jueves, 29 de diciembre de 2016

Un nuevo año




En todo nuevo año se concentran muchas expectativas, nuevos sueños, nuevas metas, pero, la verdad, que muchas veces, no todo podemos hacerlo realidad. Y la verdad que no lo digo amargada. Todo lo contrario, lo digo con la conciencia de saber de lo que hablo. Al hacer el balance del 2016 me doy cuenta que es mejor vivir el día a día sin pensar mucho en lo que está por venir porque lo que viene  no viene como uno siempre quiere. Así que mejor prefiero vivir con la alegría de seguir viviendo con todo lo bueno y malo que la vida me brinda. Quizás ella no está para brindarnos nada, sino, más bien, para retarnos a aceptarla cómo ésta se nos presenta. 

Mónica sabía que  tiene motivos para estar agradecida con la vida aunque ésta no sea tan benevolente con ella desde hace unos meses. Y es que el año que está por dejar su trono para entregárselo al 2017, no la ha tratado bien del todo. Más bien, la ha retado hasta la desesperación. Entrar en detalles no quiere Mónica porque si abre la boca un profundo abismo se colocaría entre ella y mis lectores. Es mejor ver a la vida con ojos benevolentes a pesar de todo ...

¿Y tú, querido lector, estás esperando a que la vida te quiera o tú, más bien, la quieres bien aunque ella, por momentos, te defraude? Escuchar tu respuesta no quiero. Más bien te deseo un Feliz Año 2017. Y aunque suenen huecas mis palabras, créeme que éstas son sinceras. Espero que hagas realidad lo que tengas que hacer realidad y cambies lo que tengas que cambiar. También espero que sigas adelante aunque la vida nos resulte, algunas veces, difícil de vivirla. 

Lo cierto es que la vida es un verdadero milagro que hay que celebrar por todo lo alto. ¿No crees? Yo lo pienso hacer aunque, por el momento, muchas ganas no tenga, pero como tengo un compromiso con ella, lo haré contra viento y marea. Y aunque parezca contradictorio he de agregar que me alegro cómo la vida me reta porque me siento viva aunque, por momentos piense que ésta parece, más bien, una película mal montada.

Quiero creer que el nuevo año, que está por empezar, será más feliz que el anterior. Así lo deseo para yo poder seguir viviendo porque la felicidad no está en sólo vivir, sino en saber vivir poco a poco.


 MARiSOL









miércoles, 7 de diciembre de 2016

La estrella de Navidad


 


La estrella, que acabo de colocar sobre mi árbol navideño, no quiere, por ningún motivo, estar posada sobre éste.
- Pero, ¿por qué? - le pregunté completamente anonadada de su protesta.
- Pues, porque el árbol que has comprado es bien feo. Y como no me gusta nada, no quiero yo lucirme con él. Me da mucha vergüenza - me contestó cortante la estrella.
- Mira, tengo motivos para no haber comprado un árbol mucho más caro.Trata de entenderme, por favor - le dije.
- Pues, yo presento mi queja: En primer lugar, porque él no está a mi altura y en segundo lugar  porque siempre tú has comprado árboles caros y grandes. Tú bien sabes que yo no sólo represento a la estrella de Belén, sino que juego un papel importante y misterioso en la celebración del nacimiento de Jesús. Así que merezco otro árbol y no éste pequeño y nada frondoso - me dijo usando una voz déspota y tirana la estrella. Mientras ella había estado hablando, escuché que el árbol sollozaba. Y yo no podía reprimir las lágrimas.
- Pues, ¿sabes qué te digo? - le dije rabiosa a la estrella - En este preciso momento voy a salir a comprar otra estrella. Una que realmente tome en serio su papel, aunque no sea tan bonita como tú; lo único que me demuestras es que te sientes como una estrella de Hollywood, una diva huachafona y nada más. Al terminar de hablar sofocada y molesta como yo estaba, liberé al árbol de semejante estrella  antipática.
- ¡Pero, ¿a dónde me llevas? - gritó histérica la estrella. ¿No me vas a colocar en la caja con los demás adornos navideños que este año no has querido usar?
- Tengo una mejor idea. En lugar de meterte en esa caja, pues allí no estarías sola y, además, el sótano está abrigado, te voy, más bien, a sacar al jardín y te voy a colocar sobre un pino todavía chico que tengo allí.
- ¡Nooooooo! No quiero sentir frío - gritó la estrella. Además, en ese rincón del jardín donde está ese pino, del cual hablas, está solo y abandonado y se encuentra cerca de los basureros.
- Pues, yo no creo que el frío de afuera sea más frío que el tuyo, sobre todo, el que sale de tu alma. 

Cuando regresé a casa, mi árbol estaba muy contento cuando le enseñé la nueva estrella que había comprado. Por suerte, no sólo ella resultó ser más hermosa y simpática que la anterior, sino que, por suerte, no me resultó cara. La verdad que no estoy en condiciones de gastar más dinero del necesario porque desde hace un par de meses que me encuentro desempleada.  Por este motivo, no deseo perder mi propia estrella interior ... aquélla que alumbra mi camino de vida.


MARiSOL



Te dejo este vídeo animado.
La canción es linda.




Imagen sacada de Bing

sábado, 3 de diciembre de 2016

La cara oculta de la Luna


Todos sabemos que la cara oculta de la Luna es, en realidad, la parte no observable de este astro desde la Tierra ya que sólo miramos siempre la misma cara y no la otra. También sabemos que sólo vemos la misma cara de la Luna ya que ésta rota sobre sí misma mientras gira alrededor de la Tierra. Lo que quiere decir que vemos sólo la misma cara porque su período de rotación es igual al de traslación. Sin embargo, ya se le conoce esa otra cara desde que la sonda soviética Lunik 3 la fotografió el 10 de octubre de 1959 por primera vez. Esta cara está mucho más accidentada que la cara visible. Los científicos dicen que porque este lado de la Luna está expuesto más a la caída de meteoritos. Pero, ¡quién sabe!

Bien, en realidad lo que yo deseo es contarles un pequeño cuento entre la Luna y un faro. Empiezo con un diálogo:
 
- Si bien esta noche tú luces radiantemente hermosa me gustaría saber ¿qué escondes detrás de tu parte oculta? - le preguntó el faro curioso a la luna llena.
- Tu pregunta es demasiado directa y me perturba. Sin embargo, tu piropo sí te lo agradezco - le respond la Luna con voz seria.
- Acaso, ¿no me consideras tu amigo? - le preguntó el faro sorprendido.
- Recién te estoy conociendo. Y si te confío mis secretos me hago tu esclava - contestó la Luna de manera tajante. Ella no estaba dispuesta a hablar más de la cuenta. Se había vuelto desconfiada desde que otro faro la traicionó desde que éste le conociera su otra cara.
- ¿Acaso a un buen amigo no se le cuentan secretos? - le preguntó el faro un tanto contrariado.
- ¿Y quién me garantiza que tú eres un buen amigo? - le contestó la luna con otra pregunta.
El faro la mi aturdido mientras le regalaba su luz y le dijo:
- Tu desconfianza está vestida de mucha soledad. Además, me ofendes.
La luna pensó en ese momento: ¿Y si este faro fuera diferente al otro? 
La duda volaba alrededor de ellos dos.
El faro rompió el silencio y le hizo saber que mientras ella no confíara en él, estaba de más ser amigos. Y terminó diciendo:
- No solamente me pareces infeliz, sino injusta también. No me das ninguna oportunidad para probarte que soy un buen amigo.
- ¿No puedes ser tolerante conmigo? - le preguntó la luna.
- No -respond el faro. ¿Cómo puedo yo ser tolerante contigo cuando tú eres intolerante conmigo y me juzgas de manera equivocada? 
La luna se quedó muda de la sorpresa. Y luego de un buen rato ella le dijo:
- Tienes razón. Dáme tiempo para cambiar mi forma de pensar. ¿Te parece? La decepción sufrida ha sido tan grande que me resulta difícil abrirme hacia ti.
- Muy bien. Le daré una oportunidad a nuestra amistad. Iré a paso lento - le contestó el faro. 
La luna tenía temor de hacerse conocer del todo. pero en la amistad no deben haber secretos.  ¿O acaso, ella se equivocaba?

¿Tú que opinas, querido lector? Yo creo que la Luna debe aprender a no sospechar de una buena y verdadera amistad porque una de las alegrías que nos proporciona ésta es saber en quien confiar, sobre todo cuando hay respeto y cariño de por medio. 

Y, sin embargo como ocurre con la Luna, todos nosotros tenemos una cara oculta, mejor dicho, una cara oscura porque normalmente, la mayoría de nosotros, ofrecemos una buena cara, sobre todo,  en público. Queremos ser lo más agradables posible. Claro, es humano comportarnos así porque, en el fondo, queremos ser aceptados, apreciados, comprendidos por los demás. Pero ese lado brillante suele ser engañoso. Nadie es completamnete perfecto ya que en la vida de todos hay no sólo problemas, sino también carencias, fracasos, errores y hasta arrepentimientos sin dejar de lado un poco de locura o mal genio.

Es por este motivo que el faro debe ser cuidadoso y no ir tan rápido en querer conocer la otra cara de la Luna. ¡Qué sabemos lo que ella esconde detrás de esa cara oscuramente oculta! Aún no sabemos si el faro estará dispuesto a ser su amigo cuando le conozca esa otra cara. Por este motivo la Luna se muestra reservada. Y como, en realidad, yo no la conozco no sé qué secretos ella guardará. Pero la puedo comprender porque yo también guardo los míos propios. Y no te los pienso decir por temor a que me juzgues mal, querido lector. 

Al terminar de escribir estas palabras, la luna llena me sonríe amablemente mientras el faro me mira pensativo. Quizá aún él no ha aprendido a no poner condición alguna en la amistad. O acepta a la Luna del todo, con sus dos caras o la deja de lado. Lo mismo pasa con el amor. Me pregunto si el faro sería capaz de aceptarme a mí también después de alumbrarme con su potente luz el fondo de mi alma ... allí donde viven mis demonios y ángeles no siempre en armonía.


Marisol