viernes, 31 de enero de 2014

El reto de la reina



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Mientras remotos recuerdos románticos reaparecían revoloteando como risueños ruiseñores y radiantes ráfagas de viento, relojes ruidosos le revelaron rítmicamente a Roxana que el tiempo ni retrocede ni regresa. ¡Recórcholis! Roxana no te reconcilies con Ricardo.

Si bien Roxana estaba un tanto reticente y reacia, no lo rechazó. Pero, ¡Rediós! ¿para qué? Ella no entiende por qué Ricardo es, unas veces, resimpático y, otras, recontra reservado y receloso.  Las preguntas de Roxana quedaron siempre sin resonantes respuestas. Ricardo podrá ser rico como un rajá y tan regio como un rey, pero ella no lo piensa reverenciar más. Fué un error que Roxana lo readmitiera en su vida y él reapareciera en la suya. Y mientras estas raras reacciones de Ricardo son como relámpagos que le reabren repentinamente heridas rebeldes y le remueven rencores rojos que le roban su razón de ser, Roxana grita rabiosamente: "¡Ya no me quiero rebajar más ante Ricardo!". Ronca está su voz de tanto renegar.


No hay más razón para que Roxana se sienta como un reptil que se arrastra a los pies de Ricardo mientras él se esconde tras una rendija. Roxana renuncia a Ricardo, esta vez, sin remordimientos. Se rebela a seguir rumiando sin rumbo sus rabias recientes. Es un retiro sin retorno. Roxana no es ruin por no querer reanudar la relación con el refinado, reacio, renitente y reticente de Ricardo, porque a ella le roza cada rincón del alma y la remece como un remolino tanto rechazo. Es repugnante. ¿Y si Ricardo reconociera ante Roxana que tiene un problema consigo mismo por resolver? Otro sería el rumbo, seguramente. Roxana no actuaría de forma tan radical ... a rajatabla.

La respiración de Roxana se relaja repentinamente después de haber reflexionado y haberse replanteado muchas cosas mientras se recalienta unos ricos raviolis regordetes y escucha unas rancheras por la radio. Y aunque no pueda sacarse de raíz a Ricardo rápidamente porque su alma se siente rasguñada, Roxana no siente ningún resquemor, sólo  una gran pena mientras recapitula y resucita su pasado. 

¡Rediós! Roxana se rearmará, se renovará por completo y renacerán sonrisas en sus labios sin remordimientos y sin recriminarle más nada a Ricardo. Y mientras resbalan retazos de recuerdos al pie de su realidad, Roxana se rebela a seguir rumiando más tristezas porque le repelen. El reto es volver a recuperar, a restablecer, a restaurar y a restituir resolutamente no sólo el respeto hacia sí misma, sino también su resplandeciente corona de reina: su mejor riqueza.


Marisol 


He tratado de jugar con la letra "R"