jueves, 2 de enero de 2020

El trono dorado


El nuevo año llegó ya a nuestras vidas pisando firme y seguro. Me he enterado que es un tanto antipático porque ha desplazado a empujones al viejo año. Y éste no merece un trato así. Pues bien, el nuevo año llegó dándole la orden al viejo año que se fuera, que desapareciera de su vista, que ya no tenía más qué opinar.
- ¿Por qué me tratas así? - le preguntó el año viejo con una tranquilidad pasmosa. No sé si yo hubiera guardado la compostura ante este trato insolente.
- Porque yo, 2020, soy más especial que tú ya que a diferencia de ti, 2019, yo no soy sólo un año bisiesto, sino que soy también un Anno Dómini o de la designación de la era cristiana. Además, soy el vigésimo del tercer milenio. ¿Qué te parece?
2019 se lo quedó mirando y sin levantar la voz le dijo:
- Me tienen sin cuidado tus títulos. Tu soberbia me asquea. Tienes mucho que aprender. Recuerda que cada día  tendrás que estar de pie y casi sin dormir porque en cualquier rincón del mundo suceden cosas diversas. Y tú tienes que estar tomando nota de todo lo que sucede, sea bueno o malo.
- ¡Cállate, viejo tonto! - gritó 2020. Y desafiándolo con una mirada fría y cortante le hizo saber que no le temía a este reto. Seré mejor que tú. ¡Ya lo verás! ¡Ahora déjame solo! ¡Lárgate y no te cruces más en mi camino que ahora soy yo el que está ocupando este trono y tú ya no más!
Es así como el trono dorado al escuchar a 2020 le dijo molesto:
- Te hago saber que no tendrás tiempo para sentarte para descansar. ¡Ya lo verás!
- ¿Y por qué no? ¿Qué te hace pensar que no podré sentarme sobre ti? - 2020 estaba que ardía. 
- Pues, porque desde ya tu calendario se está llenando con citas a las cuales tendrás que asistir para tomar nota de cada una de ellas - le respondió el trono dorado mientras 2019 se sonreía para sus adentros. 
Y antes que dijera algo 2020, el trono dorado le hizo saber inmediatamente que así como en este año se esperan noticias buenas como el inicio de la  aplicación del Acuerdo de París, la celebración de los Juegos olímpicos de Tokio 2020 o la reunión en Glasgow de la COP26 para seguir debatiendo sobre el futuro climático, también hay que estar atento cómo la crisis económica de América Latina se va desarrollando, lo mismo que hay que ver que pasará entre la guerra comercial entre China y EEUU o qué pasará con la salida del Reino Unido de la Unión Europa entre otros muchos temas.
Después de haber escuchado al trono dorado, 2020, entre carcajadas, exclamó:
- Seré un año inolvidable para la humanidad. De esto yo me encargaré. ¡JAJAJAJA!  
- ¿En qué sentido? - le preguntó desconcertado el trono dorado (2019 ya se había retirado en silencio. Sus motivos tenía y es que, la verdad, no aguantaba a 2020)
- Pues, como a mí las noticias buenas no me interesan ya que me aburren soberanamente, haré lo imposible para que sucedan cosas espantosas para que toda la humanidad hable de mí por años.
El trono dorado espantado de las palabras crueles de 2020 se paró rápidamente y se fué sin despedirse. Llevaba prisa porque tenía que hablar con un trono más importante que él. Nada menos con el trono de Dios porque si bien aunque Dios aparece sentado sobre un trono de juicio, él manifiesta una tranquilidad perfecta mientras nos observa. Y el trono dorado necesitaba de su sabio consejo.
Es así como el trono de Dios le dijo:
- 2020 dirá lo que quiera, pero él no tiene ninguna influencia ni en la madre naturaleza ni sobre la humanidad. Sucederán las cosas que tengan que suceder. Esperemos que primen las buenas noticias a las malas por el bien y tranquilidad de todos. Lo que sí te pido es que te encargues que no tenga mucho tiempo de descanso. ¡Cómprale muchos bolígrafos y cuadernos para que tome nota de todo lo suceda de aquí en adelante! Y encárgate que 2020 parta pronto para Australia. Allí este país no sólo está en llamas, sino que las temperaturas siguen subiendo hasta más de 50 C°.
El trono dorado sabía lo que tenía que hacer. 2020 recién había empezado con su maratón de diversas citas y con toda seguridad recordaría él de por vida las palabras sabias del viejo año. ¡Tenía mucho que aprender! 

¿Y tú, querido lector, qué harás para que tu nuevo año de vida sea mejor que el anterior? Quedarte sentado en tu trono sin hacer nada, no sería nada productivo, ¿verdad? Toma nota de tus éxitos, fracasos, alegrías y penas. Sé amable con tu vida y con la de los demás. Procura hacer de este nuevo año un buen año aún a pesar de los contratiempos que se puedan presentar en tu camino de vida. Estos son mis mejores deseos para ti.

MARiSOL