miércoles, 7 de diciembre de 2016

La estrella de Navidad


 


La estrella, que acabo de colocar sobre mi árbol navideño, no quiere, por ningún motivo, estar posada sobre éste.
- Pero, ¿por qué? - le pregunté completamente anonadada de su protesta.
- Pues, porque el árbol que has comprado es bien feo. Y como no me gusta nada, no quiero yo lucirme con él. Me da mucha vergüenza - me contestó cortante la estrella.
- Mira, tengo motivos para no haber comprado un árbol mucho más caro.Trata de entenderme, por favor - le dije.
- Pues, yo presento mi queja: En primer lugar, porque él no está a mi altura y en segundo lugar  porque siempre tú has comprado árboles caros y grandes. Tú bien sabes que yo no sólo represento a la estrella de Belén, sino que juego un papel importante y misterioso en la celebración del nacimiento de Jesús. Así que merezco otro árbol y no éste pequeño y nada frondoso - me dijo usando una voz déspota y tirana la estrella. Mientras ella había estado hablando, escuché que el árbol sollozaba. Y yo no podía reprimir las lágrimas.
- Pues, ¿sabes qué te digo? - le dije rabiosa a la estrella - En este preciso momento voy a salir a comprar otra estrella. Una que realmente tome en serio su papel, aunque no sea tan bonita como tú; lo único que me demuestras es que te sientes como una estrella de Hollywood, una diva huachafona y nada más. Al terminar de hablar sofocada y molesta como yo estaba, liberé al árbol de semejante estrella  antipática.
- ¡Pero, ¿a dónde me llevas? - gritó histérica la estrella. ¿No me vas a colocar en la caja con los demás adornos navideños que este año no has querido usar?
- Tengo una mejor idea. En lugar de meterte en esa caja, pues allí no estarías sola y, además, el sótano está abrigado, te voy, más bien, a sacar al jardín y te voy a colocar sobre un pino todavía chico que tengo allí.
- ¡Nooooooo! No quiero sentir frío - gritó la estrella. Además, en ese rincón del jardín donde está ese pino, del cual hablas, está solo y abandonado y se encuentra cerca de los basureros.
- Pues, yo no creo que el frío de afuera sea más frío que el tuyo, sobre todo, el que sale de tu alma. 

Cuando regresé a casa, mi árbol estaba muy contento cuando le enseñé la nueva estrella que había comprado. Por suerte, no sólo ella resultó ser más hermosa y simpática que la anterior, sino que, por suerte, no me resultó cara. La verdad que no estoy en condiciones de gastar más dinero del necesario porque desde hace un par de meses que me encuentro desempleada.  Por este motivo, no deseo perder mi propia estrella interior ... aquélla que alumbra mi camino de vida.


MARiSOL



Te dejo este vídeo animado.
La canción es linda.




Imagen sacada de Bing