Ana María se daba cuenta que tenía que separarse de Roberto, su novio. La negatividad de él, a ella le estaba haciendo daño. ¡Cómo había cambiado! Cuando ella se había enamorado de Roberto lo había visto brillar como a una estrella, pero no como una de Hollywood, pero sí como un hombre con un aura especial. Pero Roberto ya no es ni la sombra de lo que fue como persona. Desde que, hace ya un par de años, él se hundió en una depresión muy fuerte, Ana María reconoce, en este momento, que ya no quiere seguir más con él. Ella no es mala (a mí me consta), sino que su instinto de sobrevivencia se impone (y yo la puedo entender). Y es que la negatividad de Roberto la está arrastrando a un lugar oscuro donde luz no se deja ver. Ana María no quiere seguir esperando a que él se recupere del todo. Ya habrá otra mujer en su vida.
Ana María no quiere que Roberto muerda el polvo, porque ella no quiere verlo ni vencido ni derrotado físicamente ni espiritualmente. Pero a ella se le está acabando la paciencia de tener que escuchar solamente sus quejas. La verdad que Ana María está hecha polvo, ¿me entiendes? Ni siquiera a ella le provoca echarse un polvo con él.
Tal vez, Roberto necesita sentir que pierde del todo a Ana María para que así se sacuda, de una vez por todas, de esa capa de polvo de pesimismo que lo rodea desde hace ya tiempo. Creo que Ana María merece un hombre que le sonría a la vida. Es más, a ella no se le debe olvidar que su misión en la vida es
brillar y alumbrar a otros con la intensidad de sus sueños... esos sueños que vienen cubiertos de polvo de estrellas echados por mí.
Pues bien, quiero darle una oportunidad a Roberto de recuperarse de sus dolencias espirituales. Ojalá que él vuelva a tener, como antes, esa energía luminosa, que lo caracterizaba, con la cual reflejaba de manera positiva sus pensamientos, sentimientos y experiencias. Pero mientras su aura vibre de manera defectuosa y sus colores reluzcan turbios, Ana María hace bien en alejarse de Roberto porque, en este momento, la energía que sale del cuerpo y alma de él es oscura y densa mientras que la de ella todavia está sana y fuerte. ¡Ay! quizás deba yo darle no sólo una oportunidad de sanación total a Roberto, sino de darle una oportunidad a la relación entre él y Ana María. Tendré que desprenderme de un poco de polvo de estrellas de color dorado para iluminar el mundo interior de Roberto para que así él pueda no sólo reconquistar el corazón de su novia, sino que él pueda llegar pronto a mí.
Si no sabes quién soy yo, te lo diré brevemente: Soy la gran sabiduría divina vestida de polvo de estrellas ancestrales más antigua de todo el Universo.
MARISOL
Imagen sacada de Bing
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