domingo, 30 de mayo de 2010

El satélite del amor

(Cuento de la vida real)


Coloqué mi cámara fotográfica (y filmadora) delante del televisor. Nunca lo había hecho antes. Mis dos hijos me miraron y me preguntaron por qué hacía una grabación.
Yo me reí y les contesté:
- Quizás seamos testigos de un momento histórico. Vamos a ver si Lena Meyer-Landrut queda entre los diez primeros países de este concurso de música a nivel europeo.  Más no pido. Pero lo que sí les pido a ustedes es que ni hablen ni hagan ruido. ¡Shh!

Tanto ellos como yo guardábamos una esperanza... ¿Sería posible que Lena consiguiera dejar bien a Alemania con la canción "Satellite" después de tantos sinsabores pasados? Nunca nos hubiéramos imaginado lo que viviríamos después de haber hecho esta grabación.

Mientras los minutos corrían y se repartían los puntajes, el nerviosismo aumentaba. A cada punto que recibía Lena, gritábamos de emoción. ¡No lo podíamos creer! La posibilidad de ganar casi ya se le podía sentir en el aire.

Al final Lena consiguió ganar el 55."Eurovision Song Contest" con 246 puntos. ¡Fantástico! Después de 28 años Alemania vuelve a ganar este concurso y se vestirá de fiesta en Mayo 2011. ¿En qué ciudad? Aún no se sabe. Ojalá que sea en la capital, Berlín.

Aquí no solamente comparto este momento contigo en caso quieras ver -por un ratito- televisión alemana, sino que también quiero brindar por el éxito de Lena de esta manera. Prosit!

Un satélite vestido de cariño y alegría -en reconocimiento por el éxito obtenido- está dando vueltas sobre Alemania y alrededor de Lena en este momento y ojalá por mucho tiempo más.

Marisol

Prosit significa: ¡Salud!  

Aquí te dejo la canción ganadora para que la cantes si quieres. Está en inglés porque en alemán sólo Austria, Suiza  la hubieran entendido. Y lo se trataba era que los diversos países europeos concursantes la entendieran.


Satellite
compositores: Julie Frost/John Gordon 
 
I went everywhere for you
I even did my hair for you
I bought new underwear, they’re blue
And I wore ‘em just the other day

Love, you know I’ll fight for you
I left on the porch light for you
Whether you are sweet or cruel
I’m gonna love you either way

Love, oh, love, I gotta tell you how I feel about you
‘Cause I, oh, I can’t go a minute without your love
Like a satellite, I’m in an orbit all the way around you
And I would fall out into the night
Can’t go a minute without your love

Love, I got it bad for you
I saved the best I have for you
You sometimes make me sad and blue
Wouldn’t have it any other way

Love, my aim is straight and true
Cupid’s arrow is just for you
I even painted my toe nails for you
I did it just the other day

Love, oh, love, I gotta tell you how I feel about you
‘Cause I, oh, I can’t go a minute without your love
Like a satellite I’m in an orbit all the way around you
And I would fall out into the night
Can’t go a minute without your love
Oh, love, I gotta tell you how I feel about you
‘Cause I, oh, I can’t go a minute without your love

Where you go, I’ll follow
You set the pace, we’ll take it fast and slow
I’ll follow in your way,
You got me, you got me
A force more powerful than gravity
It’s physics, there’s no escape

Love, my aim is straight and true
Cupid’s arrow is just for you
I even painted my toe nails for you
I did it just the other day

Love, oh, love, I gotta tell you how I feel about you
‘Cause I, oh, I can’t go a minute without your love
Like a satellite I’m in orbit all the way around you
And I would fall out into the night
Can’t go a minute without your
Love, oh, love, I gotta tell you how I feel about you
‘Cause I, oh, I can’t go a minute without your love
Love, love, love, love, love



sábado, 29 de mayo de 2010

El helicóptero de Gary

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(cuento de la vida real)
  
Me encontraba en el jardín colgando ropa cuando escuché y ví que un helicóptero sobrevolaba dos veces la casa donde vivo. Así que dejé parte de  la ropa en la canasta, corrí a mi habitación para buscar mi cámara fotográfica y salí a la calle.

Ya afuera ví que en la esquina de mi cuadra -cerca a un parque pequeño- se encontraban cuatro vecinos míos admirando a "Christoph 31". Así se llama este helicóptero que es utilizado para transportar gente muy enferma o accidentada y llevarla al hospital de mi distrito. También sé que es utilizado para transportar a alguna persona importante. ¿Sería este el caso? porque no se veía ninguna ambulancia, sino más bien, dos autos de policía.  Y tres policías se encontraban parados en la calle y uno al lado del piloto.  ¿Qué pasaría?

Cuando yo les pregunté a mis vecinos si querían acercarse al helicóptero me dijeron que no. Ellos se conformaban con mirar de lejos. Yo no. Así que crucé la calle y me puse a tomar fotos. Cuando ví que el  piloto se había quedado solo, pues me acerqué y lo saludé. Un norteamericano muy agradable de trato.

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Él me contó que en Berlín solamente hay tres pilotos para helicópteros. Y que se siente triste porque en dos años cuando cumpla 60 años tiene que dejar de trabajar. Y esto no se lo quiere imaginar porque se siente sano y fuerte. Él quiere volar hasta que ya no pueda más. Pero leyes son leyes. ¡Lástima! en este caso.

Al rato se acercó un policía y le dijo:
- Ya puede usted partir. Su misión ya terminó.
Quise preguntarle a Gary de qué hablaba el policía, pero no lo hice. Hay momentos donde es mejor no hacer preguntas, sobre todo, cuando el policía mira con cara seria.

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-¿Cómo te llamas?
- Me llamo Gary - y después de sonreir agregó-  Espera. Tengo algo para ti. Me regaló una calcomanía. 
Después de darle las gracias le dije:
- Cuando vea este helicóptero me acordaré de ti, Gary. Me regaló otra sonrisa.  Y levantó vuelo.


Allí me quedé yo mirando como Gary partía solo y sin saber cuál había sido su misión (¿secreta?). Por un momento me hubiera gustado que  Gary hubiera llegado de emergencia -hace una semana- junto con un médico -como ángeles guardianes- para salvar a Paula una muchacha de 14 años, hija de una vecina  y amiga (que conozco) de una muy buena amiga mía. Ellas viven cerca de un parque pequeño que es utilizado también como zona de aterrizaje para helicópteros.

Quisiera pensar que en este hermoso día de primavera el alma de Paula sobrevuela -como el helicóptero de Gary- la casa de sus padres para darles a ellos y a su hermano el consuelo que necesitan para sobrellevar su abrupta partida.

Marisol

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Las fotos son mías.


miércoles, 26 de mayo de 2010

En el fondo de su corazón

Roberto nuevamente no puede dormir; se encuentra nervioso y deprimido.  Él sabe que cuando se siente así es porque piensa en Carmen. A pesar que relojes y calendarios van marcando el tiempo, ella sigue aún viviendo en el fondo de su corazón. Por más que él quiera olvidarla, no puede. Si bien hace más de 20 años que Roberto cortó su relación con Carmen (por otra mujer) se dió cuenta -muy tarde- que se había equivocado.  Aún le duele todo el cuerpo y el alma cuando piensa no sólo en el gran error cometido, sino en lo mucho que  extraña a Carmen. Ninguna mujer lo amó a él como ella lo hizo. Ninguna. Esta es su condena. Roberto sufre porque descubrió lo que es el verdadero amor.

¿Y qué pasa con Carmen? Ella volvió a hacer su vida después de esconder los besos de Roberto en el fondo de su corazón, derramar un océano de lágrimas y de estar al borde de la locura. Y si bien a Carmen, por momentos, le duele también el cuerpo y el alma, sabe que por mucho que ella extrañe a Roberto, el río de la vida sigue su curso. Y ella se deja llevar por éste sin protestar. En este río ella puede nadar; en el río de Roberto ella casi se ahogó.

Y mientras Roberto -un solitario divorciado- se deja acariciar su pelo canoso por una mujer joven, a miles de kilómetros de distancia Carmen  -mientras se deja acariciar sus cincuenta primaveras por su esposo- se pregunta  si la vida ya le habrá enseñado a Roberto el arte de  amar o si él sigue siendo tan egoísta como antes y espera solamente a que lo quieran. ¡Quién sabe!

Al escuchar esta canción tengo que pensar en Roberto y Carmen. Quizás sea cierto que tratar de olvidar a alguien es querer recordarlo para siempre.
Marisol



Vida Loca
Porque tú me faltas
quiero darle al alma
el consuelo que le falta
porque el pensamiento
no le gane al tiempo
y sentirlo que me mata.

Aunque estés adentro
y este sentimiento
se me antoje eterno
esta lejanía
duele cada día
porque no te tengo.
No tengo tu boca,
no tengo tus ganas.
Y por más que intento
ya no entiendo nada.

De esta vida loca, loca, loca
con su loca realidad
que se ha vuelto loca, loca, loca
por buscar otro lugar
pero le provoca
este sufrimiento
y no me abandona
porque a mí me toca
esta vida loca.....

lunes, 24 de mayo de 2010

V.I.P.*

(Cuento de la vida real)

Como todos los años fuí al "Carnaval de las Culturas del Mundo" que se realiza en Kreuzberg, Berlín. Este año se ha realizado desde el 21 hasta el 24 de mayo. En este carnaval se mezclan diferentes aromas, sabores, colores de diversos países del mundo. Un carnaval lleno de alegría y fraternidad entre unos y otros. Hay música repartida en cuatro escenarios grandes donde uno puede disfrutar durante estos días de distintos grupos y bailar al aire libre si uno quiere. También hay oportunidad de comer diversos platos y comprar artesanía variada como en esta foto del año pasado donde yo estoy al lado de una jirafa de madera gigante colocada delante de un puesto de artesanía africano.


Este año para el 15. "Carnaval de las Culturas" fuí con mi  esposo el sábado por la tarde a este distrito. Comimos churros españoles, tomamos café peruano y disfrutamos de un grupo latinoamericano entre otras cosas. Y ayer domingo  fuimos nuevamente a Kreuzberg para ver el desfile del carnaval.

Para llegar hasta allí había que tomar dos trenes. Y al hacer cambio en la estación de metro "Yorckstrasse" nos encontramos de casualidad con Maria Antonia, una buena amiga. Ella también iba al al desfile del carnaval y nos contó que, por primera vez, estaba invitada para estar en tribuna. Después que esto ella nos comentó, nos invitó a que estuviéramos con ella disfrutando de este espectáculo.
-Tengo derecho a una persona invitada- dijo Maria Antonia.
-Pero somos dos - le comenté. Al menos que digas que yo soy tu hija y que mi esposo es tu yerno. Me reí.
Al llegar a la puerta de control de la tribuna, nos dejaron pasar sin ningún problema a los tres. Y no nos hicieron ninguna pregunta.

Ya dentro de este lugar me sentí una v.i.p. porque allí regalaban agua, jugos, vino "prosecco" y unas grandes roscas saladas llamadas "Brezel". Y "last but not least" teníamos servicio de atención y también baño. ¡De lujo!

Lo que me gustó mucho fué que cada comparsa de cerca de 100 se paraba  unos minutos en frente de nuestra tribuna para bailar y cantar. Por primera vez me quedé desde el principio hasta el final de este espectáculo y ¡cómo lo disfruté! Nunca hubiera imaginado salir de casa y vivir esta situación. Si me parece tan increíble que el destino nos tuviera -a mi esposo y a mí- una grata sorpresa y con la linda compañía de Maria Antonia.

http://dwwxpa.blu.livefilestore.com/y1pQ0ZTtGQPeCgMZg4l1jhn_mItRDcNTejUtHE03ijJRDTd-DkTUVCsS6rKzmKvHI80XhLVU66dINKe2pFP7mzvauVfLUKXJRah/CIMG2232.JPGPor cierto, ella cautivó muchos corazones -hasta de los bailarines de las comparsas- al verla a ella bailar al compás de cualquier tipo de música desde tribuna. Quedarse sentados era imposible. Había momentos donde el cuerpo y el alma también me pidieron bailar y disfrutar con alegría de varias horas inolvidables.


Y para que te hagas una idea de lo vivido te dejo este vídeo grabado por mí... ¡desde tribuna!

*Very Important Person
 Marisol



viernes, 21 de mayo de 2010

La cita


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Sandro había conocido a Verónica en una fiesta de disfraces organizada por una discoteca de moda de la ciudad. Él había venido vestido de cazador y ella de monja. Si bien Verónica -una muchacha joven, soltera y guapa- le contó a Sandro que estudiaba psicología pero que ahora estaba gozando de sus vacaciones, también le comentó que en sus ratos libres trabajaba por ejemplo, cuidando niños,  limpiando, etc., pero ella no le había comentado que... Él, Sandro, divorciado (sin hijos) y manager de una empresa de ingenieros  le  contó a Verónica que  él  viajaba regularmente para supervisar diversas obras en construcción tanto dentro como fuera del país. Y también le comentó que gozaba de unos días de descanso, pero no le dijo que...

Un buen día Sandro con ganas de tener compañía llamó a Verónica a su teléfono de casa puesto que ella le había dicho que no tenía teléfono celular. Raro, ¿no? Bueno, pues, Sandro la invitó a cenar y a bailar. Fue una noche simpática, pero no como se la había imaginado Sandro. Verónica ni le invitó a que subiera a su departamento -después que él la dejara en casa- ni ella aceptó en pasar la noche con él en su departamento. No. Verónica no era mujer para una noche, sino para muchas noches.
Antes de despedirse Verónica le preguntó a Sandro: 
- ¿Cuál es tu apellido?
Sandro sonriendo, le dió un beso en la mano y le contestó:
- Te lo diré la próxima vez que nos veamos. Sonrió feliz. Se subió a su auto y se fué silbando.

A los pocos días Sandro llamó a Verónica, pero no la encontró. Durante dos semanas la llamó a diversas horas pero solamente escuchaba su voz en el contestador automático diciendo: "¡Hola! Deja tu mensaje después de la señal. Gracias." ¿Qué pasaba? ¿Por qué ella no le devolvía las llamadas? De pronto, Verónica se habría ido a visitar a sus padres por unos días. Ella le había contado a él que sus padres vivían en otra ciudad. Quizás ella tuvo que salir de emergencia. ¡Ay! ¡Qué ganas de ver a esa muchacha de nuevo!

Sandro cansado de no poder ubicar a Verónica y con ganas de compañía femenina llamó una tarde a "Madame Butterfly" (una agencia dedicada a dar en alquiler mujeres finas y cultas a hombres con dinero. Elegancia y discreción son dos palabras importantes para esta agencia).
- Buenas tardes. Necesito compañía - dijo Sandro. No era la primera vez que marcaba este número telefónico. La telefonista reconoció la voz de Sandro.
- Cómo la quiere esta vez, señor Varelli.
Sandro pensó en Verónica. Quería una mujer parecida a ella.
- ¿Solamente para esta noche, señor Varelli? - le preguntó la telefonista.
- Sí, esta vez solamente por una noche. Tengo mucho trabajo por el momento, pero necesito un poco de distracción. Me gustaría que ella trajera puesto un vestido rojo. Quiero encontrarla en mi restaurante preferido a las 8 p.m. Yo traeré una rosa de ese color. Esa será la clave para que ella me reconozca como su cliente.
- Ya tomé nota, señor Varelli. Lo llamaré a más tardar en una hora para reconfirmar su pedido.
- Bien, gracias. Ahora tengo que salir, pero como usted tiene mi número de celular, me puede ubicar sin problemas. Se despidieron cordialmente.
A la media hora la telefonista lo llamó. Sandro tendría la mujer que quería para esa noche.

A las 8 p.m. llegó Sandro a su restaurante. Allí estaba sentada Verónica con un elegante vestido rojo. Se miraron. Sandro le entregó la rosa roja y le dejó un billete grande sobre la mesa. Sandro se había quedado sin voz, sin boca, sin palabras y con un corazón vacío.
Antes de salir del restaurante se volteó para mirar a Verónica una última vez.

Verónica con la rosa entre las manos salió lentamente del restaurante. Por primera vez ella sintió vergüenza de ser quien era... Llamó a la agencia "Madame Butterfly" para contar lo sucedido y se tomó unos días de descanso. Ella, en realidad, estaba cansada porque esa misma tarde ella había llegado de viaje del extranjero. Mientras el chofer de su cliente -un millonario norteamericano- la llevaba en una limusina a su departamento, ella había recibido a su teléfono celular la llamada de su agencia. Verónica trabajaba como una "escort-girl"* cuando podía porque le permitía de esta manera pagar su  lindo departamento,  auto deportivo, ropa fina, buena comida, etc, etc. ¡Ah! y podía también pagarse sus estudios. Y como ella necesitaba dinero, pues, aceptó a este nuevo cliente sin ningún problema sin pensar que se trataría de Sandro y que se enteraría por su agencia de  su apellido.  


¿Y qué pasó con Sandro? se dió cuenta que aquella linda muchacha que conoció en la fiesta de disfraces de monja no tenía nada. Ahora más que nunca Sandro iría de cacería hasta dar con la mujer de sus sueños.


* chica-escolta

Marisol

Imagen sacada de:

jueves, 20 de mayo de 2010

¡Adiós Kiki!

Un cuento de la vida real


Kiki llegó no solamente a jugar conmigo, sino a tocarme las puertas del corazón en un día de primavera. Nunca antes yo había visto a este animal en el jardín. Pocos días, después de preguntar a una vecina si conocía a la gatita, me contó que era la gata de los von Vanderbilt*. Ellos la habían encontrado -cuando aún era bien pequeñita- el invierno pasado a las afueras de la ciudad  tirada en la calle y casi moribunda. Después de subirla a su auto llevaron a esa gatita al médico y la salvaron así de una fuerte pulmonía.

En el momento que el clima mejoró Kiki empezó a descubrir su jardín y el de los vecinos. Le gustaba no sólo cazar ratones, sino dejarse acariciar por los vecinos.  Cada vez que Kiki me veía en el jardín, llegaba a mi lado y se echaba a mis pies. Le gustaba que la engriera y jugara con ella.  

Hace un momento atrás mi hijo mayor me llamó por teléfono para avisarme que mientras él se dirigía en bicicleta a su gimnasio vió en la pista muerta a una gata igual a Kiki. Después que mi hijo colgó el teléfono, yo salí a comprobar si se trataba del mismo animal. Sí, era Kiki. Su cuerpo estaba aún caliente. Alguien la había colocado cerca a la vereda para que ningún otro auto la pisara más.

Y mientras yo estaba allí arrodillada al lado de esta gatita, varios automovilistas pararon. Yo les pedí que siguieran... Una señora  bajó de su auto para regalarme una bolsa. Si bien le agradecí el gesto, le  dije que no era necesario. Un señor bajó para preguntarme en qué me podía ayudar. Le pedí que se quedara al lado de Kiki mientras iba en busca de sus dueños.

Al tocar el timbre de mis vecinos solamente la sra. von Vanderbilt se encontraba en casa. Ella me abrió la puerta sonriendo. Al pedirle  a ella que saliera conmigo a la calle y al ver mi rostro, supo que algo no estaba bien... No sólo la ayudé a recoger a Kiki, sino a secar sus lágrimas.

Y mientras escribo estas líneas, recuerdo no sólo los momentos compartidos, con este simpático y cariñoso animalito, sino que tengo la necesidad de compartir contigo esta pena para soportarla mejor. ¡Adiós, querida Kiki!

* nombre cambiado

Marisol 

Si quieres ver una entrada mía 
dedicada a Kiki -del 23 de abril- puedes verla en:

martes, 18 de mayo de 2010

La locomotora de mi vida

- "Aquí estoy de nuevo. Soy como una locomotora con dos piernas. Ya no quiero ir a toda velocidad como si estuviera huyendo de mi misma o de alguien.... acaso ¿del mismo diablo? Ahora regreso con paso más calmado y pisando fuerte. Y si bien la historia de mi propio destino no la puedo cambiar, escribiendo mis historias, por lo menos si  la puedo endulzar."

Mónica sabe que hay algo que la impulsa a seguir. Ella no quiere levantar un muro alrededor suyo. Todo lo contrario, la mejor manera de derribarlo es escribiendo como a ella le gusta hacer en sus ratos libres.

¿Hasta cuándo? La pregunta vuela en el aire o acaso ¿rueda como una piedra?  Lo importante es que la locomotora de Mónica no solamente se ha puesto en movimiento de nuevo, sino que ella siente que va en la dirección correcta. Y esto es lo que cuenta por el momento.

Marisol


Aquí te presento a Peter Fox -un cantante y compositor alemán
de música hip hop, funk, reaggae y pop.
Esta canción pertenece al álbum "Stadtaffe" (Ciudad de los monos)
*********
Inspirándome en esta estrofa de la canción 
del vídeo escribí este mini-cuento.

Idioma alemán:
Irgendwas hält mich auf Trab und manchmal hab ich es satt,
es trifft mich Tag und Nacht der Teufel an, der nach mir schnappt
Die Welt muss sich drehen, nichts kann so bleiben
ich renn durch mein leben, wie ne Lok auf zwei Beinen
Ein Hund kann nicht krähen, ein Fisch kann nicht schreien,
und ich kann nicht stehen bleiben, ich bin n rollender Stein.

La traducción  al español dice así:
Algo me impulsa a seguir aunque a veces me canse.
El diablo me da el encuentro día y noche. Me quiere agarrar. 
El mundo debe seguir girando, nada lo detiene.
Corro a través de mi vida como una locomotora con dos piernas
Un perro no puede cantar como un gallo, un pez no puede gritar
y yo no puedo quedarme parado; soy como una piedra rodante.

domingo, 16 de mayo de 2010

El sentido de la vida



Sergio Spiegelmann es un multimillonario que tiene una  empresa petrolera y una empresa de exportación e importación. Es tanto el dinero que él obtiene  día a día que sus dos hijos, Enrique y Sandro, no necesitan trabajar. A él no le hace nada feliz saber que ambos muchachos cuentan con más de 20 años y solamente ellos se dedican a ir de fiesta en fiesta, a rodearse de mujeres que los admiren y a viajar solos o acompañados. Hmmm... tampoco es feliz con su esposa Carola. Ella se dedica a viajar por el mundo comprando muebles antiguos, le fascina ir a la peluquería, al masajista y.... En fin, su familia se dedica a gastar su dinero a manos llenas. Esto a él, si bien no le importa, más bien ahora sí se pregunta por el sentido de la vida y de la suya propia.

"¿Y esto es todo? ¿Trabajar hasta el cansancio y no ser feliz del todo y, más encima, tener una familia de parásitos que solamente viven a mis expensas?"
Definitivamente Sergio, un hombre sesentón, canoso y un poco obeso, se siente insatisfecho con su vida. Por un momento le gustaría retroceder el tiempo. Su padre, ingeniero químico, no fué millonario, pero a él y a su hermano Guillermo nunca les faltó nada. Tuvieron no sólo una buena educación (asistieron a los mejores colegios y universidades), sino que su padre les enseñó no sólo a luchar, sino a ser personas de bien.   Es más, su madre -también fallecida- les inculcó su amor por el prójimo y respeto hacia los demás. Sí, le sirvió de mucho, pero en esta vida  lamentablemente hay que también mostrar otra cara... una cara que sus padres nunca verían. Por momentos Sergio se avergonzaba de ser como era... bueno en el fondo, pero duro hacia afuera. En el mundo de los negocios hay que ser así. Pero algo tenía que cambiar...

Cuando Sergio, por momentos, sentía que le faltaba el aire, se iba por unos días solo a su refugio -una casa situada frente al mar- caminaba por la playa o escuchaba música clásica. Y solamente se relacionaba con su cocinera, la señora de la limpieza y su jardinero. Gente sencilla, pero fiel a sus principios.  A través de ellos se conectaba con la realidad de otras personas que no fueran como él. A través de su personal sentía que las palabras de sus padres adquirían nuevamente fuerza en su corazón... un corazón que buscaba cariño  (su esposa ya no lo quería, sólo lo necesitaba) en los brazos de prostitutas... de alto nivel y no de la calle. Pero en fondo, era lo mismo: amor prestado. ¡Qué vacío se sentía!   

Sergio suspiró cansado. Lo tenía todo, dinero, familia, cuatro casas y cinco departamentos en distintos países y muchos éxitos, pero no era feliz. El precio a pagar era muy alto y por primera vez en su vida pensó en que ya era hora que Enrique y Sandro se dejaran de tonterías. Era hora que estudiaran -lo que quisieran- pero que lo hicieran. De lo contrario, les cortaría el dinero como quien cierra el grifo de un caño. ¿Y si se divorciara de su esposa Nelly? Ella nunca cambiaría ni sus hábitos ni a su amante. Sergio estaba ansioso de conocer a una mujer con valores morales bien sólidos. A él no le importaba si ella no trabajaba, pero si le gustaría que se dedicara a obras sociales. Sergio tenía la necesidad de repartir mejor su dinero... un dinero que ayudara a gente necesitada. Sergio no solamente quería hacer donaciones; quería algo más...

El dinero en cantidades exorbitantes si bien cambia a las personas, Sergio quería  que sus hijos entendieran -de una vez por todas- que en la vida lo importante no es tener, sino ser.  Allí radica la esencia de la vida. Su esposa también tenía mucho que aprender. Y con esta idea antes de salir de su refugio llamó a su abogado.

Marisol


*********

Tengo un primo escritor que se llama
Sergio Bambarén
y él tiene algo importante que agregar
con respecto a este tema.