miércoles, 14 de enero de 2015

La cometa

 

- Debo soltarla - se dijo Anita a sí misma.  Es hora de dejar volar a mi cometa y mantenerla alejada de mí. Y es que hay momentos en la vida donde no podemos aferrarnos al pasado aunque así lo deseemos. Y es que ella forma parte de ese pasado, el cual ya no me pertenece. Así que, más bien, que ella siga volando alto y en contra del viento, porque a su favor, no llegará a ninguna parte, y menos, regresará a mis sueños... a esos sueños de los cuales no puedo yo retornar porque la realidad ya no los quiere más a su lado.

Anita no es que esté triste, ya no. Ahora ella ha tomado conciencia del cambio que se está dando en su vida. Ella ahora sabe que si corre tras el pasado, lo único que conseguiría es correr sólo tras su cometa, pero no tras el viento que la vida sopla ante la realidad  ... esa realidad que nos recuerda que todo lo real es racional y viceversa.  
- Será porque yo soy un ser racional y no razonable - se dice a sí misma Anita mientras ve como su cometa se suelta de su vida para volar lejos ... allá donde vuela más lejos su corazón que su espíritu inquieto y rebelde.

Y mientras yo soy testigo como la cometa de Anita desaparece de nuestra vista, yo entiendo por qué sus palabras se las lleva el viento .. ese viento que no quiere correr más tras el pasado porque está escrito no sólo en la memoria de mi cometa, sino de la mía también.

MARiSOL



  
Imagen sacada de Bing 

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