jueves, 23 de octubre de 2014

La llama Violeta


Teresa y Roberto son amigos de barrio. Hace unos días atrás Roberto se peleó muy feo con Teresa. Entrar en detalles ya no es importante, lo que cuenta es que hoy día yo fuí testigo de como ambos se reconciliaron mientras estaban sentados en un banco de un parque cercano a sus casas.

- ¿Sigues enojada conmigo? - le preguntó Roberto con cara compungida a su querida amiga. Me porté mal contigo y te pido perdón.
- Sí, te perdono - dijo Teresa mientras que de su boca salía una pequeña llama violeta que  le sonrió en señal afirmativa. 

En ese momento no sólo un sentimiento liberador se abrió camino entre el corazón de Teresa y el de Roberto, sino que la llama violeta los cubrió, sin quemarlos, con su poder sanador para curar esa pelea desagradable que se había convertido en un recuerdo doloroso. 

Es así como Roberto sintió que su carga emocional transformada en sentimiento de culpabilidad desaparecía de su cuerpo como por encanto. Su corazón comenzó a sentir que sus durezas se disolvían al darse cuenta que la llama violeta había transmutado su energía negativa en positiva porque su energía espiritual se había encontrado bloqueada. Pues bien, Roberto no volvería a reaccionar violentamente ni a gritar de manera hiriente por cualquier nimiedad a su querida amiga ni tampoco a nadie. La llama violeta estaba allí para ayudarle a curar su mal carácter tras el cual esconde miedos e inseguridades.

Y yo, como llama violeta y esencia de luz espiritual te puedo decir, querido lector, que a Teresa la usé como mi canal para llegar a Roberto. En caso no me conozcas, mis principales cualidades son la Transmutación, la Misericordia, la Paz y el Perdón. Éste último abre los corazones y es una de las fuerzas más grandes del Universo. Como verás, como mi deber es erradicar el karma negativo que se encuentra esparcido por el mundo, hoy día llegué a este parque no solamente para besar el corazón de Teresa, sino para traerle paz al corazón de Roberto. 

 MARISOL