domingo, 17 de mayo de 2015

La soberbia de Rocío


  Rocío se cree mucho más importante que otras personas. Ella no sólo se siente muy por encima de los demás, sino que está acostumbrada a menospreciar a sus "adversarios" porque ella piensa que sus capacidades o que su valor no equiparan al suyo de ninguna manera.

La verdad que yo no puedo hacer nada para que Rocío cambie de actitud. Yo, más bien, me dedico a observar como ella alimenta su ego y su propia vanidad. En silencio veo como a ella no le gusta experimentar fracasos ni tampoco le gusta reconocer sus errores (sólo lo hace bajo presión). Sé que tampoco  a ella no le gusta recibir críticas ya que de lo contrario se defiende atacando verbalmente porque es una persona malhumorada, sobre todo, en su ambiente familiar. Más de una vez la he visto como actúa con enfado de manera exagerada ante una contrariedad, sobre todo, cuando pierde el control de cualquier situación en la que se encuentra metida.

En fin, quisiera contradecir a Rocío pero no puedo. Otros tendrán que hacerlo por mí, sobre todo, cuando ella  siente la necesidad enfermiza de recibir halagos de manera constante. Rabia no me da, sólo lástima porque su altivez, engreimiento, presunción y petulancia adornan su desmedida soberbia. Muchas veces me quedo sin habla cuando veo como Rocío necesita que las personas que la rodean le estén continuamente alabando y resaltando todo lo bueno que ella hace, las cualidades que tiene, etc, etc.

Bueno sería que Rocío se diera cuenta, de una vez por todas, que genera rechazo no sólo porque no es ni humilde ni sencilla ni modesta, sino porque la mayor parte del tiempo ella lo ocupa no sólo hablando de sí misma y de sus éxitos profesionales (hasta de sus aficiones), sino cuando se molesta o sufre por el éxito de otras personas, sobre todo, cercanas a ella. 

De más está decir que Rocío disfruta mucho de los fracasos de sus "adversarios".  Por suerte yo no soy su adversario. Te preguntarás por qué. Pues, porque yo soy su espejo ... aquél que refleja no sólo la imagen, sino también las palabras de Rocío. Algún día terminaré rompiéndome en mil pedazos por no aguantar tanta soberbia.



MARiSOL





Imagen sacada de Bing