miércoles, 22 de febrero de 2017

El tatuaje




Cada vez que la noche llega excitada para ayudar a Eliana a emigrar sobre su almohada al mundo de los sueños, ambas se vuelven felices cómplices. ¡Ay, qué mala costumbre ambas tienen! ¿O será que yo estoy celosa porque ambas se entienden muy bien porque yo no logro emigrar a ninguna parte y sólo  a la parte más oscura de mi alma?

Y cuando Eliana cae en esa trampa deliciosa, según ella, envuelta en nubes cargadas de viejas melodías románticas, Eliana me hace saber que ella le consiente a la noche a que la convierta en una prolongación irrefutablemente bella de sus propios sueños. 

Yo creo que todo se reduce, a duras penas, a puras especulaciones porque no hay nada de certezas. Yo no sé si Eliana realmente me miente para hacerme sentir a mí pequeña ante la noche. No sé si tampoco mi ignorancia es fantasmal o si Eliana arrastra una inocencia impuesta, a propósito, por la noche o si la noche y Eliana están reemplazando las definiciones del amor a mis espaldas.

- ¿No será un disparate todo lo que aquí me cuentas? - le pregunté a Eliana un tanto excéptica.
- Qué lástima que no me creas - me contestó Eliana. Y luego continuó hablando - Yo tengo el alto privilegio que la noche se comunique de la manera que lo hace conmigo porque ella sabe que yo tengo una inscripción tatuada en mi alma y como, por momentos, me duele este tatuaje, ella viene a consolarme para mitigar mi dolor. Si bien José ya no me ama, ya no le guardo  a él ningún rencor. Prefiero rescatar los buenos momentos. Los malos no me sirven para nada; sólo seguirían envenenando mi alma y no me dejarían dormir como a ti.
- ¿Y por qué la noche no viene a hacer lo mismo conmigo? - le pregunté enfadada a mi amiga.   
- Pues, porque tu corazón se ha vuelto de piedra. Tú ya no crees más en el amor. Tu decepción y rabia te tienen esclavizada.
- ¡Oye! Nada dura para siempre - le respondí bastante seria.
- Lo sé - me hizo saber Eliana. Pero no hay mejor cosa que saber perdonar. Y tú sigues odiando a Mario.
- Por lo pronto, yo puedo perdonar, pero no olvidar  - le dije bastante convencida de mis palabras. Mario me hizo mucho daño.

Eliana me miró con cariño y luego me hizo saber que no es saludable sólo tener en cuenta las limitaciones y defectos del otro. Hay que aprender también a saber reconocer nuestras propias limitaciones y defectos. Además si uno no las toma demasiado en serio  y les quita importancia, puede uno vivir más tranquilo y ...

La noche se apareció de improviso ante las dos y me dijo a mí, sobre todo, que ablande, de una vez por todas, mi corazón. Me hizo saber que lo mejor que yo podría hacer es inscribir todos los agravios hechos por Mario en el polvo del olvido y, más bien, inscribir como un hermoso tatuaje la palabra de bien llamada "Perdón" en la punta de mi lengua un tanto mordaz e hiriente.

Al yo bajar la cabeza y dejar mi soberbia de lado, la noche me prometió que ella vendrá a visitarme y me prometió también que yo tendré un sueño reparador que hará que yo me levante al día siguiente con el espíritu más alegre que amargado dejando el pasado de lado para vivir en armonía con mi presente.

Eliana espera ese cambio en mí. Mi insomio, mi almohada y yo también. 


MARiSOL






Imagen sacada de Bing




martes, 21 de febrero de 2017

Aplaudiendo a la Felicidad




"Aunque mis preocupaciones o penas me dejen, por momentos, paralizada y sin fuerzas de seguir, quiero ser feliz. Acaso ¿es un pecado decir que yo quiero, a toda costa, ser feliz? Más bien creo que es un deber el que tengo conmigo misma. Y aunque no me sienta feliz todos los días, me resisto a ir por la vida con la cabeza gacha. Y, más bien, aplaudo, hasta que me duelan las manos, para animarme a seguir caminando por la vida con una sonrisa en los labios aunque a otros no les guste".

Esto es lo que Antonia pensaba mientras observaba como mucha gente caminaba sin sonreír a su lado. ¿Tendrían realmente motivos para estar todos así o es sólo una mala costumbre esto de mostrarse serio cuando uno se encuentra caminando en la calle? Ingenua ella no es en pensar que, lamentablemente, hay calles peligrosas en cualquier lugar del mundo. Pero ella no quiere pensar en peligros, sino en nuestra actitud de positivismo hacia la vida.

Hoy día, creo yo, que Antonia debe aplaudirse a sí misma por haber sonreído, pero no para darse fuerza para ser feliz, sino por haber sonreído a toda aquella persona desconocida que pasó a su lado aunque ella no tenga, por el momento, motivos para levantar en dirección al cielo la comisura de sus labios. Ella bien sabe que no se trata de ausentar la preocupación o el dolor de nuestras vidas, sino se trata de saber vivir con ellos nos guste o no. 

Además, creo yo, que tampoco se debe esperar por una felicidad demasiado grande porque esto es un gran error; es un obstáculo para nuestra propia felicidad porque ésta no se encuentra en ningún futuro. Más bien, se encuentra acá y pasa todos los días al lado nuestro. Y sólo está en nuestras manos aplaudir fuerte para vencer nuestras preocupaciones o tristezas para que la felicidad se acerque a nosotros y así nos acompañe, más a menudo, en nuestro camino de vida ahora y siempre sin disminuir la felicidad de los otros. 

Después que terminé de escribir estas palabras, Antonia me sonrió. Y tú, querido lector, ¿quieres que te aplauda por haber sonreído hoy día? Sólo necesitas quince músculos para sonreír mientras cuarenta músculos son necesarios de usar para arrugar la frente. Soy de la opinión que si somos capaces de sonreír aún en momentos difíciles, es porque poseemos la sabiduría de la vida. Yo, por el momento, me encuentro muy lejos de haber alcanzado este nivel. Soy principiante, pero deseo ser una buena alumna igual como Antonia.


MARiSOL


 


Imagen sacada de Bing

viernes, 17 de febrero de 2017

Bajo las farolas


 http://sobrefotos.com/wp-content/uploads/mujer-y-farola-con-sus-sombras.jpg

Mientras la soledad se pasea bajo las farolas de mi ciudad, su sombra se proyecta mucho más grande de lo que realmente es. Mientras unos le temen a la soledad, otros la buscan a propósito porque ella es igual de silenciosa que la luz. Es así como bajo las farolas, la soledad me pide que no le tema ni a su sombra ni a la mía propia. Al preguntarle por qué, ella me contestó lo siguiente:
- Mira, lo que tú llamas sombra no es más que la luz que tú no ves por fuera porque la luz que sí te permite verte por dentro no está vestida de ninguna sombra. Por este motivo estoy acá para recordarte que yo, la soledad,  soy necesaria para tu crecimiento personal. Soy la que le da forma a tu espíritu, la que te hace meditar, la que te lleva a la fuerza hasta el fondo de tu alma para que intentes saber quién realmente eres tú.
- Pero, ¡a mí tú no me gustas! - le hice saber disgustada.
La soledad, después de regalarme su sonrisa, me dijo con voz muy segura:
- Tú bien sabes que la soledad, en este caso, la tuya, es y siempre será una experiencia inevitable que te acompañará, muchas veces, en el camino de tu vida. Hay momentos que yo, la soledad, soy la mejor compañía que cualquier ruido ensordecedor de voces vacías de contenido. Esas voces que sólo están allí para rellenar de manera superficial tu soledad.
- Pero a mí me gusta verme rodeada de gente amiga - le dije sin estar muy segura de mis palabras.
- Tienes que reconocer que lo que me estás diciendo no es del todo cierto. No siempre puedes estar rodeada de gente; siempre habrán momentos donde estarás sólo contigo misma - me dijo la soledad y luego continuó hablando - Tu desconfianza hacia mí te vuelve más solitaria y así nunca podrás sentir la sed de la verdad ... esa verdad que puede esconderse tras cualquier sombra pero que no podrá extinguirse hasta que tú no te conozcas del todo bien.
- ¡Explícate más claro que no te entiendo! - le grité un tanto molesta. ¿Por qué la soledad se empeña en que yo me conozca bien?
La soledad me hizo saber que si bien el ser humano es un ser social, ella me ayuda a estar no sólo en contacto conmigo misma, sino a desarrollar una sensibilidad que me ayude a conectarme también con Dios porque Él es esa luz que me guía para que mi espíritu sea capaz de vencer las malas influencias a las que estoy expuesta porque lamentablemente no todo lo que me rodea me influye de manera positiva. La soledad me hizo saber también que yo no debo volverme un producto de otros, sino ser yo ser mi propio producto para entregárselo a otros con dedicación y cariño sin sombras competitivas o vestidas de envidia o maldad de por medio.

Me doy cuenta que si bien estamos rodeados de padres, hijos, hermanos, primos, tíos y amigos ... hasta enemigos, la soledad está allí para ayudarnos a comprender el motivo del por qué estamos aquí. Ninguno de nosotros estamos en la Tierra para crecer bajo sombras, sino bajo la luz de la verdad ... esa verdad que nos ayuda a crecer para así poder crecer de manera positiva no sólo en el amor, sino para expresar nuestros talentos y virtudes para así compartirlos con otros porque si nos quedamos sólo mirando a nuestros sueños y no los hacemos realidad, terminaremos siendo sólo sombras. 

La soledad me sonrió complacida. Ella, en este momento, está a mi lado, para ayudarme a a evolucionar como ser humano hasta haber aprendido a saltar sobre mi propia sombra para evitar de arrojársela a otros con violencia u odio, porque al final, se la arrojaría a la cara de Dios.
 
MARiSOL




sábado, 11 de febrero de 2017

El ruido del silencio

 

Quiero que sepas que, dentro de un momento, empezaré a guardar silencio por un par de horas. Voy a desconectar mi teléfono celular. No voy a prender ni la radio ni el televisor ni tampoco prenderé la computadora.
- ¿Y por qué? - me preguntó curioso un pajarito cantor que se me apareció de improviso y al que recibí con cariño porque él es mi "alter ego".
Yo le hice saber que quiero comprobar si es cierto que el silencio es el ruido más fuerte de todos los ruidos. 
- Pues, yo no creo que sea verdad lo que tú piensas - me refutó el pajarito cantor mientras me miraba hasta el fondo de mi alma.
Luego de sonrojarme nuevamente el pajarito cantor siguió hablándome y me hizo saber que él considera que mi silencio es un arma de doble filo.
Y al yo decirle que no lo entendía, el pajarito cantor me explicó que si tengo la intención de mantenerme callada por unas horas, él no cree que no es tan solo para comprobar si mi silencio es el más fuerte de todos los ruidos. Hay algo más ...
- Tienes razón. Te he mentido - le respondí avergonzada.
- En realidad, tú, a través del silencio, quieres estar sumida en tus pensamientos para verte mejor. ¿No es cierto? - me preguntó el pajarito cantor.
- , has acertado - respondí sonrojada.
- Esta clase de silencio es el que me gusta más - dijo mi pajarito cantor - puesto que es como una especie de oración donde nos comunicamos con nosotros mismos para hacer un balance de nuestros propios pensamientos, de lo que decimos o dejamos de decir, de lo que hacemos o dejamos de hacer. Además, ¿no será que no es el silencio, sino tu corazón el que está lleno de ruidos tristes que suenan a gotas saladas cuando caen al pie de tus preocupaciones? - me preguntó el pajarito cantor mientras examinaba mi alma.
Bajé la mirada. El pajarito cantor había leído mis pensamientos. Las palabras sobraban. No había necesidad de contarle a mi "alter ego" los motivos que tengo para guardar silencio. Pero antes que yo deje de hablar, el pajarito cantor me hizo recordar que la vida, a pesar de todo, es bella y merece seguir no sólo hablando por y para ella, sino también a través de ella. Lo tendré presente cuando rompa con mi silencio. 


 Marisol






 
 

jueves, 2 de febrero de 2017

Haciendo cábalas





Entre el deseo de otorgar y el deseo de recibir puede haber un gran abismo. En mí está acortar la brecha que las separa. Entender la vida quiero. Esa vida que cobra sentido cuando nos relacionamos unos con otros de manera sincera. Y es que la doctrina cabalística sostiene que el universo funciona según principios que, si son entendidos y aceptados por el ser humano, logran mejorar la vida y permiten alcanzar la plenitud. Pero son tan pocos los que pueden alcanzarla. ¡Ay, ni tú ni yo lo hemos logrado! No sé si yo consiga lo que quiero, pues, por momentos, mi amuleto deja de funcionar. Será porque entre mis cálculos superticiosos, conjeturas y suposiciones tú, por el momento, ya no te encuentras presente, y menos, aunque me avergüence reconocerlo, entre mis intrigas o tramas. ¡Ay! La decisión de separarme de ti,  para rehacer mi mundo interno, creo que es la correcta. Es que en este viaje de descubrimientos quiero conectarme con el Creador, y sin intermediarios de por medio, para que mi compás interno me lleve por el camino correcto a seguir aunque me obligue, de por vida, a vivir sin ti. ¡Ay! Samuel, te extraño, pero porque te quiero y me quiero, te dejo por el bien de los dos ...

Mientras Regina se encontraba echada en la tina tomando un baño caliente, estaba no sólo haciendo cábalas, o mejor dicho, haciendo cálculos o especulando con posibilidades o causas mientras pensaba en Samuel. Ella se había separado de él por diversos motivos. Muchas veces los motivos sobran cuando se rompe una relación a expensas que nuestro corazón quede hecho trizas. 

Yo sé que Regina no se siente bien, pero ella se ha separado de Samuel porque él no puede darle lo que ella desea. El dinero no es importante para ella. Es más que eso ... En el fondo, el reflejo de él ya no le convence. Había sido una idea ingenua de ella en querer pensar que Samuel era el hombre ideal. Sé también que Regina se ha separado de él para no reprocharle el fraude al cual ella se había expuesto durante sus dos años de relación.  Ella necesita tiempo para repensar si el fraude es renegociable o no. Durante este tiempo Regina, mujer joven de 23 años, había sido su amante secreta. Y ella ya no quiere vivir detrás de la máscara. Samuel, hombre de 45 años, ha estado acostumbrado a ir a venir a sus anchas; cuando él llegaba de sus viajes de negocios, buscaba a Regina y luego él desaparecía por semanas sin decir nada (demás no está decir que Samuel tiene cuatro hijos y está divorciado dos veces, pero si está casado nuevamente lo ignoro). Es así como Regina ha decidido arrancarse la máscara que ella ha llevado puesta durante este tiempo. Si bien mi amiga no quiere mentirse más así misma, sinceramente yo espero que ella conozca a otro hombre, más joven, y que la ame sin esconderse de nadie, mientras ella trata de entender (como yo también) la sabiduría de la Cábala. 


MARISOL






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Y acá este vídeo que no tiene que ver con cábalas, pero sí con la tina y un amor ...





Pintura de Frida Kahlo sacada de Bing