En esta noche sin luna pero vestida con estrellas, la estrella que más destaca es Júpiter. ¡Cómo brilla! Me imagino que sabrás que los anillos que rodean a este planeta son un sistema de anillos planetarios. Es el tercer sistema de anillos descubierto en el Sistema Solar, después de Saturno y de Urano. Los cuatro anillos de Júpiter, que se componen básicamente de polvo, son: Anillo Halo, Anillo Principal, Anillo difuso de Amaltea y Anillo difuso de Tebe. Bueno, como información es suficiente. Más bien, te quiero contar lo que le sucedió, hace un rato atrás, a Estela mientras nadaba desnuda de noche en la piscina del sauna a donde suele ir regularmente. Pues bien, mientras Estela se encontraba sola nadando en la piscina sintió que alguien la observaba ... era Júpiter. Él le habló:
- Te regalo todos mis anillos a cambio que tú vengas a vivir conmigo. Me siento solo.
Estela sorprendida porque Júpiter le dirigiera la palabra le contestó:
- No los quiero, gracias. Yo no uso anillos.
- ¿Ni siquiera usas uno? - le preguntó Júpiter consternado. A la mayoría de las mujeres les gusta no sólo los anillos, sino los collares, las pulseras, los broches y los aretes. En fin, las joyas. Y si son realmente bien finas y caras, mejor.
- Si bien yo tengo varios anillos y todo lo demás que tú has mencionado, raramente me los pongo.
- Entonces, me equivoqué contigo - le dijo Júpiter. A mí me gustan las mujeres que se arreglan de manera elegante, que usan sus joyas, ¿sabes? No me sirves. Contigo yo no me luciría.
- No me importa lo que pienses de mí - le respondió Estela. Así tus anillos fueran de platino, oro o plata, igualmente no me interesaría vivir a tu lado. Contigo no sería feliz.
- Eres grosera conmigo - le hizo saber Júpiter. ¿Qué se había creído esta mujer?
- Además, sólo cuentas con cuatro anillos. Saturno y Urano cuentan con más anillos que tú - le dijo Estela con ganas de fastidiarlo.
Júpiter comenzó a odiarla y le dijo:
- Mira, yo soy más importante que tú. Yo destaco por mi tamaño. Soy más grande que el Sol y brillo más que otras estrellas. Y tú, Estela, no brillas nada así te pongas un montón de joyas encima. ¡Ja!
- Recuerda que sólo destacas de noche. De día eres invisible al ojo humano - le recordó Estela.
- ¡Cállate! - gritó Júpiter irritado. Sus anillos temblaban también de indignación. Por suerte, una nube espesa, atenta al diálogo, impidió que este planeta le siguiera gritando a Estela.
Es así como Estela salió de la piscina rápidamente y se fué a meter al sauna para desintoxicar no sólo su cuerpo, sino desintoxicarse también de la conversación sostenida con este astro arrogante. La próxima vez que lo vea le hará saber que el respeto y el amor ni se compran ni se venden, sino que se ganan con anillos o sin anillos de por medio.
MARiSOL
Imagen sacada de Bing
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