El físico Isaac Newton me trata de hacer entender, quiera yo o no, que el tiempo es absoluto, verdadero y algo más que no me gusta ... que también el tiempo es matemático. Es así como él, elevando la voz, me dice con voz firme (yo soy la única que lo escucha, por cierto) que el tiempo es eterno e infinito, además, que aparte también es, omnipotente y ominisciente. Pero, ¿por qué? Isaac Newton levantando una ceja me hace saber que la duración del tiempo se extiende desde la eternidad a la eternidad. Es más, su presencia es del infinito al infinito. Trato de seguirlo mentalmente, pero no puedo. El simple hecho de plastificar esta idea me causa no sólo un tremendo cansancio, sino que me mareo de tanto pensar. ¿Será verdad que el pasado y el futuro podrían coexistir con el presente? Mi pregunta no se ya si se la dirijo a este físico o si se la hago a Dios (por cierto, ¿dónde se encuentra?) porque Isaac Newton, aunque te parezca mentira, relaciona la eternidad con Dios.
En fin, que yo sepa, existen diversas argumentaciones acerca de la eternidad. ¿No era acaso Aristóteles, el filósofo griego, que sustentaba que la materia, movimiento y tiempo no sólo existen, sino que existirán eternamente? Isaac Newton me mira aburrido porque él trata de hacerme entender que la eternidad suele entenderse en dos sentidos. Pero, ¿en cuáles? le pregunto yo. ¡Dios mío! pero de Él no obtengo ninguna respuesta, ¿o Él me habla a través de Newton? ¿Por qué la eternidad me resulta tan difícil de aprehenderla? Sí, no digo aprender, sino me refiero a llegar a comprender al 100% el significado de la palabra "eternidad", o sea, tratar de asimilarla por completo. ¡Ay! Quisiera agarrar a la eternidad por el cuello, mirarle a los ojos directamente para que, de una vez por todas, ella me haga saber quién es realmente. La eternidad leyéndome los pensamientos me responde desde algún punto escondido del universo:
- En el sentido común yo soy el tiempo infinito, mejor dicho, la duración infinita. Es más, muchas religiones me asocian con la palabra "perpetuidad", lo que significa que yo carezco de principio y de fin. Lo que al final, yo sería un atributo de Dios.
Estoy desbordada, no entiendo nada. ¡Que se calle! Pero la eternidad se ríe a carcajadas mientras me dice entre hipos:
- En el sentido filosófico, yo soy un tiempo que no puede ser medido porque la temporalidad trasciende todo límite.
¡Ay! Mi límite de paciencia está ya desbordado. Entiendo, pero no comprendo.
Ahora es la eternidad la que se me queda mirando, a lo que yo rápidamente le hago saber que existe una gran diferencia entre entender y comprender.
- ¿Y cuál es esa diferencia? - me pregunta la eternidad desconcertada mientras Isaac Newton nos mira sin decir palabra.
- Tanto las frases de Newton como las tuyas las entiendo pero no las comprendo - le respondo a la eternidad y luego le digo mientras Isaac Newton me escucha atentamente- Yo percibo el significado de tus palabras aunque no las comprenda del todo.
- O sea, que tú no puedes hacer propio lo que trato de hacerte entender, ¿verdad? - me pregunta inquieta la eternidad.
- Así es, porque comprender es tomar consciencia de algo. Descubrirlo en su sentido profundo, de integrarlo dentro de mí misma, pero no puedo entender por qué el tiempo es una imagen móvil de ti, eternidad.
Isaac Newton quiere decir algo, pero la eternidad lo calla y para finalizar esta conversación y para que ésta no se haga eterna, ella me dice:
- Para que no me temas, más bien piensa que tu vida haz de vivirla como quieras porque yo, tu eternidad, existo ahora.
No, no entiendo nada. ¡Vaya!
Isaac Newton tímidamente le pregunta, luego, a la eternidad:
- ¿Será porque después no habrá tiempo para nada?
Y mientras la eternidad se despide de nosotros en voz alta dice riéndose:
- Así es, porque luego no habrá tiempo para nada. ¡Ja,ja,ja!
No, no me gusta su respuesta. Isaac Newton está desconcertado. ¿Qué le ha pasado a la eternidad? ¿Se ha vuelto loca? Que se regrese de donde vino, pienso yo. Ya tendré en la eternidad tiempo para descansar junto con el físico inglés. Además, también para no pensar en lo que significa la eternidad.
Pero, ¡qué lástima que me haya ahora despertado! Me gustaría saber en qué termina esta conversación, pero dormir hasta la eternidad no puedo. Por el momento, a la eternidad la interiorizo para unir mi pasado con mi futuro porque en mi presente tomo conciencia que es en nosotros, donde la eternidad se encuentra y no en otra parte. ¿Tú que crees? Y mientras te hago esta pregunta, querido lector, el tiempo se detiene en estas líneas mías para dar lugar a la eternidad.
MARiSOL
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