sábado, 3 de octubre de 2009

¿Le temes a lo desconocido?

Aquí te cuento de una tortuga terrestre llamada Galápago que soñaba con salir de su isla, pero como no podía nadar no era feliz del todo. Siempre andaba quejándose. Sus padres no sabían que hacer con él ya que a su hijo  no sólo le brindaban una casa cómoda y una educación esmerada, sino que lo mimaban por ser hijo único para compensar ese sueño que no podía hacer realidad.

http://cuutaw.blu.livefilestore.com/y1pnRy94qND2xRgdXGwl8jeVB3TUXEBZieZeZVnV6UeH3n9wCBrWVcErha-lsTTlzFK7ln23dy3xmWYv8ybDMm79g/gala1.jpgSu mejor amigo, Dino, una iguana muy bien educada pero cobarde, le aconsejó que  se quedara  viviendo en su entorno ya conocido, porque no sólo su isla era un lugar muy lindo, sino porque así no se exponía a peligro alguno. Lo desconocido le daba mucho miedo. Además, ¿qué haría él sin su mejor amigo? No quería que se fuera. No tendría con quien conversar.


Pero la vida de Galápago cambió por completo cuando conoció a Rosie, una flamenco coqueta y  sofisticada  y a Trevor, un pelícano parlanchín que trabajaba como cartero. Si bien ambos eran muy distintos uno del otro, eran  no sólo muy buenos amigos, sino que tenían algo en común: les gustaba viajar. Así que al enterarse Rosie  y Trevor de las ideas que le rondaban a Galápago le presentaron a Ema, una ballena cachalote, tan viajera o más que ellos dos. Era una ballena no sólo de toda confianza, sino que Galápago podría viajar dentro de ella  en plan relativamente cómodo. Sólo necesitaba de una balsa y un bote. Rosie se los proporcionaría, pero con la condición que Galápago le informara a sus padres de sus planes aunque ya hubiera cumplido recientemente su mayoría de edad.

Ema se encargó de sacar a Galápago no sólo de su isla, sino de cuidarlo y de presentarle a diversos animales tanto marinos como terrestres. Así fue como Galápago cada vez que entablaba conversación con cada uno de ellos terminaba siempre preguntando lo mismo:
"¿Le temes a lo desconocido?"


Uno de los tantos animales que conoció Galápago en su viaje por diversos  mares del mundo fue p.e. un delfín simpático y juguetón  llamado Dilos quien le dijo que no entendía su pregunta:
-¿Como puedo temerle a algo que no conozco? Tal vez no siento miedo porque nunca estoy solo. Quizás allí radica la clave.

Una de las tantas respuestas.... un buen día Galápago se animó en hacerle la misma pregunta a Ema. Al fin y  al cabo no tenía nada que perder. Pero, ¿su chofer sería capaz de darle la respuesta que él andaba buscando y aún no encontrado?

Ema, después de escucharlo atentamente, le contestó con su voz tan profundamente bella  como una noche vestida de estrellas:

"Con las malas y buenas experiencias que hagas en la vida, lo desconocido -a pesar de todo- tiene algo de mágico. Lo principal es que te esfuerces  en descubrirlo. Lo desconocido no es más que la vida misma, fuente de misteriosos enigmas y secretos.  Tienes que aprender a dar con ellos. Déjate llevar por lo que te diga tu instinto y tu voz interior. No busques esta pregunta en otros, sino sólo en ti. Es tu experiencia de vida".

Galápago sonrió agradecido. Era hora de regresar a casa. Otros viajes vendrían...



Marisol 

Cuento escrito en  2002. 
Aquí presento sólo la versión reducida.
Las ilustraciones son mías. 


9 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, ola de mar...
Creo que lo había leído verdad? Incluso creo que un día dejaste sólo un trozo y tuviste que darme el link donde estaba el final. Creo. Me gusta lo desconcido, y aprender, pero se que un día te cansas y quieres un entorno conocido y seguro, al que creo que vamos cuando ya nos hemos cansado de aprender o hemos aprendido al menos lo que necesitamos para ser feliz.
Un beso, dos

Aire

David dijo...

Muy bonito el cuento,
me ha recordado mucho a una peli que vi hace poco y me hizo llorar...
Muy buenos los dibujos.
Sigue así, Marisol.
Un besazo!

aapayés dijo...

Me gustan los cuentos.. lo desconocido siempre es cuestión de saber que es..
Un gusto pasar por tu espacio..

Lo siento por estos días he estado despistado.. para que me pierda tus post..

Un abrazo
Saludos fraternos

Que disfrutes del fin de semana..

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Qué lindo! además, bellamente ilustrado por vos misma!...completito! jejee...sí, suele ser que le tememos a lo desconocido y eso nos impide ver nuevos horizontes. Hay que enfrentar los miedos, aunque no es fácil, desde ya.

Besos.

Anónimo dijo...

si lo desconocido se parece a ti, yo quiero

Jose Antonio Cabrera Ramirez dijo...

Muy bueno el relato. Lo desconocido siempre nos da reparo, miedo e intriga.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

A veces me dejo llevar de los instintos.
Ese miedo que nos hace valiente para cruzar puentes caidos.

Me encanta tu relato Marisol.
Besitos Checos,

ShaO dijo...

No voy a decir que de cabeza a lo desconocido pero muchas veces es la vida la que te empuja y no queda otra. Precioso el cuento... y los dibujos! Pero bueno, es que no hay nada que se te resista? XD. El abrazo habitual : )

Manel Aljama dijo...

Otro bonito cuento infantil con unos dibujos también buenos y que espero que quien lo lea tome el ejemplo e inculque a sus hijos el "hay más allá", no hay que tener miedo, porque el miedo no se puede ni medir, ni pesar, ni comprar... Simplemente está en la parte más perversa de la imaginación. Esa frase tan buena: "¿Como puedo temerle a algo que no conozco?" será más efectiva que la versión para adultos que colgué aquí:
El miedo

Publicar un comentario