miércoles, 22 de enero de 2020

Doña Cortesía y Doña Educación




Mientras la educación procura mantener la calma permaneciendo inmutable en su sabiduría y despojándose de toda falsa cortesía (esa cortesía que unas veces conquista y otras empalaga), la verdadera cortesía no desea ir al encuentro de los castigos de la soberbia, más bien ella prefiere mantenerse atenta, afable y comedida mientras demuestra ser afectuosa, respetuosa y atenta con todos nosotros.

Pues bien, Doña Educación se siente feliz de tener como buena amiga a Doña Cortesía porque ella es la mismísima expresión de las buenas maneras, es decir, ella es la expresión del reconocimiento de las normas sociales que se consideran como correctas o adecuadas. Y es que para tratar a alguien con cortesía es fundamental seguir estas reglas: tratarla como nos gustaría que nos trataran a nosotros, no interrumpirle cuando está hablando, ser amable y educado, escucharle activamente y no burlarse de sus opiniones y evitar actitudes o expresiones que puedan resultar ofensivas.

- Pero no te olvides que yo, Doña  Cortesía, soy un fenómeno cultural - le dijo a Doña Educación quien alzando una ceja le pedía que le aclarara lo que le acababa de hacerle saber. Y es así como continuó hablando Doña Cortesía mientras le explicaba a Doña Educación que si bien, por ejemplo, en Japón los eructos tras una comida son muestra de buena educación en el mundo occidental eructar está considerado como algo de muy mal gusto.

Doña Educación después de haberle entendido le dijo que ella se define como el proceso de socialización de los seres humanos porque todas las personas al educarse asimilan y aprenden conocimientos implicando una concienciación no sólo a nivel cultural sino también conductual. Es por este motivo que hay que respetar las costumbres que se dan en cada país.

La verdad que Doña Cortesía está agradecida de tener de amiga a Doña Educación, porque ella no sólo fomenta el proceso de estructuración del pensamiento y de las formas de expresión, sino que tiene la habilidad de materializar en una serie de habilidades y valores que producen cambios intelectuales, emocionales y sociales en cada uno de nosotros. Lo que quiere decir que Doña Educación es capaz de ayudarnos a aprender a ser lo que somos capaces de ser. ¿Y sabes por qué? Porque la clave de la educación no es tan sólo enseñar sino es despertar ya que vivimos en un mundo adormecido falto en gran parte de valores educativos y morales.

Pienso que la educación siempre será el arma más poderosa para cambiar el mundo y si va de la mano de la cortesía se podría hacer un mundo mejor. Pero, ¡qué lejos está el ser humano de querer vivir con estas dos premisas de vida! Unos porque no tienen acceso gratuito a la educación y otros que no desean (sea por desidia o maldad) a querer ser corteses. 

Y es que si sumamos la educación con la cortesía creamos amor: amor por los conocimientos adquiridos, amor por nuestros semejantes, amor por los animales, amor por la naturaleza, amor por nuestra Tierra y por el universo, amor por todo aquello que entendemos y hasta por lo que todavía no logramos entender.  

Que no te quepa duda alguna, querido lector, que si te mantienes como amigo de Doña Educación y de Doña Cortesía durante toda tu vida, te garantizo que te sentirás mejor ser humano para poder así salvar a otro ser humano que necesite de ti. Y es que así como la educación me parece que es la forma más alta de buscar a Dios, me parecería una falta de cortesía decir que Dios no existe.

MARiSOL