jueves, 4 de diciembre de 2014

La rosa y el ruiseñor


Este cuento se basa en el amor fiel e incondicional entre una rosa y un ruiseñor a pesar de sus diferencias ... Érase, pues, una vez  una rosa, de rojo intenso, que enamoró no sólo con su perfume a un ruiseñor y un ruiseñor que enamoró, a su vez, a su rosa, no sólo con su canto. 
Bien, que yo sepa, al ruiseñor lo que le fascinó de la rosa cuando la conoció, la Primavera pasada, no fué sólo su perfume, sino su hermosura. Lo único que a él no le gustó fué la arrogancia de la rosa vestida de espinas; éstas no sólo podían herirlo, sino hasta matarlo ya que eran muy puntiagudas y cortantes. Por este motivo, el ruiseñor sólo se contentó en cantarle canciones de amor mientras aspiraba el perfume intenso que ella despedía. En el fondo, el ruiseñor sufría al ver que la rosa era intocable. Nunca podría ser suya; se tenía que resignar con amarla a través de su canto.

También me enteré que la rosa no sólo se enamoró del canto del ruiseñor. A ella lo que más la conmovió de él, desde un principio, fué su amor incondicional y fiel traducido en sus cantos vestidos de deseos y devoción. Él la veneraba hasta la locura. Pero, ¿y ella? 

Pues, te contaré que, hace un par de meses atrás, al salir a regar a mi jardín me acerqué a mi rosa y al verla triste y preguntarle qué le sucedía, ella me respondió que le había pedido al ruiseñor que no viniera más a visitarla. Te preguntarás por qué. Pues bien, la rosa me explicó que al darse cuenta que la Primavera estaba ya por terminar para darle paso al Otoño y luego al frío inevitable del Invierno, ella como las demás rosas y flores del jardín perderían sus pétalos y caerían en un sueño largo y profundo hasta la próxima Primavera. Y esta pena quería ella evitarle al ruiseñor.

Lo que la rosa no sabe todavía es que el ruiseñor, a pesar de haber escuchado los argumentos de ella, siguió viniendo a mi jardín y le siguió cantando canciones de amor. Yo, por mi lado, como a mí me conmovía ver al ruiseñor al lado de la rosa, le dejaba comida y agua. Hasta le compré una casita y la colgué a un árbol para que allí el ruiseñor se protegiera de la lluvia, viento, frío y nieve.  

Lamentablemente, hoy día, que amaneció muy frío: -5C°, encontré muerto al ruiseñor al lado de la rosa. Apenada yo de su muerte, lo enterré muy cerca de ella. Cuando la rosa despierte, en la próxima Primavera, tendré que darle la mala noticia. 
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Los meses pasaron ... Cuando llegó la Primavera la rosa despertó junto con las demás flores. No fué necesario darle la noticia de la muerte del ruiseñor porque ella había adquirido un tono azulado ... el color del ruiseñor.  Él seguiría cantando canciones de amor dentro del corazón de la rosa hasta sus últimos días.

MARISOL


  Aquí dejo este otro cuento con mensaje

 


Imagen sacada de Bing