domingo, 21 de abril de 2013

El baúl de los recuerdos


Había llegado el momento de repasar el pasado... Carmen no quería abrir el baúl. Pero lo hizo cuando el mismo baúl le dijo que haciendo un balance de las horas vividas en positivo y en negativo en base a sus recuerdos la ayudaría a tomar la decisión que necesitaba para poder vivir en paz.
- Tengo miedo de abrirte, baúl - le dijo Carmen.
- ¡No temas! - le contestó el baúl y continuó hablando- Deja salir los recuerdos. Arturo se hará presente en cuanto me abras. ¡Ya lo verás! Además, te tengo otra sorpresa. Creo que te gustará.
- La tentación es grande - comentó Carmen. Se sentía insegura. Comenzó a temblar de emoción y de miedo al abrir con sus dedos vacilantes su baúl.
En el preciso momento que Carmen lo abrió, Arturo se apareció con todo lo que él le había regalado en el transcurso de su romance.... hacía ya tiempo atrás. 
No solamente se le apareció Arturo, sino que Carmen dejó de ser la mujer madura de cincuenta y cinco años y se convirtió en la joven de veinticinco. Allí estaba Arturo, al pie del baúl, también joven, sonriéndole. Él no le había hechos muchos regalos mientras habían estado ellos juntos como pareja durante dos años. Él le había regalado flores y un vestido, y un bolsa de dormir  que él le la había prestado; ella se olvidó de devolvérsela
- Hola - saludó Arturo a Carmen tímidamente.
Carmen estaba muda. No le salía la voz de la emoción.
- Como ves, tu baúl me trajo a ti. Hacía tiempo que quería verte.
- Pero tú nunca me llamaste por teléfono o me escribiste una carta- le reprochó Carmen. Ahora sí su voz se dejó escuchar.
- No es verdad, Carmen - se defendió Arturo y continuó - Te he llamado varias veces, pero colgaba el teléfono. Solamente quería escuchar tu voz. Y también te he escrito, pero es cierto, mis cartas, en ellas donde te decía todo lo que todavía siento por ti, quedaron sin ser enviadas.
- Yo también te he escrito, pero más bien, muchos poemas y cuentos pensando en ti - le dijo Carmen casi en un susurro.  Era una forma de sentirte cerca.
- Me gustaría que recomenzáramos. O mejor dicho que continuáramos como si yo nunca te hubiera dejado - le dijo Arturo. ¿Qué dices?
Carmen al escuchar sus palabras se dió cuenta que no era posible. El deseo de Arturo era egoísta. Y el riesgo que la vida la volviera a golpear la asustó. Había pasado demasiado tiempo... un tiempo de silencios. Ya no eran los jóvenes de antes. Cada uno de ellos había hecho distintas experiencias... La vida los había llevado por diferentes caminos. Y difícil era volver a ser una pareja. No era posible o ¿acaso sí? Ella tenía cuatro hijos y un esposo al que le debía no solamente respeto, sino que la había salvado del abismo... No. No era posible.
Carmen no quiso escucharlo más. Ya lo había visto. El pasado era irrepetible. Armándose de valor, cerró rápidamente el baúl. Volvió a ser la mujer que era. Arturo desapareció de su vista, pero no de su corazón. Allí prefería ella tenerlo. Verlo en ese otro baúl. 

Marisol 
 
 

El baúl de los recuerdos
Karina
 
Que poco significan las palabras
uuuh
Si cuando sopla el viento se las lleva tras él
Y queda solamente los recuerdos
uuuh
Promesas que volaron y no pueden volver
Vive siempre con ilusión
si cada día tiene diferente color
Porque todo llega a su fín
después de un día triste nace otro feliz

Buscando en el baúl de los recuerdos
uuuh
Cualquier tiempo pasado nos parece mejor
Volver la vista atrás es bueno a veces
uuuh
Mirar hacia delante es vivir sin temor
 

Los recuerdos son el pasado
Cuando queda tanto por andar
Uuuuuh
 

Buscando en el baúl de los recuerdos
uuuh
Cualquier tiempo pasado nos parece mejor
Volver la vista atrás es bueno a veces
uuuh
Mirar hacia adelante es vivir sin temor
Si cada día tiene diferente color
Después de un día triste nace otro mejor
 

Buscando en el baúl de los recuerdos
uuuh
cualquier tiempo pasado nos parece mejor
Volver la vista atrás es bueno a veces
uuuh
Mirar hacia delante es vivir sin temor
Si cada día tiene diferente color

Después de un día triste nace otro mejor
 

Vive siempre con ilusión
si cada día tiene diferente color
Porque todo llega a su fin
después de un día triste nace otro feliz
Vive siempre con ilusión
si cada día tiene diferente color…
   
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Imagen sacada de bing

jueves, 18 de abril de 2013

El amor no duele


Wilson se preguntaba  si sería cierto que el amor es la única fuerza que puede romper las barreras de la distancia, edad, cultura, religión o estilo de vida. Y mientras esto él pensaba rodaron lágrimas por sus mejillas. El mar al verlo así le preguntó qué le pasaba.
- Mi corazón sufre - contestó triste Wilson.
- ¿Por qué?  - le preguntó el mar curioso y preocupado. 
- Porque la niña de mis sueños no está conmigo
- ¿Quieres que te la devuelva? - le preguntó el mar cautelosamente.
- ¡¡¡¡¡Sí!!!!!! - gritó emocionado Wilson. 
- Mmmmm - dijo el mar pensativo y continuó hablando - Eres egoísta, Wilson.
- ¿Por qué? - preguntó el niño sin poder entender.
El mar al ver el desconcierto en la mirada de Wilson, le hizo saber que él estaba confundiendo el amor con la necesidad. 
- No te entiendo - contestó Wilson
- Es muy sencillo. Lo que sucede es que el amor no duele, pero no obtener lo que uno quiere, sí que duele - dijo el mar.
- ¡Y cómo! - suspiró Wilson mientras miraba al mar con sus ojos tristes.
- ¿Me has entendido? - preguntó serio el mar.
- Sí, creo que sí - respondió Wilson resignado. Anita se había ido con sus padres a vivir a un país lejano. Viviría en sus recuerdos.

Al otro lado del oceáno la niña de sus sueños, sentada frente a sus libros de colegio y ante su computadora, se encontraba leyendo una y mil veces un e-mail de Wilson donde le contaba muchas cosas, pero la frase que se le quedó grabada en su corazón partido fué: "Hoy día me acordé de ti. Te extraño". Pero ella conociendo lo romántico que es Wilson, le contestó: "Yo también te extraño, pero la vida nos lleva por diferentes caminos. Algún día nos volveremos a ver aunque nos lleve toda una vida reencontrarnos".
Wilson sonrió imaginándose cómo se verían los dos de adultos. Quizás se volverían a ver cuando fueran ya viejos con bastón y dentadura postiza.  Y el mar al ver a Wilson sonreir, se durmió.

Cuando Wilson despertó de su sueño, se acordó de la frase: "Hoy día me acordé de ti. Te extraño". Él ya no era el niño ni joven de antes, solamente un hombre sesentón todavía enamorado de la "mujer de sus sueños". ¿Quién será? Yo no lo sé. Quizás tú la conozcas.

Marisol 


 
 Imagen sacada de bing
 

viernes, 5 de abril de 2013

La confianza


Este pensamiento de Paulo Coelho me gusta mucho. Pero, ¿qué pasa cuando no existe confianza entre dos personas? ¿Será cierto que confiar en todos es insensato, pero no confiar en nadie es neurótica torpeza?

Ana había sido amiga de Clara por mucho tiempo, pero ahora Ana ya no  no tenía ganas de seguir envenenando su alma... Por este motivo había decidido cortar la amistad con Clara, porque ella no confiaba ni en su sombra. 

Yo también fuí amiga de Clara. Yo la tuve que dejar de lado al igual que Ana. En realidad, un poco de desconfianza es saludable, pero serlo siempre como Clara, te quita las ganas de seguir siendo su amiga.  

- Cuando uno se da cuenta que no puede haber ningún tipo de conversación, es cuando la confianza no existe, ¿no es cierto, Rita?
- Sí, es verdad. En una conversación no se trata de tener todas las respuestas, sino de estar abierto a todas la preguntas - le dije a mi amiga Ana y continué hablando - La situación con Clara se volvió insostenible... sin confianza, no puede haber diálogo. Y donde no hay confianza, no hay amor. 
- Brindemos, por lo menos, por nuestra amistad - me dijo sonriendo Ana. En ella yo confío a ciegas. Y me alegro por ello. 

Marisol 

 


 Mi confianza
Luz Casal

Si un día perdiera mi calma y mi paz
Tú sabrías que hacer, cómo ayudar.

Si perdiera la fe tendría en ti
Algo en lo que creer.

Pongo mi confianza en ti
Tú no me dejarás, nunca me traicionarás
Dos impulsos y un sólo ser.

Haciéndome pensar que puedo mantenerme en pie
Nunca perderé mi confianza en ti
No, nunca perderé mi confianza en ti

Tu aliento me llevó al abrigo del mar
Lejos de la traición de tanta falsedad.

El tiempo inútil y gris no inyectará
Nunca su veneno mortal.

Pongo mi confianza en ti
Tú no me dejarás, y tienes tanto que decir
Dos impulsos y un sólo ser.

Haciéndome creer que puedo
Mantenerme en pie
Nunca perderé mi confianza en ti
No, nunca perderé mi confianza en ti

No, nunca perderé mi confianza en ti,
No, nunca perderé mi confianza en ti,
No, nunca perderé mi confianza en ti,
No, nunca perderé mi confianza en ti.


miércoles, 3 de abril de 2013

¡Vámonos!


- ¡No tengo más ganas de seguir aquí! - le dijo molesta Lisa a su amigo, Blacky, un gatito negro y después bajando la voz le preguntó si quería él acompañarla de viaje.
- Sí, pero después de unos días me regreso a casa- le contestó su amigo, el gato.
- Pero, ¿por qué? - le preguntó la niña sorprendida.
- Porque yo no me escapo de los problemas como tú, Lisa - le respond el gato mirándole fijamente a los ojos.
Su amiga bajando la mirada avergonzada le dijo:
- Soy cobarde, ¿verdad?
- Sí, Lisa. Tu exceso de prudencia me sorprende - le respond Blacky.
- ¿Por qué? - le preguntó su amiga.
Porque eres incapaz de encarar las consecuencias - le contestó Blacky bien serio. 
Goose, el ganso, amigo de ellos dos, quien se encargaba de llevarlos de viaje le dijo a Lisa:
- Tienes que aprender a vencer tu timidez y miedos absurdos. Solamente así puedes resolver cualquier tipo de problema que se te presente.
- Pero no es fácil ser valiente - dijo Lisa con cara sonrojada.
Mira - siguió hablando el ganso - No importa donde te lleve, si para atrás o para adelante, para arriba o para abajo, para la izquierda o derecha...  tú seguirás siendo una gran cobarde sin importar el lugar donde te encuentres.
- Así es - dijo Blacky - Goose tiene razón. Es más,  Lisa, tú no solamente eres temerosa de enfrentarte a tus problemas, sino que no te gusta tomar decisiones por ti misma. Normalmente te escudas detrás mío y estás a la espera que yo te los resuelva, ¿verdad?
- ¡Cállate! - gritó Lisa. Temblaba de indignación.
- Agresiva puedes ser, pero solamente antes los dos, ¿verdad? - preguntó Goose de manera irónica.
Lisa, después de aspirar hondo le dijo a Goose con voz resoluta:
- ¡Llévame de regreso a casa!  
Blacky se quedó mudo ante la respuesta de Lisa. Goose sonriendo sabía que ella les había entendido, porque v como la Cobardía se fué volando lejos y abandonó a Lisa para siempre, pero llegó a mi lado para hacer su nido en mi árbol de vida. ¡Ay! ¿y ahora que hago yo con ella? ¡No tengo más ganas de seguir aquí!



Marisol

 Y tú, querido lector ¿eres cobarde




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