martes, 31 de agosto de 2010

La vela de la verdad



"¡Cómo quema la verdad! Aunque me haya quemado más de una vez  en mis cincuenta años de vida por haber descubierto que la vida no es fácil y otras por haberme autoengañado, mi vela seguirá ardiendo hasta mi último suspiro. Pero es que, a veces, siento que ya  no tengo más fuerzas para seguir adelante y siento que mi llama de luz se apaga poco a poco. ¡Ayúdame! mi querido San Martín". 

Esto pensaba Rosa, viuda y sin hijos, mientras prendía una vela delante de una estautilla del "santo de la escoba" en su pequeño departamento. Y a pesar de estar cansada -después de una larga jornada de trabajo- ella barrió con su escoba el suelo de su departamento y luego se puso a planchar su uniforme de  trabajo mientras esperaba que la vela se consumiera. Y como ésta era pequeña, no pasó mucho rato antes que se fuera a dormir.  Al día siguiente después de levantarse le dió un beso a su santo y luego muy temprano salió sin tomar desayuno. Su primer café se lo tomaría antes de barrer el garaje y la terraza del jardín...

Rosa trabajaba desde hacía más de 20 años como empleada en casa de una familia adinerada en una zona elegante de Lima mientras ella vivía en un "pueblo joven". Si bien sus patrones eran buenos con ella, su sueldo apenas le alcanzaba para pagar sus gastos. Ella había soñado con no ser pobre como sus padres, pero no lo había conseguido. Lo único que había conseguido era de disfrutar de las comodidades que le brindaba la casa donde ella trabajaba, pero apenas salía de ésta, volvía a su horrible pobreza. Rosa se avergonzaba de pensar así, pero es que aunque fuera humilde, sentía que le faltaba algo...

Un día mientras Rosa estaba limpiando la sala de la casa de sus patrones, "el santo de la escoba" se le apareció y le dijo: "Tu humildad será recompensada". Rosa, en lugar de desmayarse de la impresión, salió corriendo  a la biblioteca donde su patrona -quien se encontraba tomando un café y leyendo un libro- y le contó lo que le había sucedido. A Rosa le temblaba la voz de la emoción.

La señora Martorelli de Rubio -millonaria de nacimiento, de cuarenta y  seis años, con dos hijos universitarios y casada con un ingeniero químico- se la quedó mirando en silencio y después de escucharla  le dijo:
http://saints.sqpn.com/wp-content/gallery/saint-martin-de-porres/saint-martin-de-porres-03_0.jpg- Hace un rato que San Martín de Porras también me habló. Me dijo que te ayudara. Estoy pensando seriamente en hacerlo. Como eres muy buena cosiendo y dándome ideas quiero que trabajes en mi boutique. Tengo ganas de sacar una colección nueva de ropa y quiero hacerlo junto contigo.  Quiero darte esta oportunidad. Así que le haré caso a nuestro querido santo. Y es más, quiero que vivas acá en casa. Te lo mereces. Haré construir un mini departamento en el jardín para que allá vivas y así dejes de viajar casi una hora y media diaria todos los días. ¿Qué dices?
Rosa después de darle las gracias emocionada, salió corriendo a la sala para prender una fina vela delante de una hermoso cuadro grande de San Martín de Porras.

Marisol

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 COBA GUARANGO

Coba Coba (3x)
Coba Guarangó

Quema la vida, quema la muerte
Mentira quema la verdad
Quema el amor, quema el dolor
Quema la vela, quema candela
Quema la sangre, quema mis venas
Quema la tierra, quema candela
Quema que quema, quema candela
Quema que quema, quema candela
Quema la sangre, quema mis venas...

Coba Coba (3x)
Coba Guarangó
Coba, Coba, Coba Guarangó (2x)

Quema que quema, quema candela
Quema que quema, quema la vela
Que quema, quema, quema candela
Quema que quema, quema candela

Coba, Coba, Coba Guarangó (2x)

Quema la sangre, quema mis venas
Quema que quema, quema candela
Quema la vida, quema la muerte
Quema que quema, quema la vela
Quema lo cierto, quema el engaño
Quema, que quema la verdad.
Quema, quema, quema....

Quema la vida, quema la muerte...


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Vocabulario
Coba : halago o adulación para conseguir algo.
 También proviene del árabe "cobba"
(en Arquitectura y Religión) y significa:
edificio donde se guarda la tumba de un santo

Pero creo que Coba  -en este caso-
simplemente proviene de escoba

guarango: sucio, zarrapastroso

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Esta canción pertenece al grupo peruano "NovaLima" 
Si quieres ver más información sobre ellos, entra a


Y aquí te dejo una información, que te puede interesar de saber -sacada solamente  en parte- de Wikipedia sobre:
San Martín de Porres Velásquez (1579 -1639) es un santo peruano de la orden de los dominicos. Fue el primer santo negro de América y es Patrón universal de la paz. Es conocido también como el Santo de la escoba por ser representado con una escoba en la mano como símbolo de su humildad.
La personalidad carismática de Martín hizo que fuera buscado por personas de todos los estratos sociales, altos dignatarios de la Iglesia y del Gobierno, gente sencilla, ricos y pobres, todos tenían en Martín alivio a sus necesidades espirituales, físicas ó materiales. Su entera disposición y su ayuda incondicional al prójimo propició que fuera visto como un hombre santo.
Se le atribuye el don de la bilocación. Sin salir de Lima, fue visto en México, en África, en China y en Japón,  animando a los misioneros que se encontraban en dificultad o curando enfermos. Mientras permanecía encerrado en su celda, lo vieron llegar junto a la cama de ciertos moribundos a consolarlos o curarlos. Muchos lo vieron entrar y salir de recintos estando las puertas cerradas. En ocasiones salía del convento a atender a un enfermo grave, y volvía luego a entrar sin tener llave de la puerta y sin que nadie le abriera. Preguntado cómo lo hacía, siempre respondía: "Yo tengo mis modos de entrar y salir".
 
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Imagen sacada de 

viernes, 20 de agosto de 2010

Los tres deseos

http://www.paintermagazine.co.uk/users/799/thm450/prayingcp.jpg- Querido Dios, cuando yo sea grande quiero casarme con un príncipe azul y vivir en un castillo color blanco con un jardín lleno de rosas perfumadas y árboles bien grandes llenos de pajaritos- antes de quedarse dormida Olguita pidió este deseo y luego agregó- Y como tú eres bueno, no te olvidarás de mí. ¿No es cierto?


El tiempo pasó...  Una noche cuando ella tenía quince años le dijo a Dios:
- Tú sabes  que soy educada, estudiosa, buena hija, buena  hermana y buena amiga. ¡Ah! y también voy todos los domingos a misa. Cómo verás, no te puedes quejar de mí. ¿Me harás  realidad lo que te pedí hace ya unos años atrás? No creo más en el príncipe azul,  pero ¿sabes? sí me gustaria conocer un hombre guapo e inteligente porque los chicos que yo conozco de mi edad son unos tontos. Y ninguno me interesa. ¡Ah! y si él puede  tener una buena posición económica, mucho mejor. Ojalá no me olvides. Gracias y Amén.

Los años pasaron. Olga terminó su colegio con buenas notas y fué después  a la universidad. Y como ella era tan creativa, atractiva e inteligente, apenas terminó con sus estudios de arquitectura se puso a trabajar con mucho éxito en una empresa conocida a nivel internacional. Luego, cuando ella contaba con  25 años se casó... Pero Olga no fué del todo feliz. ¿Qué pasó?

Una noche cuando Olga tenía 40 años  le dijo a Dios llorando:
- ¡Ay, Dios mío! Que triste me siento. ¡De qué me sirve tener dinero cuando hasta ahora he tenido mala suerte con los hombres. Estoy dos veces divorciada. Por este motivo te pido, por favor, que pongas en mi camino un hombre de buenos sentimientos; no tiene que ser un adonis ni tampoco rico como los otros dos y además, que acepte, por favor, a mi hijo Raimundo de ocho años.  No me importa si ese hombre es viudo, soltero o divorciado. No me olvides, ¡por favor!


"A la tercera va la vencida"- gritó emocionado un coro de ángeles. Uno de ellos llamado Cupido se le acercó a Dios y le dijo que esta vez atendiera el pedido de Olga. 
Dios lo escuchó atentamente y le respondió:
- Ahora Olga sí merece mi ayuda. Y la tuya también.
El ángel perturbado le preguntó:
- ¿Por qué no ayudaste a Olga antes cuando ella te lo pidió? 
- Porque Olga nunca antes había usado las dos palabras mágicas. Y como ahora sí las ha usado hasta tres veces, pues, le daré la oportunidad de encontrar al verdadero amor. Me darás una mano, ¿verdad?
El ángel entendió. Después de haber escuchado también las dos palabras mágicas "Por favor" en pocos días bajaría a la Tierra. Primero tendría que hablar con Dios para saber quién iba a ser el hombre escogido para Olga.


Marisol
Imagen sacada de

lunes, 16 de agosto de 2010

La mariposa y la flor


Érase una vez una mariposa que iba en busca de la Verdad. Y para llegar a ella iba de flor en flor. No solamente la mariposa se deleitaba con el néctar de cada una de ellas, sino que a cada flor le hacía las preguntas fundamentales de la vida. Si bien todas le habían dado su propia respuesta, ninguna le había convencido del todo hasta que un buen día se encontró con una flor especial. 

- Me parece bien que vayas en busca de la Verdad,- dijo la flor- pero yo creo que nadie tiene la respuesta exacta para las preguntas fundamentales de la vida. Y luego de decir esto, la flor sonrió.
- ¿Por qué? - le preguntó desconcertada la mariposa.
- Porque las respuestas no son tan importantes como las preguntas - le contestó la flor mientras le regalaba su néctar y su perfume. 
- No te entiendo. Tu respuesta me desconcierta - le respondió la mariposa.
- Es muy sencillo. Cada vez que recibes una respuesta, la rechazas o aceptas. Pero, al final, se queda estática porque tu mente ha llegado a una conclusión.
- Hmmm, si pero... -la mariposa confundida agregó- ...yo creía que era bueno formular preguntas,  porque casi todos dependemos de otros para que nos ayuden con sus respuestas a resolver nuestros problemas  o a que  nos estimulen a seguir en el camino de la vida.
-  Esto está correcto. Pero no te olvides que la Verdad se encuentra más allá de cualquier respuesta. Y como tú no eres una mariposa superficial, tú me has entendido muy bien - le contestó la flor. Nuevamente sonrió.
- Me halaga que pienses eso de mí, pero acaso, ¿la vida no está llena de preguntas y respuestas?
- Es cierto. Pero me repito,- dijo la flor- más importantes son las preguntas que las respuestas, porque las respuestas que se quedan solamente  en la mente como algo teórico y no se pueden vivenciar, carecen de valor. Por este motivo me gustan más las preguntas, porque éstas hacen que la vida esté en movimiento como tú, que vas de flor en flor.
- ¿Quieres decir que para entender la Verdad debo hacer las preguntas adecuadas?- preguntó tímidamente la mariposa.
- Sí, así es - le respondió la flor. Solamente quien formula una pregunta fundamental y no solamente es capaz de seguir el curso de esa pregunta hasta su fin, sino también puede resolverla a lo largo de su vida, entonces es capaz de descubrir el sentido de la vida... de la Verdad.

Marisol

El dibujo es mío (pintado en 1999)



martes, 10 de agosto de 2010

Había una vez...

http://us.123rf.com/400wm/400/400/yellowj/yellowj0802/yellowj080200335/2511787-beautiful-grandes-ojos-azules-en-el-cielo.jpgQuisiera no poner más en mis labios la frase "Había una vez..." y sin embargo, lo hago algunas veces. Será que a medida que uno carga más años a cuestas, el pasado se deja ver con más frecuencia. Se desnuda ante mí y me provoca. Me seduce. Me abrazo a él para recordar solamente los buenos momentos vividos a su lado.

Unas gaviotas, al pasar volando sobre mi velero y verme abrazada al Pasado, me dicen a coro: ¡Nooooo! ¡No te entregues a él! No permitas que él viaje contigo en tu velero. ¡Bótalo al mar para que se quede en el fondo de éste! ¡Tén de pasajero solamente a tu presente! No vivas recordando. Lo que ya se fué nunca más vendrá.

Me asusto. ¿Será que las gaviotas tienen razón? Cuando estoy dispuesta a sacar a mi Pasado de a bordo,  éste desaparece rápidamente de mi vista. ¿Dónde está? No lo puedo ver más. Al  levantar mi vista al cielo veo que un ojo inmensamente silencioso me vigila. ¿Será Dios? o es acaso, ¿mi Pasado?

Y mientras las gaviotas se alejan, me quedo nuevamente solitaria conduciendo mi velero y recitando en voz alta un proverbio del escritor francés Anatole France (1844-1924) que me gusta mucho y dice así: No perdamos nada del pasado. Solamente con el pasado se forma el porvenir.

Al terminar yo de pronunciar esta frase, el ojo gigante me sonríe desde lejos. Al saber de quién se trata, yo le guiño un ojo. El reencuentro está por venir....

Marisol

Este cuento lo escribí basándome en un poema mío 
que lleva el mismo título. 
Si lo quieres leer, haz clic en: 
http://marisol-avemigratoria.blogspot.com



Imagen sacada de