miércoles, 17 de abril de 2024

EL girasol y el colibrí

 


- ¿Será cierto que la belleza, como el dolor, hace sufrir? - le  preguntó el girasol a su amigo de plumaje iridiscente. 

- No lo sé. Podría ser, sobre todo, cuando la belleza es la otra forma de la verdad - le respondió el colibrí mientras su aleteo era de ochenta veces por segundo (increíble, ¿verdad?).

Pues bien, el girasol le hizo ver al colibrí que cuando la verdad levanta tormentas contra sí es cuando desparraman su semilla a los cuatro vientos. 

- Mas recuerda - agregó el colibrí - que no hay viento favorable para el que no sabe a que puerto se dirige o, peor aún, a qué abismo se dirige. Por este motivo estoy a tu lado porque el mundo me da miedo, así como está. Pareciera que las grandes potencias juegan frenéticamente al juego de mesa "Nadie sabe para quién trabaja". Y, lo que es peor, todos ellos son malos jugadores por mentirosos y tramposos y porque no les gusta ni perder en sus guerras geopolíticas  o en sus guerras "proxy" (se trata de un tipo de guerra que se produce cuando dos o más potencias utilizan  a terceros como sustitutos en vez de enfrentarse en lugar de enfrentarse directamente en las hostilidades) ni tampoco les gusta perder poder ni dinero cueste lo que cueste así sea también vidas humanas. Y cuando uno o varios de ellos pierden,  pierden los papeles montando normalmente en cólera.

El girasol suspirando le dijo a su amigo:

- ¡Ay! La cólera es una ráfaga de viento que apaga la lámpara de la inteligencia. Esa inteligencia capaz de examinarse a sí misma, capaz de hablar con autoridad cuando dirige su propia vida, capaz en cambiar lo que se debe cambiar, capaz de ayudarnos a vivir en paz y armonía.

El colibrí tristemente le hizo ver al girasol que la mayor parte de los hombres tiene una capacidad intelectual muy superior al ejercicio que hacen de ella.

Querido lector, ¿qué te gustaría ser?, ¿girasol o colibrí?  Por si no sabes, mientras el girasol es un símbolo de fe y esperanza, de amor, fidelidad, lealtad y admiración, de felicidad, vitalidad, fuerza, positivismo y buena vibra, y simboliza también el crecimiento espiritual y el desarrollo de la relación con Dios, el colibrí representa alegría, sanación y adaptabilidad. Cuando un colibrí se acerca a una persona o la mira es porque esta persona necesita sanar y liberarse de energías negativas. Por eso, cuando observes una de estas aves deja que te recuerde tu perseverancia, resistencia, fuerza, tenacidad y todas las cosas que has superado en tu vida.

Y para terminar... mientras los girasoles son plantas importantes que incluso han inspirado a artistas como Van Gogh (una de las peculiaridades de esta especie es que tienen la capacidad de seguir la ruta del sol, o sea, giran en busca de la luz solar), los colibríes, para algunos pueblos, representan los espíritus de seres queridos que han fallecido y que permanecen en tu corazón y llegan a visitarte con un mensaje de nueva energía y para demostrarte que se encuentran bien. Son símbolo de buena suerte o buen augurio.

¡Ay, querido lector! Si todos fuésemos unas veces girasol y otras, colibrí o picaflor, este mundo sería más bello, sobre todo, si vivimos en un mundo lleno de grandes incertidumbres.  Pero, antes de despedirme, tanto el girasol como el colibrí me hicieron saber que la inteligencia tanto tuya como mía se mide por la cantidad de incertidumbres que somos capaz de soportar. 


MARiSOL