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viernes, 30 de enero de 2015

Fidelidad gatuna



Mi vecino turco Ali tiene dos gatos: una gata llamada Sharmili (significa tímida en hindú) y un gato llamado Aliyan (significa el que sube o asciende en árabe). Si bien estos dos gatos son muy diferentes entre sí ya que la gata es cariñosa y el gato es arisco, ambos gatos quieren mucho a mi vecino porque nunca lo han dejado solo cuando él se quedaba en casa. Pero cuando él salía a su negocio (una tienda de muebles antiguos), los gatos, entonces, salían a pasear por el vecindario. Pero en cuanto ellos sentían que ya era la hora de su regreso, se ponían a la puerta a esperar a su dueño y él siempre se alegraba de verlos.

Pues bien, un día el señor Ali, un hombre de 60 años, no regresó más a casa. Murió en su tienda de un infarto cardíaco. Al enterarme yo de esta noticia por una vecina fuí a la casa de mi vecino para ver a sus gatos. Ellos estaban, como siempre,  esperando el regreso de su dueño. Pero al darse ellos cuenta que algo raro pasaba, se pusieron a maullar intranquilos por largo rato. Como me dieron lástima les traje comida y agua y se los dejé en el porche de la casa.

Hoy día, un día después del fallecimiento del señor Ali, una vecina me contó que vió anoche a su espíritu y hablándole a sus gatos; tambien me contó que los vió marchar a los tres juntos. Pero yo no le creí porque esta vecina es un tanto excéntrica y le gusta hablar mucho y no siempre dice la verdad.

Una semana después ...

Asistí no sólo yo al funeral del señor Ali, sino casi todos los vecinos, un par de amigos,  dos sobrinos, que habían trabajado para él y que seguían con el negocio, y otros familiares más. Y cual sería nuestra sorpresa al ver que Shermili y Aliyan se encontraban afuera de la capilla del cementerio esperando ... cuando el ataúd fué depositado en su fosa y luego se le echó tierra encima, ambos gatos empezaron a maullar un rato y luego se echaron sobre la tumba.

Sé que Shermili y Aliyan viven no sólo en el cementerio en casa de uno de los guardianes, a quien le gusta los gatos, sino que nunca nadie los ha visto abandonar el camposanto. La fidelidad de estos dos animales es tan asombrosa que se han ganado el cariño de mucha gente que llega a poner flores sobre las tumbas de sus seres queridos. Si bien la tumba del señor Ali no tiene flores, tiene más que eso ... a sus dos queridos gatos.


MARiSOL




jueves, 4 de diciembre de 2014

La rosa y el ruiseñor


Este cuento se basa en el amor fiel e incondicional entre una rosa y un ruiseñor a pesar de sus diferencias ... Érase, pues, una vez  una rosa, de rojo intenso, que enamoró no sólo con su perfume a un ruiseñor y un ruiseñor que enamoró, a su vez, a su rosa, no sólo con su canto. 
Bien, que yo sepa, al ruiseñor lo que le fascinó de la rosa cuando la conoció, la Primavera pasada, no fué sólo su perfume, sino su hermosura. Lo único que a él no le gustó fué la arrogancia de la rosa vestida de espinas; éstas no sólo podían herirlo, sino hasta matarlo ya que eran muy puntiagudas y cortantes. Por este motivo, el ruiseñor sólo se contentó en cantarle canciones de amor mientras aspiraba el perfume intenso que ella despedía. En el fondo, el ruiseñor sufría al ver que la rosa era intocable. Nunca podría ser suya; se tenía que resignar con amarla a través de su canto.

También me enteré que la rosa no sólo se enamoró del canto del ruiseñor. A ella lo que más la conmovió de él, desde un principio, fué su amor incondicional y fiel traducido en sus cantos vestidos de deseos y devoción. Él la veneraba hasta la locura. Pero, ¿y ella? 

Pues, te contaré que, hace un par de meses atrás, al salir a regar a mi jardín me acerqué a mi rosa y al verla triste y preguntarle qué le sucedía, ella me respondió que le había pedido al ruiseñor que no viniera más a visitarla. Te preguntarás por qué. Pues bien, la rosa me explicó que al darse cuenta que la Primavera estaba ya por terminar para darle paso al Otoño y luego al frío inevitable del Invierno, ella como las demás rosas y flores del jardín perderían sus pétalos y caerían en un sueño largo y profundo hasta la próxima Primavera. Y esta pena quería ella evitarle al ruiseñor.

Lo que la rosa no sabe todavía es que el ruiseñor, a pesar de haber escuchado los argumentos de ella, siguió viniendo a mi jardín y le siguió cantando canciones de amor. Yo, por mi lado, como a mí me conmovía ver al ruiseñor al lado de la rosa, le dejaba comida y agua. Hasta le compré una casita y la colgué a un árbol para que allí el ruiseñor se protegiera de la lluvia, viento, frío y nieve.  

Lamentablemente, hoy día, que amaneció muy frío: -5C°, encontré muerto al ruiseñor al lado de la rosa. Apenada yo de su muerte, lo enterré muy cerca de ella. Cuando la rosa despierte, en la próxima Primavera, tendré que darle la mala noticia. 
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Los meses pasaron ... Cuando llegó la Primavera la rosa despertó junto con las demás flores. No fué necesario darle la noticia de la muerte del ruiseñor porque ella había adquirido un tono azulado ... el color del ruiseñor.  Él seguiría cantando canciones de amor dentro del corazón de la rosa hasta sus últimos días.

MARISOL


  Aquí dejo este otro cuento con mensaje

 


Imagen sacada de Bing