lunes, 17 de marzo de 2014

El regreso del cangrejo

 
Toc Toc. ¿Quién podrá ser? pensó Nancy y al abrir la puerta de su casa  se quedó de una pieza. ¡Ay! Era el cangrejo. Allí estaba él mirándole fijamente.


-  He venido a hacerte una visita - le dijo el cangrejo seriamente.
- Pero, yo no te voy a dejar entrar  - le respondió agitada Nancy y respirando hondo después le dijo - Hablemos afuera, mejor. No quiero que nadie de mi familia se entere que tú te encuentras aquí nuevamente.
- Muy bien - le dijo el cangrejo. Nancy cerró la puerta tras de sí y salió al porche. Le temblaba todo el cuerpo. 
- Como verás - le dijo el cangrejo - Tenemos aún un asunto pendiente.
- ¡No! - Que yo sepa tú y yo quedamos en que tú nunca más regresarías - habló Nancy en voz baja pero con rabia.
- En realidad, yo  te dije que te dejaría en paz si tú no hablabas mal de mí - le dijo seriamente el cangrejo. Y ayer rompiste tu palabra.
- ¡Perdóname! - le contestó Nancy nerviosa
- Ayer escuché que le dijiste a una amiga, que te visitó por la tarde, que no se preocupara por ti porque yo había muerto en combate contra ti hacía tiempo y te reíste fuerte. Molesto estaba el cangrejo.
-  ¿Cómo pudiste escucharnos? Yo pensé que vivías lejos y que nunca más te volvería a encontrar - le dijo Nancy nerviosa.
- Pues, te equivocas. Yo rondo tu casa desde que nos conocimos. Y ayer mientras pasaba cerca de ésta, escuché la conversación entre tu amiga y tú. Estuvieron aquí sentadas afuera en el porche conversando animadamente. Y como no me gustó lo que dijiste de mí, ahora vengo a demostrarte que la que va a perder el combate, tarde o temprano, serás tú, te guste o no - siseó el cangrejo. Sus ojos los tenía clavados sobre ella.
- ¡Perdóname, nuevamente! No volveré a decir nada en contra tuyo - le suplicó Nancy. Su fortaleza se había desvanecido por completo.
- ¡Mira! Vendré de nuevo sin previo aviso, igual que ahora. Sólo que para la próxima vez no vendré solo, sino acompañado por otros cangrejos. Todavía no sé cuántos estarán junto a mi lado.
- ¡No! ¡Por favor! La voz de Nancy se comenzó a quebrar como un pedazo de madera podrido. Sabía que el cangrejo hablaba en serio.
- Si te resistes a mi próxima visita, vendré más rápido de lo que te imaginas, pero si no opones resistencia, te dejaré un buen tiempo tranquila y decidiré en qué momento te toco nuevamente la puerta.
- ¡Está bien! Tú ganas - dijo entre lágrimas Nancy.
- ¡No, señora! El combate todavía no lo he ganado. Éste lo ganaré llegado su momento. ¡Ah! Por ahora, disfruta de la vida, de tu familia y amigas. Vive intensamente, Nancy. Y después de decir estas palabras el cangrejo se fué silbando.
Nancy después de escuchar las palabras del cangrejo avisó a su familia que se iba un rato a caminar por la playa. Ella no solamente quería llorar a solas, sino que ella quería pensar en algún plan de combate. ¿Lo ganará? Esperemos que sí. 

MARISOL 

 

 Imágenes sacadas de bing