lunes, 19 de junio de 2023

Arena del tiempo


Mientras me siento, por momentos, como un pez juguetón revolcándose incansablemente en la arena del tiempo (ese tiempo que siempre está maduro), me pregunto para qué, como de costumbre.

Con voz temblorosa y ojos nublados me doy cuenta que me acerco despacio inevitablemente a alguna parte de mi historia de vida... esa vida convertida en un soplo que se mueve entre las aguas de la fe y de la incredulidad  y entre las de la certeza y de la duda.

Entre bocanadas de aire aguardo con ilusión el momento de tomarme un descanso porque no hay nada más que hacer. Tal vez deba sólo guardar silencio por ser éste el ruido más fuerte de todos.

Y mientras mis palabras caen rendidas de cansancio, mi alma inquieta huye de lo que me sigue, será porque yo voy detrás de lo que huye de mí. Acaso, ¿de mi pasado o quizá futuro? No sé. Quizá deba celebrar cada día sólo el reencuentro con mi presente por más difícil que éste sea como cuando el rocío de la mañana se troca en escarcha y aparenta ser sólo un punto congelado  entre la ilusión y la añoranza.


MARiSOL