jueves, 26 de enero de 2017

Mi amigo Sanam



- ¿Te puedo pedir un favor Sanam? - le preguntó Valeria a su amigo el delfín. Sólo en él podía ella confiar porque sabía que él no se burlaría de su pregunta.
- ¿En qué te puedo ayudar querida amiga? - le respondió Sanam sonriendo. Le alegraba de volverla a ver después de mucho tiempo.
- Quiero que me ayudes a perder la memoria - le pidió suplicante Valeria.
- ¿Por qué quieres tú perder la memoria? - le preguntó serio Sanam.  Tú sabes bien que la memoria es el centinela de tu cerebro, quien se encarga de vigilarlo y de observarlo. ¡Explícame, por favor, la razón que tienes para pedirme este favor!
- Porque no quiero sufrir con los recuerdos que me persiguen - le dijo en un hilo de voz Valeria. 
- ¿Son buenos o malos? - le preguntó Sanam. 
- Son una mezcla de los dos. Es que cuando los toco, me duele la memoria. ¡Me explota la cabeza de tanto pensar! - le respondió Valeria.
- Pero tú bien sabes que el que sufre es porque tiene memoria. Es ley de vida - le dijo su amigo el delfín.
- Pero, con tus poderes mágicos me los puedes quitar - le rogó Valeria.
- Tú quieres ser expulsada de tu propio paraíso, ¿no es cierto? - le dijo serio Sanam.
- ¡Yo no vivo en ningún paraíso! - gritó Valeria. Y tú bien sabes a lo que me refiero, Sanam.
- Mira, amiga, tu memoria es el único paraíso del que nadie te puede expulsar. En realidad, tu problema radica en que tú no quieres que parte de tu pasado vuelva a ser revivido en  la memoria de tu corazón, ¿verdad?
- Así es, por este motivo quiero que me quites la memoria. Valeria se sentía segura de sus palabras.
- Si hago lo que me pides, te quitaré también tu identidad. Dejarás de ser tú. Serás un papel en blanco y tu vida no será fácil no sólo para ti, sino para tus seres queridos. Realmente me niego a hacerte este favor. ¿Y sabes por qué? - le dijo Sanam también muy serio.
- ¿Por qué? Valeria comenzó a sentirse insegura. Las dudas se le estaban metiendo en cada poro de su piel.
- Porque aunque quieras dejar de ser tú, también harás experiencias buenas y malas cuando seas otra persona. Y sin tu memoria actual  te olvidarás de quién soy yo y ya no podrás recurrir a mí nunca más ni siquiera para pedirme consejo como antes. ¿Expones nuestra amistad y la de tus seres queridos a tu cobarde egoísmo?
Valeria tragó saliva. Sanam tenía razón. Se reconciliaría con todos sus recuerdos para sobrellevar su pasado y vivir mejor su presente.
Sanam, antes de despedirse, le dijo a Valeria que los recuerdos buenos y malos forman parte de la memoria (tanto del cerebro como del corazón). Además, también le dijo que ya era hora que ella aprendiera a asumir responsabilidad sobre su memoria, porque sin memoria ella (Valeria) solamente se encuentra viviendo, pero no existiendo como debe ser. Y es que tanto el gozo como el sufrimiento, las dos caras de la vida, son parte de la existencia de todo ser humano. 
Valeria se dió cuenta que Sanam tenía mucha razón. Así que ella antes de despedirse le pidió a su amigo, el delfín mágico, que le diera un beso. En este beso, él le daba todo el valor y cariño (Sanam significa cariñoso; procede Arabia Saudita y Turquía) que ella necesitaba para seguir existiendo porque sería un crimen morir en vida antes de tiempo y menos sin memoria.

 Marisol