuevamente vida. Es como si la presencia invisible de su madre hubiera resucitado de improviso al escucharle decir a Mauricio:  "Le diste todo y más allá..". 

Suena como a un susurro - se dice a sí misma Mónica. Es como si Dios le hablara a su conciencia a través de esta frase por estar cargada no sólo de amor, sino de dolor... ese dolor que se transforma como en un megáfono para así despertar los recuerdos adormecidos. Esos recuerdos donde se reconcilian el pasado con el presente de Mónica y que no los puede ocultar porque sería como borrar su historia de vida. Y es que estos recuerdos le han  dejado un sabor duradero ya que haciendo un balance de las horas que han valido la pena por tanto esfuerzo (físico como emocional), ella siempre se encuentra pensando con aquellas horas que no le procuraron ninguna fortuna, sino más bien desazón y tristeza.

"Le diste todo y más allá..." suena como una voz suave que muere porque su música vibra en la memoria de Mónica y  también de Mauricio ya que él razones tiene para haberla inventado. Y no tanto porque él viva de sus recuerdos, sino porque su memoria le devuelve esas sensaciones pasadas que aún existen en su presente. Son sensaciones actuales ya que su madre aún vive y él lo está dando todo para que ella viva no sólo bien, sino para que se sienta siempre querida porque se lo merece, y más...

Bien, cuando Mónica escuchó de Mauricio esta frase, sonó como un eco en su corazón al pensar en Margot, una amiga muy querida, porque la supo apoyar no sólo a ella, sino también a sus padres. Margot también lo dió todo y más allá por ellos dos y, luego, por la madre de Mónica cuando quedó viuda y su cuerpo y alma enfermaron de la pena al no ser más la de antes... cuando ese antes no estaba cargados sólo de recuerdos. 

¿No será que estas seis palabras representan al amor incondicional? Pienso que sí porque éste es el más puro amor y es porque está hecho sin condiciones y sin beneficios para nadie. Lamentablemente no todos pueden amar de esta manera, sobre todo cuando el verbo "Amar" no espera nada a cambio y  sólo ama desinteresadamente. Es esa clase de amor que no desaparece, a pesar de los desafíos o de las adversidades. Es esa clase de amor que intenta, persiste, persevera, se es fiel a sí mismo y pelea a brazo partido con el destino ... ese destino que le instó a Mónica a obrar, pero no para ir en su contra, sino para ir delante de él. Yendo, sobre todo, de la mano de su querida amiga, Margot. Y es que junto con ella pudieron no sólo dejar asombrada a la catástrofe aunque miedo o rabia les diera, por momentos, sino porque también se enfrentaron al poder injusto, se rebelaron contra toda victoria fácil, y porque resistieron unidas como un bloque indivisible logrando sobrevivir a lo inimaginable. Y todo gracias a que las dos le plantaron cara a ese gran desafío vestido de amor incondicional que las unió para siempre. Y, ¿sabes por qué, querido lector? porque la unidad es la ley suprema del universo porque su belleza no sólo procede de una unidad en la variedad (de ideas o deseos), sino también de la variedad en la unidad. Y también es importante no olvidar que la generosidad jugó un papel importante en esta historia familiar porque tanto Mónica como Margot tuvieron la capacidad de anteponer las necesidades y bienestar de los demás (en este caso, los padres de Mónica) a los de ellas dos.

Desde algún lugar del universo, los padres de Mónica al unísono les dicen quedar infinitamente agradecidos tanto a ella, por haber ayudado  desde la distancia y por haberlos visitado varias veces, y también están agradecidos con Margot, por haber estado siempre a su lado, no sólo al lado de ambos, sino cuando la madre de Mónica quedó viuda. 

Y es que  quien no ha afrontado la adversidad no conoce su propia fuerza. Es esa fuerza que representa todo esfuerzo. Y es que cuando el esfuerzo es aplicado para el bien no se suma, sino se multiplica, sobre todo, cuando su amor se funda en  mutua lealtad.  Y, ¿sabes por qué, querido lector? porque la lealtad es el camino más corto entre dos corazones. Así, que  espero, querido lector, que alguien amado por ti, algún día,  te pueda decir también la linda  frase de Mauricio: 

"Le diste todo y más allá..."

MARISOL