lunes, 4 de marzo de 2024

La voz de la caracola

 

 

Ring, Ring, Ring.... La llamada parecía urgente. ¿No sería acaso una llamada de atención o era, tal vez, una señal que el universo me enviaba? Yo diría que eran ambas en una sola. Contesté.

- ¡Alo! ¿Quién habla? - le pregunté desconcertada a una caracola que encontré, sin querer (¿o fue a propósito?) en una playa perdida entre mis recuerdos.

- Soy yo, tu alma de niña - me respondió la caracola y continuó hablando - Vengo de muy lejos, de un pasado ya inexistente, pero que sigue viviendo, aunque no quieras, en la memoria de tu corazón. Hoy regreso a ti para recordarte de donde vienes y hacia donde te debes dirigir para reencontrarte contigo misma y para que no te olvides nunca de tus raíces, de la tierra que te vió nacer. Podrás hacer pausas y/o paréntesis en tu vida, donde quieras que te encuentres, pero a mi siempre regresarás. ¿Y sabes por qué? Porque soy yo quien te ayuda, finalmente, a reafirmarte en tus deseos, a saber quien eres realmente y también a reconciliarte con tu pasado para hacer más bella tu vida.

En este preciso momento quisiera hablarle a la caracola pero no puedo. Y es que siento un gran cansancio. ¡Ay! Mi lengua no solo está trabada, sino que tengo un nudo en la garganta. Por suerte, mis ojos están ahora sin lluvia. Será por el cansancio que no sólo siento en el cuerpo...

Mientras la caracola me mira, me dice que mi cansancio se debe al peso de las impresiones vividas. Han sido tantas, tan hermosas y hasta mágicas que por este motivo debo primero procesarlas. No sé si sea necesario porque las fotos hablan por sí solas. Todas ellas me sonríen con mucho cariño.

 Despierto asombrada que mi sueño no fue un sueño. Constato que la  realidad superó a mi fantasía. Y cuando soy consciente de esto, soy feliz. 

MARISOL

 

 

sábado, 13 de enero de 2024

La maleta de viajes


Hoy día no sólo he sido testigo de un robo... Voy por partes. Hoy por la mañana fuí en autobús a una calle llamada Schloßstrasse (la calle del castillo) que está ubicada en el distrito de Steglitz-Zehlendorf, al sur-oeste de Berlín. Esta calle es bien concurrida ya que hay muchos tiendas de ropa, cafeterías, restaurantes, farmacias, librerías, centros comerciales, etc. 

Mi intención era comprarme un poco de ropa y lo conseguí. Luego después entré a una zapatería (por cierto, la Schloßstrasse es la calle con mayor número de zapaterías en todo Alemania). Pero antes de entrar a esta tienda, ví que un hombre bajo, moreno y muy delgado y con cara de yonqui estaba parado al lado de la puerta de entrada (también de salida). A su lado habían dos bolsas grandes con ropa. Lo que deduje que era una persona sin techo. En el momento que yo iba a entrar a la zapatería ví que este hombre había intentado sacar por un costado del sensor grande de alarma, ubicado al pie de la puerta,. una maleta grande azul de viaje. Como me le quedé mirando fijamente, él desistió de hacer su fechoría.

Al no encontrar zapatos que me gustaran decidí irme de allí. Cuando ya me disponía a salir de la tienda ví que este hombre seguía parado al lado de la puerta.  Al ver este hombre que yo dejaba la tienda y le daba la espalda, aprovechó para robarse en un santiamén la maleta. Lo que el ladrón no se esperaba era que yo me volteara en el preciso momento en que se robaba la maleta de 78€. 

Cuál sería mi sorpresa que yo al ver el robo retrocedí los 20 metros aproximadamente que me separaban del ladrón. Él, con sus dos bolsas en una mano y agarrando bien firme con la otra la maleta, vino caminando de lo más tranquilo en dirección mía. Si él se hubiera esperado un par de minutos más yo no lo hubiera visto robar, pero como él no se pudo aguantar, se expuso a que yo lo viera.

Pues bien, viendo que en la calle había gente, en una fracción de segundo pensé: "No estoy sola y alguien me ayudará de ser necesario. Pero no. En cuanto me le tiré encima, mejor dicho, le quité la maleta, aquí empezó la parte más fea... forcejeamos. No me tiró al piso de milagro, pero en el momento que me quiso dar un puñete en la cara  mientras yo gritaba rabiosa: ¡Ey, has robado esta maleta! y él lo negaba y me miraba con un odio visceral en su mirada, fue cuando me arrancó con fuerza la maleta de mis manos.

Lo que más me duele fue la indiferencia de la gente; no puedo creer que los transeúntes no hayan sabido entender la situación, sobre todo, si estuvimos forcejeando por un minuto más o menos y los dos nos gritábamos. Después de quitarme, finalmente, la maleta, el ladrón se fue caminando tranquilamente calle abajo. Y mientras él se alejaba, yo entré rápidamente a la zapatería para avisarles que les acababan de robar una maleta. La otra sorpresa mía fue la reacción de los dos empleados que estaban en la caja atendiendo al público. Uno era un hombre alto y joven, el otro, una mujer también alta y joven. Pues, yo esperaba que cualquiera de los dos jóvenes dejara todo tirado y saliera disparado de la tienda en vista que hubiera podido alcanzar al ladrón y hubiera podido recuperar la maleta. Pero, no, ninguno reaccionó como yo me imaginé. Esta reacción pasiva no me la esperaba.   Mientras el joven vendedor estaba mudo, la joven empleada sólo alcanzó a decirme: "¿Por qué no nos avisó antes?". Mi respuesta en voz alta para que todos me escucharan fue: "El ladrón se encuentra a un par de metros de esta tienda con una maleta suya y se va caminando como si nada porque sabe lo fácil que es robar acá en Alemania". Silencio total.  

Al salir de la zapatería, se me acercó el vigilante (un wachimán moreno, alto y fornido) de otra tienda colindante y me preguntó lo que había pasado. Me lo quedé mirando; moví la cabeza incrédula de sus palabras. Solo atiné a decirle que si él me hubiera ayudado a quitarle la maleta al ladrón, éste se hubiera tenido que rendir. 

Finalmente  te pregunto, querido lector, tú qué hubieras hecho. ¿Me hubieras ayudado? 

 MARiSOL 

jueves, 23 de noviembre de 2023

Humanidad


Entre el presente y el pasado, el futuro queda navegando solitario, sin brújula y sin timón. Quizá porque no sabe a dónde ir en estos días intensos de malos presagios. Sigo observando atónita cuán cambiada está la humanidad. La veo cansada de todo hasta de lo que más disfruta. Sinceramente, cuando la humanidad cese de lanzar piedras contra sus espíritus superiores, sobre todo, al más grande de todos, le podré recién levantar un monumento aunque todo se desmorone a mi alrededor. Y es que el mundo se está rompiendo en pedazos y no todos queremos darnos cuenta por temor a tanta realidad. ¿No será que la humanidad no la puede soportar? Esa realidad que nos hace ver no sólo la inteligencia de las bestias, sino de la bestialidad de los hombres.

Confieso que mi fe en la humanidad se me escapó desde hace ya tiempo al verla tan depredadora, competitiva, violenta y machista. Es incapaz de gestionar sus propias capacidades. ¡Ay! Qué triste ver cuán brillante ésta podría ser si no le faltara lo más importante: una fe inquebrantable en la fuerza oculta del alma humana. Y es que la fe es querer lo mejor de nosotros mismos, confiar en ello y quererlo de verdad. Y, sin embargo, ¿qué le pasa a la humanidad? Veo que es el vivo retrato de un mundo no sólo mentalmente desordenado, sino espiritualmente desgarrado entre el bien y el mal que va camino hacia su propia autodestrucción, sobre todo, si no se impone el querer del bien solidario, sino el querer del interés egoísta. Pareciera que no somos capaces de querer de verdad o de confiar en lo más profundo y humano que late en nosotros como nuestra mejor posibilidad. No creo que habrá solución sin un acuerdo global si no llegamos a tener un un sistema eco-socialista, democrático y planetario porque las revoluciones violentas, mejor dicho, terroristas, nos han demostrado a través de la historia de su propia inhumanidad. 

Pienso que nosotros como humanidad mientras no asimilemos una sabiduría más humana y profunda a través de sus tradiciones espirituales, religiosas o laicas no podrá ni  ser realmente sabia ni podrá vivir en paz consigo misma si no aprende a ser benevolente, a no liberarse de sus apegos y deseos superficiales y a descubrir que sólo velando por el bienestar de todos podremos entender mejor las palabras de Dios en el siguiente versículo de la Biblia: "Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza y tenga dominio sobre los peces del mar, y sobre las aves de los cielos, y sobre las bestias, y sobre la tierra y sobre todo animal que se arrastra sobre la tierra" (Génesis 1:26-27).

Y es que el reconocer a un poder mayor que el de uno de ninguna manera nos rebaja sino, todo lo contrario, nos exalta porque si nos damos cuenta que hemos sido creados a la imagen de Dios, no nos puede resultar difícil acercarnnos a Él ya que el hecho de que hemos sido creados por Dios a su imagen y semejanza es lo que nos da un valor profundo a toda la humanidad. ¿Sabías, querido lector, que esta idea se repite continuamente a lo largo de toda la Biblia?

Finalmente, te pregunto, querido lector, si sabes ¿cuál es la virtud que nos hace semejantes a Dios y estar al alcance de todos? Pues, ¡la Sencillez! porque ser sencillos es ir derecho hacia Dios, es no hacer nada sino para su gloria. La Sencillez es la verdadera sabiduría del corazón porque el idioma de éste es universal  y pertenece a toda la humanidad porque todas las religiones, al fin y al cabo, beben de la misma fuente. ¡Ay! Este mundo necesita de curación. La humanidad entera necesita de sanación porque el amor es el remedio más fuerte. ¿Y sabes por qué, querido lector? porque el amor divino lo abarca todo y lo une todo, incluso lo opuesto. ¿Será que ha llegado el momento de percibirnos como hermanos y hemanas y de trabajar juntos por un futuro mejor digno de ser vivido por todos? Mmmm.... esta pregunta queda suspendida cual puntos suspensivos sobre el mar de la vida, hasta nuevo aviso, entre los tres tiempos de nuestra humanidad.


MARiSOL

 

sábado, 21 de octubre de 2023

El gemido de Megido

 

(un cuento de la vida real)

Según La Biblia la nación de Israel será reconstruída y la Tierra será habitada otra vez por el pueblo del convenio (véase Ezequiel 36:10-12, 33-36). La Tierra se tornará muy productiva y llegará a ser como un Jardín de Edén (véase Ezequiel 36:8, 29-30, 34-36). Según la Biblia la última batalla se producirá en Megido, a 80 kilómetros al norte de Jerusalén (ciudad habitada por hebreos, musulmanes y cristianos), cuando llegue el final de los tiempos. Antiguamente existió allí una ciudad importante ya que fue ruta comercial entre Egipto, Europa y Mesopotamia; quedan restos arqueológicos de columnas. Megido queda también a 305 kilómetros de Beirut, Líbano y a 240 kilómetros de Damasco, Siria. ¿Sabías que Megido es desde 2005 Patrimonio de la Humanidad de la Unesco? Pues bien, ¿sabías que en la expresión griega "Har Ma-ge-don", fue tomada del hebreo (Har Megiddo) y transliterada como "Armagedón" por muchos traductores? ¿Sabes lo que significa? Pues, significa "Montaña de Megido" o "Montaña de la reunión de Tropas". Sin embargo, el término "Apocalipsis" es preferible a "Armagedón" cuando uno alude a un conflicto o catástrofe que implica exterminio o una gran devastación.

Para los incrédulos o escépticos esto que acá escribo no es relevante.  Y, sin embargo, esta profecía parece que está por cumplirse pronto. ¡Ay! En estos momentos no somos sólo testigos de una terrible guerra entre Israel y el grupo terrorista Hamás de Palestina, sino que otros países árabes como otros países de diferentes puntos del planeta se están haciendo presentes como los EEUU, por ejemplo. Por el momento, sólo como signo de advertencia, con sus portaaviones, submarinos nucleares, aviones de combate cargados con misiles nucleares y 2,000 soldados listos para un enfrentamiento de gran magnitud  para defender a Israel de sus enemigos. Y a Palestina, ¿quién lo defendería? Pues, Rusia, Corea del Norte, Irán y varios países árabes. Y, ¿que pasa con China? Este país asiático que lleva buenas relaciones tanto con Israel como con Palestina alza su voz y quiere convertirse en país mediador porque está en contra de la operación militar del Gobierno de Netanyahu en Gaza, pese a ser uno de sus principales socios comerciales. Pero como nadie sabe para quién uno trabaja, no sabemos qué rol jugará China en todo este conflicto finalmente. Me pregunto, ¿qué hizo Putin en China?, y, ¿qué hizo en Corea del Norte mostrando en silencio, pero de manera demostrativa, sus dos maletines negros portadores de muerte y destrucción? Es acaso, ¿una señal clara a los EEUU en el lenguaje diplómatico? Pienso que sí. En resumidas cuentas le advierte: ¡Conmigo no te metas. Aquí estoy para defender a Palestina!

Por lo que veo, por un lado, la Biblia (conjunto de Escrituras Sagradas formado por el Antiguo y el Nuevo Testamento) hoy en día cobra mucha más fuerza, sobre todo si las bombas nucleares penden de un  hilo sobre la humanidad entera.  Demás está decir que el Antiguo Testamento es común de judíos y cristianos y el Nuevo Testamento es aceptado solo por los cristianos. Bien, por el otro lado, no quiero dejar de lado al Corán ya que éste como la Biblia tienen en común la referencia y el valor que se les da a sus escritos sagrados respectivamente. Y, ¿sabes por qué? Pues, porque mientras para el Islam es la palabra eterna de Dios hecho libro, para el cristianismo esta palabra es el verbo eterno de Dios hecho hombre.

Pero el hombre  no ha aprendido poco o nada de Dios, Yavé, Alá o cualquier otro nombre que tú, querido lector, le quieras dar, ya que muchos de nosotros somos incapaces de saber perdonar y de vaciar nuestros corazones de odio y sed de venganza por más dolorosas y traumáticas que sean las experiencias hechas. Muchos confunden la debilidad de carácter con el perdón. Craso error:  Es todo lo contrario, es signo de fortaleza, es admirable y muestra un gran coraje porque hace ver lo mejor que llevas dentro. Y, todo parece indicar, que no hay nada que impida que esta guerra en el Medio Oriente se desate con más furia que la guerra ya existente entre Ucrania y Rusia. Y no olvidemos que otros países se encuentran en guerra desde hace ya tiempo. La lista es extensa: Siria, Sudán del Sur, República Centroafricana, Nigeria, República Democrática del Congo, Afganistán, Pakistán, Irak, Yemen, Somalia, incluso México debido a la cifra astronómica de víctimas que la violencia de los cárteles de la droga se cobra cada año así ésta no sea considerada como una guerra en el sentido técnico.

Desde este humilde espacio pido al Dios del Universo que nos ilumine con su infinita luz de amor porque está en nuestras manos ser mejores seres humanos. Por lo menos, yo lo intentaré hasta el final de mis días así trate de negar con todas las fuerzas de mi ser a Armagedón. Imposible negarlo, en estos momentos de mucha tensión, de posibles impulsos equivocados, de infinita rabia, frustración, traumas, dolor, miedo y angustia ante lo  inimaginable. Cuando leas o escuches, querido lector, el nombre de Megido en titulares de las noticias sea por internet, televisión o radio, sabrás que  será el lugar de batalla final entre las fuerzas del Bien y del Mal. Espero equivocarme aunque quizá, es el momento indicado para que Jesucristo lleve a cabo el plan de Dios. Si bien para unos Jesucristo vendría por primera vez, para otros sería la segunda venida de Cristo y el juicio final. Sea como sea la historia de la humanidad entera está en juego ante este posible Apocalipsis ya casi inminente. 

Si algo yo deseo con todo mi corazón es la destrucción del Mal; éste debe desaparecer de la faz de la Tierra para que ésta llegue a ser celestial. Y es que ni con  las protestas que se dan en distintos puntos del planeta defendiendo los derechos humanos de la  población inocente de Palestina, así como los de Israel no llegarán a buen puerto si éstas están vestidas de odio y vandalismo como, por ejemplo,  tratar de quemar la Sinagoga, herir a cientos de policías en Berlín, incendiar autos y pintar las paredes de edificios con las estrellas de David como antes... Es grotesco todo esto que aquí sucede en Alemania, sobre todo, cuando se prohibe hoy día a demostrar a favor de Israel ya que la policía berlinesa quedó espantada con lo sucedido en las calles del distrito de Neukölln hace un par de días atrás a raíz de una manifestación violenta a favor del pueblo de Palestina. *

Quizás es el momento para definir nuevos límites geográficos entre Israel y Palestina como solución aunque lo veo muy difícil, por no decir imposible ya que la Tierra Santa (Jerusalén) queda en Cisjordania, por un lado, y por el otro está la Franja de Gaza ubicada entre Israel, Egipto y el Mar Mediterráneo que cuenta con 360 kilómetros cuadrados y más de dos millones de habitantes. Muchos de  ellos huyendo del horror y víctimas no sólo de su propio gobierno, sino también de la gran fuerza militar de Israel que con la que, en cualquier momento, entrará. Dios quiera que no sea así porque esta guerra se extendería a nivel mundial. Pues bien, mientras la Franja de Gaza forma junto con Cisjordania el Estado de Palestina, la gran tragedia de este país árabe es que mientras el grupo terrorista Hamás controla la Franja de Gaza, la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), una coalición liderada por Fatah, el partido fundador de Yaser Arafat, es el que gobierna Cisjordania y no es islamista, sino nacionalista. Es así como esta rivalidad entre Hamás y Fatah afecta la causa palestina dificultando la obtención de un Estado propio.

Quizá mis ojos no sean nunca testigos de un milagro vestido de paz entre todos, pero aún así quiero pensar que algún día en la Tierra se podrá vivir sin guerras porque no olvidemos lo que realmente somos: seres divinos hechos a imagen y semejanza de Dios porque cada ser humano ha sido creado por amor. Y es que lo humano está inmerso en lo divino porque el hombre es criatura de Dios, pero ¡ojo! no puede jugar a ser Dios.  

Antes de terminar con estos pensamientos míos, ¿sabías que la Torá (libro de la ley mosaica de los judíos) significa "enseñar" en hebreo? La Torá conocida como el Pentateuco es la primera colección de textos de la Biblia hebrea. Es decir, la Torá, escrita por Moisés, se corresponde únicamente con los primeros cinco libros de la Biblia cristiana escrita por varios autores; trata de los orígenes no solo de los israelítas, sino de todo el mundo) y contiene una revelación de Dios. ¿Cuál será? Espero no se haga realidad el gemido de Megido.

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*Al final, el 22.10.2023 se realizó siempre la manifestación de paz para Israel en Berlín. Cerca de 10,000 personas estuvieron delante de la Puerta de Brandenburgo escuchando un discurso del Presidente Frank Walther Steinmeier, del embajador de Israel en Alemania, del Presidente de la Comunidad Judía y de familiares de rehenes alemanes en la Franja de Gaza.

MARiSOL


 

viernes, 25 de agosto de 2023

Egos inflados

 
Érase una vez un gato, llamado Toby, que se creía león. Pues sí, su exceso de autoestima o su amor exagerado de sí mismo no tenía límites. Esto hacía que los demás gatos del barrio lo evitaran porque todos se habían dado cuenta que él estaba más pendiente de su propio interés sin tener en cuenta el de los demás gatos. Y es que como el ego de Toby se manifiesta de forma constante y persistente y siempre está exacerbado, lamentablemente la frontera de lo lógico y aceptable para convivir con los demás gatos es imposible.

El gran problema de Toby es que termina aburriendo a los demás gatos del barrio porque no sólo habla de sí mismo, sino que se muestra soberbio ante ellos porque apenas los deja hablar. La verdad que a Toby nadie lo aguanta porque es un sabelotodo ya que siempre cree no sólo tener la razón y saber todas las respuestas, sino que reparte consejos así nadie se los pida ni lo quieran escuchar. Además, Toby quiere ser siempre el centro de atención no dándose cuenta que los demás gatos también son importantes. Lo peor es que cuando él se pone a conversar con sus vecinos, termina interrumpiéndolos. Empático  no es. Bueno fuera. También, más de un gato se ha dado cuenta que Toby es envidioso. Y es que hace pocos días atrás un gato más pequeño que Toby y nuevo vecino cuando le contó orgulloso que había cazado varios ratones durante la noche, Toby le dijo de manera arrogante que también había hecho eso varias veces y que no era ninguna gran hazaña porque sólo había cazado cuatro ratones. Y él, el gran Toby de la cuadra, podía cazar muchos más ratones en una sola noche.

Al final, el nuevo gato vecino no sólo se arrepintió de haberle contado sus logros, sino que para sus adentros pensó que Toby era un gato antipático y tóxico porque no sólo necesita ser aplaudido y reconocido por todo lo que hace, sino que necesita de la admiración de los demás gatos. Pero lo que todavía no sabe es que los demás gatos del barrio ya no se juntan con Toby porque es también manipulador. Más de uno cayó en su trampa hace tiempo ya. Pero como hoy en día todos le han puesto su límites o su "estate quieto", Toby, finalmente, se ha quedado solo; nadie lo aguanta porque sólo está centrado en sí mismo.

¿Qué piensas querido lector? ¿Tienes tú también un ego inflado? Por lo pronto, Toby va por mal camino, ¿no crees? Lo mejor es ser humilde (esa gran cualidad que implica el desapego a lo material y la ayuda al prójimo) ya que es una gran virtud a la hora de vivir en sociedad. Y es que si eres humilde, entonces, eres capaz de demostrar modestia dejando de lado el yo para preocuparte por los demás. 

Lamentablemente en este mundo hay muchos gatos como Toby (¿Qué diría Sigmund Freud?). La humildad es difícil de encontrar en la actualidad porque vivimos en una sociedad rebosante de egoísmo, donde las personas vivimos preocupadas por lo material, por el éxito, por el dinero y por el poder. Es más, las redes sociales nos ponen a prueba todos los días a nuestro ego. Debemos tener cuidado en dejar de ser humildes. Y es que las redes sociales terminan alimentando nuestro ego hasta el punto de desbordarlo. Me explico: Si bien al principio las redes sociales se crearon con el objetivo de facilitar la comunicación con las demás personas, de conocer a otras y darnos a conocer, pues, la mayoría de éstas se inclina más el darnos a conocer. Lo que quiere decir que son nuestro espejo ya que en ellas mostramos cómo somos o deseamos vernos ante los ojos de los demás. Y su uso inadecuado puede provocar percepciones distorsionadas de nosotros mismos haciendo que nos sintamos no sólo invencibles, sino muy sensibles a cualquier crítica. 

En todo caso, ¿hasta qué punto es bueno tener el ego alto? Pues, en cantidades adecuadas, el ego es positivo, sobre todo, porque nos proporciona un nivel saludable de  confianza y ambición reduciendo la incertidumbre. Es más, y para terminar, si supiera Toby la diferencia entre el ego y el yo, tendría amigos, ¿no crees? Y es que el Ego es el yo imaginario y el Yo acepta la realidad, lo que es, no se deja engañar por lo que imagina ser.

 

MARiSOL

miércoles, 9 de agosto de 2023

Entre el bien y el mal

 


Desde hace miles de años que todos nosotros nos movemos entre el bien y el mal aunque no todos podamos seguirlos definiendo igual que los filósofos griegos. ¿Será que ya no siguen vigentes sus teorías después de dos mil años? ¿O será que han perdido relevancia con el paso del tiempo? No lo creo ya que el bien y el mal es uno de los temas constantes en la historia de la humanidad, pero ¿para bien o para mal? He ahí la pregunta que filósofos, escritores y artistas se han hecho y siguen haciendo. Y tú, querido lector, también.

Lo cierto es que cada uno de nosotros tiene su propia definición de lo que es bueno o malo. Será porque este tema es inabarcable, aparte de ser controvertido y complejo. 

Pues bien, el bien y el mal están conversando. El bien le preguntó al mal si él sabe quién ha dictado lo que es bueno y lo que es malo. El mal riéndose a carcajadas le dijo que fue la filosofía clásica, después, las distintas creencias religiosas y la ley la ética laica. Luego el mal le preguntó al bien si sabe quién asume la responsabilidad de definir lo que es bueno o malo ya que todos tenemos una noción más o menos generalizada sobre este punto. El bien no sabiendo la respuesta exacta, más bien le hizo saber que ambos son ideas, que casi todo el mundo posee.

- ¡Qué cosa! ¿Somos sólo ideas? - preguntó el mal totalmente desconcertado. 

- ¡Sí! - respondió el bien. Somos como las pulgas que saltan de un hombre a otro, pero no picamos a todo el mundo.

- Pues, yo no quiero ser pulga, prefiero ser una chispa eléctrica - gritó el mal. Quiero causar incendios en las mentes de los débiles de voluntad. ¡JAJAJAJA!

Sinceramente que al bien le repugna el mal y poniéndose muy serio le hizo saber que  ellos dos, como el bien y el mal, son como dos notas musicales en una sinfonía ya que así como ésta es la combinación de notas bajas y altas, en el universo la armonía fluye de la combinación del bien y el mal. Es decir, de la combinación de opuestos.

- Al infierno con tanta palabrería - dijo enérgicamente el mal. Yo pienso que todos tienen derecho de determinar por sí mismos qué es bueno y qué es malo. No deberían existir ni leyes morales ni principios. Cada uno es libre de vivir como desee y de obtener lo que quiera por cualquier medio posible y de tener su propio código de vida.

¡Uy! El bien no podía creer lo que escuchaba. Así que decidido a defenderse del mal le instó a que recapacitara ya que sin leyes ni principios no sólo existiría anarquía moral, sino también individualismo puro y egoísmo total. Es más, el bien piensa que el hombre nace bueno, pero se hace malo por distintos motivos. Además, algunas personas que son crueles o brutales pueden llegar a rehabilitarse y mostrar sus cualidades buenas como la empatía y la amabilidad. 

- Pues, prefiero ser malo - le espetó el mal al bien y continuó hablando. Empatizar lo harás tú, yo no. Yo tengo mis propias necesidades y deseos y son más importantes que los tuyos. Me considero egoísta, autoabsorto y narcisista. ¡Y qué! ¡JAJAJAJA! Además, ten presente algo importante: Los hombres suelen, si reciben un mal, escribirlo sobre el mármol, y si es un bien, sobre arena. Así que con un solo soplo te hago papilla, ¡bien de porquería!

El bien se dió cuenta que al mal le falta la chispa divina porque ni es capaz de sentir las emociones o sufrimientos de los demás, ni puede ver el mundo desde la perspectiva de otras personas. En el fondo es muy cruel. Y es que el mal debe ser entendido como la ausencia del bien y no como algo creado por Dios. Más bien, el mal lo creamos nosotros mismos, quizá porque está arraigado en nuestra naturaleza como una simple "inclinación al mal".  Y tú, querido lector, ¿por quién te inclinas más? 

MARiSOL


lunes, 19 de junio de 2023

Arena del tiempo


Mientras me siento, por momentos, como un pez juguetón revolcándose incansablemente en la arena del tiempo (ese tiempo que siempre está maduro), me pregunto para qué, como de costumbre.

Con voz temblorosa y ojos nublados me doy cuenta que me acerco despacio inevitablemente a alguna parte de mi historia de vida... esa vida convertida en un soplo que se mueve entre las aguas de la fe y de la incredulidad  y entre las de la certeza y de la duda.

Entre bocanadas de aire aguardo con ilusión el momento de tomarme un descanso porque no hay nada más que hacer. Tal vez deba sólo guardar silencio por ser éste el ruido más fuerte de todos.

Y mientras mis palabras caen rendidas de cansancio, mi alma inquieta huye de lo que me sigue, será porque yo voy detrás de lo que huye de mí. Acaso, ¿de mi pasado o quizá futuro? No sé. Quizá deba celebrar cada día sólo el reencuentro con mi presente por más difícil que éste sea como cuando el rocío de la mañana se troca en escarcha y aparenta ser sólo un punto congelado  entre la ilusión y la añoranza.


MARiSOL





sábado, 17 de junio de 2023

Unión verdadera

(Cuento de la vida real)

La vida me ha traído, hace ya mucho tiempo atrás, hasta acá, al otro lado del mundo, entre buenos augurios y malos presagios. Y aunque sienta que mi vida siempre estará envuelta en tristeza, trato de guardar la luna romántica en mi alma porque ésta me  ha enseñado que lo que mantiene la vida romántica y llena de ardientes posibilidades es la existencia de esas vulgares limitaciones que nos obligan a enfrentarnos a las cosas que no nos gustan o que no esperamos. Trato igualmente de desmontar cuidadosamente el sol radiante para llevarlo prendido en mi mirada aunque tenga que vaciar primero un océano de lágrimas de dolor mas no de despecho y tenga que barrer a ciegas las hojas de mi calendario de vida dentro de un bosque vestido de oscuridad, sobre todo, en mis noches de insomnio. Quizá porque ya nada puede servir para nada... esa nada curiosa y preguntona que me insiste que para que nada nos separe que nada nos una. Sin embargo, yo la contradigo porque sólo los buenos sentimientos pueden unirnos ya que el interés jamás ha forjado uniones verdaderas. Sinceramente aunque me queden vestigios de obstinación, procuro doblegarla para que mi matrimonio funcione bien. Y aunque todavía no se ha descubierto la brújula para navegar en el alta mar del matrimonio,  no es cierto que el matrimonio sea indisoluble. Pues, mientras unos lo ven como una jaula donde hay pájaros desesperados por entrar y otros igualmente desesperados por salir de ésta, para mí el matrimonio es como la vida real; es, por momentos, un campo de batalla y no siempre un lecho de rosas. Quizá porque la vida es mucho más pequeña que los sueños ... esos sueños que descifran el lenguaje de las estrellas fugaces porque mientras éstas cruzan el firmamento de nuestras vidas nos recuerdan que un sueño que sueñas es solo un sueño, pero si lo sueñas con alguien, es una realidad aunque ésta no sea lo mismo que la verdad porque la realidad son sólo detalles así sean éstos, algunas veces, un montón de goteras.

Si bien mi matrimonio no es para nada perfecto, trato, a través de nuestra unión, de afrontar los cambios de manera óptima, sin poner demasiada resistencia porque no hay mejor cosa que saberse respaldado y soportado (por ambas partes, claro está). Nuestra unión no está ni soldada ni pegada ni remachada ni atornillada. Es más que eso, es no rendirse nunca lo cual ya es un victoria a la que se le puede llamar fidelidad de amor conyugal. Sobre todo, cuando esta unión conyugal está vestida de respeto, generosidad, empatía, independencia, tolerancia, compromiso, pedir y conceder perdón, equilibrio entre individuo y pareja, fidelidad, comunicacion, confianza, apoyo incondicional, sinceridad, etc. Y así la rutina y la costumbre sean enemigos silenciosos del matrimonio (del tuyo o del mío), hay que evitar no sólo de dejar de ser lo más importante el uno para el otro, sino evitar también el distanciamiento y la desconexión porque no hay peor cosa que cuando llega el tiempo en que se podría, ha pasado el tiempo en que se pudo.

Antes de terminar, pienso que para que toda relación resulte exitosa no hay que pensar que el amor no es cosa del destino, sino que es una decisión y para que una pareja siga junta hay que saber dar y recibir,   ser nuestro propio lugar feliz, mantenerse como buenos amigos, adaptarse a los cambios, no permitir que el enojo y rencor echen a perder la cordura y prudencia, tener la capacidad de honrarse el uno al otro,  abrazar la instropección con las ideas claras para evitar así las peleas llenas de dolor, miedo e inseguridad, saber lo que queremos el uno del otro para evitar las decepciones y algo que nunca debe faltar: la comunicación permanente no sólo con la cabeza, sino también con el corazón.  O sea alinear la cabeza y el corazón es la clave para una unión verdadera.

MARiSOL

 

miércoles, 14 de junio de 2023

La promesa y el reto

 

La Promesa está triste porque no sabe si va a poder cumplir con su palabra. Ella se ha dado cuenta  que no hay peor cosa que ofrecer mucho pero al final no hacer nada sea por el motivo que sea. ¿Será que la mejor forma de cumplir con la palabra empeñada es no darla jamás? Pues bien, el Reto, quien se encuentra a su lado, le hace ver que por más que ella esté triste tiene una misión que cumplir. Le recalca que cual promesa más vale un "toma" que dos "te daré".

La Promesa entiende lo que el Reto le explica, pero ella le dice que cuando prometemos según nuestras esperanzas y cumplimos según nuestros temores, es lo que la pone triste. Es más, le dijo también que el que promete demasiado y el que espera demasiado se dañan a sí mismos. Entonces, el Reto le pidió a la Promesa que sacudiera sus penas porque cuando no somos capaces ya de cambiar una situación, nos enfrentamos al reto de cambiar nosotros mismos. Y ella debe dejar su tristeza de lado ya que es importante para el mundo. Ella cual promesa no debe olvidar quién es ya que ella no sólo es la máxima expresión de la voluntad de hacer algo por alguien o de cumplir con un cierto sacrificio en caso de conseguir algún logro, sino que es un ofrecimiento solemne  que hace una persona de cumplir con rectitud y fidelidad un determinado deber, empleando para ello una fórmula fija.

La Promesa exasperada le hace ver al Reto que se siente tan mal que no sabe si puede dar su palabra. Y es que cuando uno hace una promesa les estás dando tu palabra a alguien, y esa persona espera que tú la cumplas. Y es que ser capaz de cumplir tu palabra o tu promesa dice mucho sobre tu carácter y sobre quién eres en realidad. La confianza es muy importante y romperla puede arruinar una relación.

El Reto se queda mirando fijamente a la Promesa y le pregunta cuáles son los otros sinónimos que se le dan a ella. La promesa sí sabe. Le responde que es conocida también como Compromiso, Obligación y/o Deber. Pues bien, el Reto le pregunta también si sabe ella qué tipos de promesa hay. Aquí la Promesa se queda dubidativa. El Reto le hace ver que existen dos tipos de promesas: las incondicionales y las condicionales. ¿Cuál eres tú? le pregunta el Reto. La Promesa se da cuenta que el Reto le ha hecho una pregunta incómoda. Pues bien, esta pregunta te la hago yo a ti, querido lector. Tú bien sabes que todo lo que prometes impacta de manera directa e inmediata en la manera en cómo te perciben los demás y cómo te ves a ti mismo. Si no puedes cumplir una promesa tu credibilidad es cuestionada y no solo genera enojo también desconfianza en los demás. 

Cuántas promesas hechas y no cumplidas, ¿verdad? El mundo así como está lleno de charlatanes, también lo está de gente noble que sabe darle la importancia debida a la palabra "Promesa". Los que hablan mucho pero finalmente no mueven un solo dedo a esos se les llama hipócritas, caraduras, farsantes, sinvergüenzas, etc. 

Te preguntarás cuál es la importancia de cumplir una promesa. Pues, la verdad que ayuda a fortalecer la voluntad personal y a su vez proyecta en los demás una imagen de credibilidad. Y es que el cumplimiento de las promesas es una regla de oro para la convivencia. Si ésta se incumple, se debilita la confianza entre las personas y los lazos afectivos se deterioran.

Por este motivo te reto, querido lector, a que cumplas lo que prometas porque si no puedes o quieres es mejor que no prometas nada porque antes de abrir la boca y comprometerse a hacer algo, piensa que debes ser muy realista, ser claro, no hacer promesas por presión, no prometer para sacar ventaja de algo o alguien. Luego, no olvides en ser honesto  contigo y con los demás.

Antes de terminar quiero hacerte saber, querido lector, que en toda promesa hay un reto. Lo importante es no convertirnos en creadores de excusas porque es muy fácil encontrar una excusa que nos justifique ante los demás cuando no cumplimos con nuestra palabra. El abanico de excusas, pretextos y disculpas es infinito. Por este motivo te llamo a la reflexión para que pienses que si adquieres un compromiso y por cualquier motivo no puedas relizarlo, entonces tienes dos opciones: elegir un pretexto más o menos convincente o bien dar la cara y hablar con la verdad que justifique nuestro incumplimiento.Y es que quien da la cara ofrece la mejor versión de uno mismo porque actúa sin miedo ni mentiras.

¿Sabías que la palabra "Promesa" viene del Latín "Promisssus"? Esta palabra está conformada por el prefijo "pro" que es equivalente a "antes" y "missus" que significa "arrojar". Podríamos interpretarlo como que hay que ser arrojados (valientes) antes de hacer una promesa, sobre todo, si ésta, querido lector, es un reto para ti no imposible pero sí difícil de cumplir. 

MARiSOL

 

 

domingo, 28 de mayo de 2023

Una historia inventada

 

Mientras un viento caprichoso y glacial hace dibujos sobre mis recuerdos, una estrella fugaz cae dentro de mi alma y en la de mis ancestros mientras sus miradas de advertencia no solo me recorren de pies a cabeza, sino que me hacen saber que mi cuerpo algún día se enfriará. Retarlos no puedo. Ellos tienen razón aunque mis lágrimas se nieguen a perforar los ojos de la realidad... esa realidad que aunque yo deje de creer en ella, sigue existiendo y no desaparece por más que así lo desee. Esa realidad que lleva mi nombre y apellido, unas veces luce color azul polvoriento y otras tiene ribetes negros. 

Y mientras alzo mi cabeza para descifrar el sentido de la vida, descifro un centenar o quizás un millar de nombres que salen de mi boca como un eructo bien dado de mi frágil memoria... esa memoria que parece, más bien, un museo de espejos rotos. Y por este motivo no puedo verme del todo bien. 

¿Quién soy? No sé, quizá vivo dentro de un baúl lleno de fantasmas. Tal vez porque pasar de los fantasmas de la fe a los espectros de la razón no es más que ser cambiado de celda o quizá porque el deber mío ante la vida es seguir hacia adelante sin mirar más hacia atrás. ¿Y por qué? Pues, porque la vida es para mí una solitaria celda cuyos muros son, al final, sólo espejos que antes de darnos la imagen que reproducen, deberían reflexionar un poco porque no hay espejo que mejor refleje la imagen mía que mis propias palabras... esas palabras que son, al fin y al cabo, la configuración acústica de mis ideas que se encienden como chispas eléctricas aunque yo no quiera, sobre todo, cuando por dentro mi mundo interior está demasiado oscuro. ¿Por qué será? Todo parece indicar que en lo oscuro, en lo complicado, se toca, finalmente la verdad. Sobre todo, porque, lamentablemente, ésta tiene dos sabores: es dulce para el que la dice y es amarga para el que la oye. 

Hoy me toca hablar y tú escuchar(me). Permiso te doy para que sea a la inversa porque nunca es igual saber la verdad por uno mismo que tener que escucharla por otro. ¡Ay! una gran verdad como la que si Dios no existiera, sería necesario inventarlo. ¿Y sabes porqué? Pues, porque la vida, a pesar de nuestras preocupaciones, miedos e inseguridades, es la cosa mejor que se ha inventado porque, al final, lo que importa no son los años de vida, sino la vida de los años.  

Por este motivo hay que inventarse de nuevo, reinventarse, volver a ponerse de pie para tener la fuerza de escribir mi historia de vida de mejor manera sin agregar ni quitar nada, sin inventar nada. Tarea difícil pero no imposible para toda aquella persona que sepa verse bien por dentro por más que sea tan difícil verse a uno mismo porque es como mirar para atrás sin volverse.

Y mientras el viento sigue soplando, éste me hace saber que sólo se inventa mediante el recuerdo porque nosotros recordamos lo que nos interesa y porque nos interesa, quizá porque el recuerdo es el único paraíso del cual ni tú ni yo podemos ser expulsados aunque de esta historia inventada sea todo lo contrario. 

MARiSOL 

 

martes, 18 de abril de 2023

Tus noventa años

(Cuento de la vida real)


Si bien me gusta escribir cuentos, esta vez les contaré algo que me pasó no hace mucho tiempo atrás y estuvo relacionado con el cumpleaños de mi mamá. Pero, primero voy por partes. Algunos de ustedes saben que el 24 de diciembre del año pasado me embarqué rumbo a Chile al darme cuenta que la salud de mi mamá no estaba nada bien. 

Recuerdo esa estadía de un mes en Temuco porque estuvo vestida de mucha pena y angustia. Sin embargo, pude  ayudar a mi mamá en todo lo que pude, sobre todo, por contar no sólo con gente amiga querida que me supo apoyar con  un buen consejo y/o con su compañía, sino por tener también a Magaly, una mujer maravillosa, que no sólo me supo orientar y aconsejar en ese mes que estuve con mi mamá, sino también porque supo hacerse cargo de mis padres de manera desinteresada y ejemplar durante varios años y luego estuvo pendiente de mi mamá cuando quedó viuda. Estando yo allá pude ser testigo presencial de cuánto mi mamá la necesitaba y quería como a una hija y yo a ella como a una hermana.

Pues bien, el mes se fué en un suspiro y a pesar que la salud de mi mamá seguía siendo delicada, yo regresé a Berlín para seguir trabajando y así poder seguirla apoyando económicamente. No podía quedarme en Temuco por más que así lo quisiera. Sin embargo, tan inquieta estaba yo que decidí regresar de vuelta a Chile después de un mes y, por suerte, lo conseguí. Es así como mi segundo viaje lo programé para el 24 de febrero ya que yo tenía que trabajar hasta el día anterior a esta fecha. Pero al entererarme, después de haber comprado mi pasaje de avión, que mi hermana estaba dispuesta a atender a mamá a partir del 4 de marzo, decidí, más bien, cambiar mi fecha de vuelo y viajar recién el 7 de abril y así poder estar presente para celebrar los noventa años  de mi mamá. 

Recuerdo que esa noche, después que mi esposo hablara con la agencia de viajes por el cambio de fecha de mi pasaje de avión, no pude dormir tranquila. Algo en mí me decía que debía ir, más bien, en febrero y no en abril. Es así como al día siguiente, temprano por la mañana, hablé con mi esposo y le pedí que hiciera nuevamente el cambio a la fecha original: 24 de febrero. Si bien él estaba molesto y desconcertado por mi rápido cambio de planes, llamó a la agencia de viajes. En cuanto este tema estuvo solucionado, yo respiré aliviada. Y te preguntarás, por qué, querido lector, pues porque mi pálpito se hizo realidad ya que mi mamá falleció el 1 de marzo. Es decir, pocos días después de mi llegada a Temuco y antes de la llegada de mi hermana melliza.

La verdad que mi mejor regalo de cumpleaños (el 24 de febrero cumplí 65 años, lo mismo mi hermana) fue el haberte visto en vida, mamá, y haber estado a tu lado hasta el final... ese final que llegó abruptamente para hacerme saber que ya no habrían  más cumpleaños, sino que también me hizo ver que la vida eterna nos hace aceptar el instante que viene y el que se va como las velas de tu pastel de cumpleaños que te hubiera ayudado a encender y a apagar, pero que ahora lo haré dentro de mi corazón para celebrar tu existencia y la mía también porque nuestra existencia no es más que un cortocircuito de luz entre dos eternidades de oscuridad.

Ahora tus noventa años se harán eternos y quién sabe si en algún punto mágico y misterioso del universo estés tú de fiesta junto con papá, con tus padres y hermano y con gente amiga que partió antes que tú. Es así como mañana, 19 de Abril, prenderé una vela por ti, mamá, para alegrar mi tristeza porque siendo de dos una tristeza, ya no es tristeza, ¡es alegría!

 

MARiSOL 

 

lunes, 5 de diciembre de 2022

Acto de Fe

 

No sé que le pasa a mi fe. Me pregunto si alguna vez existió en mí. Lo que sí sé con certeza es que no es cierto que tener fe significa no querer saber la verdad. Pero, ¿de qué verdad estamos hablando? Mientras no lo sepamos, la fe le gana la partida así ésta nunca llegue a ser completa, pero sí tan profunda como el mar, ese mar que sería menos si le faltara una gota (¿de fe?).

Pues bien, mi fe, creo yo, está agotada, porque me la planteo y replanteo todos los días. Y es que si bien la fe es el conocimiento del significado de la vida humana, es la fuerza de la vida, es la que ayuda a que nosotros vivamos creyendo en algo ... ese algo llamado Dios de la fe y de la razón.  ¿O es ,acaso, que ésta va más allá de la razón? Y es que debe ser cierto que toda aquella persona que tenga fe, debe estar preparada para no ser sólo un mártir, sino a ser también un loco. Es más, tener fe requiere tener coraje, tener la capacidad de correr un riesgo, tener la disposición a aceptar incluso el dolor y la desilusión, quizá porque ésta nunca es inútil, sino porque también sabemos que mueve montañas y "las but not least" porque produce las señales... como la señal que recibí hoy día. La sacudida que tuve en el cuerpo me hizo llorar porque me sacudió el alma de pies a cabeza. Sin embargo, mi fe me pide de no hablar con todos de lo sucedido, porque no todos creen en ella. Psst.... entre mis contradicciones y disgustos mi acto de fe vuelve a mí, unas veces, débilmente, otras, con una fuerza arrolladora. Y es que una cosa es el acto de fe y otra las fórmulas con las que expresamos el contenido de la fe. 

Correr el riesgo de perder a Dios y quedarme sólo con la fórmula o el rito, no quiero. Es más, no deseo de convertir la fe sólo en un acto voluntarioso y quedarme, finalmente, con la mente vacía. La fe me mira intensamente y en su mirada logro ver que ella es luz, verdad y camino satisfaciendo de esta manera a mi inteligencia. Y es que toda persona que crea, piensa porque la fe, si lo que cree no se piensa, entonces, es nula, no existe. 

A decir verdad, no se puede vivir sin fe porque ésta es el conocimiento del significado de la vida humana y porque es la fuerza de la vida... esa vida que es un soplo como aquél que se mueve entre la fe y la incredulidad, entre la certeza y la duda. Ese soplo vestido de presente, pasado y futuro o, mejor aún, ese soplo que pasa en la vida misma, ésa por la que vivimos por largo o corto tiempo mientras nos renovamos nuestra fe.

MARISOL

 

martes, 20 de septiembre de 2022

La casa de cristal

Érase una vez una casa de cristal que se encontraba ubicada entre mi fantasía y mi realidad. Un día al pasar mi alma caminando delante de ésta, la invitó a que entrara. Un tanto indecisa estuvo mi alma antes de aceptar su invitación. Pues bien, al entrar a esta casa, vió con  asombro que los muebles eran también de cristal, menos los cojines, cortinas, alfombras, plantas y flores que la adornaban.

- ¡Pónte cómoda! - le dijo  la casa de cristal a mi alma. Su voz, nada amenazadora, se dejaba sentir en todos los ambientes. Había algo en ella que me hacía sentir bien. Era el momento de poner en orden mi vida. Es así como me senté con cuidado en un sillón de cristal cubierto de unos finos y gruesos almohadones. Junto a éste había una mesa pequeña de cristal adornada con ricos canapés, una hermosa copa de cristal y una botella de champaña. Estaba asombrada de su gran amabilidad. 

- ¿Qué quieres de mí? - le pregunté a la casa de cristal. Tenía curiosidad de saber qué era lo que ésta tenía que decirme en este momento crucial de mi vida.

- Mi mayor deseo es tranquilizar a tu alma porque veo que cual hermoso cristal está lleno de fisuras y temo que se rompa en mil pedazos. Debes de saber que en este mundo lleno de traidores no hay verdad ni mentira; todo es según el cristal con que se mire.Y tú no tienes un alma traidora. Quién piense así de ti se equivoca completamente. Es más, la persona que sospecha invita a ser traicionada. Pero, yo sé que tú esto ni lo piensas, ¿verdad?

Mi respuesta no se dejó esperar. Es cierto, porque la traición, aún soñada, es detestable. Es más, la traición la emplean todos aquellos que todavía no han llegado a comprender el gran tesoro que se posee siendo dueño de una conciencia honrada y pura sin medias tintas de por medio. Y aunque como ser humano no sea perfecto, mi alma no guarda ni rencor ni tiene ganas de traicionar a nadie porque, al final, me traicionaría a mí misma.

Sin embargo, la casa de cristal me hizo saber que con ciertas personas es mejor ser traicionado a tener que desconfiar siempre de éstas, porque la desconfianza es una señal de debilidad. Mi alma me pide que la sostenga con todas mis fuerzas. La casa de cristal, después de escucharme, me promete brindarme su apoyo al hacerme saber que el pesimismo conduce a la debilidad mientras que el optimismo al poder. 

- Pero, ¿de qué sirve el poder? - le pregunto dubitativa a la casa de cristal.

- Mira, cualquier poder que no se base en la unión, es débil. Aún más, todo aquel que tenga poder debe saberlo usar livianamente ante los demás. Y es que si bien casi todos podemos soportar la adversidad, son sólo pocos los que con poder en mano tienen un buen carácter. Recuerda que el poder y el despotismo duran poco. Pero, lo más importante es que el poder, cual explosivo, si no lo manejas con cuidado puede estallar. ¿Me entiendes?

Mientras tomaba un sorbo de champaña y degustaba de un rico canapé, mi alma empezó a sentirse empoderada porque la casa de cristal le estaba haciendo ver que era saludable alejarse del rol de víctima, mi alma tenía que volver a potenciar su fortaleza emocional, aceptar los cambios y los retos, seguir avanzando por más que el mundo quisiera detenerla y seguir adelante pase lo que pase, desarrollar mi ser emocional reforzando mi estructura interna es lo que mi alma me pide, rodearme de personas empoderadas para poder recargar energías porque las personas motivadas con metas y propósitos claros, ayudan mucho, también veía necesario elegir bien porque muchos seres humanos viven buscando aprobación y determinan su vida, vivencias, estados de ánimo en función de los otros. Y, por último, basarse más en experiencias hechas que en símbolos como estatus social o dinero. Sin  embargo, en este útlimo punto tuve que contradecir a la casa de cristal porque mi mayor preocupación es tener suficiente dinero para poder ayudar a un ser querido que me necesita por fuerza mayor.

La casa de cristal al escuchar mi argumento me hizo saber que si bien yo tenía razón, no olvidara que las experiencias que hago mientras gano mi dinero son importantes para mi alma. Mientras reciba cariño y reconocimiento a mi trabajo puedo considerarme una persona afortunada. Estas nuevas experiencias de vida son las que me ayudan a no quebrarme por dentro. Y ya para terminar, la casa de cristal me dijo  que nada es tan difícil que no pueda conseguir la fortaleza ya que ésta crece en proporción a la carga. Es un error pedir una carga apta para nuestros hombros; importante son unos hombros aptos para soportar esa carga que nos aqueja.

Al salir mi alma de la casa de cristal se sentía más fuerte y animada porque, después de lo conversado, se sentía útil de poder aliviar un poco la carga de sus semejantes, sobre todo, de uno en especial por ser  no solamente tan frágil como un cristal, sino por tener muchas fisuras al igual que mis ilusiones infantiles. Y es que son justamente las ilusiones infantiles las que todavía me hacen decir si percibo una fisura en la coraza de un persona. Pues bien, no todo está perdido, más bien, hace falta poco para hacer palpitar a ese corazón detenido. Y el mío sigue palpitando con fuerza porque, indudablemente, no es de cristal.

MARISOL


miércoles, 27 de julio de 2022

Don Conocimiento y Doña Sabiduría

 

Me encuentro reunida con Don Conocimiento y con Doña Sabiduría porque me necesitan como mediadora para aclarar ciertos puntos entre ambos no sólo para así no caer en malos entendidos, sino para que la convivencia entre ellos sea mejor. Bien, mientras Don Conocimiento explica que si él llega desde dentro es el verdadero conocimiento, Doña Sabiduría le hace saber a Don Conocimiento que si no sabe aplicar bien su conocimiento, entonces, él es peor que la ignorancia. Don Conocimiento sabe que Doña Sabiduría tiene razón porque si él crea problemas, no es a través de la ignorancia que puedan los seres humanos resolverlos. 

Por suerte, Doña Ignorancia no se encuentra aquí con nosotros como para decirnos que ella es de la opinión que en la amistad y en el amor se es más feliz con la ignorancia que con el saber. Pero, mejor que Doña Ignorancia esté fuera de esta conversación porque saldría muy mal parada porque tanto Don Conocimiento como Doña Sabiduría piensan que la verdadera ignorancia no es la ausencia de conocimiento, sino la negativa a adquirirlo. Sin embargo, lo que no me queda claro es si Doña Ignorancia es consciente de su propia ignorancia porque de ser así sería un gran paso hacia el saber.  Pero por las ramas no me quiero ir, pues, no quiero hablar de Doña Ignorancia, sino más bien, de Don Conocimiento y Doña Sabiduría.


La verdad que no hay que confundir nunca el conocimiento con la sabiduría ya que el primero nos sirve para ganarnos la vida mientras que la sabiduría nos ayuda a vivir.  Te preguntarás quien soy yo. Para tu información soy Doña Inteligencia. A decir verdad tanto Don Conocimiento como Doña Sabiduría me necesitan y te explico por qué, querido lector. Y es porque la sabiduría es la habilidad que tú adquieres al aplicar tu inteligencia y conocimiento para tomar decisiones correctas, discernir entre el bien y el mal y buscar la verdad. Al fin y al cabo, el conocimiento sin sabiduría es realmente infructuoso. Y ¿sabes por qué? Pues, porque ser sabio no es tener conocimiento, sino cuestionarlo.

Y mientras converso con Don Conocimiento y Doña Sabiduría, les recalco a ambos que deben de darse la mano y aceptar sus diferencias porque los dos son conceptos completamente diferentes. Y es que un conocimiento son hechos o información adquiridos por una persona mientras que la sabiduría es un carácter que se desarrolla aplicando la inteligencia y la experencia. ¡Uy! Doña Experiencia tendría mucho de qué hablar porque nada se sabe bien si no es por medio de la experiencia. Será porque nuestra experiencia se compone más de ilusiones perdidas que de sabiduría. ¡Ay! pues, qué bien que las señoras Ilusiones no se encuentren acá con nosotros porque ellas son de la opinión que una vida sin ilusiones es completamente estéril porque sin ellas no existe ni paz ni esperanza. Y la verdad que tanto Doña Paz como Doña Esperanza tendrían también mucho qué decir. Ellas, seguramente, que preguntarían no sólo dónde está la sabiduría que los seres humanos han perdido en conocimiento, sino dónde está el conocimiento que los seres humanos han perdido en información.

Mientras sigo conversando con Don Conocimiento y con Doña Sabiduría yo les hago ver que mientras él viene desde el pasado, ella, más bien, se queda en el futuro. Al decir esto, ambos no sólo se contentan con esta idea mía porque les resulta original, sino porque se dan cuenta que los seres humanos no deben apartarse nunca de Dios porque no sólo Él todo lo sabe y todo lo conoce, sino porque la sabiduría se encuentra en la inteligencia pura, en esa luz divina que los guía. Y es que, finalmente, te hago saber que cuando tú, querido lector, desarrollas tu potencial de inteligencia con mira hacia el bien y en humildad, entonces, cuentas con la iluminación y aprobación de Dios más allá de todo conocimiento y sabiduría terrenal.


MARiSOL


viernes, 1 de julio de 2022

Alfa y Omega


¡Uy! Dios debe de intervenir para apaciguar los ánimos caldeados tanto de Alfa como de Omega. Pero, ¿qué sucede? Pues, estas dos letras del alfabeto griego se están peleando a morir. Mientras Alfa aduce que por ser la primera letra de este alfabeto y por derivar de la antigua letra fenicia "alp, buey" (su origen gráfico es una cabeza invertida de buey), es quien tiene la palabra en esta discusión, Omega le insiste de manera irascible que ella es mucho más importante que él por ser la última letra en el orden del alfabeto griego. Y por ser ella la última es quien tiene la última palabra. Punto. 

- ¡Callénse de una vez por todas porque ustedes dos me están dejando mal ante la humanidad y ante todo mi universo! - gritó Dios furibundo y siguió hablando con voz autoritaria - Acaso, ¿ustedes ya se han olvidado que yo soy el Alfa y Omega, el principio y fin, el que soy y el que he de venir, el Todopoderoso?

Y mientras Alfa y Omega no sabían qué responder ante Dios, Él les hizo recordar que ellos están en la obligación de saberse llevar bien y respetarse porque ambos lo representan ante todos por ser considerado el principio y final de todo. Es más, les hizo ver que por ser Dios también se encuentra en lo más pequeño y en lo más grande.

Alfa un tanto inseguro y con la voz temblorosa  le preguntó a Dios si él era el más pequeño o el más grande de los dos. Omega, en el fondo, se sentía superior a Alfa. Jajajaja. Ser el número 1 como Alfa no es nada en comparación a tener ella, Omega, el valor numérico de 800.

Yo lo único que sé es que la expresión "el Alfa y la Omega", que aparece en la Biblia, se refiere a Jehová, el Dios Todopoderoso. Tres veces aparece esta expresión en la Revelación (Apocalipsis). Pues sí, en 1:8; 21:6; 22:13. También sé que el griego se usó para escribir la parte de la Biblia que conocemos como el Nuevo Testamento donde se incluye el libro de la Revelación o Apocalipsis.

Pues bien, Dios después de leerle el pensamiento a Omega se dirigió especialmente a ella por ser la más soberbia de los dos y le dijo con voz grave para que tanto a ella como a Alfa se les grabara en la memoria que Él era el Todopoderoso no solamente en el pasado infinito, sino también que seguirá siéndolo para siempre. Él es el único que existe de tiempo indefinido a tiempo indefinido. Es más, les recalcó que volvieran a leer a Isaías 44:6 donde Jehová dice: "Yo soy el primero y yo soy el último, y fuera de mí no hay Dios". O sea, se refiere a lo mismo que "el Alfa y la Omega".

Antes de concluir con estos pensamientos míos vestidos de cuento, ¿sabes, querido lector, si tú eres Alfa u Omega?  La diferencia radica en que mientras una persona Alfa es un líder natural, es alguien que siempre está a cargo de algo, de alguien o de un grupo sea en el plano familiar como en el laboral, la persona Omega es alguien que solamente piensa en relajarse y vivir el día a día. Quizá esta pregunta mía no sea importante y, más bien, es mejor darnos cuenta que nosotros somos nuestro propio principio y fin. Es decir, cómo empezamos viviendo, qué pasos dímos y damos, y cómo terminamos nuestros días, en lo que somos (a veces convirtiéndonos en nuestra propia sombra o todo lo contrario, aprendemos de nuestras malas experiencias para ser mejores seres humanos hasta el fin de nuestros días). 

Sé que Dios me escucha. Por algún motivo, lo sé. Sobre todo, en las noches vestidas de desvelos. Y mientras digo esto, Alfa y Omega ya han hecho las paces. Se han dado cuenta que no vale la pena competir entre ellos. A mí tampoco me gusta competir. Si soy Alfa u Omega ¡qué más da! No necesito llenarme la boca con lindas palabras. Los hechos son lo que cuentan porque hablan por sí solos. Dios y yo sabemos bien de lo que hablo.  

¡Ay! Este mundo sería mejor si todos entendieran que es importante comenzar con la premisa de que la función del líder es producir más líderes y no solamente seguidores. Y, ¿sabes por qué, querido lector? Pues, aunque te parezca increíble es el Amor lo que nos lleva a ser líderes porque, al fin y al cabo, es el corazón lo primero que vive en todo ser viviente y lo último que muere. Y como todo corazón desprovisto de egoísmo y vestido de humildad, nos recuerda que nuestro corazón, o mejor dicho, nuestra alma, así como tiene su comienzo y su término de vida en este mundo, en ese otro mundo Alfa y Omega no sólo viven en Dios, sino en todos nosotros por siempre jamás. 

MARiSOL 

 

 


miércoles, 8 de junio de 2022

Ichigo Ichie

 

¿Sabías que la expresión "Ichigo Ichie" (一期一会) se compone de ichigo (一期), ‘una vida’, e ichie (一会), ‘un único encuentro’, y significa “un único encuentro en la vida”? Pues bien, se trata de un proverbio surgido de la cultura japonesa de la ceremonia del té que encierra la idea de que, aunque un mismo grupo de personas se reúna repetidamente para celebrar la ceremonia del té, cada ocasión es totalmente única. Por este motivo, el anfitrión como los invitados deben ejecutar el ritual siempre con la máxima entrega física y mental.

Bien, Ichigo es una mujer japonesa sesentona (su nombre significa también Fresa) quien se encuentra reunida conmigo. Ella me enseña a no sólo beber té, sino a saber darle la importancia que esta ceremonia se merece. Y es que a pesar de  cualquier destino, el tuyo o el mío, por largo y complicado que sea, hay que disfrutar de cada bonito momento ya que vale oro para los que saben verlo como tal.

Pues bien, Ichigo me dice, en este momento en que estamos reunidas bebiendo té de jazmín, que es importante dejar de lado las preocupaciones y disfrutar de este encuentro amical. Ella desea que yo también sienta que este momento es único como si fuera el último de todos. Y es que Ichigo me está haciendo entender que en las relaciones humanas no sólo se debe concebir cada encuentro como algo único en la vida, sino que las oportunidades de verse con los demás adquieren una importancia crucial. Si pensamos que cada encuentro es irrepetible, acabaremos apreciándolos más, ¿no crees? Y no sólo me refiero cuando uno se encuentra con una persona o más personas, sino también cuando uno está frente a  cualquier ser vivo como  por ejemplo un perro o un árbol. Es una oportunidad singular donde establecemos un nuevo tipo de relación entre nosotros y el resto del mundo. Tal vez hay que procurar ver la vida con mejores ojos porque mientras el optimista ve una oportunidad en toda calamidad, el pesimista ve una calamidad en toda oportunidad. 

La verdad que me gustaría que cada vez que tomo té convertirlo en una ceremonia así esté sola o acompañada. Y es que esta ceremonia del té en Japón que proviene de la filosofía Zen, me gusta mucho. Lo que ignoraba es que al igual que en otras muchas artes japonesas, la huella de la tradición china está presente y es porque China fue considerada para los japoneses la cuna del saber como la fue Grecia para Roma o Francia para España.  

Bien, la ceremonia del té está llena de detalles por lo que no es sólo una ceremonia vacía, sino, más bien, tiene un carácter espiritual porque se trata de purificar el alma mediante su unión con la naturaleza a través de esta ceremonia del té.  ¿Sabías, querido lector, que los cuatro elementos fundamentales de la ceremonia del té son la armonía, el respeto, la pureza y la tranquilidad? Estos cuatro conceptos se expresan en una sola palabra llamada "Wakeiseijaku" (和敬清寂). Demás está decir que Ichigo comparte conmigo una sensación de unión durante la ceremonia del té. Esa unión la hacemos posible porque ambas somos sinceras. Bien, Ichigo me hace saber que no sólo ser invitado a una ceremonia del té es un gran honor puesto que supone un ritual íntimo de agradecimiento y afecto del anfitrión, sino que el espíritu de los participantes (en este caso, el mío) en esta ceremonia es mucho más importante que el ritual formal. 

Ichigo me explica igualmente que la esencia de la belleza y la espiritualidad de la ceremonia se representa en la manera desprendida y humilde en que el anfitrión sirve el té al invitado. Es más, el anfitrión se encarga de preparar todo lo necesario, utensilios, platos, habitación, etc. y de llevar a cabo la ceremonia. Sin embargo, yo no quiero hablar sobre este tipo de ceremonia... Ichigo me lee la mente. Y se adelanta diciéndome que si bien es hermosa esta ceremonia del té por su gran significado no hay que olvidar que hay otro tipo de ceremonia mucho más importante y es aquélla cómo celebramos nuestra propia vida. Lamentablemente la mayoría de nosotros consideramos la vida que no llevamos como la verdadera vida. Por este motivo, no logramos ser del todo felices. Quizá se deba a que nosotros esperamos una felicidad demasiado grande y al final ésta termina siendo un obstáculo para la propia felicidad de uno. Y mientras conversamos, Ichigo me pregunta si acaso, en la felicidad de los demás, busco yo mi propia felicidad. No, no lo creo, le digo. Más bien, estoy aprendiendo que así lo que hagamos no siempre traiga felicidad, no hay que quedarnos paralizados porque si no hacemos nada, no habrá felicidad.

Ichigo sabe mejor que yo vivir en armonía, sentir respeto por los otros y por uno mismo, ser puro de espíritu y vivir tranquilo. Ella me insiste que si bien es muy difícil, no es imposible. Pues bien, yo no la quiero contradecir pero antes que yo pueda abrir la boca, Ichigo me hace saber que así la vida se contradiga tanto, uno no sólo debe arreglárselas como pueda con la vida, sino que hay que pensar  que ésta es tan preciosa que no hay que destruirla con malos pensamientos o haciendo daño a otros o a uno mismo.

Lentamente aprendo que la vida no sólo es significado, sino que también es deseo. Y mi deseo es vivir haciendo de cada momento como irrepetible y único sin mirar hacia atrás porque la esencia de la vida es ir hacia adelante sin odio ni rencores en el alma. Y así la vida pareciera, por momentos, no tener ningún sentido (con ceremonia o sin ella), y estar vestida, en gran parte, de preocupaciones, ésta, sin lugar a dudas, es una buena razón para vivir porque es la única que tenemos. Y, ¿sabes por qué, querido lector? Porque la vida de un amigo, es la nuestra, como la verdadera vida de cada uno es la de todos.


MARiSOL

 

miércoles, 20 de abril de 2022

Midiendo la felicidad

 

Érase una vez un rey llamado Vasilio I que sólo era feliz cuando su reino crecía. Él no se conformaba con tener sólo miles de kilómetros cuadrados. Más bien, se había propuesto expandir su reino a millones de kilómetros cuadrados así tuviera que librar muchas batallas y dejar muchísimos muertos a su paso para conseguir su propósito. Y es que su propia felicidad estaba en juego ya que él ésta la medía en kilómetros cuadrados.

Un buen día Vasilio I se reunió con dos de sus mejores asesores: Don Deseo y Doña Opinión, por cierto, dos seres siniestros, tan igual o peores que el mismo rey. Pues bien, Don Deseo estaba siempre a las órdenes de su rey para cumplirle todos sus caprichos.  Si bien es cierto que los caprichos pueden ser perdonados, es un crimen despertar una pasión duradera para satisfacer un capricho, ¿no es cierto? La verdad era que la pasión de Vasilio I era coleccionar kilómetros cuadrados para no solamente poder tener el reino más grande del mundo, sino para poder ser el hombre más feliz del mundo. 

Bien, por este motivo, su asesor Don Deseo estaba allí para ayudar, a costa de lo que fuera, a que su rey fuera feliz hasta el final de los tiempos, así estos tiempos estuvieran vestidos de maldad. Pero ¡ojo! acusar a la maldad de los tiempos es excusarnos a nosotros mismos, ¿verdad? Pues sí, porque aparte de los malos deseos también existen los deseos nobles, aquellos que nacen del corazón para el bien de uno mismo y para la de los demás. Sin embargo, con Vasilio I esto era imposible y para su reina consorte también. Acaso, ¿ella era igual de mala que él? No, el gran problema de la reina consorte era que no lo podía abandonar porque le tenía mucho miedo. Si bien el miedo  no evita la muerte, el miedo evita la vida. 

La pobre reina consorte se sentía como una muerta en vida. ¡Ay! De  nada le servía tener el reino más grande del mundo si ella no era feliz al lado de su esposo y menos aún por no salir  embarazada aunque supiera por la asesora Doña Opinión que el rey tenía con otras mujeres muchos hijos desperdigados por todo su reino. 

La verdad sea dicha de paso, a Vasilio I la opinión de los demás le tenía muy sin cuidado como tampoco le importaba que le llamaran sus enemigos: el rey sanguinario. La verdad que a la reina consorte sí le importaba porque mucha gente pensaba que ella era igual de sanguinaria que el rey. Mucha culpa tuvo Doña Opinión ya que ella se había encargado de presentar ante la opinión pública una pésima imagen de la reina consorte. Y ¿sabes por qué? Porque el mismo rey había dado la orden porque quería deshacerse de ella por no poderle brindar hijos. Y una descendencia real era lo que Vasilio I más quería, a parte de expandir mucho más su reino.

Bien, la reina consorte rogaba en silencio en quedar embarazada porque su esposo ya la había amenazado de muerte si ella no le daba descendencia. En mala hora que la reina consorte se casó con él. ¡Ay! Un buen día ella desapareció de la vista de todos. Se hizo creer a todos que la reina consorte había fallecido víctima de una enfermedad incurable. En realidad, ella había sido envenenada por el mismo rey y por sus dos malditos asesores.  Poco tiempo después Vasilio I se casó con otra mujer de la realeza. Esta vez la nueva reina consorte no sólo estaba encantada en que su reino creciera más y más, sino que ella le dió cuatro hijos al rey. Cada uno de ellos resultó ser menos o más brutal que su propio padre.

Bien, querido lector, si hubieras tenido el buen deseo de ayudar en escapar a la primera esposa del rey, ¿crees que lo hubieras podido conseguir aunque tu vida hubiera peligrado? Y ¿qué piensas de Vasilio I? ¿Crees que él llegó a ser realmente feliz?  ¡Cómo me gustaría saber cuál es tu opinión!

 

MARiSOL