Mientras la felicidad es un viaje mas no un destino, el sueño de Piscis se prende como una chispa de vida en lo más hondo de su alma porque este nuevo paradigma le pide tomarlo como ejemplo a seguir en su vida cotidiana para no morir de pena o hasta de hastío y aburrimiento.
Y
mientras Piscis descubre el propósito de las grandes victorias no libradas con
plenitud, decide, más bien, dar un vuelco en este tiempo malgastado al mismo
tiempo que se brinda la oportunidad de esquivar con elegancia ese
sinuoso sendero que sólo le lleva al mismo punto de partida.
Piscis no
renunciará ni a su paz interior ni a las pequeñas cosas que le conceden
enormes momentos de felicidad porque ha aprendido a cambiar de un
paradigma a otro aunque un vacío de hermosas sensaciones se quiera hacer
presente cual maleficio predeterminado en su vida.
Es
así como Piscis emplea sus experiencias, creencias, vivencias, costumbres y
valores morales, que repercuten y condicionan el modo como él actúa y
ve la realidad, para entender mejor no sólo el mundo en el que habita
desde que nació, sino para tratar de enfocar y solucionar los problemas
lo mejor que puede aunque ni tú ni yo no aceptemos sus propias reglas de
comportamiento.
MARiSOL
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