miércoles, 23 de septiembre de 2009

¡Bravo "Ballerina"!


Bettina Barbieri, bailarina del Ballet de Buenos Aires, bebía rabiosamente brandis y bourbons en la barra de un bar en un hotel barcelonés. Como ella se sentía burlada, botada, barrida y abandonada, bramó y blasfemó a todo pulmón:
- ¡Bob es un baboso, un batracio, un bruto, un buitre, una bestia, un botarate, un bribón, un besugo, un bastardo, un bicho, un bodrio, una bacteria, un bellaco, una basura! ¡Una bofetada bien buena se merece!
 
Indudablemente no era un berrinche. Y mientras de la boca de Bettina no salía ningún brindis, sino, más bien, barbaridades, su mejor amiga, Bárbara Brancatelli (dueña de una boutique en boga en Bariloche) le pidió bajar la voz y no hacer bulla a su amiga borracha y beligerante; seguidamente le dijo a bocajarro:
- Bob Bellamy será un barón bigotudo y barrigón, un banquero británico con mucho billete, con bólidos biplaza (un Bugatti, un BMW y un Mercedes Benz)  y un bellísimo bungalow en el barrio de Belgrano, pero es un badulaque, una bazofia, un bribón y bellaco. Bettina, estás bien cabreada con Bob, pero has bebido bastante toda la noche y no armes más bochinche. No botemos por la borda nuestro próximo viaje. Brenda (bailarina de ballet y buena amiga belga de Bettina) nos espera en Berlín para verla bailar con el Ballet de Bruselas en "La bella durmiente".
- ¡No soy ni una bebé ni una bruja, Bárbara! - balbuceó Bettina al borde del llanto. Al salir del bar a un balcón vestido de buganvilias, begonias, bromelias, bambúes, bejucos, bocas de dragón y bergamotes, una brisa matutina la esperaba como un bendito bálsamo para tanto blues de borrachera barata. Bettina, al apoyarse sobre la balaustrada del balcón, observó la bahía abarrotada de botes y buques. Y sintiéndose como un bulto abandonado, como un baúl sin barníz, como una bandeja de bronce sin bocaditos, como un broche sin brillantes, como un banco en bancarrota o como una biblioteca sin libros, bastante bilis botó por su boca al pensar en el bandido
de Bob.
Y mientras Bárbara la observaba le dijo:
- Bob se buscó a una beldad, a un bombón
de Belo Horizonte, una belleza en biquini bien bronceada, a quien llenará de brazaletes, bolígrafos, boletos de avión, blusas y batas de seda, bolsos de "Burberry" y bonitos zapatos y botas de "Bobbie Burns" como lo hizo antes contigo. Es su nuevo botín. ¡Haz un balance de tu vida borrascosa con Bob!
Y mientras un brote brillante salía de los bonitos ojos de Bettina, ella le dijo a Bárbara:
- Bien, no seré más la novia del berzotas de Bob Berenson. No habrá ni banquete ni boda en la basílica de Buenos Aires. No seré más ni la blandengue ni la boquirrubia de antes, sino que leeré mejor la brújula de mi vida para saber de dónde vienen los buenos vientos y llevar así mi barco a buen puerto. ¡Basta de bajezas! ¡Bah! ¡Bob me importa un bledo!
- ¡Bendita seas! - contestó Bárbara boquiabierta.

¡Bravo "Ballerina"! Berlín te dará, y también a Bárbara, la bienvenida con los brazos abiertos.



MARiSOL








Imagen sacada de Bing




He tratado de jugar con la letra "B".