Tengo un pez surreal nadando dentro mío, alrededor de mis ideas, en solitario. Él ha decidido seguir la luz que emite mi alma para poder llegar hasta el fondo de ella y así saber quién soy yo.
- Díme, querida amiga ¿sabes tú quién eres? - me pregunta mi pez surreal.
- Sí, creo conocerme bastante bien desde hace ya tiempo. Está en tí el aceptarme o rechazarme - le respondo tranquilamente.
- Lo que veo me gusta. Pero hay algo que debo corregir en ti - me dice el pez surreal.
- ¿Qué es? - le pregunto desconcertada.
- Estoy viendo que no puedes cultivar sólo la fantasía - me responde el pez surreal. Para que tu fantasía sea más hermosa, tienes tú que sostenerte de pie sobre tu realidad ... esa realidad que existe y no desaparece aunque tú quieras dejar de creer en ella. ¿Me entiendes?
- Creo que sí - le contesto pensativa y luego seguidamente le digo - Mientras mi realidad no pretenda pescarte a ti, pez surreal, yo me quedo tranquila. No quiero que maten ni tus ilusiones ni las mías tampoco.
- Por mí tú no te preocupes - me dice sonriendo el pez surreal. Y, luego seguido, da un brinco de felicidad dentro de mí.
Como yo siento que él nada sin temor dentro mío, permito que la realidad me tome de las manos para que así mis sueños tengan validez mientras yo voy remando por el mar de la vida.
MARISOL
- Díme, querida amiga ¿sabes tú quién eres? - me pregunta mi pez surreal.
- Sí, creo conocerme bastante bien desde hace ya tiempo. Está en tí el aceptarme o rechazarme - le respondo tranquilamente.
- Lo que veo me gusta. Pero hay algo que debo corregir en ti - me dice el pez surreal.
- ¿Qué es? - le pregunto desconcertada.
- Estoy viendo que no puedes cultivar sólo la fantasía - me responde el pez surreal. Para que tu fantasía sea más hermosa, tienes tú que sostenerte de pie sobre tu realidad ... esa realidad que existe y no desaparece aunque tú quieras dejar de creer en ella. ¿Me entiendes?
- Creo que sí - le contesto pensativa y luego seguidamente le digo - Mientras mi realidad no pretenda pescarte a ti, pez surreal, yo me quedo tranquila. No quiero que maten ni tus ilusiones ni las mías tampoco.
- Por mí tú no te preocupes - me dice sonriendo el pez surreal. Y, luego seguido, da un brinco de felicidad dentro de mí.
Como yo siento que él nada sin temor dentro mío, permito que la realidad me tome de las manos para que así mis sueños tengan validez mientras yo voy remando por el mar de la vida.
MARISOL
Imagen sacada de Bing
1 comentario:
Un abrazo grande, Ce
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