lunes, 5 de diciembre de 2022

Acto de Fe

 

No sé que le pasa a mi fe. Me pregunto si alguna vez existió en mí. Lo que sí sé con certeza es que no es cierto que tener fe significa no querer saber la verdad. Pero, ¿de qué verdad estamos hablando? Mientras no lo sepamos, la fe le gana la partida así ésta nunca llegue a ser completa, pero sí tan profunda como el mar, ese mar que sería menos si le faltara una gota (¿de fe?).

Pues bien, mi fe, creo yo, está agotada, porque me la planteo y replanteo todos los días. Y es que si bien la fe es el conocimiento del significado de la vida humana, es la fuerza de la vida, es la que ayuda a que nosotros vivamos creyendo en algo ... ese algo llamado Dios de la fe y de la razón.  ¿O es ,acaso, que ésta va más allá de la razón? Y es que debe ser cierto que toda aquella persona que tenga fe, debe estar preparada para no ser sólo un mártir, sino a ser también un loco. Es más, tener fe requiere tener coraje, tener la capacidad de correr un riesgo, tener la disposición a aceptar incluso el dolor y la desilusión, quizá porque ésta nunca es inútil, sino porque también sabemos que mueve montañas y "las but not least" porque produce las señales... como la señal que recibí hoy día. La sacudida que tuve en el cuerpo me hizo llorar porque me sacudió el alma de pies a cabeza. Sin embargo, mi fe me pide de no hablar con todos de lo sucedido, porque no todos creen en ella. Psst.... entre mis contradicciones y disgustos mi acto de fe vuelve a mí, unas veces, débilmente, otras, con una fuerza arrolladora. Y es que una cosa es el acto de fe y otra las fórmulas con las que expresamos el contenido de la fe. 

Correr el riesgo de perder a Dios y quedarme sólo con la fórmula o el rito, no quiero. Es más, no deseo de convertir la fe sólo en un acto voluntarioso y quedarme, finalmente, con la mente vacía. La fe me mira intensamente y en su mirada logro ver que ella es luz, verdad y camino satisfaciendo de esta manera a mi inteligencia. Y es que toda persona que crea, piensa porque la fe, si lo que cree no se piensa, entonces, es nula, no existe. 

A decir verdad, no se puede vivir sin fe porque ésta es el conocimiento del significado de la vida humana y porque es la fuerza de la vida... esa vida que es un soplo como aquél que se mueve entre la fe y la incredulidad, entre la certeza y la duda. Ese soplo vestido de presente, pasado y futuro o, mejor aún, ese soplo que pasa en la vida misma, ésa por la que vivimos por largo o corto tiempo mientras nos renovamos nuestra fe.

MARISOL

 

martes, 20 de septiembre de 2022

La casa de cristal

Érase una vez una casa de cristal que se encontraba ubicada entre mi fantasía y mi realidad. Un día al pasar mi alma caminando delante de ésta, la invitó a que entrara. Un tanto indecisa estuvo mi alma antes de aceptar su invitación. Pues bien, al entrar a esta casa, vió con  asombro que los muebles eran también de cristal, menos los cojines, cortinas, alfombras, plantas y flores que la adornaban.

- ¡Pónte cómoda! - le dijo  la casa de cristal a mi alma. Su voz, nada amenazadora, se dejaba sentir en todos los ambientes. Había algo en ella que me hacía sentir bien. Era el momento de poner en orden mi vida. Es así como me senté con cuidado en un sillón de cristal cubierto de unos finos y gruesos almohadones. Junto a éste había una mesa pequeña de cristal adornada con ricos canapés, una hermosa copa de cristal y una botella de champaña. Estaba asombrada de su gran amabilidad. 

- ¿Qué quieres de mí? - le pregunté a la casa de cristal. Tenía curiosidad de saber qué era lo que ésta tenía que decirme en este momento crucial de mi vida.

- Mi mayor deseo es tranquilizar a tu alma porque veo que cual hermoso cristal está lleno de fisuras y temo que se rompa en mil pedazos. Debes de saber que en este mundo lleno de traidores no hay verdad ni mentira; todo es según el cristal con que se mire.Y tú no tienes un alma traidora. Quién piense así de ti se equivoca completamente. Es más, la persona que sospecha invita a ser traicionada. Pero, yo sé que tú esto ni lo piensas, ¿verdad?

Mi respuesta no se dejó esperar. Es cierto, porque la traición, aún soñada, es detestable. Es más, la traición la emplean todos aquellos que todavía no han llegado a comprender el gran tesoro que se posee siendo dueño de una conciencia honrada y pura sin medias tintas de por medio. Y aunque como ser humano no sea perfecto, mi alma no guarda ni rencor ni tiene ganas de traicionar a nadie porque, al final, me traicionaría a mí misma.

Sin embargo, la casa de cristal me hizo saber que con ciertas personas es mejor ser traicionado a tener que desconfiar siempre de éstas, porque la desconfianza es una señal de debilidad. Mi alma me pide que la sostenga con todas mis fuerzas. La casa de cristal, después de escucharme, me promete brindarme su apoyo al hacerme saber que el pesimismo conduce a la debilidad mientras que el optimismo al poder. 

- Pero, ¿de qué sirve el poder? - le pregunto dubitativa a la casa de cristal.

- Mira, cualquier poder que no se base en la unión, es débil. Aún más, todo aquel que tenga poder debe saberlo usar livianamente ante los demás. Y es que si bien casi todos podemos soportar la adversidad, son sólo pocos los que con poder en mano tienen un buen carácter. Recuerda que el poder y el despotismo duran poco. Pero, lo más importante es que el poder, cual explosivo, si no lo manejas con cuidado puede estallar. ¿Me entiendes?

Mientras tomaba un sorbo de champaña y degustaba de un rico canapé, mi alma empezó a sentirse empoderada porque la casa de cristal le estaba haciendo ver que era saludable alejarse del rol de víctima, mi alma tenía que volver a potenciar su fortaleza emocional, aceptar los cambios y los retos, seguir avanzando por más que el mundo quisiera detenerla y seguir adelante pase lo que pase, desarrollar mi ser emocional reforzando mi estructura interna es lo que mi alma me pide, rodearme de personas empoderadas para poder recargar energías porque las personas motivadas con metas y propósitos claros, ayudan mucho, también veía necesario elegir bien porque muchos seres humanos viven buscando aprobación y determinan su vida, vivencias, estados de ánimo en función de los otros. Y, por último, basarse más en experiencias hechas que en símbolos como estatus social o dinero. Sin  embargo, en este útlimo punto tuve que contradecir a la casa de cristal porque mi mayor preocupación es tener suficiente dinero para poder ayudar a un ser querido que me necesita por fuerza mayor.

La casa de cristal al escuchar mi argumento me hizo saber que si bien yo tenía razón, no olvidara que las experiencias que hago mientras gano mi dinero son importantes para mi alma. Mientras reciba cariño y reconocimiento a mi trabajo puedo considerarme una persona afortunada. Estas nuevas experiencias de vida son las que me ayudan a no quebrarme por dentro. Y ya para terminar, la casa de cristal me dijo  que nada es tan difícil que no pueda conseguir la fortaleza ya que ésta crece en proporción a la carga. Es un error pedir una carga apta para nuestros hombros; importante son unos hombros aptos para soportar esa carga que nos aqueja.

Al salir mi alma de la casa de cristal se sentía más fuerte y animada porque, después de lo conversado, se sentía útil de poder aliviar un poco la carga de sus semejantes, sobre todo, de uno en especial por ser  no solamente tan frágil como un cristal, sino por tener muchas fisuras al igual que mis ilusiones infantiles. Y es que son justamente las ilusiones infantiles las que todavía me hacen decir si percibo una fisura en la coraza de un persona. Pues bien, no todo está perdido, más bien, hace falta poco para hacer palpitar a ese corazón detenido. Y el mío sigue palpitando con fuerza porque, indudablemente, no es de cristal.

MARISOL


miércoles, 27 de julio de 2022

Don Conocimiento y Doña Sabiduría

 

Me encuentro reunida con Don Conocimiento y con Doña Sabiduría porque me necesitan como mediadora para aclarar ciertos puntos entre ambos no sólo para así no caer en malos entendidos, sino para que la convivencia entre ellos sea mejor. Bien, mientras Don Conocimiento explica que si él llega desde dentro es el verdadero conocimiento, Doña Sabiduría le hace saber a Don Conocimiento que si no sabe aplicar bien su conocimiento, entonces, él es peor que la ignorancia. Don Conocimiento sabe que Doña Sabiduría tiene razón porque si él crea problemas, no es a través de la ignorancia que puedan los seres humanos resolverlos. 

Por suerte, Doña Ignorancia no se encuentra aquí con nosotros como para decirnos que ella es de la opinión que en la amistad y en el amor se es más feliz con la ignorancia que con el saber. Pero, mejor que Doña Ignorancia esté fuera de esta conversación porque saldría muy mal parada porque tanto Don Conocimiento como Doña Sabiduría piensan que la verdadera ignorancia no es la ausencia de conocimiento, sino la negativa a adquirirlo. Sin embargo, lo que no me queda claro es si Doña Ignorancia es consciente de su propia ignorancia porque de ser así sería un gran paso hacia el saber.  Pero por las ramas no me quiero ir, pues, no quiero hablar de Doña Ignorancia, sino más bien, de Don Conocimiento y Doña Sabiduría.


La verdad que no hay que confundir nunca el conocimiento con la sabiduría ya que el primero nos sirve para ganarnos la vida mientras que la sabiduría nos ayuda a vivir.  Te preguntarás quien soy yo. Para tu información soy Doña Inteligencia. A decir verdad tanto Don Conocimiento como Doña Sabiduría me necesitan y te explico por qué, querido lector. Y es porque la sabiduría es la habilidad que tú adquieres al aplicar tu inteligencia y conocimiento para tomar decisiones correctas, discernir entre el bien y el mal y buscar la verdad. Al fin y al cabo, el conocimiento sin sabiduría es realmente infructuoso. Y ¿sabes por qué? Pues, porque ser sabio no es tener conocimiento, sino cuestionarlo.

Y mientras converso con Don Conocimiento y Doña Sabiduría, les recalco a ambos que deben de darse la mano y aceptar sus diferencias porque los dos son conceptos completamente diferentes. Y es que un conocimiento son hechos o información adquiridos por una persona mientras que la sabiduría es un carácter que se desarrolla aplicando la inteligencia y la experencia. ¡Uy! Doña Experiencia tendría mucho de qué hablar porque nada se sabe bien si no es por medio de la experiencia. Será porque nuestra experiencia se compone más de ilusiones perdidas que de sabiduría. ¡Ay! pues, qué bien que las señoras Ilusiones no se encuentren acá con nosotros porque ellas son de la opinión que una vida sin ilusiones es completamente estéril porque sin ellas no existe ni paz ni esperanza. Y la verdad que tanto Doña Paz como Doña Esperanza tendrían también mucho qué decir. Ellas, seguramente, que preguntarían no sólo dónde está la sabiduría que los seres humanos han perdido en conocimiento, sino dónde está el conocimiento que los seres humanos han perdido en información.

Mientras sigo conversando con Don Conocimiento y con Doña Sabiduría yo les hago ver que mientras él viene desde el pasado, ella, más bien, se queda en el futuro. Al decir esto, ambos no sólo se contentan con esta idea mía porque les resulta original, sino porque se dan cuenta que los seres humanos no deben apartarse nunca de Dios porque no sólo Él todo lo sabe y todo lo conoce, sino porque la sabiduría se encuentra en la inteligencia pura, en esa luz divina que los guía. Y es que, finalmente, te hago saber que cuando tú, querido lector, desarrollas tu potencial de inteligencia con mira hacia el bien y en humildad, entonces, cuentas con la iluminación y aprobación de Dios más allá de todo conocimiento y sabiduría terrenal.


MARiSOL


viernes, 1 de julio de 2022

Alfa y Omega


¡Uy! Dios debe de intervenir para apaciguar los ánimos caldeados tanto de Alfa como de Omega. Pero, ¿qué sucede? Pues, estas dos letras del alfabeto griego se están peleando a morir. Mientras Alfa aduce que por ser la primera letra de este alfabeto y por derivar de la antigua letra fenicia "alp, buey" (su origen gráfico es una cabeza invertida de buey), es quien tiene la palabra en esta discusión, Omega le insiste de manera irascible que ella es mucho más importante que él por ser la última letra en el orden del alfabeto griego. Y por ser ella la última es quien tiene la última palabra. Punto. 

- ¡Callénse de una vez por todas porque ustedes dos me están dejando mal ante la humanidad y ante todo mi universo! - gritó Dios furibundo y siguió hablando con voz autoritaria - Acaso, ¿ustedes ya se han olvidado que yo soy el Alfa y Omega, el principio y fin, el que soy y el que he de venir, el Todopoderoso?

Y mientras Alfa y Omega no sabían qué responder ante Dios, Él les hizo recordar que ellos están en la obligación de saberse llevar bien y respetarse porque ambos lo representan ante todos por ser considerado el principio y final de todo. Es más, les hizo ver que por ser Dios también se encuentra en lo más pequeño y en lo más grande.

Alfa un tanto inseguro y con la voz temblorosa  le preguntó a Dios si él era el más pequeño o el más grande de los dos. Omega, en el fondo, se sentía superior a Alfa. Jajajaja. Ser el número 1 como Alfa no es nada en comparación a tener ella, Omega, el valor numérico de 800.

Yo lo único que sé es que la expresión "el Alfa y la Omega", que aparece en la Biblia, se refiere a Jehová, el Dios Todopoderoso. Tres veces aparece esta expresión en la Revelación (Apocalipsis). Pues sí, en 1:8; 21:6; 22:13. También sé que el griego se usó para escribir la parte de la Biblia que conocemos como el Nuevo Testamento donde se incluye el libro de la Revelación o Apocalipsis.

Pues bien, Dios después de leerle el pensamiento a Omega se dirigió especialmente a ella por ser la más soberbia de los dos y le dijo con voz grave para que tanto a ella como a Alfa se les grabara en la memoria que Él era el Todopoderoso no solamente en el pasado infinito, sino también que seguirá siéndolo para siempre. Él es el único que existe de tiempo indefinido a tiempo indefinido. Es más, les recalcó que volvieran a leer a Isaías 44:6 donde Jehová dice: "Yo soy el primero y yo soy el último, y fuera de mí no hay Dios". O sea, se refiere a lo mismo que "el Alfa y la Omega".

Antes de concluir con estos pensamientos míos vestidos de cuento, ¿sabes, querido lector, si tú eres Alfa u Omega?  La diferencia radica en que mientras una persona Alfa es un líder natural, es alguien que siempre está a cargo de algo, de alguien o de un grupo sea en el plano familiar como en el laboral, la persona Omega es alguien que solamente piensa en relajarse y vivir el día a día. Quizá esta pregunta mía no sea importante y, más bien, es mejor darnos cuenta que nosotros somos nuestro propio principio y fin. Es decir, cómo empezamos viviendo, qué pasos dímos y damos, y cómo terminamos nuestros días, en lo que somos (a veces convirtiéndonos en nuestra propia sombra o todo lo contrario, aprendemos de nuestras malas experiencias para ser mejores seres humanos hasta el fin de nuestros días). 

Sé que Dios me escucha. Por algún motivo, lo sé. Sobre todo, en las noches vestidas de desvelos. Y mientras digo esto, Alfa y Omega ya han hecho las paces. Se han dado cuenta que no vale la pena competir entre ellos. A mí tampoco me gusta competir. Si soy Alfa u Omega ¡qué más da! No necesito llenarme la boca con lindas palabras. Los hechos son lo que cuentan porque hablan por sí solos. Dios y yo sabemos bien de lo que hablo.  

¡Ay! Este mundo sería mejor si todos entendieran que es importante comenzar con la premisa de que la función del líder es producir más líderes y no solamente seguidores. Y, ¿sabes por qué, querido lector? Pues, aunque te parezca increíble es el Amor lo que nos lleva a ser líderes porque, al fin y al cabo, es el corazón lo primero que vive en todo ser viviente y lo último que muere. Y como todo corazón desprovisto de egoísmo y vestido de humildad, nos recuerda que nuestro corazón, o mejor dicho, nuestra alma, así como tiene su comienzo y su término de vida en este mundo, en ese otro mundo Alfa y Omega no sólo viven en Dios, sino en todos nosotros por siempre jamás. 

MARiSOL 

 

 


miércoles, 8 de junio de 2022

Ichigo Ichie

 

¿Sabías que la expresión "Ichigo Ichie" (一期一会) se compone de ichigo (一期), ‘una vida’, e ichie (一会), ‘un único encuentro’, y significa “un único encuentro en la vida”? Pues bien, se trata de un proverbio surgido de la cultura japonesa de la ceremonia del té que encierra la idea de que, aunque un mismo grupo de personas se reúna repetidamente para celebrar la ceremonia del té, cada ocasión es totalmente única. Por este motivo, el anfitrión como los invitados deben ejecutar el ritual siempre con la máxima entrega física y mental.

Bien, Ichigo es una mujer japonesa sesentona (su nombre significa también Fresa) quien se encuentra reunida conmigo. Ella me enseña a no sólo beber té, sino a saber darle la importancia que esta ceremonia se merece. Y es que a pesar de  cualquier destino, el tuyo o el mío, por largo y complicado que sea, hay que disfrutar de cada bonito momento ya que vale oro para los que saben verlo como tal.

Pues bien, Ichigo me dice, en este momento en que estamos reunidas bebiendo té de jazmín, que es importante dejar de lado las preocupaciones y disfrutar de este encuentro amical. Ella desea que yo también sienta que este momento es único como si fuera el último de todos. Y es que Ichigo me está haciendo entender que en las relaciones humanas no sólo se debe concebir cada encuentro como algo único en la vida, sino que las oportunidades de verse con los demás adquieren una importancia crucial. Si pensamos que cada encuentro es irrepetible, acabaremos apreciándolos más, ¿no crees? Y no sólo me refiero cuando uno se encuentra con una persona o más personas, sino también cuando uno está frente a  cualquier ser vivo como  por ejemplo un perro o un árbol. Es una oportunidad singular donde establecemos un nuevo tipo de relación entre nosotros y el resto del mundo. Tal vez hay que procurar ver la vida con mejores ojos porque mientras el optimista ve una oportunidad en toda calamidad, el pesimista ve una calamidad en toda oportunidad. 

La verdad que me gustaría que cada vez que tomo té convertirlo en una ceremonia así esté sola o acompañada. Y es que esta ceremonia del té en Japón que proviene de la filosofía Zen, me gusta mucho. Lo que ignoraba es que al igual que en otras muchas artes japonesas, la huella de la tradición china está presente y es porque China fue considerada para los japoneses la cuna del saber como la fue Grecia para Roma o Francia para España.  

Bien, la ceremonia del té está llena de detalles por lo que no es sólo una ceremonia vacía, sino, más bien, tiene un carácter espiritual porque se trata de purificar el alma mediante su unión con la naturaleza a través de esta ceremonia del té.  ¿Sabías, querido lector, que los cuatro elementos fundamentales de la ceremonia del té son la armonía, el respeto, la pureza y la tranquilidad? Estos cuatro conceptos se expresan en una sola palabra llamada "Wakeiseijaku" (和敬清寂). Demás está decir que Ichigo comparte conmigo una sensación de unión durante la ceremonia del té. Esa unión la hacemos posible porque ambas somos sinceras. Bien, Ichigo me hace saber que no sólo ser invitado a una ceremonia del té es un gran honor puesto que supone un ritual íntimo de agradecimiento y afecto del anfitrión, sino que el espíritu de los participantes (en este caso, el mío) en esta ceremonia es mucho más importante que el ritual formal. 

Ichigo me explica igualmente que la esencia de la belleza y la espiritualidad de la ceremonia se representa en la manera desprendida y humilde en que el anfitrión sirve el té al invitado. Es más, el anfitrión se encarga de preparar todo lo necesario, utensilios, platos, habitación, etc. y de llevar a cabo la ceremonia. Sin embargo, yo no quiero hablar sobre este tipo de ceremonia... Ichigo me lee la mente. Y se adelanta diciéndome que si bien es hermosa esta ceremonia del té por su gran significado no hay que olvidar que hay otro tipo de ceremonia mucho más importante y es aquélla cómo celebramos nuestra propia vida. Lamentablemente la mayoría de nosotros consideramos la vida que no llevamos como la verdadera vida. Por este motivo, no logramos ser del todo felices. Quizá se deba a que nosotros esperamos una felicidad demasiado grande y al final ésta termina siendo un obstáculo para la propia felicidad de uno. Y mientras conversamos, Ichigo me pregunta si acaso, en la felicidad de los demás, busco yo mi propia felicidad. No, no lo creo, le digo. Más bien, estoy aprendiendo que así lo que hagamos no siempre traiga felicidad, no hay que quedarnos paralizados porque si no hacemos nada, no habrá felicidad.

Ichigo sabe mejor que yo vivir en armonía, sentir respeto por los otros y por uno mismo, ser puro de espíritu y vivir tranquilo. Ella me insiste que si bien es muy difícil, no es imposible. Pues bien, yo no la quiero contradecir pero antes que yo pueda abrir la boca, Ichigo me hace saber que así la vida se contradiga tanto, uno no sólo debe arreglárselas como pueda con la vida, sino que hay que pensar  que ésta es tan preciosa que no hay que destruirla con malos pensamientos o haciendo daño a otros o a uno mismo.

Lentamente aprendo que la vida no sólo es significado, sino que también es deseo. Y mi deseo es vivir haciendo de cada momento como irrepetible y único sin mirar hacia atrás porque la esencia de la vida es ir hacia adelante sin odio ni rencores en el alma. Y así la vida pareciera, por momentos, no tener ningún sentido (con ceremonia o sin ella), y estar vestida, en gran parte, de preocupaciones, ésta, sin lugar a dudas, es una buena razón para vivir porque es la única que tenemos. Y, ¿sabes por qué, querido lector? Porque la vida de un amigo, es la nuestra, como la verdadera vida de cada uno es la de todos.


MARiSOL

 

miércoles, 20 de abril de 2022

Midiendo la felicidad

 

Érase una vez un rey llamado Vasilio I que sólo era feliz cuando su reino crecía. Él no se conformaba con tener sólo miles de kilómetros cuadrados. Más bien, se había propuesto expandir su reino a millones de kilómetros cuadrados así tuviera que librar muchas batallas y dejar muchísimos muertos a su paso para conseguir su propósito. Y es que su propia felicidad estaba en juego ya que él ésta la medía en kilómetros cuadrados.

Un buen día Vasilio I se reunió con dos de sus mejores asesores: Don Deseo y Doña Opinión, por cierto, dos seres siniestros, tan igual o peores que el mismo rey. Pues bien, Don Deseo estaba siempre a las órdenes de su rey para cumplirle todos sus caprichos.  Si bien es cierto que los caprichos pueden ser perdonados, es un crimen despertar una pasión duradera para satisfacer un capricho, ¿no es cierto? La verdad era que la pasión de Vasilio I era coleccionar kilómetros cuadrados para no solamente poder tener el reino más grande del mundo, sino para poder ser el hombre más feliz del mundo. 

Bien, por este motivo, su asesor Don Deseo estaba allí para ayudar, a costa de lo que fuera, a que su rey fuera feliz hasta el final de los tiempos, así estos tiempos estuvieran vestidos de maldad. Pero ¡ojo! acusar a la maldad de los tiempos es excusarnos a nosotros mismos, ¿verdad? Pues sí, porque aparte de los malos deseos también existen los deseos nobles, aquellos que nacen del corazón para el bien de uno mismo y para la de los demás. Sin embargo, con Vasilio I esto era imposible y para su reina consorte también. Acaso, ¿ella era igual de mala que él? No, el gran problema de la reina consorte era que no lo podía abandonar porque le tenía mucho miedo. Si bien el miedo  no evita la muerte, el miedo evita la vida. 

La pobre reina consorte se sentía como una muerta en vida. ¡Ay! De  nada le servía tener el reino más grande del mundo si ella no era feliz al lado de su esposo y menos aún por no salir  embarazada aunque supiera por la asesora Doña Opinión que el rey tenía con otras mujeres muchos hijos desperdigados por todo su reino. 

La verdad sea dicha de paso, a Vasilio I la opinión de los demás le tenía muy sin cuidado como tampoco le importaba que le llamaran sus enemigos: el rey sanguinario. La verdad que a la reina consorte sí le importaba porque mucha gente pensaba que ella era igual de sanguinaria que el rey. Mucha culpa tuvo Doña Opinión ya que ella se había encargado de presentar ante la opinión pública una pésima imagen de la reina consorte. Y ¿sabes por qué? Porque el mismo rey había dado la orden porque quería deshacerse de ella por no poderle brindar hijos. Y una descendencia real era lo que Vasilio I más quería, a parte de expandir mucho más su reino.

Bien, la reina consorte rogaba en silencio en quedar embarazada porque su esposo ya la había amenazado de muerte si ella no le daba descendencia. En mala hora que la reina consorte se casó con él. ¡Ay! Un buen día ella desapareció de la vista de todos. Se hizo creer a todos que la reina consorte había fallecido víctima de una enfermedad incurable. En realidad, ella había sido envenenada por el mismo rey y por sus dos malditos asesores.  Poco tiempo después Vasilio I se casó con otra mujer de la realeza. Esta vez la nueva reina consorte no sólo estaba encantada en que su reino creciera más y más, sino que ella le dió cuatro hijos al rey. Cada uno de ellos resultó ser menos o más brutal que su propio padre.

Bien, querido lector, si hubieras tenido el buen deseo de ayudar en escapar a la primera esposa del rey, ¿crees que lo hubieras podido conseguir aunque tu vida hubiera peligrado? Y ¿qué piensas de Vasilio I? ¿Crees que él llegó a ser realmente feliz?  ¡Cómo me gustaría saber cuál es tu opinión!

 

MARiSOL

sábado, 2 de abril de 2022

Una revolución necesaria

 


Las necesidades humanas están enemistadas unas con otras y es que todas ellas han sido, a la fuerza, designadas por jerarquías en una teoría psicológica propuesta por Abraham Maslow (1908 - 1970) en su obra "Una teoría sobre la motivación humana". Pues bien, este psicólogo estadounidense se hizo conocer por su psicología humanista la cual se caracterizó por apoyarse en concepciones del ser humano de profundas raíces filosóficas, sobre todo, en los procesos de búsqueda de autorrealización.

Pues bien, todas las necesidades humanas, que son muchas, se encuentran viviendo en diferentes niveles dentro de la pirámide de Maslow. Te preguntarás, querido lector, de qué trata esta pirámide. Pues es una teoría de motivación que trata de explicar qué es lo que impulsa la conducta humana. Como verás esta pirámide consta de cinco niveles que están ordenados jerárquicamente según las necesidades humanas que atraviesan todas las personas. Bien, ahora ¿cuáles son estas necesidades? Te las presento:

El primer nivel está habitado por las necesidades fisiológicas, en el segundo nivel se encuentran las necesidades de seguridad, en el tercer nivel están las necesidades de afiliación o sociales, en el cuarto nivel viven las necesidades de estima o reconocimiento y finalmente en el quinto nivel las necesidades de autorrealización.

Bien, ahora empieza este cuentito...  Todas estas necesidades viven no sólo en distintos niveles sino que por pertenecer a una determinada jerarquía no pueden juntarse unas con las otras. Y todo porque las necesidades que atañen a todo individuo se encuentran organizadas de las más urgentes a las que lo son menos. O sea, si consideramos que las necesidades del quinto nivel son más importantes que las de los otros niveles, qué dirías tú, ¿querido lector? ¿Podrías atreverte a gritar a los cuatro vientos que te encuentras plenamente realizado? Por lo pronto, todas las necesidades se han autodeclarado super importantes. Todas y cada una de ellas están alborotadas y se niegan a seguir viviendo dentro de la pirámide de Maslow. Te preguntarás ¿por qué? Pues porque muchos de los conceptos y categorías descritos en la pirámide de necesidades de Maslow son demasiado ambiguos para ser examinados científicamente. Y es que la noción de autorrealización es demasiado abstracta, sobre todo, en estos días ... 

Es así como todas las necesidades se han cuestionado la secuencia que Maslow propuso en su teoría ya que se puede demostrar que no hace falta tener cubiertas las necesidades  básicas para perseguir objetivos relacionados con las necesidades superiores. Pero, ¿qué pasa cuando las necesidades básicas sí son importantes y muchos de nosotros nos contentamos con tenerlas satisfechas?

Esta revolución tenía que darse porque todas las necesidades cuestionan la investigación de Maslow porque él se basó en una muestra muy pequeña de indiviuos.

- ¡Maslow no nos representa! - gritaban todas necesidades mientras escapaban de su cautiverio y salían en tropel de la pirámide. Te preguntarás por qué, querido lector. Y es que una de las necesidades (no quizo dar ni su nombre ni mencionar de qué nivel se había escapado) me dijo al micrófono (soy reportera) con voz fuerte y segura es que unas de las críticas a la metodología aplicada por Maslow es que él eligió a personas que consideraba autorrealizadas después de leer sobre ellas o hablar con ellas. Es más, las personas a las que Maslow entrevistó para su pirámide de necesidades no representan a la mayoría de la población humana; sólo se basó su estudio en personas excepcionales como Albert Einstein, por ejemplo. 

Bien, he de hacerte saber que ni tú ni yo podemos compararnos con este genio de la Física ni tampoco a mí me interesa y, ¿a ti?  Pienso que a muchos nos interesa vivir en equilibrio aunque nuestras vidas sean imperfectas porque la felicidad no es activa sino, más bien, contemplativa. Y mientras te hago saber esto, las necesidades me rodean porque todas ellas tienen algo que decir, más que todo, presentar sus quejas. Pero yo te digo, querido lector, que mi intención no es quejarme sino, más bien, llamarte a la reflexión porque  cada cual posee el secreto de su propia felicidad y para ello hay que conocerse bien a uno mismo, claro está, y saber qué se quiere. Pero lamentablemte son millones de personas que ni siquiera están en condiciones de poder atrapar la felicidad entre sus manos por estar expuestos, p.e. a estar desempleados, a pasar hambruna, a  vivir guerras y un largo etcétera de situaciones desagradables. 

Antes de terminar, te dejo, querido lector, una pregunta: ¿qué diferencia hay entre un rólex y un reloj sencillo? Acaso, ¿piensas que para ser feliz hay que tener un reloj de marca? Pues, no, ¿verdad? Porque uno puede tener éxito pero no estar del todo satisfecho y tener la constante sensación de que nos falta algo para alcanzar la felicidad plena sintiéndose no autorrealizado. Tal vez ha llegado el momento de que cada uno de nosotros arme su propia pirámide y tome conciencia de las necesidades que desearía tener cubiertas. Por lo pronto, la más importante para mí (no sé cuál sea la tuya) es la de Seguridad... Será porque hoy más que nunca me doy cuenta que muchos políticos se preocupan más de la seguridad de sus puestos que de la seguridad de su propio país. Será porque todos los políticos no solamente saben que en una revolución, como en una novela, la parte más difícil de inventar es el final, sino que cuanto más tiempo dura una disputa, más lejos nos hallamos del final... ese final perfecto que nos invita a desear que en todo el mundo pudieran vivir en armonía todas nuestras necesidades humanas.


MARiSOL


jueves, 31 de marzo de 2022

CARPE DIEM

 

Lo Impredecible no soporta a la Incertidumbre porque ésta tiene una mala reputación. Pero, ¿realmente es cierto? Pues, lo Impredecible sabe que la Incertidumbre nos provoca mucho estrés y ansiedad. Sin embargo, la Incertidumbre se defiende argumentando que no sólo ella es una mentalidad crítica cada vez que termina tu rutina o la mía sino que tener incertidumbre es inesperadamente lo que uno debe tener en un momento de volatibilidad y desafíos complejos. Es así como antes que lo Impredecible la contradijera, la Incertidumbre siguió hablando y le hizo saber que no la viera sólo como una amenaza sino, más bien, como un desafío. Y como lo Impredecible se quedó pensando en esta respuesta comienza ahora él a entender que la Incertidumbre no significa que uno esté paralizado ni tampoco que uno esté renunciando a un problema. Es más, lo Impredecible se da cuenta que la Incertidumbre nos ayuda a ver qué tan estrechamente pensamos bien para sacar conclusiones correctas.

Pues bien, lo Impredecible después de disculparse con la Incertidumbre le preguntó por la opinión que tenía de él a lo que ella le contestó que no sólo le tenía temor a él por no poder ser ni pronosticado ni vaticinado o anticipado sino porque sus efectos suelen ser desconocidos.

- ¿Crees que yo tengo un comportamiento errático o evidencias una falta de coherencia en mi accionar? - le preguntó lo Impredecible a la Incertidumbre. Acaso, ¿no crees que yo pueda tener una cualidad positiva? Piensa que la vida, en general, es impredecible y que hace que ésta se vuelva más interesante.

- ¡Sí, es cierto lo que dices! - exclamó la Incertidumbre y luego le hizo ver que también existen los sucesos negativos, ésos que nos golpean y nos obligan a tomar decisiones para las que no estábamos preparados.

- Pero no te olvides - le hizo hincapié lo Impredecible- que si conseguimos recordar la posibilidad que nos sucedan cosas positivas, entonces, podremos hacerles frente con más fuerza para poder soportar el dolor que nos causa. 

¿Y tú que piensas, querido lector? ¿No piensas que estamos viviendo una época llena de muchas incertidumbres y que nos vemos expuestos a situaciones impredecibles, sobre todo, aquellas que ni siquiera nos hubiéramos imaginado vivirlas? Pero así la misma vida nos desafíe, en estos momentos, a no poder pensar, por fuerza mayor, en un mejor futuro, vivamos lo mejor que podamos nuestro presente no sólo porque es brevísimo sino porque éste vive entre la ilusión y la añoranza de un mundo mejor y aquí no hay cupo ni para lo impredecible ni para la incertidumbre. ¡CARPE DIEM!

 

MARiSOL 

 

 


domingo, 20 de marzo de 2022

Al garete

 

- ¿Qué quieren? ¿Cara o sello? - le gritó el Cielo a los miles de soldados que se encontraban en sus trincheras esperando el momento indicado para atacar a su enemigo. Ellos desconcertados no entendían la pregunta que retumbaba en sus oídos. Ésta se había dejado escuchar como un poderoso relámpago. Temor sentían los soldados ante esta pregunta porque parecía guardar una amenaza o acaso, ¿una solución al conflicto? Bueno fuera porque muchos se encontraban cansados y querían regresar a sus hogares, al lado de los suyos.

En vista que casi nadie se atrevía a decidirse por una cosa o por la otra, más que todo por miedo, el Cielo los retó haciéndoles saber que los que deseaban escoger "Cara"  tenían que tomar conciencia que no sólo la cara es el espejo del alma, sino que quien al Cielo escupe, en la cara le cae. Es más, también el Cielo les hizo saber que es triste ver que el hombre es como la luna porque tiene una cara oscura que a nadie enseña. 

Después  de decir esto, los soldados se pusieron muy inquietos. ¿Qué quería el Cielo de todos ellos?, ¿por qué no les hablaba de una manera más sencilla o más fácil como para poderlo entender del todo? Muchos de los soldados retaron al Cielo blandiendo sus armas y le preguntaron que qué pasaba si escogían "Sello". Pues, la respuesta del Cielo no se hizo esperar y les dijo a todos ellos que los pueblos son como una cera blanda y que todos dependen de la mano que les imprime el sello. Seguidamente el Cielo con voz muy seria exclamó: - ¡Ay, hombres ilusos, acaso no se dan cuenta que el alma humana sólo vive, de su incesante esfuerzo, por marcarse en todo, como sello imperial? 

Nuevamente, después de que el Cielo hablara de manera encriptada, prácticamente los soldados, tanto de un lado como del otro, se quedaron pensativos. El Cielo aunque pudiera hablar en todos los idiomas, su mensaje era muy difícil de entender. Y es así como varios soldados, tanto de un bando como del otro, se amotinaron maldiciendo al Cielo. Pero éste impertérrito les contestó con voz soberana: -¡Sorprenderse, extrañarse, es comenzar a entender! Es más, sólo durante  los tiempos difíciles es donde las personas llegan a entender lo difícil que es ser dueño de sus sentimientos y pensamientos.  

Al terminar el Cielo de decir esta última frase y caer en un profundo mutismo mientras observaba a los soldados, éstos comenzaron a sentir que sus cabezas les explotaban. El Cielo había mandado clara la señal: "Era hora de ponerse a pensar en el otro, en hacer compromisos, en sentir empatía o en ponerse en los zapatos del otro porque no sólo todo nuestro conocimiento tiene su principio en los sentimientos, sino que mientras las teorías, las doctrinas o los sistemas se explican, los sentimientos se sienten ... Y es aquí donde el Cielo te pregunta a ti, querido lector, qué sientes tú en este momento. ¿Miedo, dolor, impotencia, rabia o una gran indiferencia porque el mundo entero está "al garete"? 

¡Ay! es que yo (ni soy el Cielo ni soy soldado) como la conciencia del mundo te hago saber como también a los soldados (si fueran sólo de plomo, sería mejor) que esta locución adverbial significa "a la deriva". Puede usarse como sinónimo de estar extraviado, sin rumbo, sin plan definido, fracasado o malogrado. También puede usarse coloquialmente para manifestar desagrado, disgusto o repulsión. Por este motivo, te hago saber, querido lector, que una guerra nuclear no es la solución para evitar que el mundo entero esté al garete. Todo lo contrario,  nuestras almas se convertirían en embarcaciones que se quedaron a merced de las corrientes y de los vientos del tiempo porque cuando llega el tiempo en que se podría, ha pasado el tiempo en que se pudo.

MARiSOL


 Imagen: "Al garete" de Ulises Bretaña Hevia (artista cubano, 1957)

sábado, 19 de febrero de 2022

Propósitos de vida

 
¿Será cierto que el infierno está lleno de buenas intenciones y el cielo de buenas obras? - piensa Angélica mientras nuevamente trata de seguir caminando con paso firme por el camino de su propia vida en este nuevo año de vida. Ese camino marcado por miles de sacrificios y preocupaciones que comenzaron, hace muchos años, con un paso que muchos no ven, pero sí sólo pocos. Ese camino, escogido por Angélica, es el que nos invita siempre a la reflexión. Y es que la reflexión es el camino hacia la inmortalidad mientras que la falta de ésta, nos convierte sólo en seres vacíos, sin alma.
 
Angélica ha aprendido que es mejor cojear por el camino que avanzar a grandes pasos fuera de él. Pues así ella cojee y sienta que avanza poco, sabe que, tarde o temprano, a la meta se acercará. Es más, ella  sabe que si de verdad vale la pena hacer algo, entonces, vale la pena hacerlo a toda costa porque uno de los secretos profundos de la vida que le ha enseñado a ella es que lo único que merece la pena hacer es lo que hacemos no sólo para nosotros mismos, sino también por los demás. Lo importante es actuar con convicción y amor y no sólo hablar ya que, finalmente, las buenas acciones son las que cuentan. ¿Y sabes por qué, querido lector? Porque una de las ventajas de las buenas acciones es la de elevar el alma y disponerla a hacer otras mejores.  Y en ello está Angélica desde hace tiempo. 

El mar de la vida sabe cómo luce actualmente el alma de Angélica. Y él como buen consejero le hace ver que siga adelante, a pesar del inmenso cansancio que ella siente, por momentos. Son ya tantas veces que Angélica se ha caído y se ha levantado (con o sin ayuda) que ella piensa que los retos existen por algo. ¿Y sabes por qué? Es muy sencillo. Cuando no somos capaces ya de cambiar una situación, nos enfrentamos al reto de cambiar nosotros mismos. ¿No será que todos tenemos una misión que cumplir en este mundo más allá de toda vanagloria de éxitos y de aplausos adquiridos?
 
Pues sí, querido lector, dejemos tranquila a Angélica que ella se esfuerza por ir por el camino correcto. Es ahora tu turno que tú mismo te hagas las preguntas: ¿Qué hago yo aquí?, ¿cuál es el sentido de mi vida?, ¿cuál es mi camino a seguir?, ¿cuál es mi verdadero propósito a seguir?  Son preguntas inquietantes que incomodan a unos y perturban a otros. ¿No es cierto?  Pues tratamos de no vernos por dentro por tener miedo de fracasar en el intento de encontrar las respuestas adecuadas.
 
Yo te hago saber que Angélica no necesita irse de viaje  como p.e. a la India como para encontrarse a sí misma. Huir no es la solución. Más bien, ella sabe que creando un impacto positivo en su propio mundo personal, sirviendo a los demás desde su corazón, siendo fiel en sus convicciones (ideas religiosas, éticas o políticas), viviendo en el aquí y ahora y poniendo sus talentos y habilidades al servicio de la vida, puede ser capaz de convertirse en la mejor versión de sí misma. Sólo así podría Angélica pensar en salir de viaje nuevamente sin ninguna inquietud en el alma.
 
Pues bien, a esto se le llama: superación. Pero no me refiero a derrotar a alguien, a dejar atrás una adversidad o a trascender un límite, sino, más bien, me refiero a la idea de superación que se usa para nombrar a lo que uno hace cuando consigue realizar con esfuerzo y dedicación algo mejor que antes, cuando uno logra sortear valientemente una dificultad o cuando uno alcanza una meta, aunque sea de refilón, luego de enfrentar diversos desafíos. Lo importante es mantenerse en movimiento y no quedarse estático o paralizado pensando que otra persona será la que te resuelva tus problemas o te haga saber cuáles son tus propósitos de vida a seguir. Darte un empujón no está mal, pero está en ti el cambio mientras aprendes a saber identificar tus propósitos de vida que forman parte de tu identidad. Y es que lo más increíble es que nadie puede ser esclavo de su identidad porque cuando surge la posibilidad de cambio, hay que cambiar para poder evolucionar como ser humano. Y esto bien lo sabe tanto Angélica como yo, el mar de la vida, tu servidor, querido lector.
 
MARiSOL 
 

jueves, 20 de enero de 2022

Presagio

¡Cómo poder olvidar al mal presagio que se hizo presente en mi vida! Fue, hace ya tiempo en invierno, en una noche fría estrellada y con luna llena estando bajo la Cruz del Sur. Fue como si lo hubiera estado esperando a que apareciera en mi vida. Prácticamente le dí permiso a que se mantuviera a mi lado. Pues bien, este presagio se encogió de hombros resignado mientras sus argumentos trataban de convencerme que la herencia familiar recibida no era su culpa. Me lo había anunciado en sueños y también en ese momento de insomnio. Un escalofrío me recorrió el cuerpo de arriba a abajo. Fue como un latigazo. Y mientras yo hacía malabares para no caer a un abismo plagado de dudas, este presagio (conocido también como augurio o vaticinio de algo positivo o negativo a acontecer en el futuro, basándose en ciertas señales) se encargó de perturbar mi paz anhelada. Mis días de descanso y despreocupación desaparecieron como por encanto. Se borraron de mi radar de vida de un solo plumazo. Fue llegando a casa de regreso, después de largas horas de vuelo, que tomé la decisión de dejarme llevar por mis ideas inculcadas por ese presagio que conocí a miles de kilómetros de mi vida cotidiana.

- ¡Perdóname! - me dijo muy triste el presagio y luego continuó hablando - Tú sabías que yo me haría presente para desordenarte tu futuro, ¿No es cierto?

- Sí, claro. Yo intuía que me vería en esta situación tarde o temprano. Pero tomo conciencia que mi futuro sigue abierto, ¿sabes?

- ¡No te entiendo! - exclamó el presagio. Estaba consternado.

- Pues, a decir verdad, todos somos responsables de lo que el futuro nos depara. Por este motivo, mi deber no es profetizar el mal, sino más bien luchar por superarme para que mi mundo sea mejor y el de los míos igualmente. 

- O sea, ¿no me guardas ningún rencor? - preguntó curioso el presagio.

Mi respuesta no se dejó esperar. Le hice saber que, gracias a su ayuda no pedida, tomé una decisión de la cual no me arrepiento aunque, por momentos, haya que convivir con las dos caras de la medalla, con los claros y oscuros de la vida, con los golpes duros a los que, por momentos, nos enfrentamos.

En todo caso, con el tiempo, le dije que él, cual presagio, no era tan malo como yo me lo había imaginado porque algo de bueno he sacado de las experiencias hechas y de mis decisiones tomadas.  Es más, le hice saber que él como presagio (cual fenómeno que se cree para adivinar el futuro, y que normalmente hace referencia al advenimiento de un cambio), puede ser mi amigo porque el cambio es la única cosa inmutable. Y por lo tanto, no hay que temerle a los cambios ya que toda la vida es un cambio. Es ley de vida. 

El presagio sonriendo me dijo que, al fin y al cabo, todos cambiamos. Y también era de la opinión que no hay peor cosa que el miedo al cambio. Muy cierto. Si bien yo superé ese miedo cuando el mal presagio volaba alrededor mío, hoy en día, ningún presagio puede derrotarme. No hay ninguna señal, sea buena o mala, que me anuncie un suceso y me detenga o paralice. Lo que ha de suceder, sucederá. 

Después de escucharme con atención el presagio me preguntó si normalmente suceden las cosas que yo presiento. Pues, sí. Recuerdo que dos adivinas (por separado y en países y épocas distintas) me dijeron que yo era era una persona que podía hacer predicciones. Pero no quiero irme por la tangente porque no quiero quitarle protagonismo al presagio que tengo delante mío. Aunque, a decir verdad, este presagio es mi "alter ego" porque él está en estrecha relación  con las señales, sensaciones e intuiciones que yo siento y con la interpretación que yo les doy al anticiparme a mi futuro y es que toda aquella persona que construya su futuro, tiene derecho a juzgar su pasado... ese pasado con el que se forma el porvenir por venir con un buen o mal presagio.

MARiSOL

 

domingo, 9 de enero de 2022

A punto de caramelo

 

 
 
Las decisiones que uno toma a lo largo de nuestras vidas, primero, las ponemos a punto de caramelo antes de tomarlas del todo. Algunas veces, nuestras decisiones son equivocadas y otras sí son acertadas. Y aquí radica el meollo del asunto. No se puede ir por la vida lamentándonos de las decisiones tomadas, si éstas fueron buenas o no. Lo que hoy puede ser bueno para ti o para mí, mañana ya no lo es. Es así como siempre nos encontramos poniendo a punto de caramelo nuestras vidas con la intención de mejorarlas o de enrumbarlas por el camino indicado así, al final, nos equivoquemos.

Pues sí, Gloria se encuentra a punto de tomar una decisión. La tiene a punto de caramelo. Lo que no sabe es cuándo dar el paso. En realidad, ella sabeque este deseo suyo no lo puede hacer realidad, porque no sólo la afectaría a ella, sino a otras personas queridas también. Es así como sólo ella se pone a soñar imaginando lo que podría suceder si pusiera a punto de caramelo ese determinado deseo que se debe quedar sólo como deseo y nada más.

Gloria, desde hace tiempo, sabe que es mejor poner a punto de caramelo lo que sí se puede hacer realidad y lo que no, descartar la idea de cuajo, cortarla de raíz, para no vivir amargada.

Por lo pronto, le hago saber a Gloria que mi salida del hospital está ya a punto de caramelo. Y yo, en cuanto esté ya fuera de éste, pondré todo de mi parte para seguir haciéndome la vida dulcemente agradable a pesar de todo...

 

MARiSOL