jueves, 17 de mayo de 2012

Un canto a la vida


Hace un rato que salí del consultorio de mi médico oncólogo. Me siento intranquila. No quiero llegar a mi departamento donde mi gato "Nino" (de cinco años) me espera y también muchos exámenes por corregir. Soy profesora de Inglés y Español y ni tengo hijos ni estoy casada. Decido entrar a un café-restaurante cercano al consultorio. Necesito ver gente. Y para no pensar en mí, me pongo a escuchar una conversación ajena entre dos mujeres que se encuentran sentadas cerca mío. Es así como me entero que una se llama María y la otra Luz. Y hablan sobre un tema que conozco bien, demasiado bien.
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- Es cierto que una de las palabras que nos provoca mucho miedo es "cáncer", ¿verdad? - dice María.
- Sí - dice Luz. Pero ¿por qué será que nos causa temor? Es que yo...
- ¡Mira! - María la interrumpe. Tú estás bien informada sobre el cáncer mamario y sobre los tratamientos que existen dependiendo del grado de éste.
- Es que es más que eso...- le responde Luz dubidativa.
- ¿Qué te pasa? - le pregunta María. No quiere que el miedo se apodere de ella. Tiene que mantenerse fuerte ante su amiga.
- Es que siento mucho miedo, sobre todo, porque no sé qué es lo que me espera -le contesta Luz. No puedo dormir. Estoy sufriendo de insomnio desde hace dos noches.
- Yo también siento miedo, por momentos, pero no dejo que éste me paralice - le dice María. Además, la operación ya la superaste. Y la radioterapia que harás dentro de poco te ayudará a salir adelante, si no ¡mírame a mí! Tengo a mis espaldas una quimioterapia y me faltan todavía treinta sesiones de radioterapia.  Es cierto que varias veces me he sentido muy cansada y que todavía me siento así, pero estoy bien en líneas generales. Y a ti te irá bien, también, Luz.
Luz la mira con cariño, sonríe desganada como si las palabras de su amiga no la convencieran del todo. El miedo sigue en su mirada.

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Entiendo tanto la posición de María como de Luz. María es de carácter positivo. Ella le da la cara a la muerte resuelta a que ésta la deje en paz por unos años más. Me gusta su actitud. 
Pero Luz... Ella se debate entre la oscuridad y la luz, entre lo malo y lo bueno, entre el temor y la esperanza. ¡Ay, como la entiendo! 

Quisiera seguirlas escuchando pero mi gato me espera. Pago mi té de manzanilla. Paso al lado de estas dos mujeres  (calculo que tienen casi la misma edad que yo) antes de salir a la calle.  Podría contarles a ellas dos que me operaron (hace siete años) también de lo mismo que a ellas, de cáncer al seno, y que a pesar de todos los tratamientos hechos, el cáncer me ha regresado, pero esta vez en el esófago, y que voy a empezar a hacer otra quimioterapia, y que dejaré de trabajar. Pero, no les digo nada. Más bien pienso hablar con mi vecina del quinto piso (yo vivo en el cuarto piso). Como a ella le gustan los gatos, le preguntaré si quiere tener a "Nino" ya que a ella se le murió el suyo hace pocos días. Y si no, pondré un aviso en el periódico. Además, tengo por hacer varias cosas como hablar con el director del colegio, vender mi auto y una larga lista de etcéteras. 
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Termino de enterarme que a mi vecina, la señora Cracowitz, su médico le ha dado de seis a ochos meses más de vida.  Yo le he prometido que me haré cargo de "Nino".

Marisol

 

Gracias a la vida
de Violeta Parra (1917-1967)
compositora chilena

Gracias a la vida, que me ha dado tanto
Me dió dos luceros, que cuando los abro
Perfecto distingo, lo negro del blanco
Y en el alto cielo, su fondo estrellado
Y en las multitudes, el hombre que yo amo

Gracias a la vida, que me ha dado tanto
Me ha dado el oído, que en todo su ancho
Graba noche y día, grillos y canarios
Martillos, turbinas, ladridos, chubascos
Y la voz tan tierna, de mi bien amado

Gracias a la vida, que me ha dado tanto
Me ha dado el sonido, y el abecedario
Con el las palabras, que pienso y declaro
Madre, amigo, hermano y luz alumbrando
La ruta del alma del que estoy amando

Gracias a la vida, que me ha dado tanto
Me ha dado la marcha, de mis pies cansados
Con ellos anduve, ciudades y charcos
Playas y desiertos, montañas y llanos
Y la casa tuya, tu calle y tu patio

Gracias a la vida, que me ha dado tanto
Me dió el corazón, que agita su marco
Cuando miro el fruto del cerebro humano
Cuando miro el bueno tan lejos del malo
Cuando miro el fondo de tus ojos claros

Gracias a la vida, que me ha dado tanto
Me ha dado la risa y me ha dado el llanto
Así yo distingo dicha de quebranto
Los dos materiales que forman mi canto
Y el canto de ustedes, que es el mismo canto
Y el canto de todos, que es mi propio canto
Y el canto de ustedes, que es mi propio canto


Imagen sacada de internet