jueves, 18 de abril de 2013

El amor no duele


Wilson se preguntaba  si sería cierto que el amor es la única fuerza que puede romper las barreras de la distancia, edad, cultura, religión o estilo de vida. Y mientras esto él pensaba rodaron lágrimas por sus mejillas. El mar al verlo así le preguntó qué le pasaba.
- Mi corazón sufre - contestó triste Wilson.
- ¿Por qué?  - le preguntó el mar curioso y preocupado. 
- Porque la niña de mis sueños no está conmigo
- ¿Quieres que te la devuelva? - le preguntó el mar cautelosamente.
- ¡¡¡¡¡Sí!!!!!! - gritó emocionado Wilson. 
- Mmmmm - dijo el mar pensativo y continuó hablando - Eres egoísta, Wilson.
- ¿Por qué? - preguntó el niño sin poder entender.
El mar al ver el desconcierto en la mirada de Wilson, le hizo saber que él estaba confundiendo el amor con la necesidad. 
- No te entiendo - contestó Wilson
- Es muy sencillo. Lo que sucede es que el amor no duele, pero no obtener lo que uno quiere, sí que duele - dijo el mar.
- ¡Y cómo! - suspiró Wilson mientras miraba al mar con sus ojos tristes.
- ¿Me has entendido? - preguntó serio el mar.
- Sí, creo que sí - respondió Wilson resignado. Anita se había ido con sus padres a vivir a un país lejano. Viviría en sus recuerdos.

Al otro lado del oceáno la niña de sus sueños, sentada frente a sus libros de colegio y ante su computadora, se encontraba leyendo una y mil veces un e-mail de Wilson donde le contaba muchas cosas, pero la frase que se le quedó grabada en su corazón partido fué: "Hoy día me acordé de ti. Te extraño". Pero ella conociendo lo romántico que es Wilson, le contestó: "Yo también te extraño, pero la vida nos lleva por diferentes caminos. Algún día nos volveremos a ver aunque nos lleve toda una vida reencontrarnos".
Wilson sonrió imaginándose cómo se verían los dos de adultos. Quizás se volverían a ver cuando fueran ya viejos con bastón y dentadura postiza.  Y el mar al ver a Wilson sonreir, se durmió.

Cuando Wilson despertó de su sueño, se acordó de la frase: "Hoy día me acordé de ti. Te extraño". Él ya no era el niño ni joven de antes, solamente un hombre sesentón todavía enamorado de la "mujer de sus sueños". ¿Quién será? Yo no lo sé. Quizás tú la conozcas.

Marisol 


 
 Imagen sacada de bing