miércoles, 30 de diciembre de 2020

¿Quizás o quizá?

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Se están peleando Quizás y Quizá. Y todo porque ambos adverbios de duda que sugieren la oportunidad de que aquello que menciona sea verdadero o de que acontezca, se disputan, en este momento, el primer lugar en importancia ante La Real Academia Española. 

Es así como la R.A.E. les pidió a los dos que se calmaran, que no discutieran más. Quizás y Quizá lo miraron furibundos. Quizás, queriendo callar tanto a la R.A.E como a Quizá, comenzó a cantar a todo pulmón: 

"Siempre que te pregunto

Qué, Cuándo, Cómo y Dónde

Tú siempre me respondes

Quizás, Quizás, Quizás..."

- ¡Basta! No me robes protagonismo - gritó alterado Quizá. Y mientras echaba chispas se le salían las lágrimas de impotencia.

- Pero, ¿qué te crees tú? - le increpó Quizás. Para tu información me hice famoso mundialmente con la canción que lleva mi nombre compuesta por el compositor cubano Osvaldo Farrés en 1947.

- Pues bien, - dijo la Real Academia Española -  escucháme bien, Quizás. Es hora que te enteres que Quizá es mucho más antiguo que tú. Viene de la locución  quiçab  que significa ¿Quién sabe? y apareció en el "Poema del Mio Cid" en el siglo XII. Es más, recién hasta el siglo XVI se encontró un testimonio  escrito donde aparecías tú en escena. 

Quizás ¡ay! no estaba nada contento con esta respuesta. Acaso, ¿no era más importante que Quizá? ¡Qué va! Ambos lo son porque para tu información, querido lector, Quizás se escribe cuando la palabra que sigue empieza con vocal. Por ejemplo: Quizás eres muy terco a mi parecer. Y Quizá se escribe cuado la palabra a continuación empieza con consonante. Por ejemplo: Quizá comamos a las dos de la tarde.

Cuando la Real Academia Española les hizo ver que no debían entrar en competencia porque ambos adverbios de duda son igualmente válidos e intercambiables en todos los contextos, Quizás y Quizá se quedaron tan pensativos que decidieron hacer las paces. Te preguntarás por qué. Pues bien, porque ambos están intrigados con los que nos depara a todos nosotros el 2021. Así es, los dos adverbios de duda quieren saber a ciencia cierta qué es lo qué se trae entre manos  el nuevo año porque el 2020 ha sido muy malo para toda la humanidad. Es más, la humanidad entera no quiere vivir más de suposiciones, sino de hechos concretos. Queremos saber cuándo podremos vivir con normalidad ya que Quizás y Quizá no nos sirven de nada. Y es que todos percibimos el drama de nuestro propio fin. Así no se puede vivir de manera normal ya que estamos todos para tendernos, más bien, en una camilla y dejarnos curar por un psicólogo o para atiborramos de antidepresivos. Quizá no todos, pero sí muchos. Si sumamos la nueva cepa del Covid-19, nos preguntamos, entonces, ¿qué pasará?   

Quizás y Quizá han hecho las paces porque se dan cuenta que, en este momento, ni el uno ni el otro les sirve a la humanidad... esa humanidad que no puede soportar mucha realidad porque la realidad ha superado a nuestra fantasía.  En todo caso, contribuimos a la protección de la humanidad si no nos resignamos. Lamentablemente hay muchos seres humanos que confunden paciencia con resignación. La diferencia radica en que la paciencia es una actitud positiva y la resignación es todo lo contrario. Y es que la resignación no es más que un estado sentimental en donde el ser humano se muestra en adaptación pasiva frente a los problemas que se le avecinan. Piensa que es producto de una "mala suerte".

Querido lector, ¿quieres vivir sólo de suposiciones y dejarte llevar por la resignación? La verdad que yo no quiero abrazarme ni a Quizás ni a Quizá. Más bien, prefiero que la esperanza nos dé este 2021 la mano a todos porque cuando todo es desesperado la esperanza empieza a ser completamente una fuerza. ¿Y sabes por qué? Porque la unión hace la fuerza. Hay miles de virólogos, médicos, científicos de todas partes del mundo que desean exterminar esta cruel enfermedad o poderla manejar de mejor manera con las vacunas. 

Confiemos en que saldremos de esta pandemia dentro del 2021 porque Quizás y Quizá no saben qué hacer. Más bien, la esperanza misma sí sabe qué hacer. Es más, constituye una dicha aunque sus fracasos por frecuentes que sean, son menos horribles que su propia extinción. Y recuerda, querido lector, que la esperanza y el temor son inseparables. No hay esperanza sin temor y no hay temor sin esperanza. 

Dejemos de lado a Quizás y Quizá y seamos más amigos de la Esperanza... ese estado de fe y ánimo optimista. Es un asidero moral que nos sirve para no caer en el desaliento. Saldremos adelante aunque Quizás y Quizá se interpongan en nuestros caminos de vida. Si bien es cierto, aún hay mucho camino por recorrer pero no por ello debemos resignarnos a pensar que 2021 será igual o peor que 2020. Y mientras en nuestras manos está en seguir siendo guerreros de la esperanza todo lo que sea necesario, Quizás y Quizá no ponen en duda mis mejores deseos para todos ustedes, queridos lectores, no sólo de fin de año, sino de este Año Nuevo que se abre paso, sin lugar a dudas. Y con la esperanza que de esta zozobra e inseguridad saldremos fortalecidos por amor a todos aquellos seres queridos que nos dejaron, víctimas del Covid-19.

 MARiSOL

 


martes, 22 de diciembre de 2020

Las cinco velas del Amor



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"¡Ay, Dios! mi fe anda de viaje desde hace un tiempo atrás y por más que yo la llamo, ella no viene a mí. O acaso, ¿vino cuando yo andaba distraída y no la ví? ¿Por qué será que me siento así tan llena de dudas que me perturban? Luz necesito, en este preciso momento, para dejar esta oscuridad que me rodea. Derrama tu luz sobre mí para poder quitar las piedras que veo delante de mi camino que se encuentra en tinieblas desde hace varios meses"

Con estos pensamientos se durmió Iris.  Y al despertarse lo hizo sobresaltada. Aún era de madrugada y la noche estaba en completa oscuridad. Esa oscuridad que no puede sacarnos de la oscuridad porque solo la luz puede hacerlo. Pero es que hay noches donde Iris enciende la luz para no  ver su propia oscuridad en el fondo de su alma. Esa oscuridad que, desde hace ya tiempo, la ha tomado entre sus brazos y baila con ella por más que ella no quiera. Y es que la oscuridad obliga a Iris a bailar a su lado rápidamente. El vértigo que ella siente le da ganas de llorar y gritar a la misma vez. Y es que las preocupaciones, vestidas de oscuridad, han hecho nido en su mente. Si bien las preocupaciones acaban por comerse unas a otras y con el tiempo desaparecen, Iris está llegando al límite de sus fuerzas. 
 
Contarte sobre las preocupaciones que aquejan a Iris, no viene al caso. Sería sólo saciar tu curiosidad. Esa curiosidad que es insubordinación en su forma más pura. En realidad, lo que ella desea es que en su corazón se cuele un rayo de luz. Esa luz de esperanza que nos acompaña, sobre todo, en época de Navidad. Todo se viste de luz, las calles iluminadas con sus luces navideñas que las decoran de manera mágica, sin dejar de mencionar a las luces que decoran los árboles navideños. ¡Ay! es que el significado de las luces navideñas (sean velas o luz eléctrica) está relacionado con el nacimiento de Jesucristo ya que simboliza la llegada de la luz a un mundo vestido de tinieblas que necesita de su salvación.
 
En esta parte del globo terráqueo, en el hemisferio norte, Diciembre es el mes más oscuro del año con los días más cortos. Y por este motivo, se suelen prender velas para darle calidez a los hogares. Es así, como cuatro semanas antes de la llegada de Navidad, se usan también cuatro velas en la corona de Adviento, uno de los símbolos de Navidad. 
 
¿Sabías que cada vela tiene un color y un significado diferente? La primera vela en ser encendida es morada donde estaríamos mostrando nuestro arrepentimiento y solicitando el perdón.  Y  mientras Iris enciende la primera vela de adviento dice esta oración:
Enciendo, Señor, esta luz, como aquella que enciende su lámpara para salir, en la noche, al encuentro del amigo que ya viene. En esta primera semana de Adviento quiero levantarme para esperarte preparada, para recibirte con alegría. Muchas sombras me envuelven. Muchos halagos me adormecen. Quiero estar despierta y vigilante porque tú traes la luz más clara, la paz más profunda y la alegría más verdadera. ¡Ven, Señor Jesús!
 
Pero, si Iris no hubiera podido comprar una vela morada, sino una vela amarilla, ésta última la hubiera podido usar también el primer domingo de Adviento. La vela amarilla confirma nuestra fe en Cristo Nuestro Señor. Y la oración sería la misma. 
 
Al llegar el segundo domingo de Adviento, Iris prendió una vela verde que significa esperanza que al igual que las ramas de la corona representan la vida eterna.  Y si ella no hubiera podido conseguir una vela color verde, la hubiera podido sustituir por una vela color azul celeste que significa aceptar la justicia de Dios. Ese segundo domingo Iris dijo la siguiente oración:
Los profetas mantenían encendida la esperanza de Israel. Yo, como un símbolo, enciendo estas dos velas. El viejo tronco está brotando y se estremece porque Dios se ha sembrado en nuestra carne. Que cada uno de nosotros, Señor, te abra su vida para que brotes, para que florezcas, para que nazcas y mantengas en nuestro corazón encendida la esperanza. ¡Ven pronto, Señor!, ¡Ven Salvador! 
 
Luego, al hacerse presente el tercer domingo de Adviento, Iris prendió una vela rosada para así simbolizar la alegría que sentimos por la llegada de Cristo.  Y mientras ella encendía las tres velas, y se concentraba en la última de color rosado, dijo esta otra oración:
En las tinieblas se encendió una luz, en el desierto clamó una voz. Se anuncia la buena noticia: ¡El Señor va a llegar! ¡Preparen sus caminos, porque ya se acerca! Adornen su alma como una novia engalana el día de su boda. Ya llega el mensajero, Juan Bautista no es la luz, sino el que nos anuncia la luz. Cuando encendemos estas tres velas cada uno de nosotros quiere ser antorcha tuya para que brilles, llama para que caliente. ¡Ven Señor, a salvarnos, envuélvemos en tu luz, caliéntanos en tu amor! 
 
Es así que cuando llegó el cuarto domingo de Adviento, Iris encendió no sólo las tres velas anteriores, sino que también la cuarta, una vela roja, para confirmar nuestro amor incondicional a Dios Nuestro Señor y él a nosotros. Y aunque la fe de Iris estuviera tambaleante, aún así ella recitó esta oración:
La Virgen y San José, con su fe, esperanza y caridad salen victoriosos en la prueba. No hay rechazo, ni frío, ni oscuridad, ni incomodidad que les pueda separar del amor de Cristo que nace. Ellos son los benditos de Dios que le reciben. Dios no encuentra lugar mejor que aquel pesebre, porque allí estaba el amor inmaculado que lo recibe. Nos unimos a la Virgen y San José con un sincero deseo de renunciar a todo lo que impide que Jesús nazca en nuestro corazón.
 
Antes de terminar con este cuento, te hago saber, querido lector, que el 25 de Diciembre, Iris encenderá también otra vela, de color blanco, colocada en el centro de la corona. Con esta vela, que representa la pureza,  estaríamos representando la llegada y presencia de Jesucristo, al que estaríamos dándole la bienvenida. Por este motivo, aunque cada uno de nosotros viva con problemas por resolver y tengamos todos una gran preocupación en común desde hace varios meses, aún así Iris se ha prometido a sí misma que celebrará su Navidad lo mejor que pueda. Ház lo mismo tú también, querido lector. A pesar del miedo al Coronavirus y de la pandemia, ahora más que nunca no debemos olvidar el verdadero sentido de la Navidad.
 
MARiSOL 
 

viernes, 11 de diciembre de 2020

La Crisis y el Miedo

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Crisis mientras conversaba con Miedo le preguntó por qué le tenía tanto miedo. Él le hizo saber que ella como el cambio negativo, como la situación complicada, difícil e inestable que es, prefiere tenerla de lejos. Crisis mirándole fijamente a los ojos, le preguntó a Miedo si conocía sus otros nombres y mientras él le decía que no, ella se los dió a conocer, mejor dicho le hizo conocer sus otros sinónimos que son: Adversidad, Ruptura, Problema y Desorden. Después de escucharla, Miedo le preguntó a ella si conocía los otros nombres de él, a lo que ella se los mencionó con voz clara y sonora. Y le dijo que a él se le conoce también como Pavor, Inquietud, Ansiedad, Temor, Horror, Espanto, Apocamiento, Desengaño y Amenaza.

- ¿Y por qué tú me conoces mejor que yo a ti? - le preguntó tímidamente Miedo a Crisis.

- Pues, porque en las grandes crisis, no hay que tener miedo.

- No logro entenderte - le refutó Miedo.

- Mira,  a mí no debes temerme, sino de lo que hay que tener miedo es de tu propio miedo. 

- O sea, ¿que yo soy el problema? - preguntó un tanto preocupado Miedo.  

- Efectivamente - le respondió Crisis. No había ni arrogancia ni desprecio de su parte hacia él. Lo que más deseaba era que él la conociera mejor.  ¿Sabes? En esta vida el hombre muere varias veces. ¿Y sabes por qué? Como Miedo no sabía qué contestar, Crisis siguió hablando y le hizo saber que las varias muertes vividas por el hombre es para que después pueda volver a nacer, es decir, pueda renacer. Las crisis, aunque le cause temor, le ayuda ir cerrando círculos de una etapa e ir abriendo otra nueva.

Miedo, después de escuchar a Crisis le preguntó si era cierto que en las grandes crisis, el corazón o bien se rompe o se curte.

- Mira, si el hombre se deja envolver sólo por el miedo, pues se le rompe el corazón, pero si él se sobrepone al miedo y salta sobre su propia sombra, entonces se le curte. Es una forma de saber superar a toda crisis por más difícil que ésta sea.

Miedo pensativo le preguntó si, entonces, un corazón curtido es malo. 

- ¡Noooooo!  Un corazón curtido es aquél que está fortalecido después de haber afrontado determinados problemas y haberlos podido superar. Sin embargo, existe una crisis mundial, a nivel sanitario y económico,  desde hace varios meses, que está generando mucho miedo en todas partes. Son muy pocos países que se salvan de la pandemia manteniéndola bajo control e igualmente tienen una economía sanamente activa. Seguramente que en estos pocos países no sólo han sabido manejar de manera asertiva el miedo, sino que sus habitantes han sabido colaborar de manera ejemplar para salir adelante todos unidos de la pandemia. 

- Pero, tan malo no soy para que me tengan tanto miedo en la mayoría de los países - protestó Miedo.

- Si bien eres una emoción desagradable también eres saludable, necesario y adaptativo. Sin embargo, si el hombre siente un miedo intenso y extremo, entonces, lo lleva a un bloqueo emocional que, en muchas ocasiones, lo paraliza. El miedo le anula la  capacidad de reaccionar o de buscar soluciones o alternativas que le ayuden a estar mejor para evitar que se sienta intranquilo y sienta ansiedad, sobre todo si está en cuarentena.

- Entonces, ¿qué se puede hacer para que la humanidad entera pueda manejar mejor su miedo en esta época de pandemia con una enfermedad tan cruel en esta época tan difícil que nos toca vivir? - preguntó Miedo. 

Crisis, sin dudarlo, le hizo saber que uno tiene que comenzar por cuidarse a sí mismo no sólo guardando las distancias necesarias y usando mascarilla, sino también sabiendo identificar los pensamientos que generan malestar y tematizarlos con las personas amigas o familiares. También es importante saber reconocer las emociones y aceptarlas, pero no dejarse atrapar sólo por el miedo. Y para ello, lo mejor es evitar las redes que son alarmistas y evitar sobreinformarse. No dejar de rezar, meditar, estar en silencio, conectarse con uno mismo, saber agradecer, leer un buen libro, realizar algo de ejercicio, comunicarse con las personas que quieres y saber cómo están y cómo lidian con sus propias emociones. 

- Y ¿qué pasa con los que pierden sus trabajos? - le preguntó Miedo retando a Crisis.

- Es un tema difícil de enfrentar porque toda crisis económica se caracteriza por afectar, de manera general, el nivel de vida de las personas ya sea con caídas en el consumo y la producción y originado un alto índice de desempleo, recortes salariales, disminución de poder adquisitivo, disminución del poder adquisitivo, recortes a subsidios, incremento de impuestos, devaluación de la moneda, escasez de capitales y elevadas tasas de interés. 

- ¿Y te parece poco? - preguntó asombrado Miedo y luego le dijo a Crisis que todo lo que había explicado sobre lo que producía una crisis económica era para sentir mucho miedo y acto seguido le hizo otra pregunta: ¿Dónde está el camino para salir de una crisis?

Crisis tranquilamente le respondió que no hay camino, sino que, más bien, el camino se hace caminando. Lo importante es emprender la marcha, aunque sea dando pequeños pasos, mirando dónde estamos y a quiénes podemos recurrir para que nos ayuden de ser necesario. Nunca falta una mano amiga o la de un familiar que está allí para regalar luz porque la caminata se hace en comunidad mientras uno en cuerpo y alma mantiene viva la llama de la esperanza aunque uno se sienta como un combatiente derrotado.

- Y, ¿qué pasa con la pandemia? - le preguntó Miedo a Crisis. Luego le hizo saber que millones de seres humanos están asustados. Nadie quiere morir ni tú tampoco, querido lector. Y, sin embargo, muchísima gente ha fallecido por el Coronavirus. ¿Qué se puede hacer para no sentir miedo? Es un trauma global. Este golpe emocional que genera un perjuicio persistente en el incosciente desde hace varios meses es horrible de soportar.

- Es cierto - dijo Crisis y continuó hablando- Sin embargo, el internet y las redes sociales generan más miedo del necesario contribuyendo a que los seres humanos se sientan pasmados frente a esta enfermedad que se ha presentado de manera inesperada. Lo que se saca de todo este problema sanitario es que todos los gobiernos del mundo deben darle más importancia al área de la salud invirtiendo mucho más dinero para estar preparados a otra pandemia.

- ¿Qué? ¿Otra pandemia? - gritó Miedo asustado.

- Pues, podría pasar - respondió Crisis. El hombre no debe permitir que el miedo reine sobre su vida porque el miedo está siempre dispuesto a ver las cosas peor de lo que son. Y es que todo corazón que esté lleno de miedo, al final está vacío de esperanza ... esa esperanza que empieza a ser una fuerza cuando todo es desesperado. Además, no te olvides que aunque la esperanza se vea frustrada, la esperanza constituye una dicha. Y los fracasos son, al fin y al cabo, menos horribles que su extinsión. No te olvides que cuando falta la esperanza, el alma del hombre se anquilosa y extenúa. ¡Ah! Quiero que tengas presente que en la adversidad como esta pandemia la humanidad es salvada por la esperanza porque la esperanza es como el sol que no sólo nos alumbra los sueños y arroja todas las pesadillas detrás de nosotros. Ténlo bien presente. 

- ¿Quiere decir que la esperanza es un riesgo que hay que correr queramos o no? - preguntó timidamente Miedo.

- Así es, querido Miedo - le dijo con ternura Crisis y terminó diciéndole que sin riesgo no se puede hacer nada grande y memorable. La humanidad está tratando de buscar soluciones. Y aunque cometa fallas, estoy convencida que sabrá superar esta crisis aunque sienta miedo. Y como la esperanza es lo último que se pierde, entonces, hay que pensar que no hay crisis que se le resista.

Es así como Miedo logró entender a Crisis y se hicieron amigos.


MARiSOL

 

sábado, 5 de diciembre de 2020

Los tres mosqueteros: "Uno para todos y todos para uno"


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Tengo de visita en mi casa a los verbos SER, HACER y TENER.  Hicieron cita conmigo porque buscan mi consejo ya que entre ellos tres andan peleados porque no se soportan. Es así que yo dejé que ellos hablaran. El verbo "hacer" tomó la palabra y me dijo que él es el más importante de los tres porque él es uno de los verbos que más variedad de significados puede adoptar según el contexto en el que aparezca ya sea porque a él se le puede utilizar con un significado pleno, claro y primario, cuando significa crear, fabricar o producir algo. O también se siente súper importante porque nosotros podemos también hacer  veinticinco usos diferentes de él, del verbo "hacer" Como por ejemplo: hacer el tonto, hacer trampa, hacer caso, hacer el ridículo, hacer historia, hacer sitio, hacer el bien o el mal, hacer años, hacer cosquillas, etc, etc. O sea, el verbo "hacer" es uno de los verbos en español con más significados. 

Después de escuchar sus argumentos TENER comenzó a hablar. Y alzando la voz nos hizo saber a todos que él es muy importante porque significa pertenencia de algo a alguien. Él expresa la posesión de algo en un sentido material o figurativo, aplicado a todos los sentidos. Nos hizo igualmente saber que en todas las sociedades se le usa mucho en todos los aspectos de la vida. Además que él cual verbo "tener" en sentido material se refiere a la posesión de cosas especialmente referidas en términos de propiedad privada como por ejemplo; tener un auto, tener un perro, tener una casa, tener un celular, etc. Aparte que el verbo "tener" usado en sentido material pero en términos de conceptos más complejos que involucran relaciones con otros es usado, por ejemplo, cuando se tiene un trabajo, en las cuales involucran relaciones económicas y laborales con terceros. También el verbo "tener" puede referirse a la posesión inmaterial de una habilidad, cualidad o sentimiento. Por ejemplo cuando se habla de alguien que tiene personalidad significa que da a conocer su opinión y no es pasado a llevar por los otros, tener salud significa la ausencia de enfermedades, tener amor significa que hay personas cercanas que se importan con la persona, tener experiencia profesional significa que una persona ha trabajado en el área de sus estudios y así un largo etcétera de ejemplos se podrían seguir nombrando. Luego de terminar de hablar miró a SER. 

SER bajando la mirada dijo que no era tan importante porque como verbo es usado sólo como una afirmación, para afirmar un atributo, para indicar las horas, para introducir una función, capacidad o uso, para introducir una posesión o pertenencia, como sinónimo de acontecer o suceder y para afirmar la pertenencia a un país, un lugar, una región, una comunidad, una empresa, etc. A lo que yo le dije que él es más que un verbo. TENER y HACER me miraron rabiosos. Pero yo continué explicándole a SER que en comparación de sus amigos, él posee un "alma"  ya que un ser es un individuo, es decir, un ser humano, una criatura, que es un ser vivo o una entidad que es un ser supremo. Además, que en el aspecto más filosófico, "ser" es lo que llamamos la esencia o la naturaleza de algo que ya por sí misma es un tema profundo muy discutido y estudiado por filósofos, escritores, psicólogos y pensadores.  O sea que en términos generales el ser es todo lo que tiene vida pero la cuestión radica en el peso e importancia que se le da a cada vida. SER me miraba asombrado.  Y no era para menos ya que la importancia del cuestionamiento del ser ha generado innumerables estudios, obras y debates a lo largo del tiempo como el famoso monólogo de la obra "Hamlet" de William Shakespeare donde hace inmortal su famosa frase: "Ser o no ser, ésa es la cuestión".

TENER y HACER echaban chispas por todos lados. Ellos querían saber quién era el más importante para mí. Y yo como no iba a permitir que en mi casa hubierta pleito, les dije, más bien, que se alegraran de tener a SER de amigo. ¿Por qué? fué el grito unísono que salió de sus gargantas. Mi respuesta no se dejó esperar y les hice saber que los tres eran importantes porque, en el fondo, se necesitan unos a otros. Me explico: Siempre en la vida hay un orden de secuencia que es ser - hacer- tener. Es decir, primero somos, después hacemos y luego tenemos. Desgraciadamente hay muchas personas que alteran el orden cuando dicen, por ejemplo: "cuando tenga ya haré yo lo que sea necesario". 

Mientras SER sonreía complacido con lo que escuchaba, HACER y TENER sudaban agitados. Yo estaba dándoles a conocer de manera sutil que yo veía en primer lugar a SER, en segundo lugar a HACER y en tercer lugar a TENER. Como seguían estos dos últimos protestando les recalqué que primero uno debe descubrir quién es para poder hacer y así permitirse tener la clase de vida que uno desea. Y aunque yo sé que es difícil, muchas veces, no es imposible. En realidad, este trabajo interno es un proceso de transformación. Y como en todo proceso de transformación, si bien las transiciones son duras, luego viene el bienestar. Lo que quiere decir que durante dichas transiciones trabajas en tu Ser, querido lector, lo que, tarde o temprano, se reflejará en tu Hacer. Y al final, como resultado, vendrá el bienestar, o sea el Tener. 

Esta vez no hubo protesta alguna. HACER y TENER se quedaron mudos mientras SER estaba emocionado hasta las lágrimas. Ellos tres tomaron conciencia que, efectivamente, se necesitan porque logran conformar no sólo un círculo virtuoso que se retroalimenta, sino que conforman igualmente un espiral evolutivo ascendente que se realiza en numerosos ciclos que se retroalimentan mientras transcurre la vida. Es decir, cada ciclo evolutivo representa una nueva versión de uno mismo. Lo que significa que mientras tú expandas tu conciencia, trabajes en tu Ser para transformar tus creencias, pensamientos, valores, principios, y expandas tu conciencia  (SER),  actues con inspiración y perseverancia (HACER) y disfrutes desde la gratitud (TENER), entonces sabrás quién eres, querido lector.

MARiSOL

 

viernes, 4 de diciembre de 2020

Maldito internet

 

Si bien el invento del internet es casi mágico, de mágico no tiene nada  porque una noticia falsa o verdadera pueden cambiar nuestra existencia. Pues bien, Sara piensa que internet no es ni bueno ni malo porque a través de éste se propagan noticias medias ciertas que, al final, nos crean confusión a parte de crearnos adicción debido al inadecuado uso de la tecnología digital. Y ¡ojo! para todas aquellas personas que carecen de una conciencia bien formada o no han desarrollado adecuadamente la prudencia, justicia, fortaleza y templanza, el internet  puede llegar a ser un arma de doble filo. Me explico: la verdad que no pongo en tela de juicio que estas tecnologías de comunicación, información y entretenimiento  no sólo permitan desarrollar y potenciar algunas capacidades del ser humano, pero lamentablemente también se han magnificado bastantes riesgos como la de crear no sólo confusión, sino la de quitar importancia a hechos tan graves como el ciberbullying, la estafa, la pedofilia, el hackeo, etc. La verdad es que todos ellos tienen efectos nocivos. 

Sara sabe que aunque la tachen de tecnófoba, alarmista o reaccionara, ella sabe que tiene que andarse con pies de plomo cuando se mueve entre las aguas nada pacíficas del internet. Claro, que por supuesto, hay lugares donde se respira un aire del bueno, pero también hay aires enrarecidos que se mezclan en este mundo cibernético y terminan metiéndose en tu hogar. Ella ha aprendido a creer más en lo que su conciencia le dicta. Lamentablemente se ha dado cuenta que ni el bueno es tan bueno ni el malo es tan malo. Lo mejor sería que uno pudiera diferenciarlos con claridad, pero el internet se ha encargado de hacernos la tarea más difícil, sobre todo, cuando en las redes sociales nos contactamos con personas que se camuflan con nombres ficticios o nos dicen cosas que no son ciertas del todo. 

¡Ay! toda esta tecnología no sólo nos ha acercado unos a otros no importando dónde tú te encuentres, sino que también está afectando la forma de actuar y de pensar de millones de personas a través de todo el exceso de información que no se filtra adecuadamente. Sara se está dando cuenta que si bien hay mucha información, hay también menos conocimiento. Si bien Sara se aisla del internet, por lo menos una vez al día, nos resulta prácticamente imposible vivir sin éste aunque las ráfagas de información que socavan nuestra manera de pensar y nuestro comportamiento, cobren su precio como el aumento de dopamina en el cerebro que puede ser adictivo. Y es que en su ausencia, el aburrimiento se hace presente.  Pues bien, si bien Sara no desea que haya cortes en su creatividad y en el pensamiento profundo, sí se está dando cuenta que su pensamiento se está fraccionando y la falta de concentración persiste ahora más que nunca. Por este motivo tiene racionada su porción de internet al día. Hay otras cosas pendientes por hacer que cobran, poco a poco, más importancia.

¿Qué es lo que quiere Sara? Pues tener la capacidad de controlar, reducir o detener su comportamiento en línea para no verse enfrentada a la depresión o sensación de soledad que, por momentos, la asalta. Pero si bien ella sabe que no se puede imaginar un mundo sin internet, también toma conciencia que los seres humanos hemos sobrevivido sin él durante incontables milenios. Tal vez, precisamente porque la vida es una continua sucesión de oportunidades para sobrevivir.

Te llamo a la reflexión, querido lector, así como el internet es el experimento más grande de anarquía que tenemos porque éste es un recurso que perjudica a la sociedad  ya que la aliena y aísla, también, por otro lado, el internet es positivo porque nos une y nos conecta, quizá con la esperanza que nos prolongue más la vida. Sara me mira en silencio y me hace también saber que la destrucción del internet es inútil porque éste crea un espacio de libertad y desarrollo en el que todos estamos en comunidad. En realidad, el internet no ha cambiado la forma en que hacemos las cosas. Más bien, cambia lo que hacemos con ello. El internet nos expone entre el bien y el mal. Nos reta constantemente a diferenciar las verdades de las mentiras. Nos expone a grandes desiluciones...

Antes de terminar, Sara me hace saber que unas 4.000 millones de personas en todo el mundo son usuarias del internet. Al principio se pensaba que éste podría aportar igualdad y conocimientos a la mayoría de la gente haciendo de este invento un invento muy democrático. Pero también el internet tiene un lado sombrío porque las voces moderadas son ahogadas y los puntos de vista extremistas son amplificados tomando más fuerza para ayudar a expandir el odio, la desinformación y los abusos.  Pero aún así, Sara sabe que aunque la cara oscura de la red esté muy presente, también sabe que los aspectos positivos son mayores que los negativos. Es decir, el número de ventajas supera al de los incovenientes. Así como Sara sabe que el papel que tenga la red depende de quién sea la persona que navegue a través de ella y los usos para los que se emplea, también me hace saber que la aparición del internet ha causado hasta la actualidad grandes beneficios a la sociedad y su uso es imprescindible. Si bien Sara no podría prescindir del todo de internet aunque pudiera, sabe que hay que navegar cibernéticamente con responsabilidad y con cuidado, sobre todo en las redes sociales. ¿Y tú, qué piensas? 

MARiSOL

 

martes, 1 de diciembre de 2020

La malicia del monaguillo

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Todos sabemos que la palabra "monaguillo" proviene de monjes pequeños.  En Italia se les llama "chierichetti" o pequeños clérigos y aquí en Alemania se les conoce como "ministrantes". Su nombre deriva del latín "ministrare", es decir, de servir. Pues bien, el papel de los monaguillos es delicado si pensamos que representan una especie de punto de unión entre quienes administran el culto y los fieles reunidos para asistirlo. 
 
En caso no sepas, querido lector, cuáles son las cuatro funciones que desempeñan los monaguillos, te los doy a conocer y son: atender al servicio del altar, ayudar al obispo, al sacerdote, al diácono o hasta al mismo Papa, prestar su servicio en las diversas procesiones, por ejemplo, con la cruz, los cirios, el incensario o el Misal y atender en el ofertorio a la recogida de los dones. 
 
Bien, ahora te quiero contar de un monaguillo muy especial. Si bien no es de carne y hueso, es más bien de fieltro (hecho por mi amiga July a quien fuí a visitar hoy día por cinco horas). Pero, aparte de ser de fieltro, tiene poderes mágicos porque nos sirvió con mucha devoción a mi amiga y a mí. Él nos envolvió con su magia mientras estuvimos  reunidas.  Él nos hizo ver que la mesa navideña, puesta con mucho cariño por July, era nuestro altar y nosotros éramos las sacerdotisas. Que dicho de paso, deberían las mujeres no sólo ser monjas, sino también poder celebrar misa como lo hacen en la iglesia luterana, p.e.  Bien, prosigo... El monaguillo mágico nos ayudó igualmente a cargar la cruz de nuestros problemas mientras nos servía un exquisito vino blanco, que cual agua bendita, él nos ofreció en nuestra íntima misa celebrada por July y yo. 
 
Tanto mi querida amiga como yo quedamos encantadas con el mágico monaguillo de fieltro porque la imagen de él nos recordó que los monaguillos, cual amigos de Jesús, no sólo son jóvenes llenos de entusiasmo y disposición a participar en la vida de la Iglesia aportando su contribución de amor y dedicación, sino que se ponen al servicio de la humanidad. Y en ese momento mágico July y yo éramos la humanidad entera para él. ¡Ah! la presencia del monaguillo mágico reforzó los lazos de amistad entre las dos. Y es que la amistad  no es otra cosa que un sumo consentimiento en las cosas divinas y humanas con amor y benevolencia.
 
Brindo por tu lindo monaguillo, querida July, y por el momento mágico compartido a tu lado. Es así que antes de terminar, el monaguillo nos recordó lo afortunadas que somos por no sólo tenernos, sino por contar con buenas amigas y amigos como ese querido amigo que con su lejana presencia se hizo presente mientras las dos estábamos reunidas celebrando no sólo nuestra propia misa, sino celebrando por la vida. Y, ¿sabes por qué, querido lector? Porque la vida de un buen amigo, es la nuestra, como la verdadera vida de cada uno de nosotros, no importando cuán lejos estés, es la de todos. Y mientras aquí termino, pienso en el monaguillo de fieltro y en su "malicia" escondida que a July y a mí nos ofreció y nos supo deliciosa. ¡Salud!

MARiSOL
 

domingo, 29 de noviembre de 2020

Humanidad

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Amar a la humanidad con todas sus imperfecciones es de valientes. Sobre todo, amarla aún más cuando uno tiene la capacidad de poderse lamentar de nuestras relaciones humanas. Mas yo me pregunto si podemos soportar mucha realidad. ¡Ay! La realidad sigue existiendo aunque dejes de creer en ella. ¡Peor aún! Ella nunca desaparecerá de la faz de la Tierra. Y es que la realidad nos hace ver, una y otra vez, que la humanidad no es solamente una familia unida e indivisible, sino que ella es la patria del corazón, porque los que de corazón se quieren, sólo con el corazón se hablan aún cuando existen cerca de 7,000 idiomas. Las diferencias entre unos idiomas y otros no es motivo para desunirnos. Todo lo contrario, deberíamos darnos cuenta de lo grandiosa que es la humanidad. Conformamos una familia de más de 7,000 millones de miembros. 

Y aunque nos diferenciemos unos de otros físicamente, hablemos distintos idiomas y tengamos culturas tan distintas unas de las otras, profecemos distintas creencias religiosas y nuestras ideas políticas no coincidan, en el fondo, todos deseamos lo mismo: Paz y Amor en la Tierra. Por lo menos, la mayoría esto es lo que más desea. Y es que la humanidad es tan maravillosamente multifacética que en lugar de quererla cambiar, nos haríamos un gran favor si tratáramos de conocerla mejor. 

¡Ay! es que nosotros mismos somos nuestro peor enemigo. En lugar de darnos unos a otros la mano, nos complace destruimos. No todos, pero sí muchos. A pesar de nuestros defectos, deberíamos todos ser compasivos, afables, tolerantes y empáticos. Pues sí, los defectos existen aunque más de uno lo quiera negar porque un hombre sin defectos es un hipócrita del que, finalmente, debemos desconfiar. 

Realmente la humanidad, como ya lo dije anteriormente, es una familia unida e indivisible aunque parte de sus miembros tengan almas crueles. Y es que en cada niño bueno o malo nace la humanidad. Esa humanidad que parte de la nada... esa nada que en algún punto de nuestras almas nos recuerda que somos semillas de lo divino. Y por ello sería obsceno perecer entre la desesperación y el aburrimiento. 

No sé si me dejo entender, pero estoy convencida que la humanidad, en realidad, ha ofendido a Dios. Y, ¿sabes por qué? Pues, porque la humanidad no ha sabido respetar fielmente el orden establecido por Dios. Y es que aquellos hombres que anuncian que luchan en favor de Él terminan siendo los menos pacíficos, sobre todo, cuando creen recibir mensajes celestiales y terminan haciendo oídos sordos para toda la humanidad. 

Finalmente, resulta asombroso que la humanidad todavía no esté en la capacidad de saber vivir en paz y le hace más caso a la palabra "competividad" que a la "convivencia" porque no entiende el significado del "amor" y termina más aferrándose al "miedo"... ese miedo que llega a expulsarnos de la humanidad misma y nos roba nuestra gran inteligencia, maravillosa bondad, bellos pensamientos y única verdad dejándonos en completo abandono y expuestos a una desesperación muda. Pero muda no me quiero quedar aunque tú hagas oídos sordos a la que yo acá digo. Y es que hablo de la humanidad, de ésa que existe en todos nosotros. Tal vez por ser yo, tan hombre como tú, nada que sea humano me resulta extraño. Nosotros los humanos somos no sólo maravillosamente contradictorios, sino estamos lleno de imperfecciones... esas imperfecciones que nos vuelven vulnerables  ante los ojos perfectos de Dios.


MARiSOL

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sábado, 28 de noviembre de 2020

EL sentido de la vida

 

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Erika, es una amiga viuda de 70 años, que espera no sólo ansiosamente que pronto salga al mercado la vacuna para combatir el Covid-19, sino que piensa que la humanidad lo que también necesita es una vacuna que nos devuelva a todos a recuperar el sentido de la vida. Justamente ahora hay que darle un sentido a la vida, por el mismo hecho que para muchos éste ha perdido su sentido. Erika sabe que aunque ella ya no trabaje, ella intenta servir a los demás, lo que para ella constituye el único sentido de la vida. Hoy más que nunca ella desea sentirse útil dando apoyo moral a sus amistades y familiares que se sienten agobiados con todo lo que sucede alrededor del mundo a raíz de la pandemia que nos castiga sin piedad desde hace varios meses.

Por este motivo, quiero a Erika. Es una persona valiosa que me recuerda que en el fondo son las relaciones con las personas lo que da sentido a la vida. ¡Qué cuesta ser amable no solamente con amigos o familiares, sino con gente desconocida! Y aunque las sonrisas no se puedan ver por usar la mascarilla, sí se pueden sentir a través de las miradas porque el lenguaje de los ojos dice mucho, sobre todo, cuando las miradas están vestidas de brillo, ese brillo que se llama Fe.  

En caso no sepas de donde proviene la palabra Fe, te lo hago saber. Proviene del latín Fides. Pues bien, es la creencia o confianza que se tiene en una persona, religión o institución, sin necesidad de que haya sido confirmado por la experiencia o la razón, o demostrado por la ciencia.  Erika sabe que la fe es el ingrediente mágico para lanzarnos en pos de lo que se cree, con la certeza que lo lograremos. Y es que al confiar y tener fe en lo que nos proponemos, con toda seguridad se alcanzará. Así, que por este motivo, cuidémosnos lo más que podamos sin dejarle de sonreir a la vida. Y, ¿sabes por qué, querido lector? Pues, porque la vida de un hijo, de un amigo o hasta de un desconocido, es la nuestra, como la verdadera vida de cada uno es la de todos.

¡Ay, querida Erika! ¡Cómo te extraño! Cuánto me gustaría abrazarte, y conversar de todo y de nada, pero sabernos cerca una de la otra a través del internet me consuela. Es ahora que los seres humanos debemos unirnos en repartir amor porque solamente la fuerza del amor es la que nos sostendrá aún en los momentos más oscuros, aún cuando perdamos la vida si nos alcanza a tocar esta cruel enfermedad de la peor manera.

Tanto Erika como yo sabemos que la tragedia del hombre moderno no es que sepa cada vez menos sobre el sentido de su propia vida, sino que se preocupa, desgraciadamente, cada vez menos por ello.  Es realmente una lástima que muchos seres humanos anden ciegos por la vida. Pero tarde o temprano todos nos preguntaremos por el sentido de la vida.  Muchos sabios como Confucio, por ejemplo, han intentado darnos una respuesta. A mí me gusta un proberbio de este reconocido pensador chino. Seguramente que a Erika también le gusta este proverbio que dice así: "Aprende a vivir bien, y sabrás morir bien". No se trata de resignarnos a morir ante esta pandemia, sino te llamo a la reflexión, querido lector. Todos nosotros poseemos la suficiente inteligencia como para plantearnos ciertas cuestiones acerca de nuestra existencia ahora que esta enfermedad nos ronda.  Ahora, sobre todo, en momentos difíciles, debemos mirarnos en el espejo de nuestras almas y hacernos las siguientes preguntas: ¿Qué sentido tiene la vida?, ¿Cuál es mi propósito en la vida?, ¿Para qué quiero vivir?

A Erika, le quedo muy agradecida por darme la fuerza para seguir adelante, sobre todo, cuando hay  momentos en que se me quiebra mi fe. No debo permitir que se me rompa en mil pedazos. O lo que es peor que entre la vida y yo exista un cristal que no me permita ver y comprender la vida en toda su magnífica magnitud. Por este motivo, debo seguir haciendo lo que más me gusta: escribir. Así me siento más unida a mi Fe mientras juego con las palabras, cual maravilloso instrumento, que me permiten no sólo descubrirme por dentro, sino que aprendo que la vida, a pesar, de golpearnos con fuerza, es hermosa. Justamente el milagro llamado vida, debe hacernos reflexionar sobre el sentido de nuestras vidas.  


MARiSOL

 

viernes, 27 de noviembre de 2020

Entre olvidos y recuerdos

 

Como un mal presagio o una mala costumbre las miradas de Inés y Eduardo se vuelven a cruzar en silencio desde la lejanía. Esa lejanía que cual elemento físico escapa del control humano pero que forma parte de sus vidas quieran o no. Pues bien, ellos dos son esos eternos amantes que aunque permanecen callados desde hace muchos años se hablan en sus sueños. Quizá porque ellos dos están hechos del mismo material con el cual ellos dos tejen sus sueños. Y mientras ellos tejen sus sueños en silencio, el mismo silencio les recuerda que cual gran arte para sus conversaciones imaginarias, éste nunca se romperá porque es tan profundo como el inmenso mar de la vida... ese mar que se mueve entre olvidos y recuerdos.

¡Ay! Pero, ¿qué pasa con los olvidos? Ellos son como golpes insistentes que tocan las puertas de sus corazones, porque el amor es, a mi parecer, un ardiente olvido de todo. ¿Y qué pasa con los recuerdos? Sólo pueblan nuestra soledad para hacerla más profunda. ¡Ay! ¿Será que el amor, en realidad, no existe? Yo diría que, más bien, sí existen las pruebas de amor, en todo caso. Ésas que se demuestran dejando vivir a aquel que amamos en completa libertad. Esa libertad que sólo viene de nuestro interior. Yo, te pregunto, querido lector, ¿qué otra libertad esperas poder tener? Lo único que te puedo decir que a ti se te otorgará la libertad externa cuando hayas sabido desarrollar tu propia libertad interna.

Dejemos, pues, que Inés y Eduardo sigan siendo, entre olvidos y recuerdos, amantes hasta la mismísima eternidad. Esa eternidad que se vuelve una nada porque nuestra imaginación nos agranda tanto el tiempo, sobre todo, presente que la nada se convierte en una inmensa eternidad que no tiene ni principio ni fin. Esa eternidad que no está hecha de tiempo. Ese tiempo que hace pasar el amor así como el amor hace pasar el tiempo. ¡Qué paradógco!, ¿verdad?

Y yo, como el tiempo que soy,  te hago saber, querido lector, que mi misión es seguir conduciendo a Inés y a Eduardo a través mío porque la vida en tiempo se vive. Y ¿sabes por qué? Pues, porque luego no habrá tiempo para nada... esa nada  que nos separa y que también nos une como a Inés y a Eduardo. Si bien ellos no tienen nada en sus manos, sí me han hecho su cómplice. Es así que yo, como el tiempo que soy, hago que el amor tenga dos hermosos momentos: el primero y el último porque todo lo malo, vestido entre olvidos y recuerdos, es el tiempo que transcurre entre ellos, más no entre Inés y Eduardo porque ellos bien saben que el amor auténtico queda tatuado de una vez para siempre y del todo tanto en el la piel del corazón de ella como en el de él.

Te hago saber que tanto Inés como Eduardo no tienen contacto ni físico ni epistolar; sólo se comunican por una intuición espiritual. Ellos dos hacen uso de esta habilidad para percibirse de manera clara e inmediata, pero sin la intervención de la razón, de la mente o de la lógica. Ellos saben comunicarse usando un lenguaje no verbal porque su intuición espiritual viene del alma... ese alma que es, finalmente, inmortal. 

Bien, antes de terminar, te cuento que Inés y Eduardo hacen caso a sus corazones porque ellos dos tienen la gran habilidad de comunicarse telepáticamente sin ninguna expresión sensorial, ya sean el habla, gestos o señas. Ellos dos como dos cuerpos en un alma, más bien, se comunican, de corazón a corazón.  Bien, este canal sigue abierto aunque resulte, al final, un mal presagio o una mala costumbre, porque el amor, finalmente es un eterno insatisfecho que vive de amargos olvidos y dulces recuerdos. 

 

MARiSOL


jueves, 26 de noviembre de 2020

El Ikigai de Sara

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De acuerdo a la cultura milenaria de Japón, todos tenemos un ikigai (いきがい). Es decir, todos tenemos una razón de vivir o de ser. O sea, todos tenemos una razón para levantarnos todos los días. Pero antes de continuar te hago saber qué es lo que significa la palabra japonesa ikigai. Pues bien, se compone de dos vocablos: iki (いき) se refiere a la vida y luego kai o gai (がい) se refiere a la realización de lo que uno espera y desea.
 
Bien, el ikigai está molesto con Sara. Y es que él no entiende como ella no logra ni sentir una inmensa felicidad ni sentir una luz interna que le de sentido a su vida. ¡Ay! ¿Cuándo llegará el momento en que el karma de Sara cambie del todo? Ella sabe que para llegar a sentirse plena la búsqueda puede ser muy larga y muy profunda. Sara lo que más desea es estar en permanente conexión con su universo interior. Pero es que esta vida no sólo la está golpeando con fuerza. No sólo a ella, sino, últimamente, a todos. 
 
-¡Pues, por este motivo soy importante! - le retó el ikigai a Sara.
El ikigai, después de decir estas palabras a Sara, también le hizo saber que él ni es algo grandioso ni tampoco es algo extraordinario. Es más bien, algo muy práctico, para tenerlo presente cada día. En realidad, se trata de desactivar nuestro modo automático por el que muchos de nosotros transitamos por la vida y hacer las cosas por algún motivo. 
 
Sara sabe que la suma de las pequeñas alegrías cotidianas resulta en un vida más plena. También ella sabe que el ikigai está dividido en cuatro partes fundamentales de la vida: pasión, vocación, misión y profesión. Es decir, el ikigai es una mezcla de eso que uno ama, eso en lo que es uno bueno, lo que el mundo necesita y aquello por lo que ganas dinero. 
 
Sara, un tanto alterada, le increpó que tan fácil no es sentirse uno feliz y realizado en circunstancias cuando uno pierde su trabajo, sobre todo ahora, con la pandemia. Hay millones de seres humanos que se han quedado sin nada. Unos terminan suicidándose, otros terminan robando para poder alimentar a sus familias, otros terminan arrimados a parientes. 
 
El ikigai sabe que Sara tiene razón. Pero aún así la instó a ella a que conectara puntos en su vida y que sintiera el presente y el futuro dejando volar su intuición. Es más, le pidió a Sara que siguiera a su corazón como si en ello se le fuera la vida.
- ¡Cállate! - gritó Sara. ¡Déjate de tanta palabrería! ¿De qué me sirves? He perdido mi trabajo por culpa de la maldita pandemia. Mis padres no me pueden ayudar a financiarme mi vida. Yo trabajaba de camarera en un restaurante y ahora que no trabajo tengo que dejar mi departamentito. Y la simple idea de irme a vivir con ellos, no me hace gracia alguna.
- Entonces, ¡reinvéntate! - le sugirió el ikigai. y luego le hizo cuatro preguntas: ¿Qué es lo que amas hacer?, ¿Qué es lo que el mundo necesita de ti?, ¿En qué eres bueno? y ¿Pueden pagarte por lo que haces?
 
Sara, después de escucharlo se dió cuenta que estas cuatro áreas en equilibrio, podrían ayudarla a salir de la situación en la que se encontraba. Ella podría subarrendar amoblado su departamentito (permiso tenía del dueño; así estaba estipulado en su contrato de arriendo), podría irse a vivir con sus padres por unos seis meses y desde allí ver con tranquilidad en qué otra cosa podría trabajar. Talentos tenía, era buena mecanógrafa, era buena piloto conduciendo autos, y hablaba con fluidez el francés ya que desde chica lo había aprendido con su madre, quien es francesa. Quizás el ikigai tenía razón. Sara se daba cuenta que aunque le gustaba trabajar de camarera porque recibía buenas propinas, tendría que hacer uso de sus otros talentos para salir adelante. Su transformación personal no podía quedarse en estado de parálisis, por ningún motivo.
 
En el fondo, Sara había jugado, más de una vez, con la idea de dejar de ser camarera, pero las propinas la habían retenido a seguirse quedando en su trabajo bastante estresante, por cierto. Pues bien, el Ikigai le pidió a Sara que apagara el piloto automático y que practicara el mindfulness o atención plena para dirigir su vida desde la calma y también le recomendó hacer meditación para que la ayudara a centrarse en el aquí y ahora, sobre todo, ahora que aún seguimos enfrentados a la pandemia del Covid-19. 
 
Sara había entendido que no debía desesperarse; ella tenía que seguir buscando y modelar su ikigai sin prisa, pero sin pausa para mejorar su vida. Es así como el ikigai sonriendo le dijo a Sara que se sintiera dichosa de estar viva y que se mantuviera activa y que se tomara con calma no sólo la vida porque caminando despacio ella podría llegar lejos, sino que le dedicara un momento del día a dar las gracias para aumentar su caudal de felicidad. Sara se estaba dando cuenta que si ella se ponía a esperar una felicidad demasiado grande, al final, encontraría sólo obstáculos para ser realmente feliz. 
 
Es así como Sara agradecida de haber conversado con su ikigai, sonrió porque la sonrisa abre puertas y nos conecta con nuestra parte positiva. Así como el ikigai de Sara le hizo recordar a ella que no hay que olvidar el privilegio de estar aquí y ahora en este universo lleno de posibilidades aún con pandemia de por medio, espero que tú, querido lector, por tu propio bien, te reconectes con tu propio ikigai.
 
MARiSOL
 
 
 
 

lunes, 23 de noviembre de 2020

El grito de la historia

 

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En cierto sentido, todos los hombres somos históricos. No hay nadie que se salve. De una u otra manera todos nosotros hacemos historia. Y mientras la historia es la novela de los hechos (malos o buenos), la novela (la tuya, la mía, la de todos) es la historia de nuestros sentimientos, esos sentimientos que son el principio de nuestro conocimiento, aquél que cuando llega desde dentro es el verdadero conocimiento. Pero si éste no se sabe aplicar como debe ser, entonces es peor que la ignorancia. ¿Y sabes por qué? pues porque el primer paso de la ignorancia es presumir diciendo que uno lo sabe todo. ¡Ay! es que la ignorancia siempre está dispuesta a admirarse, ¿verdad? ¿Te sientes capaz de poderla retar, querido lector? 

Pero, antes que tú me puedas contestar, la historia con voz enérgica se hizo sentir entre tu mundo y el mío haciéndonos saber que la ignorancia está menos lejos de la verdad que cualquier prejuicio. Después de escucharla, recordé que el prejuicio es el enemigo más encarnizado de la verdad. Y, entonces, ¿cuál es su mejor amigo? La historia contestó diciéndome qué es el tiempo, ese tiempo que nos conduce, por momentos, por caminos equivocados. Y desafiándome con su mirada inquisidora la historia me dijo que la historia del mundo en parte se repite, sobre todo, cuando ve que millones de seres humanos aún hasta el día de hoy no han aprendido nada de las lecciones impartidas por ella. Por este motivo la historia está molesta con casi todos nosotros.

- ¡Estoy cansada, harta, molesta! - gritó desesperada la historia y continuó en voz alta renegando -  Yo, la historia, existo desde que aparició la escritura para que el hombre pusiera por primera vez sus ideas e impresiones por escrito.

- ¿Y dónde naciste? - le pregunté curioso. Te preguntarás quién soy yo. Ya te lo diré. No falta mucho.

La historia me contó que había nacido en Sumer, una antigua  región de la baja Mesopotamia.

- ¿Cerca del Golfo Pérsico? - le pregunté un tanto inseguro. 

- Sí - me respondió la historia. Su voz denotaba hartazgo.

- ¿Y cuándo exactamente naciste como historia? - le hice esta otra pregunta ya que curiosidad yo sentía.

La historia me hizo saber que nació a fines del cuarto milenio a.C., es decir, hace más de 5,000 años. Luego, acto seguido me explicó que ella es una ciencia que estudia y expone, de acuerdo con determinados principios y métodos, los acontecimientos y hechos que pertenecen al tiempo pasado y que constituyen el desarrollo de la humanidad desde sus orígenes hasta el momento presente.

-¡Ay, el presente! ¡No me lo menciones! - grité indignado. Era ahora yo el que alzaba la voz. 

La historia sorprendida por mi respuesta dijo que para ella el presente se nos escapa de las manos porque es un punto entre la ilusión y la añoranza.

¡Aj! ¡No seas romántica! - le contesté nuevamente alzando la voz. Seguidamente le dije que el presente es, más bien, el punto de unión del futuro con el pasado. Y no pudiendo aguantarme más reté a la historia diciéndole que por el hecho de siempre repetirse, tiene al mundo de cabeza.

La historia no dejándose intimidar me aclaró que no es culpa suya que ella se repita, porque no es ella la que comete errores, sino los hombres. La historia sólo cuenta lo que sucedió. El mundo le daría la razón si estuviera acá reunido con nosotros porque sé muy bien que él ha sido testigo no sólo de hechos extraordinarios, sino también de hechos espantosos, todos ellos realizados por la mano del hombre, con esa misma mano que aprendió a escribir la historia de la humanidad.

Yo, como el grito que soy, dejo escucharme no sólo en todos los rincones del mundo, sino también dentro de tu corazón o el mío, allí donde somos capaces de fecundar sueños para tratar de cambiar lo que se debe cambiar, quizá con el ánimo de reescribir la historia de la humanidad para mejorarla. Un plan demasiado ambicioso para ser verdad, ¿no crees? Más bien, empieza tú reescribiendo tu historia de vida, si quieres. Y si así fuera, ¿qué cambiarías?

 

MARiSOL

 

domingo, 22 de noviembre de 2020

La estrella de la fe

 

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"A veces la solución es crear historias hasta que aparezcan las estrellas"- se dijo a sí mismo Roberto mientras se secaba las lágrimas. ¡Ay! es que las lágrimas tienen algo de sagrado porque extrañamente el mar y ellas tienen algo en común: la sal. Quizás es más que eso, las lágrimas son la sangre del alma. Y el alma de Roberto está sangrando desde hace mucho tiempo. ¡Ay! Roberto no quiere seguir llorando porque sabe que si pierde su sol interno, sus lágrimas no lo dejarán ver más las estrellas. Él necesita sólo de una sola estrella que lo guíe por el camino de su vida un tanto alterada por diversos motivos que ya los mencionaré más adelante. Bien, Roberto sabe que el símbolo de las estrellas tiene un significado de luz porque simbolizan la verdad, el espíritu y la esperanza como también significan la protección de Dios y el universo... ese universo que es el vasto símbolo de Dios. Sin embargo, el universo con toda su enigmática hermosura resulta ser caótico para toda persona sin fe. 

A este punto quiero llegar. Quiero que Roberto vuelva a tener fe porque la fe es la creencia y confianza de una persona en relación con algo o alguien. Si bien él sabe que la fe se manifiesta por encima de la necesidad de poseer evidencias que demuestren la verdad de aquello en lo que se cree, a Roberto le resulta difícil entender el significado de estas dos letras que provienen del latín y que significan: lealtad y fidelidad.

Roberto levantando su mirada hacia el cielo estrellado se preguntó qué es creer y tener fe. Si bien él sabe que la fe es lo opuesto a la creencia (uno cree cuando hay buenas razones para hacerlo), su corazón se resiste a tener fe porque sería aceptar en su mente tan racional una afirmación sin ninguna buena razón.   ¡Ay! La historia de vida de Roberto se ha complicado tanto que la estrella de la fe se le ha extraviado en algún punto de su alma. Es así que cuando la estrella de la fe lo escuchó hablando a solas en la oscuridad de la noche, ella le hizo saber a Roberto que si tiene la fe puesta en Dios, entonces podrá vencer el temor que le produce ver tantos acontecimientos negativos que no sólo suceden en su vida, sino que suceden a diario en el mundo en que vivimos. 

Al darse cuenta Roberto que la estrella de la fe le estaba hablando directamente a su corazón, él rabioso le preguntó que debía hacer para no perder la fe, sobre todo, en tiempos díficiles como en el que estamos todos. Es así como la estrella de la fe le hizo saber que él no estaba solo. También le dijo que la fe no es algo que uno tenga que hacer o que uno consigue por uno mismo, sino es más bien un regalo que Dios nos da para ayudarnos a creer. En cuanto la estrella de la fe calló, Roberto le preguntó si sólo existe un solo tipo de fe. La estrella de la fe sonriendo le explicó que hay siete tipos de fe. ¿Quieres saber cuáles son, querido lector? Te los menciono y son: la credibilidad, la convicción, la certeza, la seguridad, la firmeza, el convencimiento total, la esperanza segura, la garantía y veracidad de Dios.

Si bien Roberto sabe que la fe es una parte esencial de la piedad porque la piedad es más inteligente que el odio, él odia la vida que le ha tocado vivir por fuerza mayor. Entre la maldita pandemia y haber perdido su trabajo de camarero en un hotel para turistas, pues no es para menos que él se sienta afligido. La estrella de la fe al darse cuenta del inmenso descontento de Roberto le advirtió que el odio no disminuye con el odio, sólo éste disminuye con el amor. Pero Roberto, un tanto amargado, le pidió que se dejara de darle sermones baratos. Pero la estrella de la fe tercamente siguió hablándole y lo retó preguntándole si él se consideraba una persona inteligente, a lo que él le dijo alzando la voz: "¡Claro, que sí!". Pues bien, la estrella de la fe seriamente le contestó que el odio es un sentimiento que sólo puede existir en ausencia de toda inteligencia. Es más, también le dijo que cuando nuestro odio es demasiado profundo, coloca no sólo a Roberto, sino a ti, querido lector, y a mí también muy por debajo de aquellas personas que odiamos. 

Al terminar de decir estas palabras la estrella de la fe miró largamente a Roberto y él avergonzado bajó su mirada y murmuró cansado: "Yo no he nacido con estrella. Más bien, he nacido estrellado". Pero como la estrella de la fe no es vengativa ni le guarda rencor alguno a Roberto, terminó diciéndole estas palabras que quizá te sirvan también a ti, querido lector: "No vayas sin amor por la vida aún cuando te toque franquear una alta montaña llena de muchos problemas que te obligue, por momentos, a subir difícilmente por ella. Es más, no apagues tu estrella interior para que ella te guíe y ayude a enncontrar el mejor camino mientras vas cuesta arriba porque mientras más alto subas, más cerca del cielo estarás. Recuerda que tanto el cielo como el infierno está en nosotros. Tú escoge." Roberto rindiéndose ante la sabiduría de la estrella de la fe, se prometió a sí mismo reescribir su propia historia de vida de mejor manera para así hacer reaparecer a las estrellas de su universo interno. Y es que las estrellas son como los niños porque nunca hay demasiados. Y Roberto está tomando conciencia que a pesar de sus problemas de persona adulta no debe dejar de perder al niño que vive en  él y que tanta falta le hace para recuperar su fe perdida. 

Antes de terminar, te comento que después que Roberto hablara con la estrella de la fe, recibió la llamada de una buena amiga que trabaja en el observatorio astronómico de la ciudad donde él también vive. Ella le preguntó si él estaba interesado en trabajar por las noches de  vigilante aunque éste esté cerrado al público. Roberto aceptó inmediatamente. Después de colgar el teléfono, su niño interior empezó a brincar de la alegría alrededor de la estrella de la fe.

 

MARiSOL

sábado, 21 de noviembre de 2020

Don Poder y Doña Corrupción

Esta es la historia de amor entre Don Poder y Doña Corrupción. ¡Ay! Más que una historia de amor, es de pasión. Si bien la pasión es una cualidad auténticamente humana, para tu información esta palabra tenía en origen un sentido negativo; proviene del latín "Passio" y alude a la "acción de padecer". Lo que esto supone una perturbación o afecto desordenado del ánimo. Sin embargo, hoy en día esta palabra goza de gran prestigio ya que no sólo se le ve como un estado emocional envidiable, sino que muchos la consideran como la verdadera razón de vivir.

Pues bien, Don Poder y Doña Corrupción viven su amor pasional de manera desenfrenada; se revuelcan a escondidas no sólo en las camas de presidentes, congresistas, empresarios, generales, cardenales y de muchos otros más, sino también hacen alarde ante todos ellos de lo que realmente les une: el dinero. Si bien en un comienzo ellos dos creían que el dinero lo hacía todo, después ambos terminaron haciendo todo por dinero hasta manchar, sin escrúpulo alguno, sus manos con sangre, de ser neceario. 

Me  imagino que de sobra sabes quién es Don Poder. En caso, lo ignores, te lo presento: Él sabe que no es un medio, sino un fin en sí mismo. Igualmente sabe que él es como un explosivo: o se maneja con cuidado o estalla. La verdad que Don Poder es muy audaz porque se mueve entre cumbres y precipicios. Por este motivo lo adora a morir Doña Corrupción (a quien también se le conoce, entre sus seguidores, como Doña Soborno).  Yo, personalmente, la tengo a ella de lejos porque tiene un espíritu corrompido donde no cabe el honor. ¿Y sabes por qué ella me cae tan mal? Porque el honor es la conciencia externa y la conciencia es el honor interno, y una persona sin honor genera sólo grandes problemas, sobre todo, a los demás.

La verdad que Don Poder y Doña Corrupción me caen muy mal porque cada uno de sus movimientos, bien calculados, los realizan ni por honor, ni por amor, sino por dinero. ¡Aj! Y es que ambos saben que el dinero es la llave que abre todas las puertas, así éstas sean las del mismísimo infierno. Y es que el dinero no es nada, pero cuando se tiene y mucho, ya es otra cosa, ¿verdad? A la larga, el dinero si bien evita preocupaciones también, aunque parezca mentira, las atrae tarde o temprano. Y, sobre todo, si es un dinero mal habido.

¿Y que opina Doña Corrupción a todo lo que digo yo? Ella me mira exasperada. Prefiere que yo guarde silencio porque ella sabe bien qué imagen da realmente ante los ojos del mundo. ¡Ay! Doña Corrupción está alterada porque no quiere que yo la desenmascare porque muy bien sabe que a través de su naturaleza coercitiva ella termina atrapando no sólo a personas de rangos inferiores, sino también de rangos superiores mientras ellos recaudan sobornos para mantener su propia posición sea en el ámbito político, empresarial, policial, militar, sanitario, religioso, etc. Por este motivo, Doña Corrupción necesita de Don Poder para causar así daños significativos en desmedro de la sociedad en general. ¡Ay! Sólo así ambos pueden sentir desesperadamente orgasmos y éxtasis inigualables cuando se encuentran a escondidas para amarse no sólo intensamente, salvajamente y obsesivamente, sino desenfrenadamente.  O lo que es peor, sin tener consideración por el daño que se pueden ocasionar a sí mismos o hacia los demás.

Pero ¡ojo! Tanto Don Poder como Doña Corrupción no deben olvidar que si se descuidan, al final, yo, quien soy la Moral, los puedo, llegado su momento, enviar presos. ¿Y sabes por qué? Pues, porque yo soy el resultado de aceptar la verdad y la justicia en todas partes del mundo. Porque, al fin y al cabo, la verdad y la justicia no tienen fronteras. Y no es porque las fronteras representen el este o el oeste, sur o norte, sino porque es allí donde todo ser humano se enfrenta a un hecho... como el hecho de tener conciencia moral, porque la conciencia moral es aquella voz interior que nos obliga a actuar de una forma y también nos dice si son correctas o incorrectas nuestras acciones. Es así, como yo, me considero en la capacidad de juzgar como buenas o malas no solo tus acciones, querido lector, sino también las de Don Poder y Doña Corrupción.

MARiSOL

jueves, 19 de noviembre de 2020

La verdad y la mentira

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La verdad y la mentira han entrado en competencia por conquistar los medios de comunicación. Desde hace ya mucho tiempo ambos están en pugna. Y nosotros sin saber a quién creer. Ni la esperanza ni la fe están por la labor de abrirnos los ojos. Entonces, ¿quién o qué es el que nos debe ayudar? Aunque te parezca mentira es la justicia divina la que podría entrar en acción. Y, sin embargo, ella nos deja, a propósito, en completa oscuridad porque somos nosotros los seres humanos los que tenemos que saber enfrentarnos, tanto a la verdad como a la mentira, sin su ayuda.

Es evidente que existe la verdad aunque se quiera pensar lo contrario o negarla del todo. La verdad es lo que es. La justicia divina sabe que el que niega que existe la verdad, conoce que la verdad existe. Increíble, ¿verdad? Y es que en la verdad no puede haber matices. Mas en la mentira o en la semi-verdad, ¡claro que sí! ¡Ay, es que la verdad puede ser tan incómoda!

La mentira no pudiendo reprimir su enojo le hizo saber a la verdad, a quien le cae súper antipática, que amar la verdad por amor a la verdad es de estúpidos porque el ser humano no es perfecto ni nunca lo será. Por tal motivo ella, la mentira, existe, para enfrentarnos a nuestras debilidades como la falta de moral o de conciencia. Y aunque la mentira sepa que la verdad es la semilla principal de todas las virtudes, ella no la quiere de amiga, sino ¿qué sería de ella? La mentira está convencida que ella es una forma de talento, quizá porque en buena medida el talento es una cuestión de insistencia. Y la mentira es terca. Ella sabe bien que de tanto repetirla como un mantra resulta siendo verdad para los ingenuos. Por no decir, tontos.

Dios, ¿en qué debo creer? Los medios de comunicación nos zarandean de un lado a otro, nos bombardean con distintas noticias. Hacen lo que quieren con nosotros. Unas veces nos quitan la venda de los ojos y otras nos la colocan con mucho cuidado para no dejarnos ver la verdad... ésa necesidad incondicional de todo ser humano que no todos la aprecian y entienden en toda su magnitud sea por rabia, miedo o conveniencia.

Y aunque la verdad sea más importante que los hechos porque aunque los hechos sean muchos, la verdad es solo una, te hago saber, querido lector, que  una verdad mal intencionada es peor que una mentira.  Entonces, ¿en qué quedamos? Mejor dicho, ¿con cuál te quedas? Pues yo, sinceramente, con la verdad. Y ¿sabes por qué? porque la verdad no es hija de la autoridad, sino más bien del tiempo. ¡Ay! La mentira está furiosa. Sabe que el mayor amigo de la verdad es el tiempo. ¿Y cuál  es su peor enemigo? Pues, el prejuicio. Y sabes ¿por qué? porque éste está mucho más lejos de la verdad que la pobre ignorancia (aquella que no es necesariamente la ausencia de conocimiento, sino de negarse a adquirirlo). 

Definitivamente la verdad y la mentira son amigas de mentira y enemigas de verdad. Tal vez está en tus manos decidir de quién te haces socio(a). Si bien la verdad puede ser, por momentos, desagradable, la mentira lo es aún más porque rompe la confianza, porque mentir no siempre funciona como queremos, porque la mentira es síntoma de un problema más grande, porque mentir crea estrés y, porque finalmente, una mentira lleva a la otra. ¡Ay! si bien la vida es difícil, sobre todo, cuando uno encuentra paz con un mismo al decir la verdad pero miente para estar bien con los demás, recuerda, querido lector, que con los mismos labios que rezas u oras, los usas para mentir o para decantarte por la verdad. Tú escoges.

La verdad me mira triunfante porque sabe que yo no deseo hacerme cómplice de la mentira. He comprendido que mientras la peor verdad sólo cuesta un gran disgusto, la mejor mentira cuesta no sólo pequeños disgustos, sino un disgusto grande tarde o temprano. Y mientras el tiempo me sonríe, la mentira estalla en llanto pues, poco a poco, logra entender que el bien de todo ser humano consiste no sólo  en estar en la verdad y en realizar la verdad, sino porque ella, la verdad es más querida. ¿Y sabes por qué? porque sólo se accede a la verdad a través del amor: la única fuerza y la única verdad que hay en esta vida.


MARiSOL