sábado, 27 de junio de 2015

Un hermoso regalo





Esteban tiene hoy día cumpleaños. Ansioso está por recibir sus regalos, en especial, de su querida amiga de barrio, Myriam. Mas cuando ella llegó a él, traía sólo una florcita; parecía arrancada de su jardín, pues, se le veían hasta las raíces.
Al estar ella ya frente a Esteban, él no pudo resistir de hacerle la pregunta: 
- Pero, Myriam ¿por qué me regalas esta florcita adefesiera?
A lo que ella le contestó tranquilamente:
- En esta florcita te regalo mis días con sus silencios y alegrías, con sus sueños y sonrisas, con sus temores y resignaciones, pero, sobre todo, mi amor. Esta florcita quiero que vele por ti cuando yo ya no esté cerca tuyo.
Esteban irritado le dijo alzando la voz:
_ ¡Yo no quiero tu florcita! No es ningún regalo apropiado para mí. Acaso, ¿te has olvidado quién soy yo? Soy Esteban Ponce de León. Un niño de familia muy rica mientras que tú ... Se mordió la lengua. No quería ser grosero.  ¡Ay! Esteban no es malo; lo que pasa es que el miedo lo ha vuelto irritable. Siente una inmensa rabia contra la vida, contra todos, en especial, contra la enfermedad de su querida amiga de barrio. Y es que él soñaba con casarse con ella cuando fueran adultos; ella pensaba lo mismo hasta que supo que no podría ser.
Myriam con sus ojos llenos de ternura le dijo que como a él nada le faltaba, ella le regalaba esta florcita para que él la plantara en su jardín, y así él la recordara con cariño. Pero al ver ella que Esteban tenía las manos en los bolsillos de su pantalón y no hacía ningún gesto de agarrar la florcita, Myriam se la dejó a sus pies y se fué triste a su casa.
Lo que no sabe Myriam es que Esteban sí la había entendido, pero se negaba a aceptar la realidad. Tristemente él levantó la florcita y le pidió al jardinero que la plantara y cuidara con esmero.

Es así como después de cinco meses, Myriam murió de leucemia, pero su florcita siguió viva. Es más, otras flores iguales nacieron alrededor de ella formando un mar  precioso de florcitas amarillas junto a una piedra grande.

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El tiempo pasó ... Esteban estudió Arquitectura, consiguió trabajo, se casó con una buena mujer llamada Nelly, tuvieron dos hijos. Si bien él ya no piensa tanto como antes en Myriam, gracias a ella entendió el significado de: Te regalo mis días. Ésta no es una simple frase porque le ayudó a desarrollar su conciencia y a afinar sus buenos sentimientos. 

A pesar de haber perdido a su gran amor, Esteban sabía que Myriam le había hecho un hermoso regalo de por vida: no sólo su amor a través del tiempo, sino ella le había regalado los días que a ella le faltaron vivir para que él tuviera una vida mucho más larga que la suya propia.


MARiSOL