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jueves, 26 de febrero de 2015

Los pensamientos de Rodin


Al detenerse Mónica ante El Pensador del escultor francés  y padre de la escultura moderna, François-Auguste-René Rodin, recordó no sólo que originalmente esta pieza fue llamada El poeta, sino que El Pensador, en su origen, buscaba representar a Dante frente a "Las Puertas del Infierno" ya que formaba parte de una comisión del Museo de las Artes Decorativas de París para crear un inmenso portal basado en "La Divina Comedia de Dante". 

Ya cuando Mónica estaba por alejarse de esta famosa escultura, después de haberla contemplado por largo rato, El Pensador la llamó:
- ¡Ey! ¡tú! ¡No te vayas, por favor!
Mónica desconcertada se lo quedó mirando boquiabierta. La escultura tenía vida y le hablaba.
- ¡Libérame de mis pensamientos! - gritó El Pensador. Su voz rasgaba el silencio del alma intranquila de Mónica. ¡No quiero pensar más! Quiero apagar la luz centelleante de éstos porque me están dejando ciego de tanto pensar y pensar en lo mismo. 
- No te entiendo - dijo Mónica. ¿A qué te refieres? ¡Explícate mejor!
El Pensador la vió con ojos vacíos de alegría mientras con voz trémula le dijo que no le hacía bien tener pensamientos obsesivos porque éstos lo estaban matando en vida. Sentía que se encontraba a las puertas del infierno y no quería encontrarse allí, sino todo lo contrario quería alcanzar el cielo ... allí donde se puede pensar con claridad y donde los pensamientos vestidos de colores negativos no tienen cabida.
Mónica tragó saliva. El tema le sonaba conocido. Acaso, ¿El Pensador era su propia voz?
Todo parece indicar que así es. Y mientras yo escucho hablar a los pensamientos de Mónica, pienso que ha llegado el momento de alimentar mi propio espíritu con grandes pensamientos y dejar a las obsesiones dormir para siempre mientras les busco un rincón tranquilo para que me dejen vivir en paz. Hago un pacto con El Pensador a espaldas de Mónica, quizás porque mis pensamientos se han convertido en plegarias, piden por ti, por mí. Y por Mónica, ¿no?
Es que Mónica soy yo. Nosotras sabemos muy bien que no hay peor enemigo que nos pueda hacer más daño que nuestros propios pensamientos, sobre todo, aquellos que llevan el sello de la oscuridad en nuestras pupilas.
El Pensador nos mira y nos pregunta:
- ¿Por qué todos piensan igual y nadie piensa mucho?
Mónica no sabe qué contestar. Está callada. 
Yo vacilo y le digo insegura:
- Quizás porque nuestros pensamientos más importantes son los que se contraponen con nuestros sentimientos. ¿No crees?
- ¡Qué respuesta más extraña! - exclama El Pensador.
Mónica nos mira, a El Pensador y a mí, y luego dice calmadamente:
- Quizás es más interesante pensar que saber. ¿No les parece?
Ahora yo me quedo callada. ¿Quién está usando las palabras no para disfrazar los pensamientos, sino los sentimientos?
Mónica no quiere ser cobarde ni yo tampoco. Ella ni yo podemos renunciar a pensar; seríamos unas idiotas, si no lo hiciéramos. Pero, ¿y qué pasa con las obsesiones? ¿Son buenas o malas? ¿No será que el pensamiento humano es lo que las hace aparecer así?
No sé. Lo único que yo sí sé (y Mónica también) es que si vivo sin pensar, no podría vivir a plenitud aunque mis obsesiones me lleven a no ser coherente del todo, porque las coherencias tontas, son, al fin y al cabo, la obsesión de las mentes despreciables. Pero, ¿hasta qué punto lo somos todos un poco o mucho?
El Pensador concentra su atención en mí y me escruta con su mirada. ¡Cómo me entiende! Él sabe muy bien que los sentimientos obsesivos y la idealización de una persona no nos lleva a ninguna parte. O mejor dicho, nos lleva a las Puertas del Infierno ... allí donde la locura nos enseña los dientes y nos muerde en el alma.
Poco a poco, El Pensador toma conciencia que debe liberarse de las ideas fijas; sobre todo, de aquellas que lo consumen,  paralizan y lastiman, para que sus pensamientos le vuelvan a sonreir a la vida. 
Mónica y yo pensamos de la misma manera mientras contemplamos en silencio a esta estatua antes de alejarnos de ésta.
Y mientras nos despedimos de El Pensador, Rodin ha logrado su propósito, de ponernos a pensar aunque no queramos, porque, al fin y al cabo, nosotros, somos el resultado de lo que pensamos.

MARiSOL




Imagen sacada de Bing

viernes, 28 de enero de 2011

El pensador de Rodin

Jorge no sabía, hasta hace pocos momentos, que la famosa escultura de bronce del escultor y pintor  François Auguste Renè Rodin conocida como El pensador (Le Penseur) se llamó originalmente El Poeta

Jorge tampoco había sabido que esta escultura formaba parte de un portal gigante basado en La Divina Comedia del poeta italiano Dante Alighieri. Y menos aún se hubiera imaginado que no solamente cada una de las  estatuas de este portal representaba a cada uno de los personajes principales del poema alegórico, sino que El Pensador, en su origen, buscaba representar a Dante frente a las Puertas del Infierno. 
 
puertas-del-infierno-auguste-rodinEs así que cuando  Jorge se enteró de todo esto, después de leer un artículo sobre "El pensador de Rodin" en una revista de arte, y también de las razones que tuvo Rodin para haber hecho desnuda esta escultura (deseaba una figura heróica al estilo de Miguel Ángel para representar tanto el pensar como la poesía), se puso a llorar. Motivos tenía para hacerlo.

"Alma de poeta no tengo, pero ahora me gustaría serlo para decirte tantas cosas bonitas que tengo guardadas en el pecho. Pero, ya es demasiado tarde. De tanto trabajar, ganar dinero y haberte sido infiel, tú me has dejado por otro; encontraste a un hombre menos adinerado que yo, pero romántico y, sobre todo, fiel. ¡Ay! en este preciso momento siento que toco las puertas del infierno y me quemo de tanto pensar en ti, porque me doy cuenta que lo que he hecho contigo no ha sido digno de ninguna figura heróica. Ojalá me perdones algún día."

http://enqjjg.blu.livefilestore.com/y1pw9LHmlyY-3sa6408ltiaWbfQ8NLCaeKmSurhaEV3lKf9idG9CwKrJAdq2oCj5a7UCZ-KQdiYyl6f2POxMBNms9zc0w99Svcq/CIMG4190.JPG?psid=1Y mientras Jorge leía por segunda vez el artículo de la revista de arte después de secarse sus lágrimas, su ex-esposa, al mismo tiempo, compraba en una tienda -cercana a la casa de Jorge- una estatua pequeña de mármol de "El pensador" de Rodin para regalársela a su nuevo esposo por su cumpleaños.


Marisol


Las dos primeras fotos son sacadas del internet.
La tercera es mía.


Y acá te dejo esta información que te pueda interesar:
"Las puertas del infierno" fue realizada por Rodin por encargo del Estado Francés, destinada al Museo de Arte Decorativas a inaugurarse en París. Él se inspiró en la Divina Comedia de Dante al crearla. Se trata de una pieza de bronce cuyo molde fue hecho en yeso y fundida después de la muerte de Rodin.
Las enormes puertas se llaman del Infierno porque están inspiradas en La Divina Comedia de Dante. Y  muestra 186 figuras desnudas de pequeño tamaño que se agitan y retuercen, surgiendo de un fondo informe de rocas y nubes. Está así escenificado todo el género humano, los descendientes de Adán y Eva condenados en el infierno tras la caída en el pecado.
Auguste Rodin le siguió añadiendo figuras a este portal hasta poco antes de su muerte en 1917.