viernes, 20 de marzo de 2020

La chispa de la vida


¿Qué le pasa a la chispa de la vida? ¿Por qué anda cabizbaja? La verdad que nadie sabe realmente lo que le sucede. Todo parece indicar que desde que no obtiene más victorias sino sólo derrotas como que ella ha decidido permanecer en un sueño profundo, allí donde nadie la puede tocar. Y es que la chispa de la vida se siente vacía, sin ánimo de nada. Quizá deba yo llegar al fondo de su corazón para hacerla entrar en razón. Hacerle ver que nadie puede vivir sin ilusiones porque si bien la ilusión no se compra, sí se puede conquistarla recuperándola, promoviéndola y estimulándola en el camino de la vida aunque este camino se le haga a uno cuesta arriba por momentos.
- ¡Déjame tranquila! - me retó la chispa de la vida. ¡Déjame en paz!
Yo ni corta ni perezoza le pregunté sin pensármelo dos veces:
- ¿Cuál es tu pasión? 
- ¡Y yo que sé! - me contestó entre rabiosa y triste.  Como que a la chispa de la vida se le había malogrado su motor interno, ése que no sólo le daba sentido a su existencia sino que la impulsaba a que los sueños no se quedaran solo como sueños.
Yo sin perder tiempo le pregunté a la chispa de la vida que para qué vivía. Ella aunque sabía que la pregunta era imprescindible no pudo decir absolutamente nada quizá porque ella esperaba algo muy profundo y trascendental que sucediera, de una vez por todas, con la humanidad.
Antes que la chispa de la vida me diera una respuesta procedente sólo de su mente y no de su corazón yo le dije que imaginara y visualizara todo aquello que la pudiera hacer feliz.
- Pues, no sé - me respondió desganada la chispa de la vida - en este momento me siento desbordada por culpa del Coronavirus .
Como su respuesta no me dejó satisfecha le hice ver que se pusiera en marcha, que diera el primer paso porque todo camino se hace al andar. No hay que quedarse paralizado porque el que tiene un por qué para vivir casi siempre encuentra un cómo para salir adelante para así poder diseñar la vida que uno desea. En este caso poderla rediseñar. Lo importante es producir los cambios necesarios que nos lleven a conectar con nuestras ilusiones.
- ¡Sermones no quiero! - gritó molesta la chispa de la vida. ¿No te das cuenta que estamos todos inmersos en una gran pesadilla?
- Mira, yo creo que como te has llenado de problemas, limitaciones y carencias, que por cierto están sólo en tu mente, no te sientes bien ni contigo misma ni con el resto del mundo. Estás amargada y deprimida. Deberías practicar el autoconocimiento para que así tus sueños se hagan realidad. ¡Qué esperas para poner el corazón para inspirarte y abandonas tu mente y sigues el vibrar de eso grande que está destinado para ti aunque no sepas con certeza de la meta .. - no terminé de hablar porque la chispa de la vida me interrumpió
- ¡Cállate de una vez por todas! ¿No te das cuenta que, por un lado, muchísima gente esta muriendo actualmente en todo el mundo y, por el otro lado, se nos viene una recesión espantosa? Muchísima gente no sólo está muriendo, sino que otros muchos perderán sus empleos, empresas cerrarán. El escenario lo encuentro dantesco. Por este motivo, te pido que no me vengas con pura palabrería barata. El precio que está pagando la humanidad es muy grande. No soporto ver tanto sufrimiento ...
Esta vez yo interrumpí a la chispa de la vida y le hice ver  que un gran estímulo es poder viajar, conversar con buenos amigos, hacer alguna actividad simpática, buscar la compañía de gente buena de corazón, como para hacerse la vida más agradable.
- ¡Cállate, por favor! Hoy en día no se puede hacer todo esto que me dices por la cuarentena. Sólo por internet y no es lo mismo, ¿no te parece? 
- Te entiendo - le contesté. Justamente en momentos difíciles, cuando la misma vida nos reta a ser fuertes, es cuando debemos ser creativos y empáticos para no perder la chispa de la vida, aquella que nos sostiene para seguir en vida porque la vida de un amigo o pariente es la nuestra así como la verdadera vida (buena o mala) de cada uno es la de todos. Al final, todos somos uno. Y este gran reto le debe de servir de aliciente a la humanidad para no sólo superar la pandemia del Coronavirus, sino para superarse a sí mismos como verdaderos buenos seres humanos porque desde que existe la humanidad en la Tierra ella ha dado muestras de también ser terriblemente dañina y egoísta. Sólo espero que esta enfermedad que mantiene en vilo a todo el mundo ayude a tomar conciencia del sentido de la vida.
Después de escucharme la chispa de la vida me preguntó que qué significaba para mí el sentido de la vida a lo que yo le hice ver que el sentido de la vida está en hallar un propósito, en saber asumir una responsabilidad para con nosotros mismos y para con los demás. Es así que teniendo en claro los "por qué" podremos hacer frente a todos los "cómo". Aunque esta época sea muy difícil para la humanidad, ella está en la obligación moral y espiritual a generar grandes cambios para crear una realidad más noble. Es lo que yo más deseo desde hace mucho tiempo porque lo que veo desgraciadamente es que los seres humanos son buenos para volver a cometer los mismos errores una y otra vez. Son necios por antonomasia. No todos pero muchos.

La chispa de la vida se quedó callada porque ya no tenía más fuerzas para contradecir a la Fe. Y es que todo el que ha nacido de Dios vence al mundo y es porque la victoria que vence al mundo es la fe, esa fe que mueve montañas. La chispa de la vida tendría que escalar, por lo menos una montaña o quizás otras más, antes de llegar a la cima para poderle gritar al mundo que aunque la realidad se muestre cruel, la vida creada por Dios es bella ... allí donde radica el verdadero sentido de la vida.

MARiSOL