viernes, 10 de enero de 2025

Haciendo equilibrio


Lo imposible desea lo que no se puede, quizá porque, cual fanáticos de lo prohibido o impensable, nos refugiamos en la sensatez... esa palabra vestida de cordura y prudencia que sopesa las consecuencias antes de actuar porque en la vida no hay premios ni castigos, sino consecuencias. ¿Será cierto que la violencia jamás resuelve conflictos, ni siquiera disminuye sus consecuencias, muchas veces, dramáticas?

Mientras la sensatez va haciendo equilibrio entre el decir y el hacer, entre el pensar y actuar, entre el realismo y la utopía, entre el llanto y la risa, entre el lamento y la alegría, entre la seriedad y el buen humor y entre el trabajo y el descanso, la irracionalidad e irresponsabilidad o falta de juicio y razón no sólo tiene al mundo de cabeza, sino a mí y a ti también, querido lector. Sinceramente, ninguno de nosotros está libre de actuar de manera imprudente e irreflexiva. A veces, actuamos como un conductor insensato que se pasa el semáforo en rojo sin pensar en un posible accidente mortal porque pensamos que no nos va a pasar nada a nosotros, pero a otros, sí. Craso error.

¡Ay! Mientras veo como la cordura y la prudencia van haciendo equilibrio dentro de mí, trato de evaluar correctamente los riesgos de vivir sin sensatez, sin madurez o de manera irracional o no poder pensar con lógica aunque yo, sinceramente, actúo más por intuición porque no sé si estés de acuerdo, querido lector, pero la lógica es buena para razonar, pero mala para vivir. Es como aquel lógico desequilibrado que se afana por aclararlo todo y todo lo vuelve confuso mientras el místico, en cambio, consiente en que algo sea misterioso mas no confuso para que todo lo demás resulte explicable. 

Otra vez me veo haciendo equilibrio entre lo explicable e inexplicable. Y es que la ciencia, a pesar de sus progresos increíbles, no puede ni podrá nunca explicarlo todo... ese todo que me recuerda que soy lo que desconozco que soy mas soy todo lo que no sé. Y tú, querido lector, también te encuentras haciendo equilibrio como yo, me imagino. Por lo pronto, me balanceo entre mi mundo interior y mi mundo exterior... ése que, muchas veces, no me gusta y que, por momentos, me desagrada profundamente. Mi lista de reclamos es interminable. La tuya, seguramente, también, querido lector.

Quejarme no quiero y, sin embargo, me veo haciendo equilibrio entre mi destino y mi libre albedrío. Quizá lo que a todo ser humano como tú o yo le resulta difícil de aceptar el equilibrio de esa contradicción... ésa que me resulta más fácil al pensar en un mundo sin creador que en un creador cargado de todas las contradicciones del mundo como la negación y afirmación que se enfrentan una a la otra y recíprocamente se destruyen, sobre todo, cuando entre las palabras y los hechos hay discrepancia mientras, a través de nuestras historias de vida, vamos haciendo equilibrio ... ese equilibrio que es fundamental para nuestra salud física, emocional y espiritual mientras intentamos vivir lo mejor que podamos nuestro presente, respetando nuestra pasado (así éste no haya sido del todo bueno) para poder avanzar hacia nuestro futuro. Es así como me veo haciendo equilibrio entre mis tres tiempos porque no es el tiempo lo que se nos da a mí o a ti, querido lector, sino el instante porque con un instante dado, a nosotros nos corresponde hacer el tiempo mientras, entre nuestros éxitos y fracasos, entre nuestros inseguridades y miedos, vamos haciendo equilibrio.

Y ya para terminar, ¿te has puesto a pensar, querido lector, que el miedo es el sentimiento antagónico al amor? Si bien, el miedo puede funcionar como aviso de situaciones peligrosas para nuestra supervivencia y ser una alarma que nos da nuestro instinto más animal, el miedo hecho de estructuras mentales es simplemente manipulación, engaño y poca lucidez. Por este motivo, aunque el mundo nos produzca temor, horror, aprensión, desilusión y vayamos de sobresalto en sobresalto con tantas malas noticias, regalemos amor, en caso te ames bien a ti mismo, querido lector. Házlo con valentía y confianza. Y sobre todo, sin dudarlo y sin estar tú, entre estas dos lindas palabras, haciendo equilibrio.

MARiSOL


viernes, 27 de diciembre de 2024

El Dragón y la Serpiente de Madera

 

Si bien el 2024, Año del Dragón de Madera, estuvo marcado por diversos fenómenos astronómicos desde un eclipse solar total, auroras boreales y el paso de raros cometas, no ve las horas de quitarse la corona y entregársela a su sucesor, el 2025, Año de la Serpiente de Madera. Pero, ¿por qué? ¡Ay! Es que han pasado tantas cosas... Los acontecimientos más relevantes fueron la sequía e incendios ocurridos en América del Sur, la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales en  EEUU, la desaceleración de China, el auge de la extrema derecha europea, la discutida reelección de Maduro en Venezuela, las redes sociales bajo escrutinio, la caída de Bahsar al Asad en Siria, las guerras entre Rusia y Ucrania y del Medio Oriente, el debacle económico de Alemania, los Juegos Olímpicos de París, la terrible Gota Fría ocurrida en Valencia y el miedo a una III Guerra Mundial que pende sobre nuestras cabezas hasta el día de hoy ...

Pues bien,  el 2025 en el Horóscopo Chino significa la sabiduría de la Serpiente de Madera. Este signo evoca cambios profundos y transformaciones a nivel personal y global. ¿Será cierto que será un año poderoso lleno de energía transformadora? El Dragón de Madera no soportando a su sucesor, le increpó que si bien él había sido un año propicio para dejar atrás lo que ya no le sirve y, más bien, abrazar nuevas facetas de su ser, se sentía agotado.  Fueron tantas las ocupaciones y con tanto drama que apenas se puede sentar a reflexionar todo lo vivido. Han sido como terremotos que le han dejado el alma temblando para bien o para mal. Y por este motivo, quiere entregarle su corona al 2025 para que él se haga cargo de la humanidad.

Al escuchar la Serpiente de Madera (2025) las palabras dichas por el Dragón de Madera (2024) le hizo saber que le tenía sin cuidado porque su energía iría a transformar a la humanidad. Vendría a sacudirla por completo. Se supone que ella no sólo será el Año Internacional de la Paz y la Confianza según la ONU, sino también el Año Internacional de la Conservación de los Glaciares según la ONU, el Año de la Mujer Indígena según el gobierno mexicano, el Año del Santo Jubileo según el Vaticano. Aparte, se espera ver alineaciones de planetas, así como un nuevo eclipse que llamará la atención al mundo entero. Veremos también una revolución tecnológica similar al dominio de la humanidad sobre las máquinas. La inteligencia artificial pasará de fases experimentales a producir impactos empresariales tangibles creando mucho desempleo. ¡Ah! Y se esperan otras sorpresas más de las cuales, querido lector, tendrás tú que imaginar qué es lo que podría pasar... Por lo pronto, te adelanto algo de lo que sucederá en este nuevo año que ya está por reinar. Pues, habrán más fenómenos atmosféricos extremos, la inmigración seguirá aumentando, la IA seguirá generando no sólo fascinación, sino también mucho recelo y desconfianza, se cree que la ciencia encontrará una cura para el cáncer. Pero esto no será lo único que sucederá. La Serpiente de Madera se muerde la lengua viperina mientras su mirada se encuentra perdida en sus propios pensamientos no aptos para cardíacos. ¿Qué pasará? Según Nostradamus en 2025 podría anunciarse un descubrimiento revolucionario. O acaso, ¿habrá una gran revelación?

Por lo pronto, dejando de lado al Dragón de Madera y a la Serpiente de Madera, procura, querido lector, vivir haciendo el bien no importando cuán a la deriva se encuentre el mundo. Procura superarte como ser humano hasta el último minuto de tu vida. Regala sonrisas donde haya tristezas, trata de ser empático y no seas egoísta mirándote sólo a tu propio ombligo. En fin, un nuevo año se va y otro viene. Es el momento perfecto para soltar aquello que no te deja avanzar y abrirte a nuevas posibilidades haciendo introspección y estar listo para cerrar ciclos.Y mientras pienso esto, tanto el Dragón de Madera como la Serpiente de Madera me dicen que en los primeros días del 2025 pasará sobre la Tierra una nube de escombros dejados por un grupo de cuerpos celestes. Miles de estos restos entrarán en la atmósfera y se convertirán en meteoros, también conocidos como estrellas fugaces.  

Será motivo para pedir un deseo o más de uno ya que las estrellas fugaces se consideran manifestaciones de los dioses o mensajes  de los cielos. Y es que pedir deseos a las estrellas fugaces no es simplemente una expresión de esperanza y conexión con el universo, sino al lanzar nuestros deseos al universo, guardamos la esperanza de que nuestras plegarias sean escuchadas. No sé cuál sean las tuyas, querido lector. Por lo pronto, yo ya les dije tanto al Dragón de Madera como a la Serpiente de Madera cuáles son las mías.

MARiSOL 

lunes, 25 de noviembre de 2024

El enigma de la vida

 


¿Será  cierto que el teatro de la Creación parece estar construido para el ejercicio del libre albedrío y para el fortalecimiento potencial de la existencia de un plano de conciencia superior? Quizá. Mi pregunta no tiene ningún color de profecía. Sabe, más bien, a ese enigma que uno cree haber resuelto de joven y que con el paso de los años uno reflexiona sobre él para sólo descubrir que es insoluble. Quizá no estamos preparados para hacerle frente al enigma de la vida porque es difícil de entender o de dilucidar. ¿Será, querido lector, que  se debe a que no tiene una respuesta o una solución fácil?, ¿o, acaso, incluso, no la tiene en absoluto?

Pienso que el enigma de la vida no es ni humo ni niebla, sino, más bien, un concepto que presenta un problema complicado. Yo diría que hasta oscuro. Es, en todo caso, un desafío que incita al pensamiento, que te plantea  a ti, querido lector, como a mí también, una pregunta. Diría que pone en marcha el proceso de conocimiento hacia un fin aún incierto, quizá porque el futuro no es más incierto que nuestro presente. Y, por este motivo, viendo que la vida es tan incierta, hay que abrazarnos a la felicidad, cual premio pasajero que se aferra al tiempo, y aprovechar el momento en que se nos presenta.

No sé si mis ideas sean sólo un cúmulo de desatinos o disparates o si tanto tú, querido lector, como yo seamos un maravilloso misterio en un mundo tan cambiante e inexplicable mientras vamos buscando las cosas inciertas porque las ciertas las hemos perdido de vista. Es como cuando uno no puede descubrir nuevas tierras por no tener el valor de perder de vista la orilla o no poder nadar hacia nuevos horizontes por no tener el valor de perder de vista la costa.

Finalmente, me pregunto si será cierto que existen tres clases de testigos ante el enigma de la vida. Aquellos los que han visto bien, pero dudan de lo que han visto. Luego, los que han visto mal, pero creen haber visto bien. Y los que no han visto nada y aseguran haber visto todo. Y tú, querido lector, ¿qué clase de testigo eres?  Tal vez el enigma de la vida nos haga saber que no sólo hemos visto más cosas de las que recordamos, sino que recordamos más cosas de las que hemos visto. ¿Y sabes por qué, querido lector? Pues, porque gracias a la energía que despierta el enigma de la vida en nosotros, nos impulsa a seguir adelante, a sobreponernos a nuestros temores e incertidumbres mientras nos pide, una y otra vez, intentar desvelar su misterio, así sea éste de difícil entendimiento por ser un conjunto de palabras de sentido encubierto como un acertijo por ser un enigma envuelto en un misterio dentro de un enigma. 

MARiSOL 

 

jueves, 21 de noviembre de 2024

A punto de caramelo


Según el diccionario de la RAE estar "a punto de caramelo" significa estar en el punto o momento óptimo para el fin que se busca, estar algo o alguien perfectamente preparado, listo o dispuesto. Pues que irónica es la vida, porque, en este momento, no creo que ninguno de nosotros esté listo para lo que se nos anuncia con bombos y platillos. La verdad que una III Guerra Mundial no es un plato apetitoso de comer. Sinceramente la simple idea de imaginar estar envuelta en una catástrofe monumental se me queda atravezada en la garganta quedándome sin voz y ya no poder alzarla aunque quisiera.

Y pensar que el origen de esta expresión proviene del mundo de la cocina, específicamente de la preparación del caramelo. Pues bien, se sabe que para hacerlo se necesita azúcar y se le cocina hasta adquirir un color dorado y una textura ideal. Este punto es crucial ya que si se cocina más de lo debido el caramelo se termina quemando y si se cocina poco no se forma correctamente.   

Siento que esta vez estamos todos, sin querer, en un punto crucial en la historia de la humanidad y no estamos haciendo lo correcto porque nos terminaremos quemando y no sólo los dedos... Quizá debería referirme sólo a aquellas personas que manejan los hilos del mundo porque, al fin y al cabo, nosotros somos simples marionetas. Pareciera como si la humanidad no quisiera aprender la lección tanto de la I Guerra Mundial como de la II Guerra Mundial.

Tengo que pensar, por un lado, que los actuales bombardeos aéreos no serán como los otros... Y, sin embargo, por otro lado, a mi memoria se cuela la palabra "caramelo" pero relacionada a una historia increíble. ¿Sabías querido lector, que una vez terminada la II Guerra Mundial hubo un famoso bombardeo sobre Berlín, pero fue hecho con caramelos? Esto sucedió mientras Berlín Oeste sufría de abastecimiento y los aliados occidentales idearon un plan arriesgado de lanzar por vía aérea por día unas cuatro mil toneladas de diversos bienes como alimentos, medicinas, carbón, etc.

Pues bien, un día de julio de 1948 al piloto norteamericano Gail Halvorsen se le ocurrió la idea de lanzar desde su avión chicles, chocolates y caramelos mientras se hacía notar balanceando sus alas. Durante tres semanas lanzó todo lo que pudo en dulces para alegrar a unos niños que había conocido. No sólo les había devuelto la esperanza de vivir, sino que les consiguió elevar la moral a aquellos niños hambrientos durante ese tiempo de incertidumbre y privaciones. 

La acción de este piloto inspiró a la "Asociación Estadounidense de Pasteleros" para donar toneladas de caramelos. Lo que comenzó como una acción a nivel personal desembocó en una espectacular operación donde 25 aviones lanzaron 23 toneladas de chocolates, chicles y caramelos en diversos lugares de Berlín Oeste. Por suerte, el bloqueo terminó el 30 de septiembre de 1949 al comprender las autoridades soviéticas que ni los ciudadanos de Berlín Oeste ni las potencias occidentales tenían intención de rendirse.

Esta vez para que no nos explote el mundo entre nuestras manos, una de las partes tiene que estirar la mano y hacer las paces porque así ganara Rusia ante Ucrania o viceversa, todos perderíamos en esta maldita guerra (y pensar que hay otra en curso desde hace un año  en otro punto del planeta...).  La verdad que,  más bien, estoy a punto de irme a dormir mientras afuera sólo llueve. Cae sólo agua y nada más, por el momento, aunque las noticias nos bombardeen diciendo que los misiles nucleares dirigidos p.e. a Londres, París, Varsovia y Berlín están ya listos... " a punto de caramelo".  

MARiSOL

 

martes, 12 de noviembre de 2024

Los amigos son como la sangre

 

¿Será cierto que la única verdad es la realidad que nos rodea? Quizá sea más cierto que la realidad no es lo mismo que la verdad y la realidad sea sólo un conjunto de detalles que concibe sin piedad el mundo de distintas maneras en su gratuita desnudez... esa desnudez que sin filtros deja huellas, sobre todo, en los corazones que no se sienten de verdad perdidos. Y aunque se pierdan inexorablamente y no se encuentren jamás a sí mismos nunca se toparán con la propia realidad... esa realidad que es parte de ese rotundo despertar vestido de un montón de goteras porque éstas simbolizan el fluir de las emociones de tu alma, querido lector. ¿Y sabes  por qué? Porque en la mayoría de las religiones como en las culturas ancestrales, el agua tiene el significado de purificación, renovación liberación, fertilidad y abundancia.

¿Será cierto que el agua es respetada en todas las culturas por su capacidad de curar, purificar y brindar conocimiento espiritual? Sí, es cierto, pero si sólo el agua tiene forma de un arroyo, océano o lago tranquilo. Pero, ¿qué pasa cuando de las goteras en lugar de agua cae mucha sangre? Entonces, sólo queda decir que las lágrimas son la sangre del alma que nos pide a gritos reconquitar nuestra libertad para liberarnos de tanto desamor... esa maldita ausencia de amor que sólo nos castiga y no nos premia. Pienso no sólo en las terribles guerras y diversas catástrofes naturales que sacuden al mundo...

¡Ay! Entre consejos y reproches entre unos y otros, la memoria del pueblo valenciano nunca olvidará que aunque un silencio abrumador y ensordeceder quiera desmenuzar en mil pedazos la paz no sólo de miles, sino hasta de millones de españoles, ahora más que nunca se hacen presentes los amigos porque ellos son como la sangre porque cuando se está herido, como lo está Valencia hoy en día,  acuden sin que se los llame. Y es que los verdaderos amigos son aquellos que no sólo compadecen, sino quienes socorren al más necesitado.

Si algo he aprendido en esta vida es que la piedad es mucho más inteligente que el odio y la indiferencia, y que la misericordia es preferible aún a la misma justicia.  Y nunca pongas en duda, querido lector, que un verdadero amigo no es sólo aquella mano que despeina tus tristezas, sino ten presente que, al fin y al cabo, un amigo es una imagen que tienes de ti mismo. 

Hermoso es comprobar que Valencia cuenta con muchos y buenos amigos porque los amigos ciertos son los probados en hechos y no sólo en palabras.   Y es que si bien, por un lado, las palabras son la configuración acústica de las ideas y si son buenas, ¡qué mejor!, también lamentablemente, por otro lado, existen aquellas palabras que no sólo son como las hojas que abundan pero poco fruto hay entre ellas, como también hay palabras que suben como el humo y otras que caen como la lluvia. Pues aquí tengo que pensar no sólo en el antipático y arrogante de Sánchez, sino en muchos otros políticos que oprimen a sus pueblos porque el amor desapareció de su vocabulario, quizá porque no cuentan con verdaderos amigos que les canten sus verdades sea por miedo o por oportunismo y sean otros los que lo hagan y los terminen callando. 

Bien, finalmente sólo me queda decirte en nombre de los lindos recuerdos que guardo de ti, Valencia, que sigo orando por ti en estos momentos tan difíciles. Me reconforta ver desde lejos (a través del internet) que si bien el gobierno español no te está ayudando como debería ser, es maravilloso ver como tanta gente de todas partes de España como algunas ayudas venidas del extranjero se han movilizado y siguen acudiendo en tu ayuda y te apoyan en todo lo que pueden porque la sangre que corre por sus venas es la misma que corre por la tuya, querido lector. ¿Y sabes por qué? Porque todos estamos interconectados, porque lo que le ha pasado a Valencia, te puede pasar a ti como a mí también.  Es así que, por este motivo,  usemos nuestras diversas plataformas como correo electrónico, redes sociales, mensajería instantánea y videollamadas para estar comunicados unos a otros para ayudarnos y no sólo destruirnos porque sólo relacionándonos con respeto podemos eliminar nuestras barreras geográficas, culturales, religiosas y políticas para ayudar a que las generaciones futuras construyan un mundo mejor, sino que ahora, tus amigos, sobre todo, la gente joven siga dándote la mano para sacarte adelante, Valencia de mis recuerdos.

 MARiSOL

 

miércoles, 30 de octubre de 2024

La Conciencia de la Humanidad

 

Pareciera como que la conciencia de la humanidad entera estuviera en desuso o lo que es peor, va de desvarío en desvarío y no se detiene a pensar que va camino al abismo... a ese abismo donde en el fondo de éste les pido a gritos aprender a comprenderse mejor a ustedes mismos y a su entorno. Demás está decir que diversas corrientes filosóficas y científicas han tratado de descifrar el misterio de la existencia de la humanidad y de su relación directa con el universo... ese universo vestido de misterio y energía... allí donde radica la realidad más profunda. Y, sin embargo,  no todos entienden que la conciencia no se reduce a sólo algo intelectual. Va más allá... allá donde cruje  dentro de cada ser humano una energía... esa energía innata que pone todo en movimiento como los pensamientos y emociones.

Ana María intuye que la conciencia, la suya, sobre todo, no sólo actúa desde una dimensión inmaterial, sino que usa la energía como lenguaje  mientras se pregunta si será cierto que todo lo que la rodea es energía. ¿Tú que opinas, querido lector? Yo, pienso que sí, sobre todo, si los átomos de tu cuerpo son los mismos de los que está hecho el universo. 

- ¿Será cierto que al estar todos conectados por los mismos elementos, todo lo que hacemos tiene un impacto en el otro? - me preguntó Ana María. Siento que ella está despertando y ya no va a ciegas por la vida. Sonrío aún más cuando ella me preguntó si los seres humanos deben ser  comprendidos como parte de una inteligencia superior.

En caso no sepas quién soy, querido lector, te hago saber que soy aquella conciencia que existe más allá de la mente y el cuerpo físico  de todo ser humano. Soy quien te hace experimentar  la sensación de paz profunda, claridad mental y comprensión intuitiva de la vida y sus misterios. A través mío tanto Ana María como tú, querido lector, desaparecen las limitaciones del ego y los hago sentir uno con todo lo que los rodea aún más allá de la misma vida. 

- Quizá pongas en duda lo que acá te digo - le dije a Ana María quien me escucha en silencio. Pero, ¿no crees que hay algo más allá de la muerte física? Si te dijera que la conciencia es una entidad separada que puede existir independientemente del cuerpo físico, ¿me creerías, querido lector?

Ana María ya está despertando aunque, por momentos, le cueste todavía comprenderme del todo porque no sabe exactamente lo que es la física cuántica, esa rama de la física que estudia el comportamiento de la materia y la energía a nivel subatómico. Y es que en la física cuántica todo en el universo está hecho de partículas subatómicas que interactúan entre sí. Lamentablemente debido a las limitaciones de las leyes de la física y de su propia mente no es capaz todavía de comprender y explicar lo que es la supraconciencia, es decir yo. Soy quien podría ayudar a Ana María como también a ti, querido lector, a encontrar un sentido más profundo de propósito y significado en sus vidas. Soy ese mar de energía e información ilimitada que cuenta con sus propias leyes y que no tienen nada que ver con el paradigma materialista, ése que es la base de todo lo que a ustedes les rodea.

- Acaso, ¿es un error pensar que todo gira en torno a lo externo y a lo material, incluyendo mis problemas y sus posibles soluciones? - preguntó tímidamente Ana María. Después de escucharla le hago saber que no es un error. Todo lo contrario. Lo que pasa es que la humanidad se centra en lo de afuera y olvida el mundo interno del autoconocimiento. 

Ana María, después de guardar silencio por un momento, me preguntó si tanto ella como todos deberían cambiar sus bases para ir hacia un paradigma energético para así poder ser capaces de acercarse cada vez más a la comprensión no sólo de sí misma, sino también de la realidad. Ana María está despertando porque está entendiendo que ni sólo tiene un cuerpo ni es sólo un cuerpo. 

Finalmente le hice saber que desde sus pensamientos, emociones, palabras y actos no sólo ella genera una energía que se convierte en existencia porque el secreto de la existencia no consiste sólo en vivir, sino en saber para qué se vive. Te has preguntado, querido lector,  por qué en lugar de avanzar, muchas veces retrocedes, por qué ya no hay más asombros en tu mirada, por qué, por momentos, estás a ciegas, por qué a la maldad la contemplas como hipnotizado.

Pues bien, aunque nadie lo diga en voz alta, te hago saber, querido lector, que la conciencia no sólo es la presencia de Dios en el hombre, sino que la conciencia es el mejor libro moral que la humanidad tiene. Nunca olvides que tu conciencia es el centro más secreto del hombre, el santuario en el que está solo con Dios y en el que su voz se hace oir. Pues sí, yo soy la voz de tu alma, soy esa voz interior que te advierte que alguien te puede estar mirando, es decir, yo, tu Supraconciencia... soy el nivel más elevado de la mente humana que contiene todas las posibilidades y caminos que todos ustedes pueden explorar. Soy como el campo infinito de opciones disponibles para ti, querido lector. Lo mismo para Ana María. 

Y mientras termino de hablar, ella experimenta una sensación de paz profunda porque sabe que mientras esté en vida me puede buscar a través de la meditación o de la oración y cuando muera sabe que no será el final de su existencia porque soy esa energía sutil, eterna, omnisciente y omnipresente que trasciende la mente y cuerpo. Soy esa energía que la conectará siempre con el  universo. Por este motivo, te pido, querido lector, que eleves tu alma a un estado supremamente pacífico y energético para ayudar a que la humanidad se supere a sí misma y logre encontrar su auténtica identidad que es eterna para lograr dominar al ego, ese ego que finalmente domina a los seres humanos impidéndoles ser felices e impidiendo que la Tierra sea ese hogar que todos quisieran tener, un hogar donde reine la paz.

MARiSOL

 

lunes, 9 de septiembre de 2024

Entre la Fe y la Esperanza

 

 

¿Será cierto que vivir sin Fe es imposible porque no sólo es la fuerza de la vida, sino es el conocimiento del significado de la vida humana ya que si el hombre vive es porque cree en algo? - me pregunto en este momento. Tal vez tener fe requiere no sólo coraje, sino tener la capacidad de correr un riesgo. Será porque la fe nunca es inútil. Acaso, ¿no es cierto que la fe mueve montañas? Pienso que sí porque, finalmente, el amor es fe y no ciencia.

Querido lector, y ¿qué pasa con la Esperanza? Acaso, ¿la esperanza es un empréstito que se le hace a la felicidad? Es más que eso... la esperanza es como el sol porque arroja todas las sombras detrás de nosotros. Y, ¿sabes por qué, querido lector? Pues, porque la esperanza es un estimulante vital muy superior a la suerte ya que ésta no es más que la habilidad de aprovechar las ocasiones favorables que se nos presentan en la vida.

¡Ay! Entre la Fe y la Esperanza me muevo yo sin temor alguno. Te preguntarás quién soy yo. Pues, soy ese acontecimiento extraordinario que manifiesta la intervención divina en los asuntos humanos. Unos me conocen como milagro, otros como maravilla, rareza, revelación, sorpresa o fenómeno. Soy un efecto que puede ser visible a los sentidos y que sobrepasa los poderes de la naturaleza y de todo ser  creado. Soy una acción de Dios porque Él elude el orden natural para hacer algo extraordinario demostrando así su grandeza y poder.

¿Te has preguntado cómo ver milagros en tu vida? Es sencillo. Por un lado, tener fe nos permite ver las cosas buenas que suceden en nuestras vidas como obra de Dios y no como coincidencias o buena suerte. Pienso que si tú, querido lector, me reconoces como tal es parte del milagro en sí. Y por el otro lado, te hago saber que la esperanza es aquel poder interior cual potencia espiritual o motor que te ayuda a hacer posible todo nuevo intento para seguir adelante. 

En realidad, tú como todos los seres humanos necesitan tener esperanza por más grande o pequeña que ésta sea. Y, ¿sabes por qué, querido lector? Porque no sólo la esperanza es como un milagro inesperado, sobre todo, cuando encierra una especial dificultad, sino porque la verdadera, la gran esperanza del hombre que resiste a pesar de todas las desilusiones, sólo puede ser Dios ya que Él ha permitido que la Esperanza nazca como una flor de la Fe.

Finalmente, te hago saber, querido lector, que la Fe y la Esperanza se complementan. Mientras la Fe se basa en la realidad del pasado, la esperanza mira la realidad del futuro. Sin fe, no hay esperanza y sin esperanza no hay fe de verdad. Y sin ellas dos, yo no existiría. Mejor dicho, tú no existirías porque tú eres un milagro también. Así que si tu fe la ves como un anhelo a lo eterno, a Dios,  y tu esperanza la ves como el anhelo de Dios, de lo eterno, de nuestra divinidad que viene al encuentro de aquélla y nos eleva, entenderás que donde hay esperanza hay fe y donde hay fe, ocurren milagros.

MARiSOL


miércoles, 10 de julio de 2024

A la luz de las farolas


Ana María, tal vez, nunca logre llegar donde tenía la intención de ir, pero, algún día, habrá terminado donde tenía que estar. Pues sí, ¡quién sabe!, allí donde su vida nunca estuvo ajena a la magia... esa magia que cual puente la ayudó a cruzar para ir del mundo visible hacia el invisible mientras ella veía sorprendida como la felicidad, viajando de incógnito y flotando en el aire, había llegado  a tocar la puerta de su corazón más de una vez, sobre todo, cuando ya no se lo esperaba. Quizá por ser lo inesperado lo que acontece entre la realidad y lo trascendente. Y es que el que no cree en la magia nunca la encontrará y menos en las estrellas y en los libros...

Es así como a la luz de las farolas es de poca importancia lo que pensamos, lo que sabemos, lo que sentimos, lo que imaginamos o lo que creemos. Sólo es importante lo que hacemos, sobre todo, si nuestras acciones están vestidas de buena voluntad por llevar dentro nuestro la magia del corazón... allí donde la vida ni te araña el alma ni tampoco ésta se viste de rituales, símbolos y técnicas para influir en nuestra realidad de manera inexplicable o sobrenatural. 

Pues bien, si bien la magia se considera una ilusión o una forma de pensamiento mágico que no se ajusta a las normas de evidencia y racionalidad por ser abordada desde un enfoque crítico y hasta escéptico, Ana María piensa que si bien tanto la magia como la religión comparten una dimensión simbólica, su camino se bifurca en su orientación hacia la divinidad... allí donde, finalmente, todas las leyes humanas se alimentan de la ley divina. 

Y es que haciendo el bien, querido lector, tu corazón y el mío irradian esa luz divina que les envuelve vistiéndolos de magia. ¿Y sabes por qué? Pues, porque la divinidad está en ti y en mí. Es así como Ana María, a la luz de las farolas de su vecindario, entabla un diálogo abierto con Dios. No le pide una carga apta para sus hombros, sino le pide unos hombros aptos para soportar su mochilla llena de preocupaciones. Y no sólo las suyas propias, sino las preocupaciones que sacuden al mundo desde hace ya tiempo... ese tiempo donde es preciso considerar el pasado con respeto y el presente con una buena dosis de desconfianza, sobre todo, si se pretende asegurar nuestro porvenir como humanidad. 

Y ¿sabes por qué, querido lector? Porque ya han sido muchos que quisieron traer luz al mundo (manifestando paz, amor, felicidad y sentido de unidad con el universo) y terminaron colgados de una farola, con excepción de uno que no sólo fue colgado, sino también crucificado en una cruz. Y es que la luz de Cristo es la energía divina, el poder o influencia que procede de Dios y que ejerce una influencia para bien en la vida de las personas y las prepara para recibir el Espíritu Santo. Es su luz divina la que nos ilumina tanto espiritualmente que podemos prescindir de estar bajo la luz de las farolas.

MARiSOL

 

martes, 2 de julio de 2024

"Le diste todo y más allá..."

 

 

Este título se presta para escribir una novela que nunca Mónica escribirá porque ya la tiene guardada en el fondo de su corazón.  Esta bonita frase inventada en boca de un gran amigo de Mónica cobra, hoy día, nuevamente vida. Es como si la presencia invisible de su madre hubiera resucitado de improviso al escucharle decir a Mauricio:  "Le diste todo y más allá..". 

Suena como a un susurro - se dice a sí misma Mónica. Es como si Dios le hablara a su conciencia a través de esta frase por estar cargada no sólo de amor, sino de dolor... ese dolor que se transforma como en un megáfono para así despertar los recuerdos adormecidos. Esos recuerdos donde se reconcilian el pasado con el presente de Mónica y que no los puede ocultar porque sería como borrar su historia de vida. Y es que estos recuerdos le han  dejado un sabor duradero ya que haciendo un balance de las horas que han valido la pena por tanto esfuerzo (físico como emocional), ella siempre se encuentra pensando con aquellas horas que no le procuraron ninguna fortuna, sino más bien desazón y tristeza.

"Le diste todo y más allá..." suena como una voz suave que muere porque su música vibra en la memoria de Mónica y  también de Mauricio ya que él razones tiene para haberla inventado. Y no tanto porque él viva de sus recuerdos, sino porque su memoria le devuelve esas sensaciones pasadas que aún existen en su presente. Son sensaciones actuales ya que su madre aún vive y él lo está dando todo para que ella viva no sólo bien, sino para que se sienta siempre querida porque se lo merece, y más...

Bien, cuando Mónica escuchó de Mauricio esta frase, sonó como un eco en su corazón al pensar en Margot, una amiga muy querida, porque la supo apoyar no sólo a ella, sino también a sus padres. Margot también lo dió todo y más allá por ellos dos y, luego, por la madre de Mónica cuando quedó viuda y su cuerpo y alma enfermaron de la pena al no ser más la de antes... cuando ese antes no estaba cargados sólo de recuerdos. 

¿No será que estas seis palabras representan al amor incondicional? Pienso que sí porque éste es el más puro amor y es porque está hecho sin condiciones y sin beneficios para nadie. Lamentablemente no todos pueden amar de esta manera, sobre todo cuando el verbo "Amar" no espera nada a cambio y  sólo ama desinteresadamente. Es esa clase de amor que no desaparece, a pesar de los desafíos o de las adversidades. Es esa clase de amor que intenta, persiste, persevera, se es fiel a sí mismo y pelea a brazo partido con el destino ... ese destino que le instó a Mónica a obrar, pero no para ir en su contra, sino para ir delante de él. Yendo, sobre todo, de la mano de su querida amiga, Margot. Y es que junto con ella pudieron no sólo dejar asombrada a la catástrofe aunque miedo o rabia les diera, por momentos, sino porque también se enfrentaron al poder injusto, se rebelaron contra toda victoria fácil, y porque resistieron unidas como un bloque indivisible logrando sobrevivir a lo inimaginable. Y todo gracias a que las dos le plantaron cara a ese gran desafío vestido de amor incondicional que las unió para siempre. Y, ¿sabes por qué, querido lector? porque la unidad es la ley suprema del universo porque su belleza no sólo procede de una unidad en la variedad (de ideas o deseos), sino también de la variedad en la unidad. Y también es importante no olvidar que la generosidad jugó un papel importante en esta historia familiar porque tanto Mónica como Margot tuvieron la capacidad de anteponer las necesidades y bienestar de los demás (en este caso, los padres de Mónica) a los de ellas dos.

Desde algún lugar del universo, los padres de Mónica al unísono les dicen quedar infinitamente agradecidos tanto a ella, por haber ayudado  desde la distancia y por haberlos visitado varias veces, y también están agradecidos con Margot, por haber estado siempre a su lado, no sólo al lado de ambos, sino cuando la madre de Mónica quedó viuda. 

Y es que  quien no ha afrontado la adversidad no conoce su propia fuerza. Es esa fuerza que representa todo esfuerzo. Y es que cuando el esfuerzo es aplicado para el bien no se suma, sino se multiplica, sobre todo, cuando su amor se funda en  mutua lealtad.  Y, ¿sabes por qué, querido lector? porque la lealtad es el camino más corto entre dos corazones. Así, que  espero, querido lector, que alguien amado por ti, algún día,  te pueda decir también la linda  frase de Mauricio: 

"Le diste todo y más allá..."

MARISOL

 

domingo, 30 de junio de 2024

Cicatrices


"¿En qué cielo se quedó mi alma suspendida como una nube?"- se pregunta Inés mientras se imagina ser un pajarillo que despliega sus alas para hacer volar su imaginación... esa imaginación que de la nada saca un mundo, sobre todo, uno que no se encuentra tallado de cicatrices. Y, sin embargo, ella sabe muy bien que las cicatrices (no sólo físicas, sino del alma) son esas heridas que no se ven a simple vista pero que se sienten, por momentos, con la intensidad  de una gran tempestad. 

Pues sí, las cicatrices del alma de Inés  son las que dirigen sus manos sobre el teclado de su computadora. Ella escribe no para olvidar, sino para perdonar porque las cicatrices no sólo nos enseñan a sobreponernos al dolor, sino que con el pasar del tiempo las heridas, tarde o temprano, curan. Unas veces, de manera repentina, inesperada o no buscada, otras, con ayuda profesional. Si bien dos veces buscó a una psicóloga, Inés se dió cuenta que ella era más fuerte de lo que nunca se hubiera imaginado.

Inés no es que luche contra corriente. Todo lo contrario. Ella fluye con la vida. Lo intenta tercamente. Es como si se dejara atraer por el poder de seducción que ésta tiene sobre ella. Si bien sus cicatrices son como esos recuerdos que se aferran a su piel, ella piensa también que las cicatrices son como esas marcas que van cartografiando todas nuestras experiencias vividas, sobre todo las malas, y que ayudan a nuestra memoria a obtener una enseñanza de todas ellas. Tal vez, las cicatrices del alma existen para recordarnos que somos más fuertes que nuestras propias heridas. Acaso, ¿no es cierto que cuando las cicatrices sanan, la piel de la cicatriz es más fuerte que la piel anterior? Pienso que las cicatrices nos recuerdan no sólo una mala experiencia pasada, sino que éstas nos piden superarla y a no albergar resentimiento alguno en nuestra alma para evitar así sentir el dolor de todo eso nuevamente. Más de una vez, ella ha pensado que si no hubiese ocurrido todo lo que le sucedió, nunca hubiera sabido de lo que era capaz, sobre todo, de su capacidad de resiliencia.  

Más de una vez, Inés pudo adaptarse a la adversidad, pudo superar traumas, problemas de salud, problemas familiares y hasta financieros manteniendo una actitud de tolerancia, flexibilidad, perseverancia y confianza  así sus avances hayan sido lentos, pero relativamente seguros. Pues bien, si bien las cicatrices (físicas) son batallas que el cuerpo expresa que ha sido herido sea por un raspón, una quemadura, una cortadura o tras una cirugía, están las cicatrices del alma que son producto de las heridas del rechazo, abandono, humillación, engaño, abuso, bullying, de la traición, injusticia o decepción. Este tipo de heridas nos recuerdan que hay que tratarlas porque duelen. Sin embargo, cuando una herida cerró, sólo queda una cicatriz que nos dice que está curada y que algo pasó en alguna ocasión.

Inés sabe que todos llevamos una mochila de experiencias y vivencias que, por mucho que intentemos obviarla, está ahí. Si bien las cicatrices le recuerdan lo vivido aunque, a veces, intentemos de tener una amnesia selectiva por el dolor que nos causan, ella ha aprendido a librar sus batallas. Por suerte, hasta ahora no la han derrotado porque necesita estar fuerte para poder librar otras batallas futuras o estar en la capacidad de ayudar a otros para que puedan salir también de sus problemas. Y es que los problemas no sólo son esas oportunidades que nos demuestran lo que sabemos, sino que la única manera de resolverlos no es gastar el tiempo y energías en hablar de ellos, sino en enfrentarlos así nos duelan, sobre todo, cuando las heridas se vuelven abrir, y luego, por suerte, cual heridas ya sanadas nos dejen sólo cicatrices.

 

MARiSOL

 

miércoles, 26 de junio de 2024

Pescando estrellas

 

Si todos nos pusiéramos a pescar estrellas, sobre todo, aquellas que llamamos estrellas fugaces, el Universo se terminaría quedando vacío de ellas y así nosotros nos quedaríamos sin poder pedir más deseos. Sin embargo, el Universo me llamó a la reflexión y me exhortó a que limite mis deseos porque no puedo pretender que las cosas ocurran como yo quiero. Es así como el Universo me dijo que debo aceptar el hecho que es mejor desear que nuestros deseos se produzcan tal como se deben producir para poder vivir sin grandes expectativas. Quizás aquí radica la clave para ser feliz. Es más, Él me explicó que la vida, la mía o la tuya, querido lector, no está hecha de deseos pero sí de los actos de cada uno. Y me recalcó que a mi alma (como a la tuya también) se le mide por la amplitud de sus deseos de la misma manera que uno juzga de antemano un rascacielos por la cantidad de sus pisos.

Después de escuchar al Universo, le pregunté que qué pasa cuando uno se acostumbra a no conseguir nunca lo que uno más desea. El Universo, después de soltar una carcajada, me respondió diciendo que, al final, uno acaba por no saber incluso lo que quiere. Yo, la verdad, que no sé si quería reirme igual que Él porque no hay cosa más bonita que vivir sus deseos, agotarlos en vida ya que es el destino de toda existencia como la mía o la tuya, querido lector. El Universo, si bien me entendió, me hizo saber que no sólo me dedique a desear algo en voz alta, sino que me esfuerce por alcanzarlo porque si no me quiero sentir frustrada o triste, debo aprender a sólo desear todo aquello que dependa de mí y no de otros.

Mientras me encontraba conversando con el Universo, una estrella fugaz hizo un alto en su camino y me dijo que los deseos se tienen pero no se piden porque lo que se pide es el objeto del deseo. ¡Es verdad! Y como yo no hablaba, la estrella fugaz me dijo que los deseos de tu vida, querido lector, o de la mía terminan formando una cadena, cuyos eslabones son las esperanzas y es que éstas nos recuerdan que lo esperado no sucede, sino, más bien, es lo inesperado lo que acontece y hay que saberlo aceptar. Es más, la estrella fugaz me hace ver que las esperanzas son un empréstito que se le hace a la felicidad... esa felicidad que cuando viaja de incógnito, sólo después que ha pasado a nuestro lado, realmente sabemos de ella. Después de escucharla y antes que ella se despidiera de mí, tomé conciencia que no sé si quiera seguir pescando estrellas esta noche cuando me ponga a la ventana de madrugada, sobre todo, cuando busco estrellas fugaces entre las estrellas porque tengo una lista de antiguos deseos que me gustaría que se cumplan.

El Universo (vasto símbolo de Dios), después de despedirse también de la estrella fugaz, me dijo a modo de consuelo que tanto tú, querido lector, como yo somos pedazos de él, del universo, hecho vida. Y es que tanto en tu corazón, querido lector, como en el mío no sólo brilla la estrella de nuestro destino, sino que existe, al menos, un rincón del universo que con toda seguridad podemos mejorar, y somos nosotros mismos. Quizá debamos no sólo aprender a no temer todas las cosas como mortales y todas las que deseamos como inmortales, sino también debemos aprender a no sólo pedir deseos porque es como soñar y soñar en teoría es vivir, finalmente, un poco, mientras que vivir soñando es no existir. ¿Y sabes por qué, querido lector? Porque a nadie cuesta más vivir que a aquel que mucho desea. Es cierto, pero yo (no sé si tú también)  tengo un solo deseo. El Universo sabe cuál es. 

Espero que esta noche se deje ver una estrella fugaz para poderla pescar con mis manos y acunarla no sólo dentro mi corazón, sino en el tuyo también, querido lector. ¿Y sabes por qué? porque si bien la razón (o inteligencia) puede advertirnos sobre lo que conviene evitar, sólo el corazón nos dice lo que es, realmente, preciso hacer sin necesidad de estar pescando estrellas.

MARiSOL


El Color del Futuro

¿De qué color está vestido el futuro? se pregunta Ana María. Sinceramente pienso que ella no trata de describirlo, sólo de prevenirlo aunque ella me haya pedido, querido lector, que te pregunte: ¿Qué puede haber imprevisto para el que nada ha previsto? La verdad que no sé qué contestar porque pienso que cuando se está en medio de las adversidades, ya es tarde para ser cauto.

Ana María suspira porque, por el momento, el color del futuro no luce ni esperanzador ni alegre ni irreverente. Tal vez porque el futuro está oculto detrás de todos nosotros que lo hacemos. Pareciera como si éste se encontrara en una dimensión diferente y jugara a las escondidas con todos nosotros. 

La verdad es que yo pienso diferente. Ana María al mirarme molesta, yo le digo (como el destino que soy) que mientras yo baraje las cartas, tanto ella como tú, querido lector, serán los que jugarán.  Y les advierto que deben jugar limpio para no culpar a otros de sus errores. Pero al decir esto último, Ana María me dice muy molesta que no siente el menor deseo de jugar en un mundo en el que todos hacen trampa. Tengo que admitir que ella tiene razón porque en asuntos internacionales, la paz es un período de trampas entre dos luchas.

¡Ay! El futuro no realizado es como una rama seca que queda atrapada sólo en el pasado... en ese pasado del cual ya deberíamos haber aprendido a valorar mejor la vida porque quien no la valora, no la merece, pues, la mayor parte de los hombres no hacen otra cosa que existir.  Esta vez, si bien Ana María me da la razón, ella con un buena dosis de optimismo sabe que las ramas de todo árbol, pasado el invierno o la época de oscuridad en la que se encuentra la humanidad, reverdecerán y florecerán.

No quiero afligir a Ana María más de la cuenta. Mientras ella me mira en silencio, sus ojos me preguntan si acaso no será cierto que el futuro pertenece a quienes crean  en la belleza de sus sueños. ¿O será que el futuro es tan sólo una página en blanco?, ¿o será, quizás, una fe de erratas?

- ¡No sé qué es mejor! - grita Ana María bastante afligida aunque trate de que su voluntad y esperanza sean optimistas porque, lamentablemente, su conocimiento es pesimista. Y es que un pesimista es un optimista con experiencia porque como dice un dicho bastante conocido por todos: "Más sabe el diablo por viejo que por diablo".

Mientras trato de calmarla le hago saber que, más bien, no piense demasiado en el futuro porque éste llega muy pronto. Sin embargo, Ana María sabe perfectamente que al reconocer las señales o indicios de lo que ha de suceder, ella hará lo posible de vestir su futuro, hasta su último suspiro, con el mejor color de todos, con el color del amor porque éste es el verdadero color que la humanidad necesita para vivir sin enfrentamientos, sin contratiempos y sin conflictos bélicos. Y es que vivir en armonía con los demás nos da la paz interior que necesitamos para ser realmente felices. Y aunque esto suene a utopía, Ana María quiere pensar que no es demasiado tarde para construir una, del color que tú desees, querido lector, que nos permita, en un futuro cercano, compartir la tierra entre todos como ésta realmente se merece.

 MARISOL 


viernes, 14 de junio de 2024

Verde Esperanza

 

 

La vida es posible pese a todo hasta cuando pretendemos mantener a raya al horror, a la tristeza, a la inseguridad y a la soledad. Y así la vida, por momentos, nos parezca muy traicionera, tenemos que ingeniarnos para ser felices, pero no buscando la felicidad fuera de nosotros como si fuéramos caracoles que caminamos en busca de nuestras casas o buscáramos nuestros lentes cuando los tenemos sobre la nariz.  Más bien, hay que pintarla tercamente de un intenso y creciente color verde para desafiar a cualquier viento gélido que nos quiera morder sin clemencia nuestra alma ... esa alma que tiene ilusiones como el pájaro tiene alas ya que eso es lo que lo sostiene. 

¡Ay! Una vida sin ilusiones es estéril como un desierto. Y así las ilusiones no las podamos comer, sí que nos alimentan espiritualmente. Sin embargo, cuando las vamos perdiendo en el camino de la vida, mientras vamos madurando y no sólo envejeciendo, nos damos cuenta que necesitamos tener otras ilusiones. Será porque la esperanza es como un árbol en flor y también frondosamente verde que se balancea dulcemente al soplo de las ilusiones así éstas sean sólo ilusiones perdidas. 

Y es que algo que he aprendido es que nuestra experiencia (aquella que nunca es un fracaso porque siempre nos demuestra algo) se compone más de ilusiones perdidas que de sabiduría adquirida. ¿Y sabes por qué, querido lector? Porque saber mucho da ocasión de dudar más. Será porque la duda es la madre del descubrimiento porque para investigar la verdad es preciso dudar, así sea de todo. Quizá porque la duda es más apasionante que solamente creer ya que creer todo a pie juntillas resulta ser tan monótono como el color gris. Y es que la falta de cromatismo nos vincula al aburrimiento, apatía, falta de ambición, falta de fuerza y capacidad de lucha. Por este motivo, pinto mi vida de colores. Pues bien, la pinto con uno de mis colores favoritos, el verde, no sólo por simbolizar bienestar, felicidad y salud, sino por conectarnos con la estabilidad y la armonía, y porque lo asociamos con el renacimiento, la sanación y la protección. 

El color Verde me mira agradecido por preferirlo ahora. Y es que este color es uno de los colores que domina en la naturaleza (junto con el color azul). Cuando pienso en el color Verde Esperanza imagino no sólo montañas, valles, bosques, selvas, pinos, cedros, robles, castaños, eucaliptos, palmeras, cáctus, etc. Pienso también en ranas, saltamontes, orugas, loros, iguanas o en la boa esmeralda. Con el color Verde me invade una sensación de tranquilidad y paz. Es más, estar en contacto con las plantas y árboles nos ayuda a aliviarnos del estrés. Demás está decir que el verde predomina en numerosas hierbas aromáticas y curativas que previenen y curan enfermedades. 

Definitivamente, en este momento, el color verde me gusta mucho aunque algunos se pongan verdes de envidia al asociar este color al liderazgo, a los pensadores estratégicos, a personas independientes y tercas al basar sus decisiones en hechos, además de ser conciliadores y pacifistas. Sí, es el Verde Esperanza con el que deberíamos pintar a la humanidad entera, sobre todo, sosteniendo un trébol de cuatro hojas entre nuestras manos. ¿Y sabes por qué, querido lector? Pues, porque cada hoja representa uno de los cuatro componentes básicos de la felicidad. Y son: Amor, Fe, Suerte y nuestra querida Esperanza. 

Antes de terminar, te hago saber que a esta última me aferro porque así el mundo se acabara mañana, plantaría un árbol. ¿Y tú, querido lector? El árbol  no sólo significa vida. También es la conexión entre el cielo y la Tierra, entre lo divino y lo humano. Allí donde no entra en juego no sólo el color Verde Esperanza, sino, más bien, la Divina Esperanza o Esperanza Divina porque ésta es como un faro, p.e., en la música, al ofrecernos consuelo y fortaleza en momentos de incertidumbre. Recurro a ella porque expresa fe y optimismo al igual que mi querido Verde Esperanza.

MARiSOL


miércoles, 12 de junio de 2024

Los hilos del mundo

 


Apartarnos de la realidad (muchas veces altiva, voraz, enigmática y hasta calculadora) no podemos aunque quisiéramos. Sólo por momentos lo logramos sea p.e. trabajando o entreteniéndonos con nuestros pasatiempos. Somos como héroes caídos tratando de hacer un alto ante la realidad no sólo por sentirnos huérfanos de toda felicidad, sino por esa sensación de derrota incrustada en nuestras almas por ver a una fuerza mayor, tan oscura como la noche, moviendo los hilos del mundo. Es como un gigantesco titiritero que nos mueve a su antojo provocando desórdenes en todo el mundo en la ilusión de que luego podrá frenarlos o encauzarlos según sus deseos. Mas, ¿dónde quedaron nuestros deseos? Quizá no existan como tal porque la vida no está hecha de deseos, sino más bien de los actos de cada uno de nosotros. Debe ser cierta esta idea porque cuando uno se acostumbra a no conseguir nunca lo que desea, pues acaba uno por no saber incluso lo que uno quiere. ¿Y qué es lo que tú quieres, querido lector? Me atrevo a decir que la primera palabra que sale de tus labios es PAZ. 

Sinceramente, yo abogo, más bien, por la palabra: RAZÓN por ser la facultad del ser humano de pensar, reflexionar para llegar a una conclusión o formar juicios de una determinada situación. Y, sin embargo, es triste ver cómo nos jactamos de ser animales racionales, pero,  ¿razonables? Mmm.... Tal vez, excluir la razón como no admitir más que la razón sea una gran equivocación aunque la verdad si no chocamos contra la razón, nunca llegaremos a nada, a ningún lado así ésta obre con lentitud.  ¿Y sabes por qué, querido lector? porque la razón necesita no solo de la fé para salvarse y salvarnos, sino es necesaria también para sopesar las probalidades en la balanza de nuestros deseos así como llegar a comprender que hay muchas cosas que la sobrepasan.

En mi modesta opinión pienso que la razón se compone de dos verdades: la que hay que decir y la que hay que callar porque todo lo racional es real y todo lo real es racional. Y si la razón va de la mano del corazón, mejor, porque el corazón tiene razones que la razón ignora. Por este motivo hay momentos donde los hilos del mundo tiemblan, aunque sea por pocos instantes, porque las manos del titiritero son las que realmente tiemblan, dudan.... Y es que mientras la razón se hace adulta y vieja, el corazón permanece siempre niño porque desea conservar su inocencia... esa inocencia, que muchos piensan que es un lujo que uno no se puede permitir porque la realidad te despierta a bofetadas.
 
- ¡Ay! Pero nosotros, cual títeres, tenemos alma - le grito enervada al titiritero - Es más, podría ayudarte a encontrar tu propia alma, si quisieras. Pero, el titiritero me ignora porque sabe que los títeres como yo podemos hacerle hacer cosas a él que ni siquiera se le habían ocurrido hacer. Y es que los títeres tienen su propio carácter y personalidad más allá del que mueve los hilos. Por este motivo debemos hacernos la pregunta: ¿Quién manipula a quién? En la vida pasa lo mismo. Muy pocas veces tenemos consciencia de saber qué parte de nosotros está manipulando nuestras palabras, emociones, pensamientos, etc.

Si bien me doy cuenta que muy por encima de mi cabeza hay un manipulador moviendo los hilos no sólo de mi vida, sino de la tuya también, ¿cómo hacer para sentirnos libres de tanta presión emocional, miedo ante las guerras que bailan sin ton ni son y nos obligan a tomar partido y terminamos peléandonos unos con otros?  Por un momento, me imagino trepando por los hilos y matando al titiritero para poder ser libre. Sin embargo, la idea la descarto por ser vengativa. Pero, ¿cómo romper estos hilos que nos mueven? Y es que siempre aparecen nuevas manos invisibles dispuestas a tejer nuevos hilos.
 
Realmente somos seres frágiles  por vivir en un mundo que no siempre controlamos. Lo mejor es esforzarnos en controlar nuestra propia vida así como el titiritero trata de controlar a sus títeres. Quizá hay que aprender a escuchar los signos o señales que nos da la vida y estar preparados para lo que venga (sea lo que sea) y la mejor manera es viviendo en el aquí y ahora, en el presente, mientras como los niños nos emocionamos frente a un títere porque nos reconocemos en él. Será porque la infancia tiene algo de sagrado. 
 
El titiritero me mira con odio como un perro rabioso. Y por más que él mueva sus hilos y zarandee de un lado a otro mi alma, lucharé desde mi trinchera pero sin lamentarme porque de nada sirve lamentarnos de los tiempos en los que vivimos. Pero, ¿cómo? Tal vez intentando comprender que no soy un personaje de tragedia aunque en el camino sea audaz intentándolo todo mas no consiguiéndolo todo. Mejor así, porque quien todo lo quiere, todo lo pierde. Lo único que queda es el amor porque es todo lo que realmente existe y porque el amor lo toma no sólo todo, sino que todo lo da por más que el titiritero se esfuerce como un necio en seguir moviendo los hilos del mundo así no sepamos realmente quién es el titiritero, mas intuimos quién está detrás y es aquella persona (o grupo de personas) que tiene la fuerza y poder necesarios  para totalizar a las personas. 

Pero, ¿quién diablos mueve los hilos del mundo de forma directa sin salir a escena? Sólo vemos a grandes grupos de poder, cual unidades administrativas y cual coaliciones secretas, que mueven los hilos en su lucha por la hegemonía global. Su manipulación no tiene límites y está orientada a la formación y redirección de la voluntad colectiva de las distintas sociedades que tiene nuestro mundo. Su manipulación va más allá de toda explicación asistida de la razón porque lo único que quiere es que la realidad se esconda tras la apariencia. ¿Y sabes por qué, querido lector? porque la apariencia es la que se impone como la verdad oficial mientras se oculta la verdadera verdad al que nosotros, los títeres, no podemos tener acceso por ningún motivo. Y por este motivo, debemos rebelarnos porque la insurrección es el acceso de furor de la verdad. Y mientras pienso esto último que acá escribo, nosotros, los títeres, sabemos que, a veces, la insurrección puede volverse resurrección para podernos liberar de los hilos que nos mueven y mueven a nuestro mundo porque es obvio que el mundo se está yendo al carajo y la única oportunidad posible es que intentemos prevenir que sea así.

El titiritero ya no me mira con rabia, sino que suelta una carcajada, pero su risa no es contagiosa. Todo lo contrario, da miedo. Y mientras él se ríe, y nosotros tratamos de descifrar quién es el titiritero, él pacientemente sigue moviendo como le dá la gana los hilos del mundo, y de paso, a nosotros también.

MARISOL



viernes, 7 de junio de 2024

En primera fila

 


Iris sabe que los recuerdos son como sombras fieles que van de la mano de su memoria, ese paraíso donde ni ella, ni tú ni yo podemos ser expulsados. ¡Ay! los recuerdos son como equilibristas actuando entre brisas y tempestades  sobre un inmenso escenario de dementes. Será por este motivo que al nacer lloramos por saber a dónde venimos. Llegamos a un mundo que podría ser mejor y más bello y, sin embargo, nos encontramos, por fuerza mayor, en un territorio impenetrable y hostil donde el amor queda fuera así él le muestre el trasero al mismísimo poder... a ese poder carente de moral pero que se deja llevar para pasar a la embriaquez, al exceso ante nuestros atónitos ojos y atentas orejas. 

¿Será que el amor está de vacaciones o, acaso, está fuera de combate? se pregunta Iris. El amor sabe que aunque desafíe al poder, sobre todo, cuando todos quieren ser amos y ninguno dueño de sí mismo, también sabe lamentablemente que no todas las guerras tienen el cielo de su parte porque quien al cielo escupe, en la cara le cae y, finalmente, tarde o temprano cae de rodillas nuestra alma, sobre todo, cuando ciertos pensamientos nuestros se convierten en plegarias sea cual fuere la actividad que realicen nuestros cuerpos.

En este momento, Iris de la mano de sus recuerdos, recorre, cual gran equilibrista, sus tres tiempos por considerar al pasado con respeto y el presente con desconfianza, sobre todo, cuando se pretende asegurar nuestro esperado porvenir.  Pero, ¿qué está por venir? Más bien, Iris no desea hacerse esta pregunta indiscreta. Desaría más bien conocer la respuesta. Aunque ¡ojo! si ésta fuera blanda,  quebraría, para alegría de todos, a la ira en mil pedazos. Mas una contestación dura excitaría al furor. Su cólera exaltada no tendría límites porque se vengaría de todos nosotros, cual espectadores ante una pésima obra de teatro. Iris sabe que ni las pifias ni las protestas servirían de nada porque no ser nada y no amar nada, es lo mismo, al fin y al cabo.

Quizá deba Iris abandonarse a un sopor profundo y benéfico para despertar en otro mundo donde no se vista tan sólo de tristes sucesos. Ella busca un lugar de reposo que la cobije de tanta incertidumbre por no saber qué cantidad pueda ella seguir soportando mientras siente cómo ella se tambalea por no saber a qué agarrarse para seguir hacia adelante. Y es que delante suyo está el escenario. Sobre éste hay un velorio puesto en escena donde si bien no existen realmente ni muertos ni deudos, sin embargo, las notas necrológicas alrededor del mundo podrían ser incontables. Éstas poblarían el universo como estrellas. ¡Ay! si conociéramos el verdadero fondo del sentido de la vida tendríamos compasión hasta de ellas. Iris se pregunta si algún día encontrará la suya. Si fuera así estaría yo en primera fila para felicitarla porque ella insiste en hacerme saber que nació con una estrella pintada en su alma y no nació estrellada. 

Y tú, querido lector, ¿estarías en primera fila para aplaudir no sólo a tu alma, sino también para aplaudir al destino del mundo? Y es que el mundo es una comedia para los que piensan y una tragedia para los que sienten. ¿Y sabes por qué, querido lector? porque el mundo no es un espectáculo, es, más bien un campo de batalla. Iris me mira y me pregunta si yo soy capaz de resistir a tanto dolor o si prefiero abandonar el campo de batalla sin haber luchado. Mi respuesta es que cada uno de nosotros lucha, a su manera, para ser feliz en el gran teatro de la vida. 

Como a Iris no le convenció mi respuesta del todo, me dijo que mientras los débiles no luchan, los más fuertes luchan quizá una hora, pero los que aún son fuertes, luchan un par de años. Pero los más fuertes de todos, luchan toda su vida, pero no para abrirse a codazos o haciendo daño a otros cueste lo que cueste, sino la mejor lucha es combatir lo peor de cada uno de nosotros, nuestros vicios, malos pensamientos y malas intenciones. Sólo así estaría ella en primera fila para aplaudirnos no sólo a mí, sino también a ti, querido lector.

MARiSOL


miércoles, 5 de junio de 2024

Machu-Picchu y yo

 

Mientras voy anotando concienzudamente en mi mente las Maravillas del Mundo, veo cómo éstas se multiplican al azar, quizá por ser éste el seudónimo de Dios al no querer poner su firma. Y es que Él sabe que en este mundo moderno en el que vivimos ya no hay sólo siete Maravillas, sino muchas más... Empecemos a nombrarlas: La gran Muralla (China), Petra (Jordania), Cristo Redentor (Brasil), Machu Picchu (Perú), Chichén Itzá (México), Coliseo Romano (Italia), Taj Mahal (India), Pirámides de Giza (Egipto), Jardines Colgantes de Babilonia (Irak), Templo de Artemisa (Turquía), Coloso de Rodos (Grecia), Faro de Alejandría (Egipto), Isla de Pascua (Chile),  Cataratas del Iguazú (Brasil y Argentina), Las Torres Petronas (Malasia), Ópera de Sidney (Australia), Torre Eiffel (Francia), Guerreros de Terracota (China), Estatua de la Libertad (EEUU), Burj Khalifa (Emiratos Árabes Unidos), Puente de las Manos (Vietnam), La Sagrada Familia (Espana) y un larguísimo, por no decir un infinito,  etcétera.

Hermoso sería si la humanidad (cansada de soportar tanta realidad violenta) cimentara una genuina amistad con el mundo (creado por manos divinas) para ser recreado no sólo en nuestra imaginación así tengamos la facilidad de sacar de la nada un mundo increíble y maravilloso como algunas de las maravillas nombradas. Me imagino por ser más importante la imaginación que la lógica ya que ésta es buena para razonar pero mala para vivir.

Buenos amigos deberíamos ser y tratarnos de manera poética para evitar que todas las maravillas del mundo estén expuestas no sólo a tanta basura, suciedad y contaminación ambiental ... Mi idea no es desproporcionada, sobre todo, cuando veo como muchos de nosotros estamos secos por dentro y no estamos dispuestos a reconocer al milagro, sobre todo, cuando constatamos que hay dos maneras de vivir la vida. Una como si nada fuera un milagro y la otra como si todo fuera un milagro.

Definitivamente el mundo reclama clemencia porque desea preservar no sólo estas maravillas, sino otras más donde se incluyen maravillosas obras literarias, musicales, científicas, tecnológicas, etc. Sólo pueden seguir siendo creadas por el ser humano si desea también conservarlas y quererlas. Esto es lo que deberíamos hacer la mayoría aunque una minoría esté empeñada en la tarea de destruirlas abusando de su inteligencia de manera equivocada y diabólica. 

Es así como a lo lejos a Machu-Picchu (una de las siete Maravillas del Mundo Moderno desde 2007) lo escucho llorar mientras entre lágrimas me dice que las obras del hombre superan a cada uno de nosotros, incluso aunque se trate de un genio. Es más, me recalca que hay algo sobrehumano en la capacidad de creación del ser humano cuando se deja llevar por buenos sentimientos. Es como si hubiera algo de sobrehumano en el hombre cuando la voluntad y la pericia van de la mano para crear obras maravillosas. 

Después de escuchar a Machu-Picchu y darle la razón, debería yo hacerme la pregunta: ¿De dónde procede la inteligencia? Pues, pensar que la propia inteligencia procede de uno mismo es negar a nuestro Creador. ¿Y sabes por qué, querido lector? Porque las maravillas del hombre son, al fin y al cabo, espejo de las maravillas de Dios. Es como un gran espejo mágico donde toda la creación pura y cristalina del ser humano se refleja sin interrupciones cuando desea ser sublime porque lo sublime es un bien común, un bien, mejor dicho, un tesoro para toda la humanidad.

MARiSOL

 

 

viernes, 31 de mayo de 2024

A lo hecho, pecho

 


Elisa piensa que tan descabellada no es la idea de recordar con gusto una serie de errores cometidos, a lo largo y ancho de su vida, como consecuencia de falsas decisiones tomadas en su momento. Tal vez, por un lado, ella se equivocó por temor a equivocarse en su afán de ser feliz y por el otro, cada vez que ella cometía un error le parecía descubrir una verdad desconocida. Y es que, en el fondo, querido lector, los errores poseen su propio valor. ¿Y sabes por qué? Porque el verdadero valor consiste en saber admitir lo ocurrido mientras en voz alta Elisa se dice así misma: "A lo hecho, pecho". 

¿Será cierto que los errores más pequeños son siempre los mejores? Elisa sabe que resultan más fáciles de admitirlos rápidamente. Me imagino que cuando los errores son más grandes, cuestan mucho darles la cara o enfrentarse a ellos sin vacilar y sin pestañear. Los errores, finalmente, son como las deudas compradas a crédito de tu vida, de la mía o de la de Elisa y que se encuentran registradas en gruesos cuadernos de contabilidad de tapas negras para llevar así un registro ordenado de todos ellos.

¿Más qué le dice el Destino de Elisa? ¿Qué opina ese destino  mientras baraja las cartas que nosotros jugamos? Él le aconseja a ella que no vea su vida en ruinas por más que otros le digan que la vida es un montón de insignificantes e irónica ruinas. Ni siquiera hay que dignarse a darles un recibimiento dentro de la mirada (tuya, mía o de Elisa) así un gesto de asombro cabalgue desbocado haciendo caer a los  errores, uno a uno, a nuestro paso. Tambalear no quiero ni tú tampoco, me imagino, sobre todo, al darnos cuenta que mientras más grande y extensa que todas las esperanzas sea la cadena de errores, nadie puede ser libre cuando uno se ríe de ésta.  

Si bien, querido lector, tú sabes que es común cometer errores, lo importante es corregirlos y no obstinarnos en ellos. ¿Y sabes por qué? Pues, porque la obstinación es el otro nombre de la estupidez. Y si ésta insiste mucho, peor aún. Sin embargo, Elisa no sabe qué es mejor, si reconocer a tiempo sus errores o cometerlos, como casi todo el mundo, pero sin que nadie la vea. ¿Será cierto que la verdad en un tiempo es error en otro? 

El Destino al ver a Elisa vacilar le recuerda que no sólo es la propia simplicidad del asunto lo que nos lleva a cometer errores, sino que los grandes errores son armas que acaban siempre por dispararse contra nosotros mismos. ¡Ay, a lo hecho pecho! porque si cerramos la puerta a todos los errores cometidos por nosotros, también seremos testigos que se quedará fuera la verdad, aquélla que descansa tranquilamente mientras se agitan los errores, ya sea por nuestra ligereza o ignorancia, sobre el camino de nuestras vidas. 

Por suerte, Elisa está, poco a poco, entendiendo que mientras la verdad permanece, los errores pasan con el tiempo, pero no para olvidarlos, sino para aprender de ellos porque la vida es un contínuo aprendizaje. Pues, lo que hoy son errores, mañana serán experiencias.

MARiSOL