martes, 31 de marzo de 2015

La Esperanza y el Temor




Desde tiempos inmemorables la Esperanza y el Temor van, por el mundo, de la mano. Ellos dos son inseparables. Y por más que ellos hayan querido dividir sus caminos, más de una vez, no pueden. Ellos me han dicho que hay algo muy fuerte que los une y es un lazo de amor y lealtad.

Un día cuando la Adversidad se presentó sin previo aviso, el Temor  le pidió ayuda a la Esperanza. Sé que el Temor no se avergonzó de buscar a su querida Esperanza cuando sintió, sobre todo, que se hundía en sus propios miedos. El Temor no quería ni ser esclavo de éstos ni que éstos lo dominaran. Es así como la Esperanza comprendiendo como se sentía el Temor, lo sostuvo cariñosamente en sus brazos no sólo para consolarlo, sino para pedirle que siguiera adelante aunque él tuviera que dar dos pasos hacia adelante y uno hacia atrás.

Yo te pregunto, querido lector, ¿qué sería de nosotros si sólo sintiéramos Temor ante todo y nos dejarámos paralizar por él? Viviríamos sólo en oscuridad y en tinieblas, me imagino. Es por este motivo que la Esperanza nos regala su luz para  caminar por la Vida sin Temor  aunque ella me haga saber que también, hay momentos vestidos de dolor, donde uno tiene que aprender a luchar sin Temor, pero también sin Esperanza ... hasta el último suspiro.  

El Temor y la Esperanza me miran y me hacen saber que así como han nacido juntos, morirán también juntos. Pues,  cuando el sol de la Esperanza se ponga por última vez en el horizonte de nuestras vidas, ya no habrá más Temor que tengamos que sentir aunque ellos dos sigan unidos para siempre hasta la eternidad.


MARiSOL





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viernes, 27 de marzo de 2015

La pausa


Llegó el momento de hacer una pausa. Y es que después de lo sucedido el 24 de marzo en ese espantoso accidente aéreo del cual se habla mucho, por el momento, siento que mis palabras se han quedado sin voz. Sé que regresaré  pero todavía no sé cuándo. Quiero aprovechar esta oportunidad para agradecerte, a ti querido lector, por leerme.  Un abrazo desde mi mundo al tuyo.


MARiSOL




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miércoles, 25 de marzo de 2015

Ecos mudos




Desde ayer la montaña Les Trois-Evêchés (Los tres Episcopados), ubicada en las cercanías de Prads-Haute-Bléone, entre las localidades de Digne-les-Bains y Barcelonette, en los alpes franceses,  se ha quedado sin voz. Sólo se le escucha llorar amargamente. Es que lo sucedido no se puede describir simplemente con palabras; el llanto habla por ella. La montaña llora para no enloquecer; quiere comprender lo sucedido. Mis palabras no logran consolarla. Ella sólo las escuchará cuando la serenidad haga nuevamente nido en su alma y también en su memoria. 

Por el momento, a la montaña le duele mucho recordar lo acontecido el 24 de Marzo a las 10:53 de la mañana. Ella no quería, no quería ... Pero, ¿quién es culpable? Acaso, ¿el destino? Ése que iba escondido entre los pasajeros, ése que iba barajando las cartas en silencio en el vuelo 4U 9525 de la compañía aérea Germanwings (filial de Lufthansa).  ¡Ay! el destino es una ley que nos rige por completo; domina nuestra voluntad aunque no queramos.  ¡Ay! lo impronunciable se ha hecho realidad: la memoria de la montaña  se ha convertido en el espejo de ciento cincuenta almas ausentes. 

Solamente me queda el consuelo que ni la ausencia (de los ciento cuarenta y cuatro pasajeros y seis tripulantes fallecidos) ni el tiempo (el tic tac de los relojes se ha parado, por el momento, para honrar a esas almas), son nada cuando se ama. Y Dios que sabe amar infinitamente ha absuelto a la montaña de toda culpa aunque un sentimiento de culpa flote en el aire... ese aire donde ahora se respira mucho dolor ... ese dolor que sangra de la boca de la dignidad de este terrible accidente aéreo.

MARiSOL

Cuando escribí este cuento fue antes que se supiera que el co-piloto alemán fué el que a propósito provocó este accidente. La dimensión de éste es mayor .... Me he quedado sin habla al enterarme de la noticia.





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lunes, 23 de marzo de 2015

El arroyo y la roca

 

Érase una vez un arroyo que quería ser tan duro como una roca. Pues bien, un día el arroyo se enturbió tanto así que el sol y la luna no podían dejarse reflejar en él. Esto significaba que el arroyo se había quedado ciego.
La roca al ver tan agobiado al arroyo le dijo:
- Tu deseo lo cumplió el hada del bosque. 
- ¡Pero es un hada un poco torpe porque no me ha convertido en roca como yo quería! - exclamó el arroyo.
- Es cierto, no te ha convertido en roca, pero ahora tú  no puedes ver igual que yo - le dijo la roca tranquilamente y siguió hablando  - Tú querías ser yo. Podré ser una roca grande y dura, pero soy ciega. Por cierto, el hada del bosque nunca ha logrado que yo pueda ver, pero tú sí me puedes ayudar.
- ¿Qué debo hacer? - le preguntó el arroyo. Se daba cuenta que no quería vivir en oscuridad.
La roca le hizo saber que volvería a ser transparente si le hacía un solo favor.
- ¿Qué debo hacer? - volvió a preguntar el arroyo.
- No necesitas ser duro como yo, pero tú cuentas con una fuerza especial que yo no tengo - le respondió la roca y continuó hablando - Si tú usas tu fuerza de voluntad para ir cavando un hueco en mí, algún día podré yo verte.

Al escuchar la conversación entre el arroyo y la roca, se acercó rápidamente el hada del bosque y limpió de toda suciedad al arroyo. Éste agradecido se propuso complacer a la roca. Pero no le hizo un hueco de un día para otro, sino que logró regalarle un ojo a la roca después de mucho tiempo. Exactamente no se sabe si la roca se demoró cientos o miles de años en hacer un hueco en la roca. Lo importante es que el arroyo pudo cumplir con el deseo de la roca gracias a su constancia. Esa gran virtud que nos conduce a realizar lo que deseamos para alcanzar nuestras metas en lo que nos hemos propuesto, pese a lo difícil que éstas puedan ser. Lo importante es no perder la motivación personal pese al tiempo transcurrido. Es así como la constancia nos ayuda a sustentar el trabajo en la fuerza de voluntad y en el esfuerzo contínuo -  como el arroyo - para lograr llegar a la meta que nos hemos propuesto como la que se propuso la roca.

MARiSOL








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domingo, 22 de marzo de 2015

La belleza de la Tierra



No me importa que hayan planetas más pequeños o más grandes que la Tierra o que el universo tenga inumerables galaxias. Lo importante para mí es nuestro planeta, no sólo porque es bello visto desde el espacio, sino porque existe vida en él.

La Tierra al escuchar mis pensamientos, exclamó:
- ¡De qué sirve mi belleza si millones de personas no me tratan como yo me lo merezco! ¡Prefieren posar sus ojos en otros planetas, admirarlos y a mí dejarme de lado!
- Pero, ¡tú nos brindas vida! - le hice saber.
- ¿Y qué? - me contestó la Tierra y luego continuó hablando - Millones de seres humanos pasan encima mío, me maltratan de muchas maneras. No quieren tomar conciencia de la importancia que tiene no sólo de cuidarme, sino de quererme.
- Pero, ¡yo sí te quiero! - exclamé.
- Gracias, pero no es suficiente. Tú no eres el único ser humano que vive en mí. Millones de seres humanos siguen maltratando mis ríos, mis mares, mi aire y mi suelo. Es vergonzoso que les sigan echando a todos ellos químicos altamente venenosos ¡Ay!
- Es cierto - le dí la razón y le dije acto seguido - Tú eres nuestro hogar; una fuente inagotable de fauna, flora, ecosistemas, biomas, habittats y de distintas formas de vida. ¡Qué hacemos maravillándonos del universo cuando no se te trata como tú te lo mereces!
La Tierra asintió complacida por mis palabras y luego me preguntó que qué hago yo para cuidarla. 
- Trato de no consumir mucha electricidad, por ejemplo, de no dejar ningún  aparato como tv o computadora en posición de espera porque puede representar  hasta 70% de su consumo diario, evito prender todas las luces de casa a la misma vez. En cuanto al agua procuro no dejarla correr inútilmente   sea cuando me estoy cepillando los dientes o cuando me ducho. En cuanto a la basura, la separo en distintos contenedores para papel, para plástico, para vidrio, para artefactos eléctricos pequeños y para la basura biológica.
- Me parece bien lo que haces, pero no es suficiente - me contestó la Tierra. Acaso, ¿puedes tú evitar que otras personas maten animales  de manera bestial hasta hacerlos desaparecer?, ¿Puedes tú evitar que otras personas talen árboles de manera excesiva dejando zonas de selva en un estado lamentable?, ¿Puedes tú impedir que envenenen, p.e. mi aire, mis ríos, mares, bosques y tierras de cultivo?  Sólo puedes alzar tu voz en una demostración, colocar tu firma en una petición, hasta formar parte de organizaciones como "Green Peace" pero la cuestión es que se me sigue castigando hasta el día de hoy, muchas veces, sin ton ni son. 
¡Cuánta razón tiene la Tierra! 
Su belleza la estamos minando de a pocos hasta hacerla desaparecer y con ella la vida. ¿Seremos nosotros, los seres humanos, capaces de vivir de forma sostenible, de buscar la armonía entre todos y con la naturaleza?, ¿seremos capaces de llegar a entender que no se debe tomar de la naturaleza más de lo que ésta es capaz de reponer? Somos pocos los que respetamos y cuidamos la comunidad de los seres vivientes. Somos pocos los que conservamos la biodiversisdad o que el aprovechamiento de los recursos renovables sean sostenibles como bosques, suelos, tierras cultivadas, etc. ¿Dónde queda la ética y la moral? ¿Se podrá hacer realidad que todos los países hagan una alianza mundial para proteger a la Tierra? ¿Por qué buscamos vida en otros planetas? Acaso, ¿buscamos huir como cobardes cuando la Tierra haya quedado destrozada? No creo que ésto ni mis hijos ni yo lo vayamos a vivir, pero aún así esta pregunta que me hago, me perturba. Y tú, querido lector, también lo habrás pensado. 
La Tierra al escuchar mis pensamientos me dijo: 
- Quiero mirar este vídeo junto contigo. Asentí. Luego de haberlo visto, ella me hizo saber que si bien ella forma parte de un milagro y que ella es uno de muchísimos planetas esparcidos en la inmensidad del universo, nosotros no deberíamos compararla con otros planetas ni buscar vida en otras galaxias, sino concentrarse más en ella, en tratarla mejor y con más cariño.
Después de escucharla yo le hice saber que no sólo es cierto lo que ella dice, sino que si todos los seres humanos, por lo menos la mayoría, aprendiéramos a mirarnos mejor por dentro, en nuestro propio universo, podríamos buscar la manera, dentro de nuestras propias posibilidades, de no hacerla sufrir a ella, a la Tierra. ¿No crees que si aprendemos a cuidar de buena manera a la naturaleza, estamos cuidando, de paso, a la creación, a ese milagro del cuál mencionó la Tierra?


MARiSOL









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sábado, 21 de marzo de 2015

La rosa blanca


Hoy día que ya oficialmente empezó la Primavera quiero contarte la historia de una rosa blanca muy especial. 

Érase una vez una rosa blanca que desde hace cientos de años crece en el jardín botánico de la ciudad donde vivo. La leyenda cuenta que en esta rosa vive el alma de Emily, una muchacha muy buena, de alta alcurnia, quien fué matada por su padre para evitar que ella se escapara con su amante, un muchacho pobre, pero de buenos sentimientos. 

El padre, quien había quedado viudo, desde hacía bastante tiempo, y se encontraba muy enfermo, mató a su única hija para evitar que ella se escapara, y luego se casara, con su novio. Lo que el padre de Emily quería era que la familia estuviera junta (en ese otro mundo del cual todos hablan pero no se sabe si realmente existe) como antes cuando la madre de Emily vivía.  El novio, no soportando la pérdida de su querida Emily, se suicidó para seguir a su querida amante. Lo que el padre de Emily no contó es que, al final, perdería a su hija y ella terminaría escapando con su amante.

Bien, esta rosa blanca es la atracción del jardín botánico, porque aparte de simbolizar la pureza entre amantes que intercambian la flor o la pureza y la inocencia del alma o de la persona que la recibe, y de simbolizar el amor eterno, el honor y el respeto, ésta brilla de noche. Varias personas, en el lapso de todo estos años transcurridos, han visto como de noche una bella muchacha pasea del brazo o corre alegremente junto con un hombre joven en este jardín.

¿Y por qué se le ve a Emily junto con su amante en el jardín botánico? te preguntarás. Pues, se sabe que la familia Brandon vivió al pie del jardín botánico. Hace doscientos años su casa quedaba al costado de éste. Pero esta casa fué derrumbada, por orden de un famoso arquitecto muy influyente, para así ampliar más el jardín botánico.

Es así como, después de tantos años,  Emily Brandon y su amante (nadie supo cómo se llamaba), lograron su propósito, el de escapar juntos. Lo que nunca pudieron imaginar es que ellos lograrían escapar del más allá para quedarse viviendo felices eternamente  en el jardín botánico.


MARiSOL




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viernes, 20 de marzo de 2015

El abrazo

(cuento de la vida real) 


Hoy día al presenciar el eclipse solar (con excepción de las islas danesas de Faroe y el Polo Norte, en otras partes del mundo se vió, como yo lo ví, sólo de manera parcial) me imagino que  millones de personas, de manera espontánea, se habrán abrazado al ser testigos de este espectáculo que nos regaló el Universo. Hago este comentario porque yo si me abracé con alguien que no conocía ... 

Me explico:
Poco después que empezara este eclipse llegué a visitar a una querida amiga y cuál sería mi gran sorpresa al ver en el jardín del vecino de mi amiga instalado un telescopio grande. El lente buscador estaba cubierto con un papel de aluminio especial. Pues bien, el vecino, en cuestión, nos invitó a que entráramos a su jardín y ya estando allí nos presentó al dueño del telescopio, un amigo suyo quien no sólo es físico de profesión, sino un apasionado de la Astronomía. Cuando el dueño del telescopio me invitó a que viera la primera vez el eclipse en su fase inicial a través del porta-ocular de su telescopio, me emocioné.  Daba la impresión que estos dos astros se buscaban y encontraban para unir sus dos almas en un abrazo. Me pareció romántica esta idea mía.

Antes de terminar quiero mencionar que no voy a olvidar a Udo, al dueño del telescopio, porque él nos regaló a mis dos amigas y a mí un momento mágico, de esos donde uno tiembla de emoción, de asombro y de alegría. Lo abracé. En ese abrazo yo me abrazaba al universo y a la vida agradecida de haber estado en buena compañía y de haber sido testigo de este inolvidable eclipse.


MARiSOL 





Aquí dejo un vídeo donde se ve este eclipse solar 
de manera total desde una de las islas de Faroe

 

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jueves, 19 de marzo de 2015

Eclipse de amor



Mañana viernes 20 de Marzo habrá eclipse solar  total. La mayor duración de la totalidad (comienza a las 9:30 a.m. hora europea y termina a las 12 p.m.) será de 2 minutos y 47 segundos frente a las costas de las Islas Feroe (en danés significa "La isla de los corderos"). Estas islas (18 en total) forman un pequeño árchipiélago en el Atlántico Norte, entre Escocia, Noruega e Islandia. Sin embargo, en el Polo Norte es donde se podrá apreciar mejor este eclipse solar total porque la secuencia de éste se verá en paralelo al horizonte. En Europa, África del Norte, en el Medio Oriente, en Asia occidental y del norte y en Groenlandia se verá sólo de manera parcial y en otras partes del mundo no se verá.

Pues bien, mañana el Sol le propondrá matrimonio a la Luna, cuando ella se encuentre cara a cara con él. Si bien, no podrás  ver la cara del Sol cuando él la pida en matrimonio, no por ello puedes imaginarte una gran sonrisa en su rostro cuando le haga la pregunta de las preguntas (esa pregunta que casi todas las mujeres del planeta Tierra desean escuchar de boca de su gran amor). Pero yo ya sé la cara (oscura) que pondrá la Luna cuando el Sol le susurre románticamente al oído: ¿Quieres casarte conmigo? Ella no aceptará casarse con él. Sus motivos tiene y yo los conozco muy bien.

Te preguntarás por qué sé la respuesta de mi querida Luna .... es que yo como la Oscuridad (ésa que no puede sacarte de tu propia oscuridad, porque sólo el amor puede hacerlo), soy, desde hace poco tiempo, su enamorada. Pero celos tengo, aunque debo dominarlos porque, en el fondo, son una mezcla explosiva no sólo de amor, sino también de odio, avaricia y orgullo. ¡No! no debo sentir celos del Sol. 

La Luna al escuchar a la Oscuridad, hablando consigo misma, le dijo:
- Mañana, cariño, yo no sólo le haré saber al Sol que yo no me quiero casar con él, sino que con quien yo me quiero casar es contigo. Este eclipse solar total será mi mejor muestra de amor hacia ti y millones de seres humanos serán testigos de nuestro amor aunque vean sólo un eclipse solar parcial, pero tú bien sabes que es total. 
Después de escuchar a mi querida Luna no sólo le dije que yo también me quiero casar con ella, sino que ahora el Sol me dá lástima.

Como yo, la Oscuridad, no puedo ni consolarle ni ofrecerle mi amistad al Sol cuando mi querida Luna le responda de manera negativa, entonces, te pido que tú, querido(a) lector(a), lo consueles. Házlo, por favor, desde el lugar donde te encuentres si tú vives en cualquiera de los lugares arriba mencionados cuando nos estés observando a nosotros tres: Sol, Luna y Oscuridad, en este eclipse. 

Emocionada estoy porque esta declaración de amor de mi querida y adorada Luna hacia mí me hace ver que dejaremos de ser enamoradas para convertirnos oficialmente en una pareja feliz que se deja ver ante los ojos de todos aunque muchos no estén de acuerdo con nuestra relación. ¡Ay, no veo las horas que llegue mañana!



MARiSOL 







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martes, 17 de marzo de 2015

El rompecabezas incompleto



Mientras Nancy se encuentra armando un rompecabezas está pensando que su vida es como este juego de mesa de quinientas piezas que tiene delante suyo. Sí, ella es de la opinión que la vida es un rompecabezas, pues, un montón de piezas deben ser unidas para formar un cuadro completo como el suyo propio. 

Y mientras yo pienso que se requiere de mucha atención y tiempo para armar un rompecabezas, Nancy piensa que lo mismo pasa con la vida. Ella sabe que para armar un rompecabezas se empieza primero con las  piezas que forman el marco del cuadro y luego se separan las piezas por colores.  Y esto es lo que ha hecho Nancy de manera muy consciente; será porque tiene mucho que ver con el propósito general de su vida. 

Te contaré que la vida de Nancy, en este momento, no es nada fácil; está recién divorciada, después de más de veinte años de matrimonio. Y ahora ella se encuentra sola armando un rompecabezas para relajarse ya que está un poco nerviosa en tomar importantes decisiones; ella tiene que  reducirse en gastos porque el trabajo que tiene como secretaria no le alcanza para mantener una casa grande, la que compartió con su ex- esposo e hijo por muchos años. Nancy contempla la idea de  venderla y también vender varios muebles; todavía no está segura si vivir de alquiler en un departamento pequeño o si comprarse uno. Luego, venderá el auto que le regaló su ex - esposo, hace cuatro años atrás, porque gasta mucha gasolina y se comprará uno más chico. 

Pero, ¿qué sucede cuando falta una pieza y queda el rompecabezas incompleto? Esto fue lo que Nancy tuvo que aceptar hace un rato atrás, cuando casi había terminado de armarlo. Después de más de seis horas de estar sentada en el suelo ante su rompecabezas (el cuadro representa el paisaje de un cielo con una gaviota volando y una puesta de sol sobre un mar con olas), Nancy se dió con la gran sorpresa que faltaba sólo una pieza. Justo ahora cuando ella se encontraba plantéandose asuntos importantes. ¡Ay! una enorme insatisfacción se apoderó de ella; la pieza faltante representa el vacío momentáneo que ella siente. Esa pieza faltante representa también simbólicamente el hueco dejado por su único hijo al haber salido, hace pocos meses, de su hogar y de su ciudad para irse a vivir a otra para estudiar.

El rompecabezas incompleto al ver que Nancy está triste, la tranquiliza diciéndole que, si bien ese espacio sin vida y sin color de la pieza faltante realmente  representa lo que ella piensa, ella puede comprarse, en cualquier momento, un nuevo rompecabezas para que ella no sólo coloque correctamente las piezas en su lugar como lo ha hecho con él, sino para que ella termine de armar el rompecabezas de su vida de la mejor manera.

Sin embargo, yo, la pieza faltante, soy de la opinión que siempre habrá una pieza faltante en nuestro rompecabezas de vida .... sea un ser querido que no se encuentra a nuestro lado, un deseo no cumplido, etc. Será, porque, en el fondo, todos sabemos que nuestro rompecabezas de vida nunca quedará perfectamente armado. Al final, yo llego a ser más importante que el rompecabezas en sí. Yo, como tu pieza faltante, te pregunto ¿qué pieza es la que no tienes en tu rompecabezas incompleto de vida?


MARiSOL 


 


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domingo, 15 de marzo de 2015

Tesoros escondidos

 

Más de uno ha jugado  a buscar tesoros escondidos sea en una fiesta infantil, con los amigos del barrio como el juego de "Caliente y frío". Más de uno ha leído el cuento de "Ali Babá y los cuarenta ladrones" donde un gran tesoro escondido se encontraba en una cueva ... pero, ¿y qué pasa en tu cueva? ¿Qué tesoros escondes allí, sólo secretos impronunciables? ¿O tus tesoros los escondes en el fondo del mar de tu alma, allí, donde nadie te puede alcanzar para que no te hagan daño? También pienso que más de uno habrá fantaseado en encontrar un tesoro escondido para que le solucione sus preocupaciones, sobre todo, financieras. En casi todas las culturas existen mitos o leyendas sobre tesoros ocultos en algún lugar todavía no descubierto. Así, pues, mis queridos feligreses, los tesoros escondidos ...

A Norit  se le quedaron grabadas las palabras del párroco de su iglesia. El sermón de hoy día le había gustado; lo esencial de éste había hecho mella en ella. En el fondo, ella sabía que debía haber un cambio en su vida ... emprender una nueva aventura para rescatar sus tesoros escondidos.

Acaso, ¿no es importante descubrir los tesoros que guardamos dentro de uno, vestidos de  habilidades y capacidades? Unos no son conscientes que cuentan con dichas capacidades y no creen ser capaces de poder entender el mapa que los conduce hacia sus tesoros escondidos. Mas, sin embargo, si aguzamos nuestra mente y escuchamos a nuestro corazón, podemos sacar a la luz nuestros tesoros escondidos para que nos permitan ayudar a conseguir nuestros propósitos. Por ejemplo, desde querer montar bicicleta, pero no hacerlo por miedo o por pensar que uno es torpe y así perderse el placer de esa sensación de libertad que se siente al montar bicicleta (si no pruebas nunca sabrás si puedes ser un buen ciclista), hasta querer cantar en un coro, pero no hacerlo por pensar que su voz no es lo suficientemente buena, y así perderse el placer no sólo de cantar con otros, sino de formar parte de un grupo donde todos comparten el amor por la música, etc, etc, etc. 

Norit, después del sermón, se fué a casa, se sentó al piano y comenzó a componer sus propias canciones en el lapso de cuatro horas. Su capacidad de no sólo ver notas en su mente, sino de crear melodías, de crear sus propias partituras y crear sensaciones las había tenido guardadas, mejor dicho, escondidas, por mucho tiempo.  Ella misma se había limitado, había dudado de su propia capacidad musical, después que una profesora de música del Conservatorio la había criticado, hace mucho tiempo ya, de su talento musical. Ahora que Norit ha vuelto a componer, después de más de veinte años de no hacerlo, está ella decidida, más que nunca, de  compartir sus canciones con sus amigos. Ellos la juzgaran si ella es buena compositora o no, porque piano sabe tocar. Más de uno la ha felicitado por este don que ella tiene. 

A Norit, quien, por cierto, es profesora de música en un colegio de primaria, no le resulta importante presentarse en un escenario grande. Lo que le parece más importante es que gracias al sermón del párroco de su iglesia, ella ha logrado encontrar sus tesoros escondidos. Es el momento de compartirlos con otros en el escenario de la vida.


 MARiSOL










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sábado, 14 de marzo de 2015

Nubes negras


- ¿Por qué te escondes de mí? - le gritó el faro a la luna. Su voz más que cargada de reproche, estaba llena de sufrimiento y de dolor.
A pesar de no poder ver el faro a la luna, ella le contestó:
-  Si tú no puedes cambiar esta situación que te produce dolor, ¿no te parece mejor afrontar tu sufrimiento cambiando de actitud? Yo no tengo la culpa que las nubes sean tan espesas y que no te permitan verme, pero me puedes escuchar. Yo diría, más que eso, me puedes sentir. 
- Pero, ¿cómo puedo sentir si no te puedo ver? - le preguntó el faro a la luna. 
- ¡Qué poco confías en mí! - le respondió la luna. Me apena que sólo quieras verme para creer en nuestro amor. Si tú estuvieras seguro de lo que sientes por mí, no te importarían las nubes. ¿No te parece?
El faro insistía en verla, pero por más que alumbraba el cielo con su potente luz,  no podía ver a la luna. 
La luna decepcionada, por la actitud negativa del faro, le dijo:
- Tú tienes el talento de ver mucho en todo. Pero tu desgracia es de querer ver todo lo que no hay, y nada de lo que tú ves, realmente existe.
- ¿A qué te refieres? - gritó malhumorado el faro. 
- Pues, que yo no me escondo de ti como tú crees. Tu desconfianza me hace ver, mejor dicho, sentir, que tu debilidad es más grande que tú.
- ¡Cómo me puedes decir que yo soy débil! El faro estaba furioso. Comenzó a odiar a la luna. 
La luna muy segura de sí misma le dijo con voz serena:
-  Tu pesimismo es lo que te hace débil. Yo no puedo enmendar tu debilidad de carácter. Es más, con una actitud también violenta me demuestras que eres débil. Lo único que conseguirás es destruir nuestra relación. Pienso que deberías tomarte tu tiempo en reflexionar sobre nuestra relación. Yo haré lo mismo.
- ¿Por qué me dices esto? - volvió a gritar el faro. Le temblaba su voz. Se sentía indignado que la luna lo desafiara.
Antes de despedirse del faro, la luna le dijo:
- Veo que no me amas como realmente lo merezco ya que amar no es sólo querer, como el querer verme, sino es más que eso, es comprender lo que te he dicho. Veo también que tu incomprensión y desconfianza te imposibilitan más que comprender, sentir.
El faro, en el fondo, sabía que la luna tenía razón. Al observar la conducta de la luna, se dió cuenta que tenía que conocerse mejor y para ello tenía, más que ver, mirar dentro de su corazón ... cargado ahora de nubes negras.
Esperemos que éstas se vuelvan grises, luego blancas y desaparezcan del todo del corazón del faro. Así él podrá reconquistar el amor de su querida luna.

MARiSOL






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viernes, 13 de marzo de 2015

La competencia


¿Por qué existe ese afán de competir? No hablo en términos de deporte, por ejemplo, sino en la vida cotidiana. Pues bien, Ernesto es una persona que le gusta demostrar ante los demás que lo sabe todo, que puede más que nadie y tiene la fija idea que nadie puede superarlo. Vive siempre a la defensiva y no puede entender que haya gente capaz de hacer las cosas mejor que él. Ernesto es ese rival empedernido que nadie soporta porque pone en tela de juicio las habilidades o inteligencia de los otros. La verdad que me cae un poco antipático mi compañero de trabajo, pero lo tolero ya que trabajamos juntos. Ambos somos contadores. 

Yo me pregunto por qué se empeña Ernesto en competir conmigo. No falta su comentario casi diario: Pero, "¡qué lento trabajas! Yo, ya terminé" seguido de estruendosas carcajadas. Es como si él necesitara decirme ésto para sentirse mejor consigo mismo. Yo sólo lo miro y me alzo de hombros como para hacerle ver que su comentario me resulta indiferente, pero él sabe que no es así ... No lo odio, porque pienso que Ernesto, por algún motivo que yo desconozco, está frustrado. Es más, como él no tolera ninguna crítica y a mí no me gusta estar haciendo críticas destructivas, le he dicho de manera educada que me tiene sin cuidado lo que piense de mí, porque es más importante lo que piense mi jefe de mi eficiencia laboral. 

Sin embargo, hoy día, después de haber hablado, hace pocos días atrás, con una amiga psicóloga, he puesto a Ernesto en su sitio. No grité pero le canté sus cuatro verdades,  después que él me dijera no sólo su consabido comentario, sino de manera burlona  me preguntó si en mi vida anterior yo había sido una tortuga. Al terminar de escucharlo le hice ver que no solamente cuenta cuán rápida o lenta yo sea, sino lo más importante para mí es realizar mi trabajo sin errores de por medio. Pero al ver que Ernesto me miraba sonriendo y no tomaba en serio mis palabras, mi voz cambió de color. Me puse seria y mirándolo fijamente a los ojos le dije que en lugar de competir conmigo, compitiera consigo mismo. Aquí su sonrisa salió corriendo de nuestra oficina cuando me preguntó por qué le decía yo esto. A lo que yo le contesté que en el momento que él acepte quien es, recién podrá trascender a sí mismo. Es más, le llegué a decir también que, en el fondo, este tipo de competencia entre nosotros no nos lleva a ninguna parte porque cada persona es única y diferente. Al no decirme nada Ernesto, yo agregué que ni ande buscando méritos ni me esté criticando o tratando de herir, sino que trabaje como se espera de él, de un contador con experiencia y muchos años de servicio, y no como yo que recién llevo ni un año trabajando en la empresa. Luego cuando le dije que ni su comportamiento ni sus dichos dejaría que me invadieran y que tampoco necesitaba ni de su aprobación ni de sus halagos, algo inusual en él, mi colega se puso nervioso; agarró su paquete de cigarrillos y se fue a hacer una pausa. 

Mis palabras no sólo salían detrás de Ernesto, sino que le habían hecho reflexionar porque le había hecho saber, al finalizar nuestra conversación, que si bien, en esta vida, un poco de competencia es saludable, la vida en sí es una gran experiencia y no sólo una competencia.

MARiSOL




Una simpática competencia de ver :-)




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miércoles, 11 de marzo de 2015

El ascensorista



Giselle no deja de mirarlo y mientras suspira, se dice para sí misma: Pero, ¡qué guapo es el ascensorista! Y mientras ella lo contempla absorta de su elegancia, sobriedad, estilo, modales y voz, ella piensa que cuando sea grande le gustaría casarse con un hombre como él. Mejor príncipe azul no puede haber en todo el hotel. 

El hotel donde Giselle, niña de ocho años, vive con sus padres (su padre es un renombrado arquitecto y su madre es dueña de una tienda de antigüedades), es un hotel de cuarenta y cinco pisos ubicado en pleno corazón de Manhattan, en Nueva York.  Giselle y sus padres ocupan una suite de 300 m² en el piso treinta y cinco. Por razones prácticas viven en hotel ya que no sólo los trabajos de los padres de Giselle se encuentran cerca, sino también el colegio a donde va su hija. Además cuentan con limpieza diaria, con servicio de lavandería y con comida exquisita que brinda el hotel. Lamentablemente a la madre de Giselle no le gusta cocinar y menos a su esposo.

Pues bien, Giselle, acostumbrada a vivir prácticamente sola aunque esté cuidada por una niñera (una muchacha de 23 años un poco renegona, pero eficiente) durante las tardes, ha trabado amistad con otras personas, mayores que ella, para que espanten su soledad porque no sólo quiere estar con su niñera, la señorita Harrison. Esas personas, con las cuales Giselle ha hecho amistad, trabajan casi todas en el hotel, con excepción del chófer que los padres de Giselle tienen contratado de manera privada. Si bien esas personas no están a su altura (como le suelen decir sus padres a Giselle), son personas de confianza y muy amables de trato. Por ejemplo, Giselle le tiene cariño a la mujer de la limpieza, una afroamericana cuarentona llamada Marta. Esta señora, a parte de saber limpiar, tiene la capacidad de hacer reir a Giselle. La vida resulta agradable a su lado. Luego, está Antonio, el chófer mexicano, quien la lleva a sus actividades extraescolares como clases de equitación y de ballet. Él es parco de palabras, pero trata a Giselle como a una princesa. Luego, Sandy, una muchacha súper simpática que trabaja como recepcionista en el turno de las tardes. Y para finalizar, su príncipe azul, Abdul, un joven de 24 años, de padre y madre egipcios, quien trabaja, desde hace cuatro meses, como ascensorista tres veces a la semana, pero quien ayuda a sus padres, dos veces a la semana, en el pequeño restaurante que tienen, ubicado no precisamente en Manhattan. 

Hoy día Giselle, después que el chófer la recogiera del colegio, entró de frente al ascensor. Allí adentro estaba Abdul.
- Buenos tardes, señorita Giselle - le saludó alegremente el ascensorista.
- ¿Eres feliz? - con esta pregunta saludó Giselle a Abdul mientras su voz estaba cargada de reproche.
- ¡Caramba! - respondió el ascensorista sorprendido. ¡Qué pregunta! Hoy día sí tengo motivos para estar feliz.
- ¿Por qué? - le preguntó Giselle fastidiada.
- Porque tú me has dirigido la palabra - le contestó Abdul mientras le regalaba su mejor sonrisa. 
- Pero, en general, ¿eres feliz? - le  preguntó Giselle. Desde hace unos pocos días que ella se pregunta por qué no es feliz.
- Pues, a decir verdad, creo que yo busco mi felicidad en la felicidad de los demás, como en la tuya, por ejemplo - le dijo Abdul, esta vez, pensativo.   
- ¿Cuán grande es tu felicidad? Giselle lo miraba seriamente. ¿Tan grande como este hotel?
- Yo diría que si tú esperas una felicidad demasiado grande, a la larga, puede resultar un gran obstáculo para tu propia felicidad - le respondió el ascensorista más que pensativo. Estaba empezando a preocuparse por Giselle.
- ¿Sabes, Abdul? A pesar de ser una niña de padres muy ricos, siento que la felicidad  vive en otro piso de este hotel y no en el mío. Además, no cuento con amigas en el colegio. Tenía una buena amiga, pero se ha ido a vivir a California con sus padres.
Abdul se la quedó mirando. En lugar de decirle a Giselle que la felicidad es mejor imaginarla que tenerla, le hizo una pregunta: 
- ¿No crees que la felicidad tiene algo de pena?
- Entonces, ¿quieres decir que yo sí soy una niña feliz? - la pregunta de Giselle salió como un disparo certero de su boca.
- Yo creo que a ti lo que te falta es un hogar, pero tú, Giselle Roberts, eres una niña privilegiada, no tanto por lo material que puedas tener, sino porque en este hotel hay gente que te aprecia y que está al tanto de ti porque te ven muy sola. Yo pienso que es mejor que no aguardes a la gran felicidad. Disfruta, más bien, de esas pequeñas alegrías que recibes cada día en este hotel de parte de todos nosotros.
Después de decirle estas palabras, Giselle abrazó a Abdul. Ojalá que algún día ella pueda encontrar a un príncipe azul, como él, y formar un hogar, sin muchos metros cuadrados a disposición, pero con la lumbre encendida para que su corazón nunca se congele de la pena, porque la pena se siente fría o acaso, ¿es más la soledad?
Después que Abdul la dejara en su piso, él pensó que hablaría pronto con la madre de Giselle; la iría a buscar a su tienda para decirle que le preste más atención a su hija aun con riesgo de perder su puesto de trabajo como ascensorista.

Me consta que así lo hizo. Después que Abdul hablara con la madre de Giselle, ella decidió trabajar menos tiempo y dedicárselo más a su hija. Lo puede hacer porque la tienda de antigüedades es, más que todo, un pasatiempo para ella. Yo, la señorita Harrison, ya no trabajo más de lunes a viernes, sino sólo tres veces a la semana. Pero, no importa, porque me han aumentado mi salario. Además, me quedo algunos fines de semana para cuidar a Giselle cuando sus padres salen con amigos. En un mes me quedaré dos semanas con ella porque sus padres se van de viaje al Caribe.

Días más tarde al encontrar Abdul a Giselle en el ascensor, fué él quien le preguntó si ella es feliz. A lo que ella le respondió que sí con un gran sonrisa y luego le comentó que su madre y ella van a empezar a tomar juntas un curso de cocina una vez a la semana. Abdul contento de saber que la conversación sostenida con la madre de Giselle había tenido un efecto positivo en ella, le dijo que cuando ellas ya puedan cocinar bien, él les pasará unas recetas de su madre. A lo que Giselle le contestó:
- Le voy a decir a mis padres de ir a almorzar este fin de semana al restaurante de tus padres.
- Seguro que ellos se alegrarán - le dijo Abdul. Yo les he hablado de ti.   Se despidieron porque le tocaba a Giselle salir del ascensor. Su niñera la estaba esperando para ayudarla con una tarea de Matemáticas.

Los padres de Giselle aceptaron no sólo la propuesta de ir a almorzar comida egipcia, sino de conocer ese otro mundo del cual venía Abdul, el ascensorista ... ese ascensorista que los había hecho descender hasta el último piso de la realidad, pero que a mí me ha hecho subir al cielo, porque al igual que Giselle, pienso que este ascensorista no sólo es muy guapo, sino que la felicidad viene colgada de sus brazos. ¡Ay! yo sueño que un día él me estreche en los suyos. Pero, shh... que no se entere Giselle que yo también suspiro por Abdul, el ascensorista.

MARiSOL





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martes, 10 de marzo de 2015

Concurso de belleza


Érase una vez un caballo, tan negro como la noche, que tenía de mejor amigo a  un cuervo, también igualmente negro como la noche. Ambos se encontraban conversando cuando yo llegué de puntillas a observarlos para escuchar su conversación.
- Hoy día me siento triste - le dijo el cuervo mientras lo miraba con la cabeza gacha.
- ¿Por qué? - le preguntó el caballo de color azabache.
- Pues, porque hace un rato me he enterado que mi significado simbólico es negativo, triste y poco halagüeño. Y se me imputa de ser un animal solitario y muy entrometido en los asuntos de los hombres. Se supone que yo presagio enfermedades y  actuó además como aviso de la muerte. Pero, no es cierto. Tú me conoces - le dijo compungidamente el cuervo a su amigo équido y luego agregó que a las personas que escuchó hablar sobre él finalmente dijeron: ¡Ay, pero que feo es este cuervo!
El caballo, después de contemplarlo un ratito le dijo de manera cariñosa:
- Yo veo en ti no sólo a un buen amigo, sino que  además eres muy inteligente y sabes volar con destreza y elegancia.
-  Pero, ¡no dejo de ser feo! - le refutó el cuervo. Tú, en cambio eres perfecto. Todo mundo te admira por tu belleza. Además, tú a parte de ser un animal noble, engrandeces al hombre, porque le confieres más fuerza, más poder, más gallardía y ...
- ¡Alto! No sigas hablando - le interrumpió el caballo. No te compares conmigo. Es dañino. Lo que cuenta es la belleza interior ... ésa que no todos pueden ver.
- Sí, todo me parece estupendo lo que dices. Pero yo no dejo de ser un animal feo - dijo resignado el cuervo.
- Mira, ¡sácate esa idea tonta de la cabeza! Tú para mí eres bello porque tienes un alma buena. Y tu amistad la valoro más de lo que te puedes imaginar - le hizo saber el caballo.
El cuervo lo miró, pero no se sentía convencido de las palabras de su amigo. Al entender su mirada, el caballo le dijo de manera enérgica:
- ¡Colócate encima de mi cabeza! 
- ¿Por qué? - le preguntó desconcertado el cuervo.
- Alguna vez yo escuché a mi amo decir esta frase de Víctor Hugo: La belleza es la frente; el amor, la corona.
El cuervo sonrió agradecido. Entendió el mensaje. Más que ser bello, era más importante ser el representante del amor. Y, sí, ¡quería a su amigo equino con toda el alma! 
Desde ese momento, cada vez que el cuervo y el caballo se encuentran, el cuervo casi siempre se posa sobre la cabeza de su amigo para embellecerlo aún más con su corona de plumas.  
Y yo cuando los veo juntos admiro la belleza de su sincera amistad.

MARiSOL

Una bella canción sobre la amistad

 

lunes, 9 de marzo de 2015

Los anillos de Júpiter




En esta noche sin luna pero vestida con estrellas, la estrella que más destaca es Júpiter. ¡Cómo brilla! Me imagino que sabrás que los anillos que rodean a este planeta son un sistema de anillos planetarios. Es el tercer sistema de anillos descubierto en el Sistema Solar, después de Saturno y de Urano. Los cuatro anillos de Júpiter, que se componen básicamente de polvo, son: Anillo Halo, Anillo Principal, Anillo difuso de Amaltea y Anillo difuso de Tebe. Bueno, como información es suficiente. Más bien, te quiero contar lo que le sucedió, hace un rato atrás, a Estela mientras nadaba desnuda de noche en la piscina del sauna a donde suele ir regularmente. Pues bien, mientras Estela se encontraba sola nadando en la piscina sintió que alguien la observaba ... era Júpiter. Él le habló:
- Te regalo todos mis anillos a cambio que tú vengas a vivir conmigo. Me siento solo.
Estela sorprendida  porque Júpiter le dirigiera la palabra le contestó:
- No los quiero, gracias. Yo no uso anillos.
- ¿Ni siquiera usas uno? - le preguntó Júpiter consternado.  A la mayoría de las mujeres les gusta no sólo los anillos, sino los collares, las pulseras, los broches y los aretes. En fin, las joyas. Y si son realmente bien finas y caras, mejor.
- Si bien yo tengo varios anillos y todo lo demás que tú has mencionado, raramente me los pongo.
- Entonces, me equivoqué contigo - le dijo Júpiter. A mí me gustan las mujeres que se arreglan de manera elegante, que usan sus joyas, ¿sabes? No me sirves. Contigo yo no me luciría.
- No me importa lo que pienses de mí - le respondió Estela. Así tus anillos fueran de platino, oro o plata, igualmente no me interesaría vivir a tu lado. Contigo no sería feliz.
- Eres grosera conmigo - le hizo saber Júpiter. ¿Qué se había creído esta mujer?
- Además, sólo cuentas con cuatro anillos. Saturno y Urano cuentan con más anillos que tú - le dijo Estela con ganas de fastidiarlo.
Júpiter comenzó a odiarla y le dijo:
- Mira, yo soy más importante que tú. Yo destaco por mi tamaño. Soy más grande que el Sol y brillo más que otras estrellas. Y tú, Estela, no brillas nada así te pongas un montón de joyas encima. ¡Ja!
- Recuerda que sólo destacas de noche. De día eres invisible al ojo humano - le recordó Estela. 
- ¡Cállate! - gritó Júpiter irritado. Sus anillos temblaban también de indignación. Por suerte, una nube espesa, atenta al diálogo, impidió que este planeta le siguiera gritando a Estela.
Es así como Estela salió de la piscina rápidamente y se fué a meter al sauna para desintoxicar no sólo su cuerpo, sino desintoxicarse también de la conversación sostenida con este astro arrogante. La próxima vez que lo vea le hará saber que el respeto y el amor ni se compran ni se venden, sino que se ganan con anillos o sin anillos de por medio.


MARiSOL


 


Imagen sacada de Bing

viernes, 6 de marzo de 2015

Humo negro

 
- ¿En qué rincón del mundo te has escondido? - me pregunta la noche un tanto enervada.
Guardo silencio. No rompo el pacto hecho conmigo mismo.
- ¿Dónde estás? - grita la noche. ¡Tu silencio me ofende! ¡Sé valiente y sal de tu escondite!  
Mientras mis labios siguen sellados, mi boca no pronuncia palabra alguna. ¡Ay! Ya nada es como antes cuando yo quería a la noche con todo mi corazón. He sido víctima de sus caprichos, de sus engaños y de su cinismo. La noche es sólo un humo negro que ha cubierto no sólo mis pensamientos ... ¡Ay! ya no puedo pronunciar esas tres palabras, que todos conocemos, porque la noche las ha pisoteado por no darle la importancia que cada una se merece. Mi garganta se ha quedado seca, sedienta de ese sentimiento puro, auténtico y genuino que todos conocemos, pero que no todos saben pronunciarlo. Mi nombre en boca de todos, pero ¿quiénes realmente me conocen? Quiero volver a sentirme tal como era antes y no como soy ahora. Ya no me puedo dar abiertamente, ahora me he vuelto reservado y no quiero. Una coraza cubre lo mejor de mí. El tiempo me ayudará a liberarme de ésta.

Y mientras la noche me busca, yo sigo silencioso mirándolo desde mi mundo ... ese mundo donde no existe ningún humo negro que castigue a mis ojos. Acaso, ¿pretende la noche que yo me quede ciego del todo? ¡No! Mi grito ella no lo puede escuchar; sólo yo, porque si abro la boca su humo negro me hará toser. No quiero que ella descubra mi escondite. Me doy cuenta que la noche está rabiosa conmigo porque ella no me puede encontrar. Me atrevo a decir que ella me odia, en este momento. Pero yo no puedo odiarla aunque quisiera. Sólo estoy herido y defraudado.

La noche, sin estrellas ni luna que la vistan, se ha vuelto espesa como un humo negro. Ella siente que se asfixia sin mí. Pero no morirá porque ella es eterna. Y ¿yo? También. Si tú eres capaz de pronunciar esas tres palabras que forman una bella frase, entonces, sabrás quién soy. Pero... shhh.... no le digas a la noche dónde yo me encuentro. Pero, díme, ¿sabes quién soy yo y dónde realmente vivo?
- No - le contesto desconcertada y en voz bien baja para que la noche no nos pille conversando.
- Soy el Amor y vivo en tu corazón.
La miro con los ojos bien abiertos. Ahora entiendo. La noche cuando aprenda a amarse a sí misma, será capaz no sólo de amar a los demás, sino que se dará cuenta que en el verdadero amor ni manda nadie ni nada se exige. El verdadero amor no es otra cosa que el deseo sincero de ayudar al otro para que sea quien quiere ser.


MARiSOL

Y acá te dejo la canción ganadora que representará a Alemania 
en Eurovision Song Contest 2015 en mayo, en Viena.  



Aquí dejo el enlace  de la letra de esta canción:
Ann-Sophie-Black-Smoke

martes, 3 de marzo de 2015

El renacer de Narciso




Yo no te quiero contar de Narciso, de aquel joven conocido por su gran belleza, quien es mencionado en la mitología griega. Más bien, te quiero hacer saber que el mes de Marzo es el mes de Narciso. Esta flor que brota a finales de invierno (en el hemisferio norte), con su brillante color amarillo, personifica el renacer a la vida o un nuevo comienzo. 

Veo que Narciso me sonríe agradecido porque le gusta el papel que representa no sólo ante las demás flores del año, sino ante ti, ante mí y ante toda aquella persona que busque su compañía. Antes que él estuvo Clavel, flor de Enero, quien representa el orgullo, la belleza, la admiración y la gratitud, bastante ocupada. Lo mismo Iris, flor de Febrero, quien simboliza la fé, el valor y la sabiduría. 

Las demás flores esperan pacientemente su turno para acompañarnos en nuestro caminar por este año que ya empezó.  Te las presento:
Margarita, mes de Abril, quien no sólo personifica la alegría e inocencia juvenil es también la esencia misma de la Primavera. Luego, Lirio, quien también se hace llamar Azucena y representa el candor, la majestuosidad y la pureza viste al mes de Mayo . Y cuando llegue Junio, nos hará saber que su flor es la Rosa, quien es símbolo de amor y pasión. Luego Delfinium o Espuelas de caballero, se hará presente en Julio. Esta flor simboliza un corazón abierto y un ardiente afecto. ¡Ah! Agosto nos presentará a Gladiolo, quien representa la fuerza e integridad moral. Si bien sus flores cautivan por su belleza, también significan engreimiento. Y cuando a Septiembre le toque su turno traerá en sus brazos a Aster, a quien se le atribuyen poderes mágicos y se le considera un talismán de amor y símbolo de elegancia. Y cuando este mes se despida llegará Octubre con una brillante y colorida Caléndula de grandes flores anaranjadas quien representa afecto y gracia. Luego le daremos la bienvenida a Noviembre con su hermoso Crisantemo; símbolo del sol, que significa optimismo y felicidad. Al llegar el último mes del año, Poinsetia, quien simboliza la alegría y felicidad, es la que se encargará de hacer más hermosas las celebraciones navideñas.

Como verás, todas las flores tienen un hermoso significado. Pero ahora yo me abrazo a Narciso para que me transmita su energía positiva, sobre todo, cuando la vida nos reta al cambio. Y es que la vida es un constante proceso ... nacemos, morimos y renacemos. Y aunque las crisis nos atemoricen y nadie nos pueda librar del dolor, éstos nos sirven no sólo para cerrar un capítulo de nuestro vida, sino para renacer abriendo otro capítulo en este nuevo año de vida. 

¡Querido Narciso, Marzo y yo te damos la bienvenida!

MARiSOL






La foto es mía

domingo, 1 de marzo de 2015

Ojo de huracán


No sé si sepas que el ojo de un ciclón tropical tiene entre 30 y 65 kilómetros de diámetro y suele encontrarse, normalmente, en el centro geométrico de la tormenta. Pero hay ciclones en donde su ojo puede llegar a tener más de 300 kilómetros como también pueden tener sólo 3 kilómetros de diámetro. Bien, si dejamos los diámetros de lado, y nos concentramos sólo en el ojo, a éste se le llama ojo claro cuando está despejado o contiene sólo algunas nubes bajas y se le llama ojo lleno cuando contiene nubes bajas y medias o cuando está cubierto por muchas nubes densas. 

Pero yo no quiero hablar sobre este tipo de ojo de huracán. Más bien, de aquel otro ojo que nos observa, que nos hace ver en silencio de nuestros errores, de nuestras necedades,  de nuestros malos humores, de nuestros malos pensamientos, de nuestras malas acciones ... todo eso que no nos hace mejores personas, sino todo lo contrario. 

¿No será que el ojo del huracán nos quiere hacer recordar que tenemos, en el fondo de nosotros, un alma noble, blanca, transparente e ingenua? Pienso que así es. Este ojo nos escruta con su mirada para prevenirnos de los sentimientos negativos que se encuentran rondando dentro de nosotros y que, al final, amenaza con arrasar con todo lo bueno que tenemos. No hay que permitir que nuestros sentimientos negativos alcancen el mismo nivel de diámetro que el ojo de nuestro huracán interno. No permitamos destruirnos a nosotros mismos o a los demás. Al final, siempre llegan a quedar escombros en el alma. Y no precisamente hablo de un conjunto de restos de ladrillos, hormigón, acero, hierro, madera o vidrios. ¡Ay! ¡Cuán difícil es volver a rescatar de los escombros a la confianza y al respeto! Sobre todo, cuando nuestro huracán ha arrasado con los buenos recuerdos, dejando sólo los malos a la vista de todos. Y lo que es peor, expuestos ante nuestra conciencia. Y es que todos la tenemos, querramos o no. La conciencia está allí silenciosa mirándonos, retándonos para desechar no sólo lo malo que llevamos por dentro, sino para reconstruirnos por dentro. Unos lo consiguen. Otros, no. 

Pero yo te quiero contar de Erika. Ella como cazadora de huracanes y quien pertenece al Escuadrón Nr. 35 del Centro de Meteorología de las Fuerzas Armadas de su país, se encuentra, en este momento volando dentro del ojo del huracán. Ella cumple con su misión. Sabe que no puede ni correr ni esconderse de sí misma ante esta peligrosa tarea, pues, ella sabe que en esa tranquilidad atmosférica, donde no hay nubes, ni lluvias ni vientos, donde aparentemente su mundo interno está en equilibrio y su cielo está claro, alrededor del ojo se encuentra la pared del ojo, que es la parte más violenta del huracán ... allí donde los vientos son más fuertes y violentos ... esos vientos vestidos de sentimientos negativos que nos pueden destruir no sólo por fuera, sino también por dentro. Pero Erika no desea ser víctima del huracán. Ella quiere aportar valiosa información no sólo grabándolo y fotografiándolo para conocerlo mejor, sino ella está allí, en su avión, lejos de la Tierra para dejar de lado sus sentimientos negativos que, por momentos, la asaltan. 

Erika atraída por el fenómeno del huracán, arriesga su vida por ir tras él ... por ese huracán que le hace ver que la vida vale la pena ser vivida, a pesar de lo peligrosa que pueda ser. Ella sabe que si tiene la conciencia en paz y domina sus miedos, no se sentirá observada por el ojo del huracán, sino todo lo contrario. Ella será la que lo tenga en la mira para escrutarlo a fondo ... allí donde, quizás, Dios se encuentre observándola. 


MARiSOL







Imagen sacada de Bing


El perfume de la rosa




Érase una vez una rosa que nació para nunca morir. Esta rosa no sólo sigue existiendo desde tiempos inmemorables, sino que ella no sólo ha vivido en distintos lugares, sino que ha ido de mano en mano. Hasta el día de hoy ella cambia de dueño, de barrrio, de ciudad, de país ... hasta de continente.

Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo hubo una princesa que se enamoró de un  hombre al cual ella quiso tener por esposo. Pero sus padres, reyes importantes, dieron la orden que se lo llevaran muy lejos para evitar que él  raptara a su hija, la princesa. Es así como se lo arrancaron de su vida para casarla con otro ... con un príncipe tan importante o más que ella. Tuvieron tres hijos y vivieron mucho tiempo felices. Sin embargo, la princesa guardaba un secreto ... antes de la deportación de su gran amor, él le regaló una rosa rojo intenso (símbolo de amor para toda la vida) para que ella así lo recordara para siempre. Pues bien, lo que la princesa nunca pudo imaginar es que esta rosa, a pesar de haber sido cortada, nunca moriría. Lo único que necesitaba era agua fresca para que su belleza y perfume la acompañaran y la ayudaran a vivir con alegría. La princesa aprendió a vivir sin su gran amor; se dedicó de lleno a los suyos mientras el perfume de la rosa la cubrió con su amor hasta el final de sus días.

Hace pocos días que a mis manos ha llegado esta rosa; alguien desconocido la colocó (cuidadosamente bien empacada) en la puerta de mi casa y dejó una nota que decía:  Te has hecho merecedora a esta rosa especial porque veo que la necesitas. Ante todo, colócola en agua y que no le de mucho el sol. Luego, háblale  y verás que esta rosa te responderá. Mas, cuando tú sientas que puedes vivir ya sin ella, suéltala y entrégasela a alguien que creas que la necesite. Escribe el mismo mensaje y no rompas la cadena. Y, por favor, no te quedes con ella ni la tires a la basura.  Esta rosa tiene una misión que cumplir. Lo entenderás dentro de unos días. Verás el efecto que tendrá en tu vida de ahora en adelante.

Efectivamente, cada vez que yo le hablaba a la rosa, ella me respondía, más que con su belleza, con su perfume... un perfume, nunca antes olido por mí. Cuando comencé a entender su lenguaje, caí en cuenta que esta rosa no olía a rosa. Era más que eso. Olía a amor. Si bien al perfume de la rosa no lo podía ver, sí lo podía sentir. Es así como un sentimiento de paz cubrió mi alma. Este perfume no sólo rompía con la barrera del tiempo y de la distancia, sino que el ser querido, al cual yo extrañaba me hacía ver que tenía que seguir viviendo sin rabias ni penas para sentir no sólo su perfume, sino el perfume, más importante de todos, el que nos regala la vida.

Es así como después de copiar el mensaje, empaqué la rosa cuidadosamente y se la dejé en la puerta de una vecina que, hace pocos días, ha quedado viuda. Estoy segura que ella también se dará cuenta que el perfume de la rosa, que es, en realidad, el sentimiento del amor, es la mejor medicina para curar nuestras rabias y penas porque a través de éste podemos encontrar en la felicidad del otro nuestra propia felicidad.

MARiSOL