Érase una vez un dragón que había nacido con cuernos y alas pero sin aliento de fuego. Sus padres como todos los demás dragones, sí podían botar llamaradas de fuego y quemar todo a su paso si les daba la gana. Pero Draco como no podía hacer lo mismo era visto con malos ojos. Todos se burlaban de él. Lo consideraban un dragón inútil e inservible.
Draco, con el pasar del tiempo, aprendió a abrirse paso por la vida sin su aliento de fuego. Él no quería ser un dragón malévolo como los demás dragones, más bien se destacó por ser amable. Y, por tal motivo, los demás dragones lo miraban despectivamente. Pero como Draco no guardaba maldad en su alma, aprendió a vivir solo. Los demás dragones lo trataban como a un enfermo porque no botaba fuego como todos ellos. Hasta sus padres se llegaron a avergonzar de él.
Pues bien, un buen un día llegó Dahak, un dragón de tres cabezas y seis ojos. Era el terror de todos los dragones porque no sólo era muy malévolo, sino porque tenía la fuerza de tres dragones juntos. ¡Ay! ninguno de los dragones se atrevía a acercársele, pero Draco sí lo hizo. Y al ver esto, los demás dragones se quedaron boquiabiertos.
- ¿Por qué no me temes? - le preguntó Dahak a Draco.
- Porque tú estás tan solo como yo - le respondió Draco sin demostrar ninguna duda en sus palabras.
- Díme, ¿te duele la soledad? - le preguntó Dahak.
- No siempre. Hay momentos donde la disfruto, pero cuando siempre estoy solo, me da tristeza. Por este motivo me he acercado a ti - le respondió Draco. ¿Quieres que seamos amigos?
Dahak asintió con sus tres cabezas. La soledad le estaba quemando últimamente en el alma. Por fin, contaba con un buen amigo como Draco. No permitiría que nadie se burlara de él nunca más. Además, ya era hora de contar con un buen amigo.
Cuenta la leyenda que los demás dragones al ver que ambos se habían hecho buenos amigos, se avergonzaron de haber sido crueles con Draco. Y empezaron a tratarlo con respeto aunque su aliento no fuera de fuego, pero el de Dahak, sí.
Dahak tuvo la capacidad de reconocer, usando sus seis ojos, desde un principio que Draco representaba el poder de la bondad y sabiduría. Un poder mucho más poderoso que tan sólo tener un aliento de fuego y guardar maldad en el corazón.
MARISOL
Imágenes sacadas de Bing
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