lunes, 6 de septiembre de 2010

El baile de la vida




- ¿Será cierto que los gratos recuerdos son como los buenos amigos que nos visitan cuando nos sentimos solos? - Manuel se hace la pregunta en voz alta. No hay nadie a su lado. Solamente él, el mar y una noche vestida de estrellas. Manuel quiere olvidar a Susana, pero no puede. El error de haberla dejado lo perturba aún... A Manuel le gustaría tener en este momento a Susana entre sus brazos, besarla como antes... ¿Por qué será que cada vez que se siente solo piensa en Susana? Es como si la imagen de Susana le llenara el alma. Manuel se siente vacío a pesar de tener una hermosa casa, un excelente trabajo y mujeres que lo adulan.

El mar al ver a Manuel tan triste le dijo:
- No vivas solamente recordando a Susana. Te haces mucho daño. En lugar de imaginar si ella es feliz o no, ¿porqué no se lo preguntas directamente? Así te sacas la duda.
Manuel se sobresalta, pero el mar tiene razón... 

Manuel al regresar a su lujosa casa, que queda frente al mar, hace una llamada de larga distancia. Sus manos le tiemblan un poco.
- ¡Aló! - dice Susana. ¿Quién llamará tan temprano en la mañana?
- ¡Hola! Soy Manuel. Yo sé que el tiempo ha pasado, más de 10 años, pero tengo que hablar contigo.
Susana sorprendida, le pregunta:
- ¿Qué quieres de mí?
- Quiero saber si eres feliz en tu matrimonio. La voz de Manuel suena impaciente. Tiene miedo de la respuesta.
- Acaso, ¿tú sabes lo que significa la Felicidad? -le pregunta Susana.
- No -le responde Manuel.- Pero aún no has respondido a mi pregunta.
- Lo sé. Pero esta pregunta tuya no te la puedo contestar. Creo que tú esperas  demasiado no solamente de mí, sino también de la vida, Manuel. No creo que exista una felicidad perfecta ni completa. 
- ¡Ay! Pero es que te extraño - le contesta Manuel. Y quisiera saber por qué.
- Me halaga que aún me recuerdes, pero la vida sigue. Y yo no soy tu felicidad. La voz de Susana es tranquila; ella  sabe de lo que habla.  Y continúa hablando -Tal vez esa felicidad que tú buscas conmigo, solamente existe en tu imaginación.
- ¿Eso crees tú? La voz de Manuel suena un poco triste.
- Sí- le contesta Susana. He aprendido que la felicidad es como un baile, donde unos saben bailar y otros no. Lo importante es hacer del baile un bonito momento antes que la música termine de sonar. 
- Sí, creo que te entiendo  -le dice Manuel.
- Me alegro- le responde Susana. Y luego riendo le dice -Tú nunca fuiste un buen bailarín.
- Es verdad. No sé bailar. A Manuel le gustaría ser diferente.
- Entonces, toma clases de baile. Susana se ríe de nuevo.
- ¿Contigo? Manuel guarda una esperanza...
- No, Manuel. A mí me gusta bailar, pero no soy profesora de baile. Creo que te haría bien tomar unas  clases. Te ayudaría a  disfrutar más de tu presente. La respuesta de Susana es sincera.
Manuel está triste. La risa de Susana sigue siendo encantadora, pero ella se encuentra tan lejos de él. No solamente físicamente, sino también muy lejos de su mundo. Y no soportando su soledad le pregunta esta vez:
- ¿Eres feliz en este momento?
- Sí, porque nunca me imaginé que me llamarías. Lo único que te puedo ofrecer es mi amistad, si en algo te consuela. Y avísame cuando empieces a tomar clases de baile ¿ok? Quiero saberte mejor de ánimo. 
Después de despedirse, Manuel piensa que Susana tiene razón... debería abrazar por la cintura a la vida y bailar con ella con pasión como un buen tango y aceptar la amistad que le está brindado Susana.

El mar al escuchar la conversación telefónica sonrió. El sabía que el secreto para ser feliz no es tener todo lo que uno desee tener, sino es más que eso.  La felicidad es nuestra mejor riqueza si vive dentro de nosotros. Y Manuel estaba en buen camino como para llegar a ella gracias a los consejos de Susana... 

Al día siguiente Manuel buscó en la guía de teléfonos por escuelas de baile. Y escogió una que casualmente se llama "Susana's Ballroom".  Después de inscribirse, Manuel le envió un email a Susana donde le escribió solamente una línea:  
Mis clases de baile empiezan en tres días.
Susana le respondió de la misma manera:
¡Viva el baile de la vida!

Marisol

10 comentarios:

Anónimo dijo...

no se si son como buenos amigos...puede ser,pero vos los pintas como muy bellos!
un abrazo inmenso
lidia-la escriba

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Ambas coincidimos en la temática de nuestros últimos post!: los recuerdos y los hilos que tendemos hacia ellos!


Un abrazo.

Maricarmen dijo...

Marisol, bonito cuento sobre sentimientos y amores no olvidados, un cuento tan real como la vida misma.

Sigamos bailando!!!

Gracias por pasarte por: "Te Invito a un Té", por cierto, seguro que puedes disfrutar de un sabroso bizcocho de zanahorias sin nueces ;)

Belkis dijo...

Muy bonito el cuento y con moraleja. Lo que yo saco es primero, que uno nunca debe quedarse con un sentimiento dentro o el deseo de saber de otra persona por temor, y segundo, que debemos aceptar la vida como viene y disfrutar al máximo de lo que ella nos aporta. Yo también me apunto al baile de la vida, no importa si bailo bien o mal, siempre se puede mejorar.
Me gusta el cuento.
Un saludo descansado después de mis vacaciones.

Anónimo dijo...

Tengos hilos que coso al recuerdo.
Fotos blanco y negro que me dan colores.

Entrada extraordinaria y un abrazo,

La sonrisa de Hiperion dijo...

El cuento es precioso... La vida siempre tiene lugar para sorprendernos...

Saludos y un abrazo.

Javier dijo...

Guauuuuuu... que buena historia, entender que la felicidad es más que algo o alguien, es una manera de pararse frente a la vida, tomarla por la cintura y bailar... que grato haberte leido hoy, un abrazo desde Colombia... me voy a bailar un poco

João Henrique dijo...

Gostei muito deste teu conto.

Nas nossas vidas há sempre algo para nos surpreendre.

Um bom fimde semana.

veronica dijo...

HOLA LINDA ENTRADA CUANDO PUEDAS PASA POR MI BLOG TINENES UN PREMIO BESOS

Manel Aljama dijo...

Bonito cuento que no tiene nada que envidiar a muchos que hay por ahí y que llaman de "credimiento personal". Esto ya lo he dicho de tus cuentos más de una vez y si existen estos cuentos es porque hacen falta, porque en mi trabajo ecuentro cientos de manueles y susanas (haciendo de manuel), atados a las desgracias del pasado.
Una frase para recordar: "lo importante es hacer del baile un bonito momento antes que la música termine de sonar."

Besos y gracias por estar ahí.

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