Alejandra se encuentra esperando por el barco que la lleve hacia un lugar lejanamente mágico donde nadie la pueda herir ni desilusionar. Pero ella no sabe todavía que se quedará sin subir a ese barco... Y mientras ella esperaba impaciente el mar le habló:
- Tú podrás querer vivir toda una vida en un mundo de fantasía, pero tendrás que aprender a tener como guía a la razón te guste o no te guste, Alejandra. Además, cualquier preponderancia de la fantasía sobre la razón es un grado de locura, ¿no te parece?
- Entonces prefiero estar loca - le respondió molesta Alejandra y continuó hablándole al mar- ¿No te parece que la fantasía no es ninguna huida a la irrealidad, sino que es más bien creación y hasta osadía? Yo lo único que deseo es que mi mundo sea bello. Sin dolores, enfermedades, guerras, desamores y una lista muy larga de negativos etcéteras.
- En parte tienes razón Alejandra, pero no puedes estar viviendo solamente en la fantasía. No es saludable. Tienes que reincorporarte a la realidad tarde o temprano - le dijo el mar tranquilamente.
- ¡No quiero! - gritó Alejandra perturbada con las palabras del mar.
- ¡Mira, niña! No estoy sordo - le contestó un poco molesto el mar. Quiero que sepas que solamente la fantasía, aislada de la razón, puede llegar a producir monstruos horribles. Pero si la razón va unida a la fantasía, entonces, puede llegar a ser una fuente maravillosa de deseos.
- ¡Mira, niña! No estoy sordo - le contestó un poco molesto el mar. Quiero que sepas que solamente la fantasía, aislada de la razón, puede llegar a producir monstruos horribles. Pero si la razón va unida a la fantasía, entonces, puede llegar a ser una fuente maravillosa de deseos.
- Yo lo único que sé es que el barco no viene a buscarme. ¿Por qué? - le preguntó Alejandra al mar. Tristeza tenía su voz.
- Porque no quiero que huyas como una cobarde -le respondió el mar mirándola fijamente a los ojos.
- Acaso, ¿tú....? - Alejandra no terminó de hacer la pregunta porque el mar la interrumpió diciéndole que fué él quién dió la orden para que el barco de la fantasía no llegara a buscarla.
- ¡Eres malo conmigo! - le dijo llorando Alejandra.
- Piensa lo que quieras de mí. Y antes de callar el mar por completo terminó diciéndole que la fantasía solamente tiene validez cuando la realidad la toma de la mano. Después de decir estas palabras, el mar vió como la mano derecha de Alejandra tomaba su maleta y se alejaba de él caminando rumbo de regreso a su realidad.
Marisol
1 comentario:
Gracias Marisol, me encanto. Tan cierto!
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