martes, 26 de febrero de 2013

En bicicleta


- Roberto, ¡no mires hacia atrás! ¡Mira solamente hacia adelante! - le dijo Ingrid en voz alta. 
- Esto es lo que trato de hacer, pero no puedo - le contestó Roberto tristemente. Su tristeza abarcaba todos los tiempos: presente, pasado y futuro. 
Ingrid desea que él cambie su forma de pensar y, por este motivo, lo instó a que viera solamente en una sola dirección. Ella trata de ayudarlo a su manera... y es que ella conoce lo que es vivir atrapada en los recuerdos. No, no es bueno. 
- ¡No me entiendes, Ingrid! - le refutó Roberto un poco molesto y contin hablando en voz alta mientras seguía montando bicicleta -  ¡No es fácil! Tú podrás, pero yo no. Y después de decir estas palabras Roberto sintió que le pesaba el alma. No podía más. Él le dijo a Ingrid  que haría un alto. Se bajaron de la bicicleta y se sentaron bajo un árbol frondoso.
Ingrid lo miró con sus ojos curiosos y en voz baja le dijo:
- No la puedes olvidar, ¿no es cierto?
- Como me gustaría ir a un hospital especializado en corazones rotos para que me quitaran este dolor que me aprieta el pecho. Después de decir esto, Roberto calló. No podía hablar más. Tenía un nudo en la garganta y se echó a llorar sin vergüenza.
Ingrid lo abrazó fuerte. Ella estaba allí para calmar a su querido amigo. Y cuando él dejó de llorar, ella supo que lo mejor era no hacer más preguntas. Permanecieron callados un largo rato antes de continuar camino. 

Ingrid sabía que Roberto no podía olvidar a Elena... a su amor imposible. Entrar en detalles no es importante. Y es que en este momento me ronda una idea: Quizás sea cierto que tratar de olvidar a alguien es querer recordarlo para siempre.

Y así me encuentro yo... una vez más recordando. No quiero. ¡Caramba! Mañana monto bicicleta.

Marisol 

 


El Niágara en bicicleta
José Luis Guerra

Me dió una sirimba un domingo en la mañana
cuando menos lo pensaba
caí redondo, como una guanábana, sobre la alcantarilla
será la presión o me ha subido la bilirrubina

Y me entró la calentura
y me fui poniendo blanco como bola (d)e naftalina
me llevaron a un hospital de gente (supuestamente)
en la Emergencia, el recepcionista escuchaba la lotería
(¡treinta mil pesos!)

¡Alguien se apiade de mi!
grité perdiendo el sentido
y una enfermera se acercó a mi oreja y me dijo:
"Tranquilo, Bobby, tranquilo"

Me acarició con sus manos de Ben Gay y me dijo:
"¿Qué le pasa, atleta?"
y le conté con lujo de detalles lo que me había sucedido

Hay que chequearte la presión
pero la sala está ocupada y, mi querido
en este hospital no hay luz para un electrocardiograma

Abrí los ojos como luna llena y me agarré la cabeza
porque es muy duro
pasar el Niágara en bicicleta

No me digan que los médicos se fueron
no me digan que no tienen anestesia
no me digan que el alcohol se lo bebieron
y que el hilo de coser
fue bordado en un mantel

No me digan que las pinzas se perdieron
que el estetoscopio está de fiesta
que los rayos X se fundieron
y que el suero ya se usó
para endulzar el café

Me apoyé de sus hombros como un cojo a su muleta
y le dije: "¿Qué hago, princesa?"
y en un papel de receta me escribió muy dulcemente:
(mi princesa, ¿qué va a ser de mí?, uh...)
"Lo siento, atleta"

Me acarició con sus manos de Ben Gay y siguió su destino
y oí claramente cuando dijo a otro paciente:
"Tranquilo, Bobby, tranquilo"

Bajé los ojos a media asta y me agarré la cabeza
porque es muy duro
pasar el Niágara en bicicleta

No me digan que los médicos se fueron
no me digan que no tienen anestesia
no me digan que el alcohol se lo bebieron
y que el hilo de coser
fue bordado en un mantel

No me digan que las pinzas se perdieron
que el estetoscopio está de fiesta
que los rayos X se fundieron
y que el suero ya se uso
para endulzar el café

[Improv.]

No me digan que me va cayendo
de tanto dolor
no me digan que las aspirinas
cambian de color

No me digan que me van pariendo
que le falta amor
no me digan que le está latiendo, oh no...