lunes, 4 de enero de 2016

Rezar vs. Orar

 

Rezar y Orar están en pugna desde hace muchísimo tiempo porque entre ambos verbos existe una diferencia muy grande, yo diría que abismal. Mientras el primer verbo repite una oración que otro ha pensado, expresado o escrito,  el segundo no repite como loro, sino que crea su propia oración basándose en sentimientos y emociones como resultado de problemas y dificultades.

Es por este motivo que el verbo "rezar" le tiene celos al verbo "orar". Pero, ¿por qué? No sólo por lo arriba comentado, sino porque mientras el verbo "rezar" aplasta, cual un elefante, la creatividad y anula la libertad del alma, el verbo "orar" se jacta, de manera pedante, de poder estimular y promover a ambas. 

El verbo "rezar" no quiere sentirse aprisionado en la cárcel de un pensamiento ajeno, sino que le gustaría también poder tener la capacidad de sentirse libre en su totalidad defendiendo el pensamiento propio como lo hace su rival, el verbo "orar". Pero, al darse cuenta el verbo "rezar" que nunca podrá igualarse al verbo "orar", Dios intervino y le dijo:
- No te sientas menos que el verbo "orar" porque para mí tú también eres importante. No olvides que aunque muchos crean que repetir oraciones no tiene sentido, tú existes no sólo de manera impresa sobre cualquier papel, sino que las oraciones, no importando de la religión que sean, se encuentran grabadas en el alma de sus feligreses. Lo importante es sentirlas de corazón para saberlas expresar.  Yo presto atención tanto a los seres humanos que rezan como a los que sólo oran. Lo importante es que me buscan. Y yo voy a su encuentro sin hacer diferencia alguna entre un verbo y el otro. Para mí lo que me importa es la persona que busca la comunicación conmigo. Yo siempre me manifiesto de una manera u otra, me creas o no.

Al escuchar las palabras de Dios el verbo "rezar" sonrió e hizo inmediatamente las paces con el verbo "orar". Y tú, querido lector,  seguramente que tienes la capacidad no sólo de rezar, sino también de orar, ¿no es cierto? Pero en caso, no seas partidario de ninguno de los dos verbos, yo la verdad, que no te puedo juzgar porque no soy Dios. 

Y así tú no creyeras en Él, todo en esta vida habla de Él. ¿Y sabes por qué? porque así tú ni creas en Dios ni te bases en los dogmas de ninguna religión, nadie te impedirá que reces u ores con devoción llegado su momento. Tarde o temprano todos llegamos a Él gracias a la existencia de ambos verbos: "rezar" y "orar".



MARiSOL




Imagen sacada de Bing