Pues bien, acá yo me encuentro con mi hijo Román de ocho años. Lo que acá yo te he comentado lo sabe también mi hijo, pero como él se me queda mirando en silencio, trato de buscar otras palabras más sencillas para decirle lo siguiente:
-
Bueno, el tiempo es el que marca las estaciones del año, la edad de las
personas o una época durante la cual vive una persona o sucede una
cosa.
- Todo esto lo sé, mamá - me contesta un poco aburrido Román. Ahora soy yo la que no entiende nada. Después de mirarme mi hijo, continúa hablando y me pregunta - Si tuvieras tú, mamá, que definir el tiempo, sin diccionario a la mano, ¿qué me dirías?
Dejo el diccionario de lado, carraspeo y aclarando mi voz como una flauta dulce le hago saber que el tiempo es una cronología de momentos donde ocurren hechos. Luego le pido que se imagine una línea recta donde se puede representar en forma gráfica los momentos históricos en puntos y los procesos en segmentos. Al terminar de decir esto Román me mira con sus inmensos ojos negros y luego me dice:
- Yo creo que el tiempo es una invención del hombre, mamá. Su respuesta suena categórica. Y luego me hace una pregunta inesperada: ¿Por qué el tiempo tiene que ser representado en una línea y no más bien en un círculo?
-
¿Eh? No te entiendo, Román. Yo creo saber lo que es el tiempo, pero parece
que no encuentro las palabras correctas para explicártelo con precisión porque esta pregunta tuya me desconcierta.
-
Mamá, yo creo que el presente como tal no existe. Mira, en el preciso
momento en que te dije: "el presente como tal no existe" ya esta frase
se convierte en pasado y ...
- Pero, futuro sí hay - le interrumpo a mi hijo.
Román mientras se ríe a carcajadas me guiña un ojo diciéndome:
- ¿Futuro? Esta es otra invención del hombre. Acaso, ¿tú sabes lo que vamos a estar haciendo mañana a esta misma hora?
- ¿Futuro? Esta es otra invención del hombre. Acaso, ¿tú sabes lo que vamos a estar haciendo mañana a esta misma hora?
-
No, hijo. No tengo la menor idea. No soy adivina; ni leo las cartas ni tengo
una bola de cristal - le respondo un poco molesta. Este hijo mío me está
poniendo nerviosa.
- Entonces el futuro tampoco existe - me responde de lo más tranquilo Román.
-
Pero, hijo ¿en qué crees? El tiempo es importante; de él dependemos
para hacer nuestras citas con los amigos o ir al médico, por ejemplo.
Además, así como tú tomas en serio tu horario de la escuela, yo tomo en
serio el horario de mi trabajo.
-
Sí, claro, mamá. Esto ya lo sé, pero me repito: El tiempo es una invención del hombre.
No es que yo no tome en serio al tiempo. Yo sé que estoy obligado a sujetarme a él
como todos. Pero el tiempo para mí es relativo; carece de importancia.
- ¿Por qué? - le pregunto intrigada pensando si, de pronto, debo llevar a mi hijo al psicólogo.
-
Mira mamá, lo que para tí es presente, en otros países es pasado o futuro -
mi hijo hace una pausa y luego continúa - Me explico: si ahora en
Berlín tenemos las 4 p.m., por ejemplo, en Lima son las 10 a.m. O sea, en Lima su gente vive en nuestro pasado y nosotros, en Berlín, somos su futuro. Y mientras que si
en Tokio son la 1 a.m. o en Sydney son las 3 a.m. del día siguiente,
entonces nosotros vivimos en el pasado de ellos y ellos son nuestro
futuro. Lo que significa que vivimos en mundos paralelos. O sea, el
tiempo camina entre el presente, pasado y futuro. Lo que quiere decir
que el tiempo camina por tres caminos a la misma vez. ¿No te parece?
Ahora soy yo la que se queda pensativa:
- Voy a buscar en el internet más información sobre el tiempo para poderte entender mejor, hijo.
Pero ahora, Román, quiero hacerte una pregunta importante: ¿Tú crees que
el futuro lo podríamos cambiar o manipular?
- Yo creo que sí, pero aún no se ha descubierto la fórmula para ello - me responde
muy serio mi hijo de ocho años, pero que filosofa como una persona
adulta.
-
Entonces, te pido que te pongas a hacer en pocos minutos tus tareas de colegio y
dejemos esta conversación porque en dos hora tienes tu clase de natación
y no quiero que llegues atrasado. Tienes que ser puntual.
Román asiente y deja la habitación. Ya estando sola pienso que mi
hijo vive adelantado para la edad que tiene. Si Román hubiera nacido
hace 100 años atrás, ¿hubiera pensado igual que ahora? Quizás él sería
un visionario o ¿ya lo es? porque sus palabras no juegan en vano con el tiempo, el mío, el tuyo o el de cualquier otro que lo haya escuchado.
MARiSOL
Imagen sacada de Bing
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