miércoles, 29 de enero de 2014

Los caballeros de Berlín





A Fernando le enseñaron desde pequeño a ser valiente y bien macho. Su padre siempre le dijo: "¡No llores!", "Aprende a pelearte a puñetazos  si es necesario cuando defiendas a tus dos hermanitas de niños molestos." Pero Fernando nunca lo hizo... ¡Ay! La primera persona que le había dicho que fuera bien macho fué su abuelo Jorge, después lo mismo le dijeron sus padres, tíos, amigos de barrio y de colegio, menos el cura de su parroquia que predicaba amor por doquier. Con él, Fernando, siempre se identificó, pero, en el fondo, sabía que no tenía el valor de ser tan macho como un vaquero del Lejano Oeste aunque soñara con serlo.

El tiempo había pasado ... Fernando era ya  un hombre de más de 40 años, casado, con hijos y esposa.  Y aunque nunca se sintió como un vaquero del Lejano Oeste (ni sabía montar a caballo ni tampoco sabía disparar), sí le hubiera gustado tener una pistola, pero no para matar a nadie, sino para haber amenazado a su jefe en el momento que le despidió de su puesto de trabajo que tenía en una fábrica de automóviles de marca conocida. No lo despidieron por ser mal trabajador, sino porque se hicieron recortes y él como otras diez personas fueron despedidas. Es así como Fernando estuvo desempleado por más de dos años... Su esposa si bien trabajaba como profesora en una escuela de primaria, su sueldo no le alcanzaba para mantener a dos chicos en edad pre-escolar, pagar la casa propia, el  auto y demás gastos... Por suerte, los padres de Fernando los apoyaron económicamente para que así ellos pudieran salir adelante.

Pues bien, yo sé que desde hace pocos días Fernando trabaja como guardián en una hacienda de caballos. Si bien él no gana el sueldo como en la fábrica de autos, su nuevo trabajo le está empezando a gustar porque el dueño lo trata bien y Fernando ha ganado nuevos amigos. Estos nuevos amigos trabajan disfrazados de vaqueros; ellos ayudan a montar a caballo a niños, jóvenes y adultos. Es así como Fernando en sus ratos libres está aprendiendo a montar a caballo. Nunca es tarde para empezar, ¿verdad? El dueño de la hacienda le ha dicho que si aprende a ser un buen vaquero, tiene la posibilidad de también dar clases de equitación a niños y le aumentaría el sueldo.
 
Sin lugar a dudas, en este mundo impera la ley del más fuerte. Y Fernando es de admirar porque me parece que él, a su manera, sí tiene los nervios de acero inoxidable como una bala de buena calidad.

Marisol

Este grupo berlinés se llama "Seeed" y canta en inglés y alemán.
Sus canciones llevan un mensaje crítico.
En esta canción se desmitifica la imagen del hombre machista.