En este cuento juego con la letra "i" lo más que puedo
Idara Iozelli (60) italiana millonaria, quien vive en la Isla de Ischia, idealizó a Iman Izadi (60) ¿de Irán? Pues bien, Idara tuvo un idilio increíblemente íntimo e intenso por internet con este impresentable. Se comunicaban imparablemente en inglés. It is incredible! Isn't? Idara nunca se imaginó que su ídolo tenía innumerables identidades y era un impostor invencible. Este insensible, indiferente e insolente estafador, de imbécil no tenía nada. Iman era, más bien, implacable, impredecible, imperturbable e inmutable ante sus ingenuas, inmaduras, indefensas e insatisfechas víctimas como Idara. El inmutable, impávido, imponente e inquebrantable de Iman, si bien había tenido una infancia indigna e infeliz invadida de intranquilidades, incomodidades e inconformismos inigualables, hacía uso de su ilimitada e infinita imaginación con sus innumerables víctimas. Iman tenía una impresionante influencia sobre ellas y sobre Idara, igualmente.
Integridad no tenía Iman, pero sí, indiscutiblemente, mucha inteligencia. Invitaba a sus incautas e inocentes víctimas a ilusionarse con él; las iluminaba con su imborrable imagen de hombre ilustre e importante. Las impactaba con sus insólitas intenciones e irreales ideas románticas y, luego después, les quitaba inmensas cantidades de dinero. Para Idara no sólo fue inaudito, intolerable e impensable lo sucedido, sino que le resultaba incómodo e inconcebible que Iman se hubiera comportado inadacuadamente con ella. Tanto Idara como igualmente la PDDII (Policía de Investigaciones Italiana) como Interpol, quien también intervino, fueron incapaces de dar con el incierto, indeterminado e inaveriguable paradero de Iman Izadi. Acaso, ¿Iman no es innato de Irán? ¡Qué tal incógnita!
Idara había sido incapaz de seguir su instinto. Más bien, se dejó intoxicar por Iman. Indudablemente que Idara tuvo el imperioso, intenso e impulsivo deseo de insultarlo y enviarlo al infierno. De nada sirvió. Si Idara hubiera sido incrédula, hubiera interpretado mejor las malas intenciones de Iman y se hubiera mantenido incólume, impersuasible e impávida ante sus incoherentes, pero incansables e incesantes indicaciones, Idara no se sentiría incómoda e indispuesta en admitir que irremediablemente no sólo había perdido una inmensa suma de dinero (ya irrecuperable), sino que había invertido su tiempo irracionalmente al enamorarse ingenuamente e inútilmente de Iman.
En este impactante intermezzo de infinitas interrogantes, Idara intenta en no implicarse más con hombres como Iman por su propio interés económico. De lo contrario sería una idiotez y una insensatez impensables si Idara cometiera el mismo errror. Sería imperdonable, intolerable e incompresible. Si bien, las incalmables, inquietas, incansables e ¿intachables? PDII e Interpol ya interrogaron a Idara, Iman parece mantenerse invisiblemente escondido en la India, Inglaterra, Irak, Irán o Irlanda. Pero yo, Ingrid Iozelli, hermana de Idara, pienso que Iman vive invisible en una de las 17.000 islas o islotes de la increíble nación de Indonesia. ¡Toda una intriga!
Por suerte, los inquietos agentes de la PDII y de Interpol no están inmóviles y siguen investigando intensamente e incansablemente, a nivel internacional, insólitos casos de ilegales fraudes como el de Iman hecho a Idara y como otros infinitos casos más realizados en nuestro inmenso mundo, muchas veces, inmundo por tanta insoportable inmoralidad.
MARiSOL
2 comentarios:
Hola Marisol! Que cuento admirablemente escrito.
Besitos corazón 💓
¡Muchas gracias, Flor! Un abrazo.
Publicar un comentario