martes, 12 de abril de 2011

La llamada telefónica y algo más...


Marylin le había prometido a su  hijo Conrad de 17 años que lo recogería del psicólogo a las 7 p.m. Ya era su tercera cita. La pubertad lo tenía confundido y necesitaba desenredar sus nudos emocionales con ayuda profesional. Tanto Marylin como su esposo lo único que deseaban era que su hijo encontrara paz en su mundo interno para que así saliera adelante. Y ellos, por su parte, hacían lo que podían para apoyarlo aunque, por momentos, no fuera fácil.

Como Marylin había llegado un poco antes de la hora, aparcó su auto como a unos veinte metros de la entrada principal del edificio; su hijo recién saldría en diez minutos. Así que como Marylin tenía tiempo,  marcó el número de teléfono celular de su amiga Gabriela. En realidad, las dos habían quedado de hablarse por teléfono recién al día siguiente. Pero las ganas de Marylin de escuchar la voz de su amiga eran tan grandes que la llamó sin pensarlo dos veces. Marylin cerró los ojos mientras el celular sonaba. Ring... ¡Qué ganas de verla!

http://us.123rf.com/400wm/400/400/4774344sean/4774344sean1008/4774344sean100800408/7623801-joven-morena-usando-su-tel-fono-celular-mientras-se-conduce-en-su-coche.jpg -¿Aló Gabriela? Marylin se sentía aliviada de poder hablar con su amiga.
- Sí, ¿qué pasa? - respondió sorprendida Gabriela. Habíamos quedado en hablarnos recién mañana. Estoy por entrar al kindergarten. Tengo una reunión de padres de familia. Te lo comenté la última vez que conversamos.
 

Marylin sabía que Gabriela tenía razón. Ella se había olvidado de este detalle. Por un momento se preguntó dónde quedaría el kindergarten donde su amiga  trabajaba. En alguna oportunidad, hacía tiempo ya, Gabriela se lo había comentado, pero ella no se acordaba. Su memoria le fallaba en este preciso momento por partida doble. Es así como Marylin se disculpó con Gabriela y terminó colgando. Ambas quedaron en que se hablarían al día siguiente como acordado.

Bueno, pues, en el momento en que Marylin apagaba el celular, abrió los ojos y al mirar a través de la ventana del auto, del lado del conductor, vió a una mujer de perfil igual que Gabriela que mientras guardaba su celular en su cartera, entraba ella junto con otra mujer al mismo edificio del cual su hijo tenía que salir en cualquier momento.

Marylin tan sorprendida estaba que bajó el vidrio de la ventana y gritó: "¡Gabrieeeelaaaaa!" Pero su amiga no la escuchó. Dos mujeres que se encontraban conversando en la calle frente al edificio la miraron. Marylin se sintió avergonzada. ¿Se estaría volviendo loca? ¿Había sido solamente su imaginación? ¿Acaso una Fata Morgana?

Cuando Conrad, por fin, salió, medio minuto después que Gabriela entrara al edificio, Marylin bajó del auto. Ella le pidió a su hijo que se quedara junto al auto mientras ella entraba corriendo al edificio. Las explicaciones se las daría, pero ahora no podía perder tiempo.  Ya adentro del edificio Marylin se dió cuenta que no lo conocía y dejándose llevar por su instinto entró a un patio; al lado de éste había otro edificio; en la planta baja había un kindergarten. Marylin se acercó y al mirar a través de una ventana grande vió a su amiga. Después que sus miradas se cruzaran, Gabriela abrió la puerta del kindergarten y exclamó:

- ¡Increíble! Eres bruja. ¿Qué haces acá? 
Marylin le explicó el motivo por el cual ella había venido: a recoger a su hijo. Era una gran casualidad que el consultorio médico  y el kindergarten coincidieran en una misma dirección.
Las dos emocionadas con lo sucedido, se abrazaron. Luego se despidieron rápidamente. No era la primera vez que se veían en una situación así...

Indudablemente que las ganas de Marylin en escuchar la voz de su amiga Gabriela fueron tan grandes que la terminó viendo aunque fuera por un instante fugaz.

Marisol 

Ahora yo te pregunto: ¿crees que esta situación se puede dar en la vida real? Mi respuesta es aunque te parezca mentira, yo la he vivido el viernes 8 de abril alrededor de las 7 p.m. Y por este motivo la relato en forma de cuento porque quiero compartir lo vivido aquí contigo.
 
Imagen sacada de