sábado, 24 de septiembre de 2016

La mirada del reloj




 
Tengo una amiga llamada Tamara. Ella me ha comentado que, desde que heredó un reloj antiguo de su abuela Belén, le da la impresión que éste aunque no tenga ojos y el tiempo transcurra de manera uniforme y certera, se dedica a observarla. Es como si este reloj quisiera saber con exactitud en qué Tamara dedica su tiempo. Tan curiosa quedé con este comentario de mi amiga que, en un momento en que ella se fué al baño y me dejó sola, aproveché para observar de cerca a este reloj ya que casualmente me encontraba yo visitando a mi amiga.

En el momento en que me acerqué para observar bien a este reloj, éste me habló diciéndome:
- Me pregunto si tú, Victoria, malgastas tu tiempo o el tiempo te malgasta a ti.

Al escuchar no sólo hablar a este reloj, sino la frase dicha, retrocedí un poco asustada haciéndola saber que me explicara mejor lo que me quería decir.

El reloj, muy serio, me hizo saber que muchos hombres siempre tratan de matar el tiempo, pero que, al fin y al cabo, los acaba por matar. Y por este motivo quería saber si yo hacía buen uso de mi tiempo.

Yo, haciendo acopio de mucha paciencia, le dije que ya sólo el hecho de tomar conciencia del tiempo me causaba mucho estrés y agotamiento no sólo corporal, sino también emocional.

El reloj me pidió una mejor explicación.

- No creo que sea de tu incumbencia si yo sé como aprovechar de mi tiempo o no - le contesté un tanto enojada y luego continué hablando - Tú no eres nadie para decirme qué debo hacer con mi tiempo. Es una gran mentira eso que el tiempo es oro. Para mí el oro no tiene ninguna validez. El tiempo para mí es más que eso, es vida.

- O sea, ¿a ti no te importa perder tu tiempo? - me preguntó el reloj de Tamara.

- Así es - le respondí desafiante - Es más, yo no quiero ser solamente una persona ocupada que no sabe qué hacer con su tiempo libre. No hay cosa más bonita que tener tiempo para perderme en él a solas o acompañada. Disfrutar de él sin tenerlo siempre en cuenta.

El reloj, un tanto disgustado, tuvo que aceptar que yo tenía razón.

Luego, seguidamente, yo le hice saber que el problema que veía es que no necesariamente es que sea el tiempo el que nos falte, sino que somos nosotros los que le hacemos falta a él.

El reloj, al mirarme desconcertado, le dije dando por terminada nuestra charla:
- Al fin y al cabo lo único que nos pertenece, desde que nacemos, es nuestro tiempo de vida. ¿No te parece? porque no hay nada más insensato que acortar nuestro tiempo de vida pensando sólo en problemas o penas.

El reloj se quedó tan pasmado con lo que le dije, que dejó de funcionar.

Al regresar Tamara del baño y ver que el péndulo del reloj no se movía, le quiso dar cuerda. Pero, al pedirle a mi amiga que no lo hiciera mientras yo me encontrara de visita, se sorprendió. Al preguntarme el motivo, yo le dije:
- El péndulo del reloj me pone nerviosa porque me hace sentir que el tiempo es físico con su interminable tic - tac, tic - tac.

Tamara, desconcertada, me preguntó a qué exactamente me refería, a lo que yo le contesté:
- Para mí el tiempo está en nosotros mismos.

Desde que yo le dí esa respuesta, Tamara no ha vuelto a hacer funcionar al reloj que yo sepa. Lo tiene, más bien, como adorno. Le basta con el reloj pulsera que ella usa porque no hace ningún ruido. Ella se dió cuenta que desde que el reloj de su abuela ya no le marca más su tiempo, ya no tiene ella sólo la sensación que éste la observa, sino que su corazón ya no late más de manera desacompasada al pensar en Eduardo, un ex-novio, que vivió, por largo tiempo, atado al péndulo de su memoria mientras él se movía entre su mente y corazón.

La verdad que yo me alegro que Tamara se haya dado cuenta de no perder más su tiempo sólo pensando en él, porque su recuerdo terminaría por matarla en vida. Y como la muerte es, el final de nuestro tiempo, lo mejor que podemos hacer (lo mismo Tamara) es saberlo llenar de momentos agradables para que la muerte no nos cause miedo si nos damos cuenta que no hemos sabido vivir. Y para terminar, quiero agregar que soy de la opinión que el tiempo de mi amiga Tamara está madurado porque ahora ella no se pregunta más, como antes, por qué y para qué vive.

Belén, la abuela de Tamara, al escuchar mis pensamientos, sonrió (desde algún punto del universo), porque la mirada de su reloj había cumplido con su cometido, el de ayudar a su nieta a mirarse mejor por dentro porque su tiempo interior es el que le recuerda cómo ella quiere vivir.


Y tú, querido lector, ¿cómo quieres usar tu tiempo hoy día?



MARiSOL



jueves, 22 de septiembre de 2016

El ladrón del aire




Ernesto no es sólo un exitoso hombre de negocios, sino que se ha especializado en robar sistemáticamente el alma al aire no importando en qué punto de este mundo él se encuentre. Me explico: Desde hace tiempo que él suspira por un viejo amor llamado Carola. Cada vez que Ernesto se acuerda de ella, no importando ni el país ni ciudad donde él se encuentre (viaja mucho), inspira, todas las veces que sea necesario, grandes bocanadas de aire llenando así no sólo sus pulmones.... 

¡Ay! cada vez que Ernesto se acuerda que Carola no vive a su lado, él siente que le falta la respiración. Por este motivo al tomar aire él se imagina que Carola se encuentra dentro de él con su infinito amor para poder seguir viviendo. Ernesto sabe, mejor que nadie, que Carola le hace falta hasta el día de hoy para completar su existencia. Y es que por más que Ernesto tenga casas aquí y allá, autos último modelo y una billetera bastante llena, él siente que le falta lo más importante: el amor de Carola. 

Para tu información, querido lector, Ernesto no está loco. Es más que eso ... él está loco de amor. Cuando entre suspiro y suspiro él se acuerda del error cometido (de haber dejado a Carola por otra, se desespera), siente que le falta el aire.  

El aire al ver nuevamente la tristeza de él, le dijo tiernamente:
- No importa cuán lejos tú te encuentres de Carola, recuerda que tanto tú como ella respiran el mismo aire. Así será hasta el último suspiro. No lo olvides. ¡Ah! quiero hacerte saber que Carola, en este preciso momento, está pensando en ti.
Ernesto, después de escuchar al aire, sintió que sus pulmones estaban por estallar. 
- Amigo, - le dijo el aire - ¡relájate! antes que te subas al avión. 
Es así como Ernesto comenzó a respirar más tranquilo mientras tomaba asiento en "business class" ya que, esta vez, podía sentir con gran fuerza que Carola se encontraba dentro de su alma no importando si a ella la sentía como a una hermosa fantasía o como a un efímero sueño. 

Luego después cuando el avión ya se encontraba suspendido en el aire y éste lo rozaba suavemente, las manos de Ernesto rozaban una vaso de whisky; su contenido se lo bebería lentamente mientras en el fondo de su vaso flotaba la sonrisa de Carola que lo acompañaría no sólo en este viaje, sino hasta el último viaje de todos cuando el aire no sólo roce su piel de hombre ya mayor, sino cuando su alma y el de Carola se eleven por separado, algún día, para reunirse finalmente más allá de cualquier aire terrenal.  


MARiSOL



 El alma al aire
Alejandro Sanz

Yo quiero el aire que tiene tu alma
Yo quiero el aire que, que vive en ti
Yo quiero el aire, aire que derramas
Aire para quererte
Aire para vivir
Yo quiero el aire que tiene tu alma
Yo quiero el aire que, que vive en ti
Yo quiero el aire, aire que derramas
Aire pa' quererte
Aire pa' vivir
Tengo un alma o la tenía
Y no es bastante
Ya sabes tanto tienes tanto vales
Tengo un alma y desafía
Tus andares es el paisaje donde flota mi fantasía
Me subo a tu cintura
Pero es tan temprano
Los sueños que se cumplen son tan raros
El aire roza las palabras que no saben bien
De tus ojos, tu mirar eh
Por tus andares y tu mirar
Le he robado el alma al aire
Para dártela en este suspiro
Soy como la tierra amor, tu eres el sol
Que no se deja ver no puede ser ¿cómo va a ser?
Le he robado el alma al aire
Para poder llevarte aquí conmigo
Soy como la tierra amor, tu eres el sol
Que no se deja ver, no puede ser ¿cómo va a ser?
Yo quiero el aire que tiene tu alma
Yo quiero el aire que, que vive en ti
Yo quiero el aire, aire que derramas
Aire pa' quererte
Aire pa' vivir
Tengo miedo a una alma fría ¿cuánto vale?
Comprarle el alma al aire si se descuida
Suave, suave se la quitas
Tus andares
Ay niña ay, ay vete tus andares
Porque no tiene cura la locura de mis labios
Ya nada en esta vida me parece raro
El alma roza despacito el mundo en nuestra piel
En mi vida caminar y de tu vida niña, lo que no se ve
Le he robado el alma al aire
Para dártela en este suspiro
Soy como la tierra o tu eres el sol
Que no se deja ver, no puede ser ¿cómo va a ser?
Le he robado el alma al aire
Para poder llevarte aquí conmigo
Soy como la tierra amor, tu eres el sol
Que no se deja ver no puede ser ¿cómo va a ser?
Y me subo a tu cintura pero es muy temprano
De tus ojos tu mirar
Eh, tus andares niña y tu libertad
Le he robado el alma al aire
Para dártela en este suspiro
Soy como la tierra o tu eres el sol
Que no se deja ver, no puede ser ¿cómo va a ser?
Le he robado el alma al aire
Para poder llevarte aquí conmigo
Soy como la tierra amor, tu eres el sol
Que no se deja ver, no puede ser ¿cómo va a ser?
Le he robado el alma al aire
Para dártela en este suspiro
Soy como la tierra o tu eres el sol (soy como la tierra amor)
Que no se deja ver no puede ser ¿cómo va a ser? (el alma al aire)
Le he robado el alma al aire
Para poder llevarte aquí conmigo
Soy como la tierra amor, tu eres el sol
Que no se deja ver no puede ser ¿cómo va a ser?...
Yo quiero el aire niña, de tus caderas
Tengo tu alma, pa’ quien la quiera
Le he robado el alma al aire
Para dártela en este suspiro
Soy como la tierra o tu eres el sol
Que no se deja ver no puede ser ¿cómo va a ser?
Le he robado el alma al aire
Para poder llevarte aquí conmigo
Soy como la tierra amor, tu eres el sol
Que no se deja ver no puede ser ¿cómo va a ser?...

martes, 20 de septiembre de 2016

El juego de la vida



- ¿Será cierto que la vida es como el juego de la Rayuela? Marisa le preguntó a su amiga Inés mientras caminaban por un hermoso parque mientras observaban como unos niños jugaban este juego.

- A mí me parece que sí, porque el primer casillero representa la niñez, el segundo representa la juventud y el tercero, la vejez - le respondió Inés y continuó hablando - En el cuarto y el quinto casillero debemos darnos vuelta para mirar el recorrido, el mismo que nos llevará al cielo...

- ¡O al infierno! - le interrumpió Marisa un poco irritada.

- ¿Qué te sucede? - le preguntó Inés sorprendida. ¿Estás molesta conmigo?

- Perdona. No - le respondió Marisa. Es que últimamente siento como si estuviera jugando a la Rayuela como aquel personaje de La Divina Comedia de Dante Alighiere que salió del Purgatorio y quizo alcanzar el Paraíso y tuvo que atravesar una serie de nueve mundos hasta conseguirlo.

- Pero, ¿por qué te sientes así? - le preguntó Inés y luego le dijo a su amiga que dejara de caminar.

Marisa haciendo un alto le dijo a Inés:
- Porque aquel jugador actuó a modo de ficha y debió saltar de casilla en casilla en un solo pie, empujando la piedra que representaba su alma - le contestó Marisa. Luego continuó hablando - Así me siento yo como aquel jugador cuando partió de la Tierra para conseguir el Cielo y tuvo que tener cuidado en no caer en el pozo del Infierno durante su recorrido.

- ¿Te da temor que la piedra se pare sobre una línea? - le preguntó Inés. Luego le dijo que en este juego, en ningún caso, la piedra debe pararse sobre una línea ya que de la Tierra al Cielo no hay fronteras ni zonas de demarcación ni separaciones ni descanso.

Marisa le hizo saber que ella tenía la sensación de encontrarse a pocos metros de distancia del pozo del Infierno y que ni quería caer en el fondo de éste ni tampoco quería seguir jugando más a la Rayuela con su propia vida.

- Mira, no se sabe exactamente quién inventó este juego - le respondió Inés y luego le dijo - pero lo que sí sé es que la vida es, como tú bien lo has dicho, como este juego porque simboliza el comienzo de la vida misma, con sus dificultades y alternativas. Y la muerte juega en nuestra vidas un papel importante. Si bien ninguno de nosotros queremos tomar asiento en la antesala del Purgatorio o del Infierno, todos queremos, más bien, que se nos abra la puerta de par en par del Cielo.

- Y que se nos reciba no sólo con música, sino también con una alfombra roja. Marisa era irónica y soltó una risita nerviosa.

Inés también se río. Y luego ya un poco más seria le dijo a su amiga:
- Si estás cansada de jugar a la Rayuela con tu vida, concéntrate, entonces, en jugar otro juego.

- ¿Cuál? le preguntó curiosa Marisa.

Y mientras Inés saltaba de un casillero imaginario a otro le dijo:
- Un nuevo juego llamado "Encuentra tu propio cielo".

Marisa se la quedó mirando. Si bien, en realidad, este juego no existe, Inés le dió la respuesta acertada porque, al fin y al cabo, el cielo y el infierno viven en nuestro mundo interior hasta el final de nuestros días cuando nos toque cruzar, aunque no queramos, la línea de la muerte.
  


 Marisol


Información:
¿Sabes cuáles otros nombres tiene la Rayuela? Se le conoce también como:
Tejo, Calderón, Pitajuela, Calderón, Cox Cox, Futi, Traquenelo, Telazarranea, Reina Mora, Pata Coja, Infernáculo, Mariola, Luche, Golosa, Juego del diablo, Mundo, etc.

 
  

Rayuela
Gotan Project

Composición: Julio Cortázar, Gotan Project

Rayuela, capítulo siete.
Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos...
... textos escritos y publicados hace años...
... con cronopios o sin ellos...
... en torno a su mundo de juego, a esa grave ocupación que es jugar cuando se buscan otras puertas.
Un, dos, tres, cuatro:
¡Tierra, Cielo!
Cinco, seis:
¡Paraíso, Infierno!
Siete, ocho, nueve, diez:
Hay que saber mover los pies.
En la rayuela, o en la vida
vos podés elegir un día.
¿Por qué costado, de que lado saltarás?
...otros accesos a lo no cotidiano simplemente para embellecer lo cotidiano, para iluminarlo bruscamente de otra manera.
Sacarlo de sus casillas, definirlo, de nuevo, y mejor.
...me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar.
...exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.
Un, dos, tres, cuatro:
¡Tierra, Cielo!
Cinco, seis:
¡Paraíso, Infierno!
Siete, ocho, nueve, diez:
Hay que saber mover los pies.
En la rayuela, o en la vida
vos podes elegir un día.
¿Por que costado, de que lado saltarás?
... yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.


Esta canción está basada en el capítulo 7 de Rayuela del escritor argentino Julio Cortázar.
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Imagen sacada de Bing

viernes, 16 de septiembre de 2016

Entre estrellas y cometas





Sofía sabía que el amor que ella sentía por Eduardo vivía suspendido entre estrellas y cometas. No era de este mundo. Me pregunto si Eduardo piensa igual que ella. Deduzco que sí para que ella no tenga que verlo en sus sueños con los ojos húmedos mientras él le quiere dar explicaciones a Sofía sobre sus besos ausentes ... ésos que terminan de evaporarse en la comisura de los labios de Sofía cuando sueña con Eduardo desde hace años.

Mientras tanto la  conciencia de Sofía como la de Eduardo parece deshacerse en susurros de medianoche, sus ojos, los de ambos, no duermen tranquilamente porque van probando, entre estrellas y cometas,  el sabor del amor verdadero ... de ese sabor llamado renuncia.

¡Ay! Sofía y Eduardo viven pequeñas muertes desde hace ya tiempo porque ambos, a parte de abrazarse a sus almohadas,  se abrazan sin rencores entre lo que no fue y lo que pudo ser puesto que ya nada es como era cuando ese antes vestía una primavera que yo, la verdad, encuentro tan lejana y difusa, sin forma ni color y que sólo recoge los últimos restos de deseos vestidos de nostalgias envueltas en luz ... en esa luz que se desprende de toda estrella y cometa que vemos de noche en el firmamento.

Por este motivo, cuando de noche el cielo despejado se deje ver pintado de millones de puntitos blancos, pensaré en Sofía y Eduardo. Allí estaré para velar por los dos aunque ellos nunca se enteren de lo que realmente yo pienso sobre lo que es ser estrella y ser cometa. Y es mientras la estrella permanece en un rincón inolvidable del corazón iluminando el rostro de nuestras almas y nos brinda calor no sólo con su compañía, sino que su luz ilumina nuestra historia personal de vida, la cometa, pasa un tanto desapercibida. Apenas, por instantes, es recordada porque no cautiva a nadie. Sólo pasa por la vida sin marcar presencia. Y esto yo no lo quiero ni para Sofía ni para Eduardo tampoco. Quizá ella es, unas veces, estrella, otras, cometa y con él pasa lo mismo. Quizá, deba yo pensar más en mi propia luz; cómo debo de brillar ... de seguir brillando.

Querido lector, entre estrellas y cometas vivimos todos ... unos nos iluminan con su luz para siempre, otros sólo un instante ... ese instante dado que a nosotros nos corresponde hacer con el tiempo. Aquí radica el desafío que nos impone la vida... esa constante sorpresa de saber que ni tú ni yo hemos nacido sólo para existir de paso, sino para vivir eternamente en el corazón no sólo de un gran amor, sino también de todos aquellos seres que nos marcaron con su luz de estrella o de cometa.




MARISOL






Imagen sacada de Bing


sábado, 10 de septiembre de 2016

La llave y el desierto




Érase una vez una llave que había perdido a su querido candado en las arenas de un gran desierto. Desde que el candado no se dejaba ver más, la llave se sentía desconsolada. Por este motivo, la llave le preguntó al desierto:
- ¿Por qué mi candado me ha dejado abandonada?
El desierto, después de escucharla atentamente, le habló:
- Como tú no lo aceptabas con todas sus imperfecciones, él decidió alejarse de ti para que tú rehagas tu vida con otro candado que se avenga más a ti.  Es más, debo informarte que tu candado no te ha dejado por otra llave. Más bien, él ha decidido vivir en soledad por un tiempo; sus motivos tiene y no los quiere compartir más contigo porque él no se siente comprendido por ti.
- ¡No entiendo nada! - gritó indignada la llave.
-  Si tú realmente lo hubieras amado sin condiciones, lo hubieras aceptado a él como es.
- Pero, ¡no entiendo por qué mi candado no me dió explicaciones antes de abandonarme! - gritó nuevamente indignada la llave. 
- ¡No actúes como una diva caprichosa! - le retó el desierto.  No te das cuenta que tu ex-candado te dejó porque él no podía ofrecerte lo que tú más deseabas: vivir sólo en lugares vestidos de armonía y paz. Sobre todo, cuando él sufre de depresión, angustia y ansiedad. Y como tú no lo podías ayudar a superar todo esto, él te dejó para que tú rehicieras tu vida.
- Pero, ¡él fue muy egoísta por haberme dejado así de esta manera! - gritó indignada la llave.
- Es cierto que fue egoísta, pero tú lo fuiste aún más puesto que tú querías  que él fuera sólo un candado perfecto. ¡Quítate de la cabeza que él te ha abandonado!
- ¡Claro que sí me ha abandonado! - gritó la llave. Su rabia la podía sentir hasta yo a la distancia. 
- ¡Si tú supieras  cuánto él te ama! El candado no te quiere, te ama. ¿Entiendes? - le hizo saber el desierto.
- Acaso, ¿no es lo mismo? - preguntó la llave desconcertada.
El desierto le hizo saber que normalmente todos confundimos el querer con el amar y viceversa. Por este motivo decir: "Te quiero" suena falso" y decir "Te amo", suena hueco, vacío. Lo que sucede es que al querer a alguien, tomamos posesión de él o ella y terminamos queriendo adueñarnos de esta persona para que así cumpla con nuestras expectativas. Por este motivo, cuando uno no es capaz de aceptar a su pareja tal cual es, con sus virtudes y defectos, y lo que pretendemos es cambiarla, moldearla a nuestro gusto, entonces, no hay verdadero amor.
- Pero, ¡yo sufro por mi candado! - dijo agitada la llave. ¡Tengo que encontrarlo! ¡No me gusta que él me haya dejado de la forma que lo hizo!
- Tú sufres no porque lo hayas amado de verdad, sino, más que todo, por tus apegos hacia él - le refutó el desierto. Si tú lo hubieras amado incondicionalmente te darías cuenta que el verdadero amor no sólo está hecho para disfrutar sólo de los buenos momentos, de ésos que están vestidos sólo de alegría. Cuando hay verdadero amor se superan juntos los errores y problemas. Y tú no tuviste la paciencia ni para ayudarlo como él se merecía ni para entenderlo del todo. Tú sólo lo criticabas. Y él para no pelearse más contigo, se alejó en silencio. Así que aunque no te guste reconocerlo, antes que él te abandonara como tú dices, tú ya lo habías abandonado por no creer en él. Así que deja de sufrir, porque tú realmente no sufres por amor, sino que tú sufres porque él no te entregó lo que tú querías.
La llave, en ese momento, se dió cuenta que su ex-candado no la había abandonado, sino que había renunciado a ella ... allí también radica el verdadero amor.  

Sé que en cuanto la llave se fue del desierto, el candado salió a la luz para disfrutar del silencio del desierto ... de ese silencio que es mejor que cualquier palabra mal dicha. 

MARiSOL


 

 "La tierra del olvido"
Carlos Vives


Como la luna que alumbra
Por la noche los caminos
Como las hojas al viento
Como el sol espanta al frio
Como la tierra a la lluvia
Como el mar espera al rio
Asi espero tu regreso
A la tierra del olvido

Como naufragan mis miedos
Si navego tu mirada
Como alertas mis sentidos
Con tu voz enamorada
Con tu sonrisa de nina
Como me mueves el alma
Como me quitas el sueño
Como me robas la calma

Tu tienes la llave de mi corazón
Yo te quiero
Mas que mi vida porque sin tu amor
Yo me muero (bis)

Como la luna alumbra
Por la noche los caminos
Como las hojas al viento
Como el sol que espanta el frio
Como la tierra a la lluvia
Como el mar que espera al rio
Asi espero tu regreso
A la tierra del olvido

miércoles, 7 de septiembre de 2016

La advertencia del cuervo




 
- Cuando lo razonable se confunde con lo irrazonable, es peligroso avanzar a ciegas mientras uno solamente está inmerso en fantasías ... ésas que nos aislan de toda lógica por más que queramos descubrirnos por medio de intuiciones - me advirtió un cuervo mientras conversaba con él hace un rato atrás.

Y como yo no tenía nada que agregar, el cuervo siguió hablando:
- ¡Ay! Tus fantasías no bastan tan solo porque éstas solamente perpetúan los errores cimentados sobre tus ideas equivocadas. Es más, no logro entender como una incapacidad gigante, que sale de la punta de tu lengua, no tolera ni la opinión ni los deseos de los otros ni menos cedes a las más mínimas exigencias de los demás. ¡Cuánta intransigencia! ¿Verdad? 

El cuervo tiene razón. ¿No crees, querido lector?

Y yo mientras me sonrojaba le hice saber, con voz temblorosa, que desearía encontrarme en zona segura, mas no tengo la capacidad de alcanzar a ver ni siquiera mi propio horizonte de vida por estarme moviendo, a una velocidad que me confunde, dentro de un laberinto desafiante e intrincado desde hace tiempo.

- ¡Eres terca! - graznó el cuervo de manera estridente - Veo que tú sigues avanzando hacia el abismo ... ése que mira dentro de ti.
Y mientras él volaba sobre mi cabeza advirtiéndome del alcance del peligro que se avecina sobre mí, yo comencé a ver que no sólo el camino de mi vida se va estrechando, sino que la armazón de mi vida está por venirse abajo tarde o temprano. Es como si las conjeturas formuladas por el cuervo me indicaran que la profecía está por cumplirse aunque yo no quiera. 

Clarividente no soy, y sin embargo una advertencia tras otra resuenan en mis oídos. Y mientras yo me detengo a observar al cuervo, él me lanza una mirada vacía porque se ha dado cuenta que yo no deseo ni ninguna larga explicación ni ninguna advertencia de ningún cuervo.

El cuervo levantó vuelo molesto. Se alejó de mí al darse cuenta que yo sigo confundiendo lo razonable con lo irrazonable por más que yo no quiera. 

- ¡Eres un caso perdido! - graznó desde lo alto el cuervo mientras yo me hacía la pregunta dubitativamente si mi persistente locura me sigue entusiasmando como antes porque la verdad, siento que mi verdad (ésa que no es entendida por muchos) me abate más de la cuenta aunque yo pretenda no darme cuenta que la advertencia del cuervo es muy cierta.


MARiSOL