miércoles, 14 de junio de 2023

La promesa y el reto

 

La Promesa está triste porque no sabe si va a poder cumplir con su palabra. Ella se ha dado cuenta  que no hay peor cosa que ofrecer mucho pero al final no hacer nada sea por el motivo que sea. ¿Será que la mejor forma de cumplir con la palabra empeñada es no darla jamás? Pues bien, el Reto, quien se encuentra a su lado, le hace ver que por más que ella esté triste tiene una misión que cumplir. Le recalca que cual promesa más vale un "toma" que dos "te daré".

La Promesa entiende lo que el Reto le explica, pero ella le dice que cuando prometemos según nuestras esperanzas y cumplimos según nuestros temores, es lo que la pone triste. Es más, le dijo también que el que promete demasiado y el que espera demasiado se dañan a sí mismos. Entonces, el Reto le pidió a la Promesa que sacudiera sus penas porque cuando no somos capaces ya de cambiar una situación, nos enfrentamos al reto de cambiar nosotros mismos. Y ella debe dejar su tristeza de lado ya que es importante para el mundo. Ella cual promesa no debe olvidar quién es ya que ella no sólo es la máxima expresión de la voluntad de hacer algo por alguien o de cumplir con un cierto sacrificio en caso de conseguir algún logro, sino que es un ofrecimiento solemne  que hace una persona de cumplir con rectitud y fidelidad un determinado deber, empleando para ello una fórmula fija.

La Promesa exasperada le hace ver al Reto que se siente tan mal que no sabe si puede dar su palabra. Y es que cuando uno hace una promesa les estás dando tu palabra a alguien, y esa persona espera que tú la cumplas. Y es que ser capaz de cumplir tu palabra o tu promesa dice mucho sobre tu carácter y sobre quién eres en realidad. La confianza es muy importante y romperla puede arruinar una relación.

El Reto se queda mirando fijamente a la Promesa y le pregunta cuáles son los otros sinónimos que se le dan a ella. La promesa sí sabe. Le responde que es conocida también como Compromiso, Obligación y/o Deber. Pues bien, el Reto le pregunta también si sabe ella qué tipos de promesa hay. Aquí la Promesa se queda dubidativa. El Reto le hace ver que existen dos tipos de promesas: las incondicionales y las condicionales. ¿Cuál eres tú? le pregunta el Reto. La Promesa se da cuenta que el Reto le ha hecho una pregunta incómoda. Pues bien, esta pregunta te la hago yo a ti, querido lector. Tú bien sabes que todo lo que prometes impacta de manera directa e inmediata en la manera en cómo te perciben los demás y cómo te ves a ti mismo. Si no puedes cumplir una promesa tu credibilidad es cuestionada y no solo genera enojo también desconfianza en los demás. 

Cuántas promesas hechas y no cumplidas, ¿verdad? El mundo así como está lleno de charlatanes, también lo está de gente noble que sabe darle la importancia debida a la palabra "Promesa". Los que hablan mucho pero finalmente no mueven un solo dedo a esos se les llama hipócritas, caraduras, farsantes, sinvergüenzas, etc. 

Te preguntarás cuál es la importancia de cumplir una promesa. Pues, la verdad que ayuda a fortalecer la voluntad personal y a su vez proyecta en los demás una imagen de credibilidad. Y es que el cumplimiento de las promesas es una regla de oro para la convivencia. Si ésta se incumple, se debilita la confianza entre las personas y los lazos afectivos se deterioran.

Por este motivo te reto, querido lector, a que cumplas lo que prometas porque si no puedes o quieres es mejor que no prometas nada porque antes de abrir la boca y comprometerse a hacer algo, piensa que debes ser muy realista, ser claro, no hacer promesas por presión, no prometer para sacar ventaja de algo o alguien. Luego, no olvides en ser honesto  contigo y con los demás.

Antes de terminar quiero hacerte saber, querido lector, que en toda promesa hay un reto. Lo importante es no convertirnos en creadores de excusas porque es muy fácil encontrar una excusa que nos justifique ante los demás cuando no cumplimos con nuestra palabra. El abanico de excusas, pretextos y disculpas es infinito. Por este motivo te llamo a la reflexión para que pienses que si adquieres un compromiso y por cualquier motivo no puedas relizarlo, entonces tienes dos opciones: elegir un pretexto más o menos convincente o bien dar la cara y hablar con la verdad que justifique nuestro incumplimiento.Y es que quien da la cara ofrece la mejor versión de uno mismo porque actúa sin miedo ni mentiras.

¿Sabías que la palabra "Promesa" viene del Latín "Promisssus"? Esta palabra está conformada por el prefijo "pro" que es equivalente a "antes" y "missus" que significa "arrojar". Podríamos interpretarlo como que hay que ser arrojados (valientes) antes de hacer una promesa, sobre todo, si ésta, querido lector, es un reto para ti no imposible pero sí difícil de cumplir. 

MARiSOL