sábado, 26 de marzo de 2016

Mi diente de león


 

Dandelion me mira desde lejos. Está triste porque no logra abrir sus pétalos cuando el sol sale a iluminarlo. Pareciera que mi flor ya no tiene la capacidad para armonizar ni equilibrar no sólo sus fuerzas, sino las mías propias. ¿Se solidariza conmigo? Pareciera que fuera así. Un suspiro consolador sale desde la boca de mi espíritu inquieto.

Pues, si bien las raíces de Dandelion son pesadas y profundas, los frutos que nacen de esta flor son muy ligeros y plumosos. Y pensar que en la Edad Media se le consideraba como una flor mágica que traía suerte. Pero es que como la suerte se hubiera esfumado de mi vida, le hice saber. Por más que sostengo a Dandelion entre mis manos no consigo relajarme. Tengo miedo de estrujarlo y hacerle daño. Mi Dandelion me entiende, pero no me teme; él sabe que no le haré daño aunque yo me sienta irritable porque no puedo conciliar el sueño desde hace varios días, y por este motivo, no me quedan muchas más ganas de afrontar más retos aunque deba. He acumulado tanta clase de tensiones que mi necesidad de relajarme es imperiosa, pero los pocos momentos de disfrute quedan cortos. ¿Qué hago?

Dandelion (Diente de león) quiere ayudarme, quiere ser mi aliado aunque, por el momento, se sienta triste y yo también. Y mirándome dulcemente me dijo:
- Este tiempo que te ha tocado vivir, querida amiga, si bien no es nada fácil, por favor, que no te absorva del todo. Te propongo que me despeines y lances al viento mis plumitas; verás como tu cuerpo y mente te lo agradecerán. Es así como Dandelion al lanzar sus plumitas, vestidas con  mis letras, es consciente de esta sensación liberadora que puede permitirme relajarme por pocos minutos mientras la vida me reta a decidir qué pasos dar mientras escribo estas líneas.


MARiSOL







Imagen sacada de Bing
 

sábado, 19 de marzo de 2016

Dominando al Destino




No sé si soy capaz de describir lo que llevo  dentro, pero puedo sentir como los acontecimientos de mi vida me los quiere imponer el Destino. Ése que limita, muchas veces, mi poder. Tal vez sea esta la razón por la cual me impide tomar las riendas de mi vida porque él sabe que se puede imponer ante mí. Pero hay momentos en que quisiera agarrar al Destino del cuello para que deje de dominarme; quisiera yo ejercer poder sobre él. Sin embargo, al final, ¿por qué me encojo de hombros y me entrego a él sin poner resistencia? Tengo que cambiar esta dependencia, a toda costa. Debo armarme de valor para encararlo.

Mientras veo a Tania pensativa, veo también como ella se acerca al filo del abismo. Sonrío. Tania es una víctima de mis caprichos. Pero, ¿qué espera ella para saltar? Por más que le digo que salte, Tania no se mueve; está estática como una estatua. Quizás deba yo acercarme más a ella y susurrarle al oído que no sea cobarde y que termine por complacerme.  Acaso, ¿ella no se da cuenta que el motivo por el cual yo la domino y hago de su vida lo que yo quiero, es porque  ella es débil de carácter?

Cuando el Destino está ya al lado de Tania, ella en un movimiento rápido, se volteó, lo agarró del cuello y lo empujó con todas sus fuerzas al vacío ... y mientras ella veía como el Destino iba cayendo  al abismo, Tania le gritó a todo pulmón:
- ¡No me dominarás más, maldito!

Allí se encontraba Tania prometiéndose a sí misma de no hacerse más la pregunta:   “¿Qué hice yo para merecer esto?”. Ya no quería atribuir su sufrimiento a un poder predeterminado para su vida, o en pensar que debía ser el resultado de sus actos y equivocaciones, lo que la dejaba en una posición culposa y de autorreproche, en la que ella quedaba atrapada. ¡No, ya no! 

Si bien todo ser humano tiene su Moira, es decir su parte de felicidad y su otra parte de desgracia, Tania ya no se pondrá más en manos del Destino, porque ella, de ahora en adelante, será la dueña de su propia alma. Su instinto de sobrevivencia y su fuerza de voluntad fueron sus mejores aliados para vencer el miedo a la vida. ¡Y que nadie venga ahora a decirle a Tania lo que tiene que hacer porque ella ya ha decidido cuál debe ser su destino! De ahora en adelante ella creará sus acontecimientos y no sufrirá más por lo que el Destino le quiera imponer. Él ya no se proyectará más sobre Tania y la atrapará en sus garras.

Yo, que soy el Azar, aplaudo a Tania. La vitoreo desde lejos.  Espero volvérmela a encontrar igual como ahora, fuerte y decidida y no como la Tania de antes ... lo que ella no sabe es que fuí yo el que eligió este momento para que ella retara a su destino. Aunque Tania se jacte de esta gran acción, ella no es el resultado de un gran designio, sino puro efecto del azar ... Pues mejor que me tenga a mí de amigo que al Destino, ¿no crees? 



MARiSOL





Aquí dejo un vídeo interesante sobre el Destino



Imagen sacada de Bing