Mi vecino turco Ali tiene dos gatos: una gata llamada Sharmili (significa tímida en hindú) y un gato llamado Aliyan (significa el que sube o asciende en árabe). Si bien estos dos gatos son muy diferentes entre sí ya que la gata es cariñosa y el gato es arisco, ambos gatos quieren mucho a mi vecino porque nunca lo han dejado solo cuando él se quedaba en casa. Pero cuando él salía a su negocio (una tienda de muebles antiguos), los gatos, entonces, salían a pasear por el vecindario. Pero en cuanto ellos sentían que ya era la hora de su regreso, se ponían a la puerta a esperar a su dueño y él siempre se alegraba de verlos.
Pues bien, un día el señor Ali, un hombre de 60 años, no regresó más a casa. Murió en su tienda de un infarto cardíaco. Al enterarme yo de esta noticia por una vecina fuí a la casa de mi vecino para ver a sus gatos. Ellos estaban, como siempre, esperando el regreso de su dueño. Pero al darse ellos cuenta que algo raro pasaba, se pusieron a maullar intranquilos por largo rato. Como me dieron lástima les traje comida y agua y se los dejé en el porche de la casa.
Hoy día, un día después del fallecimiento del señor Ali, una vecina me contó que vió anoche a su espíritu y hablándole a sus gatos; tambien me contó que los vió marchar a los tres juntos. Pero yo no le creí porque esta vecina es un tanto excéntrica y le gusta hablar mucho y no siempre dice la verdad.
Una semana después ...
Asistí no sólo yo al funeral del señor Ali, sino casi todos los vecinos, un par de amigos, dos sobrinos, que habían trabajado para él y que seguían con el negocio, y otros familiares más. Y cual sería nuestra sorpresa al ver que Shermili y Aliyan se encontraban afuera de la capilla del cementerio esperando ... cuando el ataúd fué depositado en su fosa y luego se le echó tierra encima, ambos gatos empezaron a maullar un rato y luego se echaron sobre la tumba.
Sé que Shermili y Aliyan viven no sólo en el cementerio en casa de uno de los guardianes, a quien le gusta los gatos, sino que nunca nadie los ha visto abandonar el camposanto. La fidelidad de estos dos animales es tan asombrosa que se han ganado el cariño de mucha gente que llega a poner flores sobre las tumbas de sus seres queridos. Si bien la tumba del señor Ali no tiene flores, tiene más que eso ... a sus dos queridos gatos.
MARiSOL
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